Severus se sentó en su habitación que fue un dormitorio pequeño y sucio, con solamente una cama, armario y recursos para estudiar leyendo un libro. Odiaba las vacaciones, los Gryffindors fueron horribles pero nada en comparación de sus padres. Encontró que si quedó en su dormitorio en silencio, nada pasaría.
"A…Accio…Acció?" dijo el chico, practicando su pronunciación, mirando al libro.
"SEVERUS! OIGO VOCES?" chilló una voz de abajo, una mirada de miedo en la cara del Slytherin.
"NO, MAMÁ!" gritó, escuchando el sonido de pisadas en la escalera. Quedó en su cama, pero temblando con ansiedad. Después de unos momentos de pisadas que lentamente se hicieron más fuerte, entró su madre con un cigarrillo y ropa cara y elaborada.
"...Qué oí?" preguntó.
"Nada, mama... estuve solamente practicando mis hechizos..." susurró el chico, mirando a su madre con miedo, la mujer lentamente caminando al estudiante. Se sonrío, apagando su cigarrillo en el brazo de Severus, haciendo un quejido del pequeño. Lloriqueó, mirando al suelo mientras que sintió la quemadura.
"Mama..." gimotea, tomando su brazo. La mujer abrió su mano, un cuchillo apareciendo. Al ver el cuchillo, Severus abrió bien los ojos. "Mama... no... por favor..."
Eileen Snape hizo unos movimientos de apuñalamiento, pero sin tocando el chico, solamente para hacer que se estremeció y lloriqueó. Hizo una pausa, mirando y sonriendo en una manera malintencionada. Agarró su muñeca y muy lentamente hizo un tajo profundo y largo con el cuchillo abajo su brazo. Llorando, Severus gritó por dolor, Eileen aún tomando su muñeca duro.
"Estáte quieto," dijo simplemente, tomando un frasco de una poción con algún infección/enfermedad mágica. Vertió la poción en su corte, mirando con interés mientras que Severus soltó un grito ensordecedor.
"Quedate aquí," dijo la mujer. "Vamos a St Mungos más tarde." Con eso, salió el dormitorio y cerró la puerta con llave para que Severus no podría salir, el Slytherin temblando con miedo, dolor y choque en la habitación.
