Prefacio:
Sakura Mikan Yukihira es una chica normal como toda otra en la actualidad, o alguna vez fue normal cuando una noche tras despertar con arañazos severos en todo su cuerpo descubre que es parte de una maldición que ha estado atormentando a su familia de generación en generación y que, ahora le toca a ella pagarlo. Mikan no sabe qué hacer, pero se informa de todos los sucesos ocurridos en su familia y encuentra la manera de no ser víctima de ella, enamorarse y entregarse al amor es lo que acabara con su vida, asi como termina la vida de sus padres. Sin embargo, el extraño encuentro con un chico misterioso, atractivo y de lo más siniestro, le da un extremo enredo de ida y vuelta a su maldición. Mikan sospecha de que él es el espíritu encarnado que la atormenta y que, sea lo que sea que ella haga y adonde vaya, no la dejara escapar hasta que se entregue a él y asi el ultimo hijo de los Yukihira muera.
¿Ahora qué hara Mikan? ¿Podria a ver un amor real y sincero entre ambos?
Con abrir un poco las cortinas pude darme cuenta de que el cielo ya estaba oscuro y también nublado. Proporcionaba un ambiente sutil y siniestro sobre cualquier persona que miraba al cielo en ese momento. No sólo la oscuridad y las nubes estaban presente, el sonido de la lluvia y los relámpagos que golpeaban haciendo eco en el cielo y la tierra. Un frio destello cegador de luz choca como un feroz rugido, iluminando el interior de mi habitación. Me abrazo a mis rodillas pegando más la espalda contra la pared mientras un escalofrió se cuela por toda mi espina dorsal, y en respuesta, gimo asustada. Cierro lentamente los ojos, dejándome llevar por la debilidad de mi cuerpo, deseando caer en un profundo sueño, pero hay algo que no me deja.
Estoy sola, es ese el motivo.
Nunca en mi vida eh estado más sola como ahora.
Papá y mamá murieron en un extraño incidente de avión hace ya tres meses, es sumamente extraño, y de alguna forma me recuerda a Destino final. Eso me hace ser la única sobreviviente de la familia Yukihira, de toda la familia. No tengo abuelos ni tíos, no tengo primos, todos ellos han muerto, ni sobrinos porque mi hermano también murió.
En pocas palabras, estoy sola.
Estoy teniendo un sueño en el que veo las sonrisas de mis padres antes de subir al avión. Los veo tan emocionados y alegres, mamá está colgada del brazo de papá mientras que él le entrega los pases de abordar a la aeromoza, después, desaparecen por el delgado pasillo de oscuridad. Entonces, soy consciente de que no quiero perderlos. Y un grito desgarrador sale de mi garganta cuando el avión despega y desaparece en las blancas nubes del cielo. De pronto, caigo al suelo y despierto.
Todo sigue en fondo negro y grisáceo, pero en segundos un poderoso rayo se desata y su luz estalla en mi ventana. Limpio las lágrimas que se escaparon de mis ojos y reúno un poco de fuerzas en mi débil cuerpo para levantarme del suelo. Me lo siento tan adolorido como si un rio de rocas me hubiese azotado, pero lo soporto hasta llegar a la cama. Una vez sentándome en ella me quito la sudadera dejando solo puesta la camisa de tirantes y luego retiro las sabanas de la cama para acostarme, pero un largo recorrido por mis manos me detienen en seco. Tienen sangre, no, están bañadas en sangre. Ahogando un aterrante grito me levanto de la cama y enciendo la lámpara para vérmelas más de cercas y claras, la sangre cae desde mis antebrazos como cascada. Tienen heridas graves como si un cuchillo se hubiese pasado en toda mi piel y hubiese escarbado hasta tocar mis huesos. Lágrimas de dolor atraviesan mi rostro mientras corro aventadamente en dirección al baño. El dolor se hace cada vez más insoportable. Mis manos buscan las llaves del lavado y las abren, ambas. No obstante, meto mis brazos y dejo que el agua los bañe, pero caigo en cuenta de que el dolor solo aumenta. Me veo al espejo aterrada y noto que mi cuello también esta ensangrentado, las heridas no son tan severas como las de mis brazos, pero también duelen. Retirándome del lavado, grito cuando veo mi estómago y el short que cubre la mitad de mis piernas, también tienen manchas de sangre.
- ¿Qué está pasando? - chillando salgo corriendo del baño y tomo el celular de la cómoda. Los relámpagos siguen azotando el cielo nocturno, haciendo que me estremezca del terror. Sin dudarlo alguna comienzo a marcar a Ruka, mi mejor amigo, pero cuando aplasto el botón para llamarlo, la pantalla de mi celular se oscurece.
No solo oscurece, el silencio de la tormenta ha acabado también con él. En mi espalda una descarga de electricidad que la recorre una y otra vez ante el sentimiento del frio de unas manos subiendo en ella. Elevo mis ojos aterrada hacia el espejo de mi cómoda y mi celular cae de mis manos, golpeando en seco contra el suelo. Ahogo un grito desde mi garganta que cae de picada a mi estómago revuelto, no puedo creer lo que estoy viendo. Con la vista en el espejo, hay un reflejo de unos ojos carmesís que brillan monstruosamente en la oscuridad. Me están mirando fijamente, sus manos se aprietan en mis hombros y puedo notar esas uñas ensangrentadas con pedazos de mi camiseta de tirante colgando de sus puntas. No puedo ver completamente su rostro, todo está oscuro a excepción de sus manos y ojos, pero, puedo sentir su aliento en mi oreja. Mi corazón salta del pecho. Estoy a punto de desmayarme, lo siento en todo mi cuerpo. Quiero gritar, pero algo no me deja, y son esos diabólicos ojos azules.
- ¿Estas lista para pagar la deuda, Yukihira? - Susurra pegado a mi oído, su voz tan aterradora que envía sondas de escalofríos a mi espina dorsal, me estremecen.
De pronto, me hallo llorando y por el miedo a lo que suceda una de mis manos se aferró a la suya. Él aleja sus labios de mi oído y por primera vez en persona y en la realidad, veo una sonrisa diabólica como en las películas de terror cuando el asesino escucha los llantos dolorosos de su víctima ante su muerte.
Trato se quitar con mi mano la suya de mi hombro, pero él termina por aprisionar la mía y tira de ella hacia atrás, lastimándola. Lanzo un gemir de dolor mientras las garras de su otra mano recorren cada centímetro de mi cuello y me hacen inclinar la cabeza hacia atrás. Él vuelve a pegar sus labios en mi oído, su respiración es leve y palpita en mi piel.
-Pero, todavía no es el tiempo, Yukihira- Sonrie, diabólicamente, desde el espejo me mira con diversión a mi dolor.
Hola! :D Estoy contenta de volver n.n. Bien, esta es una mas de mis escritos, quise compartirla con uno de mis mantgas preferidos o mas bien, el unico y especial para mi GAKUEN ALICE! Espero que les guste, como tambien espero que sigan leyendo cada uno de estos capitulos! Sera sorprendente, gracias por leerme! Besotes sabor menta-chocolate-cereza
