Esta es la primera vez que escribo algo de One Piece. No iba a hacerlo, pero la idea no deja de acosarme. Supongo que me habrá salido bastante OoC, por lo que agradecería cualquier comentario.

Disclaimer: Cualquiera que haya pasado del capítulo 574 del manga de One Piece podrá deducir que la serie no me pertenece. Todavía sufro las consecuencias del trauma que recibí ese día.


Aniversario

Portgas D. Ace llevaba ya casi tres meses en el Moby Dick, y en todo ese tiempo no había pasado un solo día sin que hubiese intentado, al menos una vez, matar a Shirohige. Por eso, cuando a la hora de comer todavía no se había visto ni un pelo del chico, comenzaron a correr rumores de que estaba preparando algo especial para ese día.

Marco no estaba seguro de si creer aquellos rumores, puesto que las veces anteriores en que Ace había intentado ser más creativo siempre habían tenido alguna clase de aviso. Nadie podría olvidar cuando el chico había entrado al almacén donde guardaban la pólvora. Nadie supo nunca para qué: el barco no explotó de milagro, más de treinta personas tuvieron que ser atendidas y Ace se pasó el resto del día enfurruñado en un rincón. Para no perder la costumbre, luego se coló en la habitación de Oyaji con un cuchillo y acabó en el mar.

Cuando al terminar todos de comer todavía no había habido ningún robo desmesurado de comida Marco comenzó a preocuparse.

A pesar de que lo estuvo buscando durante horas, Marco no dio con Ace hasta que estaba ya anocheciendo y la mayoría de la tripulación estaba ocupada cenando.

El chico estaba en la popa del barco, sentado sobre la barandilla mirando al mar.

No cabía duda de que Ace lo oyó acercarse, pero ni se movió ni le dirigió la mirada. Aquello de por sí ya era preocupante: la reacción normal de Ace a cualquiera que se le acercase era prepararse para pelear.

-¿Dónde has estado todo el día?- Habló Marco cuando llegó a su lado, apoyando los brazos sobre la barandilla y recostándose sobre ellos.- Los chicos ya están apostando sobre tu mayor golpe hasta ahora.- Añadió al ver que no le contestaba, esperando picar ese sobrealimentado ego que saltaba a la mínima.

Ace apenas reaccionó.

-Hoy no voy a intentar nada.

-¿Oh? ¿Has decidido rendirte?- Preguntó Marco sin creérselo demasiado. Algo le pasaba, de eso no había duda, pero no parecía resignado.

-No.

-¿Entonces?

-Hoy hace siete años que murió mi hermano.

Permanecieron callados las próximas horas, Ace mirando algún punto indeterminado en el horizonte y Marco mirando a Ace, tratando de descifrar aquel misterio que había puesto sus pies hacía casi tres meses en el Moby Dick y que no dejaba de sorprenderlos a todos.

Fin