Hola!
¡Aqui he vuelto con una nueva historia!. Primero que nada decir, que Si voy a continuar con mi otra historia ''Namida'', solo que ultimamente no he tenido mucha inspiracion, pero el siguiente capitulo ya esta casi terminado.
Sobre esta historia decir que esta basado casi por entero en la saga de ''Twilight''. Eso no significa que aqui Sasuke sea Edward y Sakura Bella, eso es absolutamente incorrecto. Aqui todos los sucesos del libro ya ocurrierion, eso significa que Edward, Bella y todos sus derivados existieron, pero no apareceran debido que ya han pasado algunos varios años de que ellos vivieron en Forks. Algunos de los personajes de los libros apareceran por lo que no se sorprendan si los nombro. Pero repito Edward y Bella ya no viven aqui.
También advertir que pueden existir spoilers de los libros si asi lo requiere la historia, pero todavia no estoy muy segura. Tambien es necesario que hayas leido los libros para poder entender mi historia, pero si no lo has hecho, bueno, tratare de explicar mas detallado cualquier cosa que no entiendan. No quiero negarle la posibilidad a nadie de divertirse con este nuevo proyecto.
Si el rating esta en M es por algo, no quiero traumar a nadie, asi que los que se sorprenden facilmente es mejor que se abstengan.
Ok, lo ultimo, cuando aparesca este signo & ponganle play a ''Satellite Heart'' de Anya Marina.
DISCLAIMER: Todos los personajes de ''Naruto'' pertenecen al gran Masashi Kishimoto. Asi como el entorno y personajes de Forks y Twilight, pertenecen a la creativa Stephenie Meyer.
Capitulo 1 : Cuestion de Perspectiva
Observaba el techo de su habitación, miles de recuerdos inundaban su mente. Se sentía confundida. Sus brazos se encontraban como soporte en su cabeza. Su largo cabello rosa caía en cascada por la almohada. Y su mirada, perdida en la nada.
La mujer a la cual llamaban madre recién había abandonado la habitación con un ''Dulces sueños''. sonrío burlona ante esta ultima frase. Giro su cabeza y vio un pequeño bulto acurrucado en la cama consiguiente a la suya. Cualquiera que entrara en estos momentos, creería que estaba durmiendo placidamente, sin embargo, ella sabia que eso era imposible.
-Akemi-susurro. Aquel bulto comenzó a removerse y cuidadosamente se sentó en el respaldo de aquella inmensa cama.
Sakura la observo por unos instantes. Sus largos rizos azabaches enmarcaban su angelical rostro. Sus dorados ojos guardaban una sabiduría infinita, pero su cara denotaba inmadurez. Ese era su gran problema. Ella no representaba mas edad que el de una niña de 9 años.
Sus miradas se cruzaron. Sakura no tenia que siquiera hablar para que la pequeña comprendiera el motivo de su susurro.
-¿Nos iremos? ¿No es verdad?-afirmo, mas que pregunto, con voz cantarina y melancólica.
La pelirosa entrecerró su mirada y se enfoco nuevamente en el techo de su gran habitación. Un nudo se retorcía en su estomago, odiaba hacerla sufrir. Pero ambas sabían que todo lo que hacia era por su propio bien.
Volvió a contemplarla. No había rastro de emoción en su rostro. Parecía una muñeca sin vida. El nudo en su estomago se intensifico.
Por mas de 100 años habían sido compañeras y vivido como nómadas. Viajaban por el mundo estableciéndose en ciudades por periodos cortos de tiempo. Donde alguna familia adinerada las adoptaba. Su vida siempre había sido así. No tenían opción. Cada vez que algún humano tomaba contacto con ella, Sakura sabia que los ponían en peligro. Pero nada le importaba mas que la seguridad y felicidad de Akemi. La amaba demasiado.
Habían estado escapando por décadas. Ella era buena en eso. Pero su suerte algún día terminaría por romperse. Los Vulturis las encontrarían tarde o temprano. Su delito era demasiado peligroso.
Akemi era un ''Niño Inmortal''. aquellas criaturas las cuales se les tiene prohibida su creación por ser imprevisibles y no tener control sobre su sed y si mismos. Eran mil veces peor que un Neófito. Por lo que a ojos de aquellos seres los cuales se hacen llamar la realeza de los Vampiros. Ella seria una encubridora egoísta, y su amada Akemi un demonio.
Apretó fuertemente los puños detrás de su cabeza. Nadie las entendería, nadie se detendría a escucharlas. Nadie se preguntaría las razones de sus acciones. Para los Vulturis solo habría una sola solución. Asesinarlas sin el mas mínimo arranque de piedad.
Era por esa razón que su estadía con aquel matrimonio tenia que llegar a su fin. Todo se estaba tornando demasiado peligroso como para ignorarlo. Por lo que marcharse era la solución mas sensata, para protegerla.
Al fin y al cabo esa era su única misión en la vida. Cuidar que ningún bastardo le pusiera las manos encima, si no es por encima de su carbonizado cadáver.
-Si-respondió sin titubear. La pelinegra asintió lentamente, su vista seguia impasible.
Sakura se levanto rápidamente hasta sentarse a su lado, tomo sus pequeñas manos hasta cubrirlas con las propias.
-Akemi…-le susurro. Entre las penumbras ella se volteo y sus miradas se encontraron-sabes que lo hago para protegerte, nunca haría algo que te dañara si no fuera por resguardar tu seguridad-comenzó a besar sus manos y pego su frente a la suya-por favor…compréndeme-termino en un susurro desesperado.
Akemi tomo su delicado rostro entre sus manos y comenzó a delinear sus hermosos rasgos. Ella era tan hermosa, tenia una sensualidad que deslumbraba a cualquiera y sus ojos dorado con un tono verdoso te invitaban a perderse en ellos. Se inclino ligeramente y besó su frente. Engancho sus brazos alrededor de su cuello y recostó su cabeza en su pecho. Sintió como le correspondía acunándola contra su cuerpo.
-Te comprendo-le susurro bajito. La tensión que atormentaba sus miembros, desapareció de inmediato, permitiéndole rodearla con mas ahínco y apoyando su mejilla contra su cabello.
La pelinegra se alejo y se recostó nuevamente en su lugar. Sakura hizo el ademán de levantarse, sin embargo una pequeña mano la retuvo.
-Quédate..-dijo sin mas. Ella asintió acomodándose a su lado. Se mantuvieron en silencio por unos minutos, hasta que la aterciopelada voz de Akemi rompió la tranquilidad de la noche.
-¿A dónde nos iremos esta vez?-pegunto con cautela.
Sakura acaricio su cabeza y susurro..
-Forks..-fue lo ultimo que escucho esa noche. No dormirían, pero cerraron sus ojos pensando que tal vez de esa manera harían mas feliz a aquella mujer que durante el ultimo año había sido su madre.
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Se encontraba de pie en medio de la calle, sus brazos caían lánguidos en sus costados, su cabello rebelde se pegaba a su frente, mientras dejaba que la lluvia y la noche lo cubrieran completamente. Lentamente levanto su cabeza y vio como las cristalinas gotas se perdían en la oscuridad, aspiro fuertemente el aroma a tierra húmeda y tomando una profunda respiración, gritó.
Gritó casi dolorosamente, apretando fuertemente los puños. Su rostro se contrajo en una mueca de angustia y su pulso se aceleró. Sus rodillas fueron demasiado débiles para soportar su tristeza, y cedieron. Apuñalo el suelo con sus manos, y una lagrima que se escapaba de su lagrimal se perdía entre el aguacero.
-Patético-se susurro a si mismo, y comenzó a golpear brutalmente el asfalto con sus puños desnudos. Sangraba considerablemente, mas no lo notaba, solo quería que su agonía se detuviera aunque fuera solo por unos instantes, he infringirse dolor era la solución mas cercana que tenia en estos momentos.
Unas voces se oyeron a lo lejos. Eran los transeúntes que de seguro notaron los gritos que había liberado. Gruño para sus adentros, no quería que nadie lo viera así, tan débil. Se puso de pie torpemente y con paso desganado se dirigió a su auto.
Abrió la puerta y se metió bruscamente al interior, cerrándolo con furia. Era un Aston Martin DB7 negro, cualquiera que poseyera uno de esos lo cuidaría mas que a su propia vida, sin embargo a él poco le importaba. Se seco la cara con la manga de su chaqueta, acostumbro su vista al camino he hizo ronronear el motor. Apretó el acelerador y en unos momentos se mezclaba con la carretera.
Los árboles se distorsionaban tétricamente, mientras aumentaba la velocidad, haciendo que ya casi no se pudiera distinguir el exterior. No prestaba ni la mas minima atención al peligro que se exponía cada vez que corría por aquellos resbalosos caminos de Forks. Eran las únicas veces que se sentía libre de cualquier recuerdo doloroso que lo invadían cada vez que lo recordaba.
Apretó nuevamente el acelerador mientras rechinaba sus dientes tratando de reprimir el deseo de estrellarse con el primer auto que se le cruzara, a ver si de una vez y por todas el castigo llegaba a su fin. Pero siempre terminaba de la misma manera..
-¡Nunca haré la misma mierda que tu Itachi!-se gritaba en un débil intento de autoconvencimiento. Mientras sus nudillos cubiertos de sangre todavía fresca se volvían blancos al apretar el manubrio con rabia.
Una arquitectura elegante y sofisticada se alzaba entre la penumbra del bosque. Él disminuía la velocidad y maniobrando sin problema se adentraba a su hogar.
Se estaciono en el garaje y antes de salir se fijo en la hora, eran las una de la madrugada. Frunció el ceño molesto, esperando que su padre no le montara un espectáculo por llegar a estas horas a cenar. No valdría la pena, al fin y al cabo, hambre era lo ultimo que sentía en estos momentos.
Salio perezosamente, y metió sus manos en los bolsillos para que no notaran las heridas auto infringidas que se había causado para desahogarse de toda la mierda en su vida. Avanzo cauteloso hasta abrir la puerta que anexaba con la cocina de su hogar.
Entró, y vio las luces apagadas, en ese instante soltó el aliento que no había notado, había reprimido. Siguió avanzando lento hasta que llego al salón y vio a su madre dormida junto a uno de los grandes ventanales esperando seguramente por él. Chasqueo la lengua y se acerco cuidadosamente hasta la frágil figura de su progenitora, la tomo suavemente entre sus brazos y comenzó a subir las escaleras.
En silencio se adentro en la habitación de sus padres, para ver a Fugaku Uchiha durmiendo impasible en su cama. Sasuke rodó la mirada, ni siquiera noto que su madre se congelaba en el piso inferior, contuvo la rabia, y deposito suavemente a Mikoto entre las sabanas. Luego se volteo para ir a su habitación, pero una voz firme y baja le susurró…
-La próxima vez que preocupes así a tu madre de nuevo, te vas a arrepentir Sasuke- escucho a sus espaldas, siquiera volteo su mirada solo asintió lentamente y cerro la puerta tras de si.
Rápidamente se metió a su habitación, y con uno de sus puños golpeo la muralla, ya no sentía dolor, no ahora, toda emoción que alguna vez existió en su corazón, desapareció el día en que el cobarde de su hermano se suicidó.
Apoyo la frente en el frío muro y apretó la mandíbula, soltó un suspiro y lentamente comenzó a desnudarse hasta que sus parpados no resistieron mas su labor, dándole al menor de los Uchiha un respiro de su atormentada realidad.
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El amanecer ya casi se apoderaba de los cielos cuando dos delicadas figuras se escabullían entre la noche.
-Todo listo-aviso Sakura, mientras cargaba la ultima maleta en el convertible. La pequeña asintió pesadamente mientras sintió una suave caricia en su rostro-muy bien, Akemi, ahora solo queda lo último-
La pelinegra dio media vuelta y se adentro en la inmensa mansión hasta llegar casi en un parpadeo hasta la habitación de aquellos que habían sido sus padres durante ese ultimo año. Acaricio suavemente la mejilla de aquella mujer y beso una de sus manos, para luego poner uno de sus dedos derechos en su frente presionando ligeramente.
Cerro sus ojos, y pequeños hilos transparentes parecían salir de entre medio de sus cejas que desaparecían al contacto con el cuerpo de la pequeña. Luego repitió lo mismo con el hombre que dormía tranquilo a su lado. Pequeños hilos salían de su cabeza y desaparecían en la nada, siendo remplazados por hilos igual de transparentes que salían de su dedo índice izquierdo.
Al terminar la operación los observaba por segundos, para luego retirarse sin hacer el menor ruido, solo dejando en el vacío de aquella elegante habitación un suave susurro de agradecimiento.
Sakura permanecía apoyada despreocupadamente en el capo del automóvil, mientras una suave brisa jugaba con sus largos cabellos, hasta que sintió su particular aroma. Se volteo y la vio a su lado observándola con dulzura, le regalo una sonrisa y beso su cabeza.
-Es hora de irnos- le dijo suavemente, mientras le arreglaba su floreado vestido. La pequeña asintió y se subieron al BMW M6 plateado. Hoy seria un día nublado, por lo que no habría problema en andar en un descapotable.
Se ajusto sus oscuras gafas, encendió el motor, maniobro en reversa y acelero hacia la carretera.
Pasaron unas cuantas horas en silencio mientras la mañana transcurría tranquila. De vez en cuando Sakura observaba por el rabillo del ojo a Akemi quien sin darse cuenta de su alrededor leía tranquilamente un libro con la portada malgastada.
-Cual es el plan a seguir cuando lleguemos a Forks-le pregunto la pelinegra al cabo de unos minutos, sin quitarle la vista a su libro.
La pelirosa permaneció en silencio unos momentos, mientras repasaba todos los cabos sueltos.
-Esta vez…no nos dejaremos adoptar-soltó finalmente. La pequeña abrió sutilmente sus dorados ojos y se fijo en el perfil de su compañera.
-¿A que te refieres con que no nos dejaremos adoptar?-le pregunto con un pequeño atisbo de incredulidad en su voz.
-Lo que oíste, esta vez viviremos por nuestra cuenta-le respondió sin emoción en su voz.
-p..pero-le oyó replicar, sin embargo la interrumpió
-ya lo hemos hecho antes Akemi, no hay nada que temer. Sabes que nunca dejaría que algo malo te ocurriese-
La pelinegra asintió fervientemente y volvió su mirada a su desgastado libro.
Sakura, se retorcía por dentro, no podía decirle que quedarse con humanos las estaba delatando. Había escuchado rumores, de que los Vulturis habían estado sonsacando información a algunos humanos, que por lo que pudo averiguar habían sido mayoritariamente sus padres en el pasado.
Casi cae en pánico cuando se entero que Marco había sido uno de los que había estado tras su pista. Pero obligándose a permanecer en control y calma, ideo un plan para escaparse a una de las ciudades mas cercanas y seguras que tenían a mano. Por lo que Forks, fue su primera opción.
Luego fue bastante obvio que no podían quedarse con ninguna familia para pasar desapercibidas, por lo que lo único que podían hacer era vivir solas en aquel pueblo. Tenían dinero mas que suficiente para convivir por el tiempo que hiciera falta.
Durante todos los años que permanecieron con humanos, bastantes familias habían fallecido, sin necesidad de que ellas escaparan y tuvieran que borrar sus recuerdos, por lo que las fortunas y herencias siempre eran dirigidas a su cuenta, así que el dinero nunca fue un problema para ellas.
Con todos esos puntos a favor su estadía en Forks, seria mas fácil.
En cuanto llegaran lo primero que haría seria comprar alguna casa. Con la habilidad de Akemi de modificar los recuerdos, podrían embaucar a algún vendedor de bienes raíces, y convencerlo de que sus padres serian los compradores de aquella mansión. Luego harían lo mismo en los colegios a los que asistirían y todo marcharía bien. No había ningún error en su plan, por lo que su amada Akemi estaría segura a su lado.
Sonrío de medio lado al notar que ya anochecía. Ya casi llegaban, hace unos minutos habían pasado un gran letrero que decía ''Welcome To Forks''. Presiono el acelerador y se adentro en aquella carretera rodeada de bosques.
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Recostado en su cama observaba fijamente el techo de su gran habitación. Ese día había sido una mierda, como todos los anteriores durante ese ultimo año.
Se levanto en la mañana, y sintió su cuerpo pesado, se froto los ojos con los nudillos y ahogo una maldición. Se fijo en sus manos y las tenia cubierta con sangre ya seca y las tenia amoratadas. Maldijo interiormente y se metió a la ducha para despertarse por completo. Luego se vistió raudo con un jeans desgastado y una chaqueta ploma con zipers.
Bajo a desayunar, y al llegar a la mesa se encontró con sus padres mirándolo fijamente. Como siempre los ignoro, solo se acerco y tomo una tostada para retirarse sin decir nada.
Paso por la cocina hasta el garaje y se metió en su automóvil haciéndolo ronronear sonoramente, mientras salía directo al instituto.
Todo el camino estuvo recordando como había perdido el control de sus emociones la noche anterior, y acelero la carrera tratando de olvidar lo patético que debió haber parecido.
Luego de unos minutos tortuosos en los que no dejaba de recriminarse su debilidad, por fin llego al estacionamiento del instituto y se aparco en su lugar de siempre.
Bajo elegantemente, y cerro la puerta tras de si con un movimiento suave, mientras que en la otra mano sostenía sus libros. Comenzó a avanzar con paso seguro, sin prestar la mas minima atención a los suspiros que dejaba su persona al pasar por los pasillos.
A primera hora le tocaba química por lo que en la esquina que se acercaba doblo hacia el laboratorio.
-¡Hey Teme!-escucho a sus espaldas. Frunció el ceño visiblemente, y se decidió a no prestarle atención al idiota de su mejor amigo.
Sin embargo, los que conocían a Naruto Uzumaki, sabían que nunca se daba por vencido tan fácilmente. Por lo que no basto ni medio segundo para tenerlo caminando a su lado con el mismo paso seguro que los caracterizaban.
-¿Y? ¿Qué tal tu fin de semana?-le pregunto con aquel tono revitalizante que solía usar en las mañanas.
-No es de tu incumbencia..Dobe-le respondió impasible. Odiaba que Naruto siempre pareciera tan feliz a pesar de que su vida estaba tan cagada como la de él mismo. Su padre había muerto un poco después del suicidio de Itachi, en un accidente automovilístico, y su madre se había vuelto una alcohólica que odiaba a su propio hijo. Por lo que Naruto se tuvo que ir a vivir con su tío Jiraiya, quien era dueño de un gran cadena de libros eróticos con un extraño nombre: ''ICHA ICHA PARADISE''; Sasuke arrugo los labios ese viejo podría ser un inmaduro pervertido, pero no cabía duda que quería al Dobe como a su propio hijo. Al menos no todo era tan malo para el idiota.
Sintieron el timbre de inicio de clases, justo al tiempo que entraban al salón atestado de alumnos sonriendo y hablando de lo genial que había sido su fin de semana. El pelinegro rodó su mirada y se sentó en el lugar de siempre al lado de la ventana. Naruto se despidió con un ademán de manos y se dirigió al final del salón para situarse al lado de Hinata Hyuga, quien hace ya unos meses se había transformado en su novia.
Sasuke acomodo los libros en el puesto vacío a su lado y se apoyo contra la ventana, para observar como lentamente las nubes comenzaban a espesarse, ese día estaría nublado, como todos los días en aquella ciudad. Era un maldito milagro que no lloviera.
Se encontraba perdido en sus pensamientos, cuando sintió que alguien invadía su espacio personal y quitaba sus libros del lugar en que él los había dejado. Se giro lentamente para ver a una pelirroja sacudiéndole las pestañas y sonriéndole como si fuera a romperse la cara.
-Buenos días Sasuke-le había dicho Karin mientras se acercaba suavemente hasta que sus caderas se rozaron. El pelinegro se giro violentamente sin prestarle atención a la desilusionada cara que la chica le regalaba.
Luego entro la profesora Ángela y les comenzó a explicar algo sobre los Actínidos a lo que él no presto demasiada atención. Lo único que ocupaba su mente era…nada, no tenia cabeza para nada. no había nada que le llamara la atención. Y era eso lo que lo llevaba a colapsar constantemente. Su vida era tan monótona que era casi una crueldad hacer lo mismo que el día anterior. No había algo o alguien que lo sacara de ese abismo en el que se estaba sumergiendo. Tenia amigos, si, pero no es que él los necesitara de todos modos. Para él era igual que estar solo.
Llego la hora del almuerzo y salio del salón sin mirar atrás, con paso seguro se sentó en la mesa de siempre. Estaba rodeado de personas, aquellas personas que se suponían eran sus amigos. Todos hablaban y reían entre si. Naruto tenia un brazo por sobre el hombro de Hinata mientras discutía con Sai apuntándolo con el dedo. Shikamaru le hablaba en el oído a Ino y ella solo sonreía. Todos se veían felices. A excepción de él. Sasuke solo se sentaba y miraba a la nada, odiándolos a todos.
¿Cómo era posible que el mundo siguiera girando si el se estaba cagando por dentro?, ¿Cómo era posible que todos sonrieran cuando él lo único que quería era acabar con su miseria?, ¿Cómo podían ser felices, si él se sentía como una mierda cada vez que veía a sus padres a la cara?, ¿Cómo era posible que el se sentara con ellos todos los días, fingiendo que nada ha pasado?.
Frunció el ceño y se levanto para dirigirse a su próxima clase.
Al termino del día y estúpidos deberes Sasuke se subió a su auto ignorando olímpicamente las invitaciones de sus amigos para ir a Port Angels al día siguiente por lo que acelero casi antes de poner el auto en reversa.
Se sumergió en la carretera como siempre. Siguiendo el mismo camino de siempre. Los árboles eran los mismos de siempre. El clima era el mismo de siempre. La atmosfera era la misma de siempre. Gruño molesto y al llegar a su casa lo primero que hizo fue encerrarse en su habitación, como siempre.
Y ahí estaba, otro día desperdiciado mirando el techo de su cuarto.
Quizá debería ir a ver como estaba su madre. Pero desecho esa idea casi de inmediato al recordar que vería la cara de culo de su padre, por lo que prefirió quedarse encerrado pensando en la mierda en lo que su vida se había convertido. Es decir, no es como no lo había sido siempre, pero por lo menos antes tenia una meta, algo por lo que seguir. Pero ahora, no había nada que lo impulsara a seguir adelante como Itachi lo había hecho siempre.
-Maldito bastardo..-susurro. Ojala que se estuviera pudriendo en el infierno por la mierda de vida que le dejó.
Soltó un suspiro exasperado. Cada vez que lo recordaba le hervía la sangre. Todavía no podía aceptar que la persona que más había admirado en el mundo se hubiera quitado la vida como un asqueroso cobarde. Eso hacia que se cuestionara cuan real había sido todo alrededor de sus 17 años de vida.
Cerro los ojos fuertemente tratando de reprimir otro arranque de furia. Se levanto y se sentó al borde de su cama, puso su cabeza entre sus manos y respiro hondo en un débil intento de tranquilizarse. Finalmente se relajo y cayo rendido en sus almohadones…como siempre.
Ojala les haya gustado. En este primer capitulo me quise centrar mas o menos en sus vidas para que se entendiera mejor en lo que nos estamos encaminando, asi que ojala lo hayan disfrutado tanto como yo lo hice escribiendolo.
Me gustaria que me comentaran que les parecio Akemi. en todos los dias que estuve armando la historia no estaba segura si hacerla niña o niño, al final me gano Akemi xD, asi que espero que les guste. Ella va a ser una parte importante de la historia ya que va a ser un punto considerable de conflicto por su condicion de ''Niño Inmortal'' a lo que Sakura saben defendera con su vida, porque como ya lo leyeron, la ama. Quiero dejar en claro que el amor que Sakura siente por Akemi es bastante complejo ya que se ha transformado en su compañera por 100 años, no la ama como hermanita, no la ama como una hija, no la ama como a una amiga, pero tampoco la ama como mujer. Solo la ama. se me hace un poco dificil plasmar los sentimientos de ellas dos por lo que algunas veces se puede ver como un poco yuri o lolicon, por eso adverti que la historia esta en Rated M.
En fin espero, sus criticas, consejos, preguntas..
Bye!
