CAPITULO 1: PRESOS

Hola. Mi nombre es... Bueno mi nombre no tiene mucha importancia en estos momentos. Yo vengo a contarles la historia de un hombre, que si bien nunca pudimos ser mejores amigos era considerado un miembro más de la familia. Su nombre era Okia sougo. ¿Qué? ¿Que cómo es que conozco su historia? Bueno es porque dentro del shinsengumi mi deber es escribir y reportar todo lo que pase con los miembros, aparte eso más adelante lo descubrirás, pero vamos sé que te estoy aburriendo.

Todo empezó en el campo de batalla, aún recuerdo como todos corríamos con la esperanza de sobrevivir y que el mañana trajera la justicia y la verdad a edo nuevamente.

-¡No podemos seguir resistiendo! ¡Apresúrense! ¡Si no despegamos ahora, la nave será derivada antes de que podamos escapar!- gritaban de manera desesperada desde dentro de la nave

Y mientras nuestro entorno se volvía más caótico, pude escuchar como nuestro vice-capitán Hijikata gritaba desesperadamente -¡APRESURENCE!- y mientras miembros del shinsengumi y del mimawarigumi abordaban, la nave lentamente se comenzó a levantar del suelo y mientras todos abordaban la nave que ya se encontraba por los aires pudimos observar el sacrificio de un hombre de "elite" el comándate de mimawarigumi, Isaburo sasaki. Sinceramente todo sucedió tan rápido lo único que pudimos observar fue como tres enemigos los cuales parecían haber sido derrotados se levantaron y atacaron a Nobume y a su hermano Tetsunosuke, después de eso solo pudimos ver una inmensa explosión, que surgió por el ataque del enemigo. Y segundos después el cuerpo del comandante cayó al vacío en donde su vida encontraría un final trágico pero heroico. Pero mientras el silencio gobernaba en ese momento por el acto que había ocurrido, un grito hizo que nuestra atención se enfocara a otro punto y mientras nos movíamos rápido pudimos verla colgando sujetándose con sus manos desde una esquina de la nave

-¡aaah! ¡Maldito que cree que haces! –gritaba la joven Kagura, mientras intentaba subir desesperadamente, pero mientras nos movíamos pudimos escuchar otra voz muy familiar

-¡grrr! Tonta deja de moverte tanto, no ves que no quiero morir- gritaba desesperado el capitán Okita mientras intentaba trepar por las piernas de Kagura

-maldito suéltame- decía Kagura mientras se agitaba de un lado a otro e intentaba aferrarse de la nave con ambas manos

-oye maldita china deja de moverte- gritaba nuevamente el capitán mientras se aferraba a la cintura de Kagura

-¡desgraciado! ¡A donde crees que estas tocando! –decía kagura mientras pateaba al capitán varias veces para quitárselo de encima.

Pero justo en el momento en que llegamos para poder ayudarlos, recibimos otro ataque de parte del enemigo y mientras la nave se sacudía por el impacto, pudimos ver el rostro de Kagura al soltarse del borde de donde se sujetaba. Rápidamente todos los que estaban cerca se lanzaron estirando sus manos con la esperanza de que Kagura pudiera salvarse y deteniéndose justo en el borde pudieron observar como ambos caían al vacío y en ese momento todo parecía ir más despacio como si alguien hubiera puesto la cámara lenta, tan solo recuerdo como el jefe de la Yorozuya gritaba desgarradoramente el nombre de Kagura al ver como con cada segundo que pasaba ella se alejaba más y más. Cada explosión al alrededor de la nave pasaba desapercibida mientras todos observábamos a Gintoki con la mano estirada al vacío mientras el jefe Hijikata lo intentaba levantar y poner a cubierto en ese momento simplemente sentimos como la esperanza de volver todos juntos se había esfumado...

-aaaaahhhh!- gritaban ambos jóvenes desesperados mientras caían al vacío

–Maldito infeliz, todo esto es tu culpa- gritaba Kagura mientras intentaba alejar a Okita que todavía se encontraba aferrado a su cintura

-¡AAAH! No quiero morir todavía, vamos déjame estar encima de ti- decía el joven mientras intentaba maniobrar en el aire para colocar a Kagura en la parte de abajo. –Infeliz crees que haces- decía Kagura con gran enojo mientras forcejeaba con Okita.

-tu raza es más resistente, tu sobrevivirás. Tienes que amortiguar el impacto por mí- decía Okita mientras que desesperadamente miraba hacia abajo– ¿quién crees que soy? ¿kakaroto? ¡Yo también moriré!- le respondió mientras ambos miraban como se acercaban al suelo cada vez más y más.

-sabes algo china, antes de morir tengo algo que decirte- dijo Sougo mientras alzaba la mirada al cielo -¿Qué demonios dices? Este no es el momento para eso- le pregunto Kagura mientras Okita la rodeaba con sus brazos –creo que hice del baño- le respondió mientras le sonreía, segundos antes de caer el suelo.

La nave se había alejado y la opción de volver al campo de batalla, simplemente seria como un suicidio tan solo podíamos orar por las almas de los tres caídos y desear que se encontraran en un lugar mejor.

O al menos eso creíamos. De vuelta en el campo de batalla se pudo escuchar una voz que demostraba que al final la esperanza es lo último que muere

-¡arréstenlo rápido!-

Después de escuchar la orden las tropas rápidamente se movilizaron a capturan aquello que había descendido del cielo, sin preguntas levantaron el cuerpo inmóvil y lo subieron a un vehículo el cual partió en una dirección desconocida.

Después de eso pasaron tres días.

-¿Dónde demonios estoy?

-¡vaya! al fin despertaste

-¿quién es usted?

-mi nombre, eso no te importa, lo único que tienes que saber es que si ya estas curado pronto te iras a una cómoda celda

-dígame, ¿Dónde está?

-¿Quién? O no me digas que te refieres a la otra persona que cayo contigo

-¡SI! ¿Dónde está la china? Pregunto Okita mientras se intentaba levantar de la cama.

-¡ja! Sabes tuviste suerte de que ella no fuera humana, simplemente los vimos como caían desde lo alto sobre algunos de ese raros monjes que ocupan como soldados, cuando pudimos llegara al lugar aquella chica te estaba abrazando, ambos estaban inconscientes parece que recibió el impacto de la caída, bueno eso es un decir ya que ninguno de los monjes sobrevivió- le respondió aquel hombre con bata el cual parecía ser el doctor del lugar

-no me diga que ella...- dijo Okita mientras agachaba su cabeza con extrema culpa

-No, ya te lo dije tiene suerte de no ser humana, ella se recuperó antes que tú y está en una celda- le respondió el doctor mientras se acercaba a la puerta

-tengo que ir a verla- respondió Okita mientras lentamente se acercaba a la puerta

-no te lo dije, esta es un prisión al único lugar que iras es tu celda- dijo el doctor mientras abandonaba el cuarto.

Mientras que rápidamente unos guardias entraban al cuarto y tomando a Okita lo llevaron a través de la enorme prisión que apestaba a tristeza, muerte y desesperación, hasta llegar a una celda en donde los guardias lo arrojaron adentro sin decir una palabra.

-todo esto es tu culpa- escucho Okita que alguien hablo y mientras giraba la cabeza pudo ver una sombra desde una esquina de aquella celda

-¿tu? –pregunto Okita asombrado mientras se acercaba

-no te acerques más imbécil, si no fuera por ti no estaríamos metidos en esta jaula- le respondió Kagura mientras sujetaba por el cuello a Okita y lo arrinconaba contra los barrotes de la celda

-oh pero que tenemos aquí, aparentemente los compañeros no se llevan bien- dijo un misterioso hombre acompañado de dos guardias de seguridad –que les parece si los rociamos un poco para calmar la tensión- volvió a hablar, mientras que uno de ellos se alejaba y volvía con una manguera la cual sin el mínimo respeto disparo a los jóvenes que fueron mandados por la inmensa precio al fondo de la celda

-¡maldito! ¿Cómo te atreves?- Gritaba Kagura mientras se levantaba y se lanzaba hacia el

-¡oh! Alto no quieres hacer eso pequeño- bueno yo soy el encargado de este lugar, y veo que después de tres días ambos despertaron ¡felicidades chicos! Por sobrevivir

-infeliz cuando me dejaras- dijo Kagura mientras estiraba su brazo fuera de los barrotes

-¡oh! que grosera eres pequeña, déjame continuar, bien yo seré su juez, carcelero y verdugo y como juez su sentencia es la ¡muerte! Por crímenes contra el país ambos serán ejecutados- exclamo aquel hombre mientras los señalaba

-¿Qué?- exclamo Okita mientras se acercaba

-disfruten su estadía y oficial, por favor vuelva a rociar a nuestros invitados están un poco sucios- dijo aquel hombre mientras salía del lugar

Fin del capítulo 1