Hola a todos!
Aquí les traigo un fic que llego a mi como un sueño... Y lo hice realidad.
Espero les guste.
Ah! Fairy Tail no es mio, es del gran Mashima-sama (que hasta hace poco era motivo de ira de mi parte) pero la trama si... Más o menos.
CAPITULO 1
El Recuerdo
Recuerdo ese día.
Ese helado día de verano.
Me habían enviado ahí luego de diagnosticarme la misma enfermedad que mato a mamá. En un principio estaba asustada. No quería morir. Recuerdo mi llegada. Mi padre y yo estábamos en la parte trasera del auto sin dirigirnos la palabra. Cuando llegamos los doctores y enfermeras me esperaban. Baje del auto y mire a mi padre, el no dijo nada. Después se fue. Así. Sin más. Esas personas me llevaron dentro y comenzó todo.
Ese lugar era grande y blanco. A cada momento me hacían exámenes y daban medicinas. No me gustaba hacer esas cosas, pero era por mi bien. A veces me sentía bien, a veces mal. Tampoco había otros niños. Era la única pequeña en ese mundo de adultos con palabras raras. No había amigos para mí.
Recuerdo ese día, no mucho después de mi llegada. Me había levantado de la cama porque tenía ganas de ir al baño. Llame a la enfermera, pero nadie respondió. Me baje de la cama y salí al pasillo. No había nadie. Recorrí los pasillos y pasillos, baje muchas escaleras buscando a alguien. Me desesperé, tenía que ir. Entonces vi ese mágico letrero verdoso y Salí pitando. Créanme que me alegre. Pero el problema comenzó allí. Cuando salí y mire donde me encontraba, caí en la cuenta que no tenía ni la más remota idea de cómo volver a mi habitación. Estaba perdida en ese mar blanco. Camine sin rumbo fijo y con el corazón en la garganta. Miraba alrededor con temor, ya saben que hay en los hospitales. Si uno se aparecía ante mi tenía que estar alerta para correr. Me dan miedo los fantasmas. Al rato se me fue el miedo, ahora solo buscaba a alguien que me ayudase a volver.
También recuerdo el calor. Ese lugar tenia aire acondicionado, pero el pasillo era muy caliente…Caminaba sudando mi blanco camisón. Me comenzó a enojar y llame a alguien. Por toda respuesta las luces se apagaron. Sentí una mezcla de miedo y enojo. Pero continúe caminando.
Enfurruñada y abrazandome a mí misma torcí a la izquierda. El enojo se fue de golpe y fue cambiado por una sensación de empequeñecimiento. Admito que era un poco más pequeña que los otros niños de mi edad, pero han de admitir que ese lugar era enorme. Mire adentro y note algo raro. En las paredes a los lados había maquinas raras y que parecían viejas. No reconocí ninguna. Pensaba que era algo raro que solo usaran los doctores para emergencias. En la del fondo… Había una cosa de cristal que irradiaba un poco de luz y que, por la silueta que se veía, tenía a alguien dentro.
Recuerdo la curiosidad que venció al miedo que sentí en el momento y me adentro más a la sala, a acercarme a esa cosa. Cada paso que daba me hacía sentir más frio… Comencé a lamentar no ponerme mis zapatos. Cuando llegue al lado del cristal, estaba temblando. Note de inmediato que era la fuente del frio.
Mire a ambos lados, para asegurarme que nadie me estuviese viendo. Ahora que lo pienso fue tonto, Nadie me había detenido desde que había llegado y si estuviese hay, lo habría visto. Cuando me asegure, me fije mejor en esa sombra. Ahora que estaba junto a ella note que solo era un poco más grande que yo… Un niño. Acerque temblorora la mano al cristal y lo toque, estaba frio. La retire y vi por un momento un ojo cerrado. Mire atrás y, mirando de nuevo el cristal, frote las manos lo mejor que pude para ver cómo era. Aparte del frio que sentí, me lleve una gran sorpresa.
Dentro de eso había un chico. Mis ojos pasaron de sus rosados cabellos, alborotados alrededor de su cabeza, de un curioso tono de piel. Sus ojos estaban cerrados, dándole un aire caí angelical a su cara. Me pregunte como serian abiertos. Tenía una ropa blanca como yo. Y veía en su cuello una diminuta cicatriz. De verla me dolió el mío.
Me quede mirando al niño un rato, lo suficiente como para que el cristal se empañase de nuevo, preguntándome que hacía en ese lugar tan frio y solitario. Escuche un ruido y me preocupe por la hora a la vez que retrocedía, seguro no debía estar ahí. Y todo comenzó.
Resbale con algo, ni yo misma se si era solido o líquido, solo sé que resbale. Me agarre del cristal para no caer, no sirvió de mucho ya que resbale por el frio, pero me mantuvo en pie. Recupere el equilibrio y mire que no hubiese llegado nadie. Suspire de alivio, pero el sentir una mirada sobre mi hizo que me asustase. Volví a mirar y no note nada. Con un poco de temor mire el cristal, alejándome en cuento lo hice.
Con la caída había borrado la cosa que cubría el vidrio, dejando ver la cara del muchacho. Unos ojos oscuros de tono verdoso me miraban fijamente como deseando ver mi interior. En menos de un segundo cambiaron de color… Un color que no supe identificar. Me quede mirándolos aterrada, y entonces note como el frio se incrementó en la sala. Un escalofrió recorrió mi espalda al ver como esos ojos eran cubiertos nuevamente, pero aun notaba que seguían abiertos.
Pero no fue lo único: Partiendo de ese lugar una capa de hielo comenzó a cubrir todo… El suelo… Las maquinas… El techo… La Salida. Estaba encerrada. Atrapada en ese mundo helado. Entonces escuche un crujido, seguido de otro. El cristal se estaba agrietando. Me aleje rápidamente, sin dejar de ver esa cosa, resbalando con el hielo.
Tenía miedo. Quería salir rápido. Caí. Justo en el momento que escuchaba como el vidrio cedía, caí en el hielo mirando la escena ante mí. Un fuerte viento soplo. Me cubrí la cara con los brazos hasta que termino. Con miedo mire el lugar. Ahí estaba el niño de pie en medio de unos trozos rotos de hielo. Estaba haciendo ejercicios de estiramiento.
Quería gritar, pero no podía. Miro alrededor antes de reparar en mí. Sus ojos volvían a ser verdosos, lo que llamo a mi curiosidad. Me miró fijamente. Luego pregunto.
-Qué año es?- Me sorprendí al escuchar esa pregunta. Pero aun así le conteste.
-X… XXXX…- El me miro con sorpresa pero luego no hizo nada.
-Ya veo.- Luego se acercó tambaleante a la puerta. A medida que caminaba sus pies asentaban el hielo del suelo, no pareciese posible, pero yo era testigo de todo.
Con un poco de torpeza me levante, temiendo resbalar y caer de frente. Mis ojos no se separaban de ese niño. Entonces una pregunta salió de mis labios
-Quién eres? Que hacías ahí?- El volteo a verme con seriedad, una seriedad que comenzó a darme miedo. Trago esperando su respuesta pero el solo sigue caminando hasta la salida. Alzo su mano y el hielo desapareció. Él se la miro con desconfianza.- Oye te estoy hablando. – El me miro de refilón y se fue por el pasillo.
Molesta por su negativa a hablarme le seguí, más el frio me recordó no salir corriendo. Mire alrededor para buscar algo rápido con que calentarme. Y vi una rara bufanda sobre una extraña mesa en la que antes no había reparado. La tome y me la puse. Era muy cálida. Con un repelente para el frio Salí tras ese chico. El caminaba por el corredor con tranquilidad, otra vez trayendo consigo ese frio. Yo me quede un tanto rezagada. Asustada de lo que podía suceder. Caminamos un rato y subimos las escaleras. Cuando pensaba que me iba a quedar sin piernas el salió a un pasillo. Me dieron ganas de gritarle donde estaba la salida, pero no lo hice. Había algo en la atmosfera que me decía que me quedase callada. Llego ante una ventana y se detuvo mirando el exterior. Intente acercarme, pero solo vi cuando el alzo la mano y la pared por completo exploto.
Como estaba tan cerca, pensé que sentiría el calor de esa cosa, pero no. Sentí aún más frio. Me corrí hacia atrás asustada, sin quitar la vista del niño que miraba triunfante el exterior. Entonces se escuchó mucho ruido en los pasillos cercanos. El niño volteo a verme y yo lo mire a él, pero luego se acercó al borde… y salto.
No sé si grite o no, pero resbale en mi carrera hacia el lugar para ver lo sucedido. Temía verlo en el suelo, pero mi sorpresa fue mayor. No había ni el más mínimo rastro de que él estuviese por el lugar. Mire alrededor tratando de encontrarlo, pero vi caer algo diferente… Nieve. Estaba nevando. Nieve en medio del verano. Me quede mirando como si fuese una estatua, estoy segura que hasta tenía la boca abierta. Me quede otro rato ahí, hasta que escuche voces.
Olvidando momentáneamente al niño y con el temor a ser descubierta junto a ese desastre me hicieron correr hacia el lado contrario donde se escuchaban las voces. Corrí sin detenerme, hasta que llegue a mi habitación. Ni yo sé cómo. Me metí en la cama y me cubrí con la sabana. Escuche voces y ruido, incluso gritos por los pasillos. Y sin prestar atención a eso, me dormí, pensando en mi pequeña aventura.
Eso fue increíble. Incluso a la mañana siguiente pensé que era un sueño, pero sabía perfectamente que no lo era. Nunca comente mi aventura con las enfermeras. La bufanda, que era blanca de cuadros, era la única prueba de lo sucedido y decidí esconderla entre mi almohada. Con suerte nunca la encontraron.
A las semanas siguientes me dejaron salir y volví con papá. No fue una alegre bienvenida, pero comparado a estar completamente sola en ese extraño hospital, era algo. Mientras miraba el hospital a lo lejos pensé por enésima vez en el chico pelirosa. Cuando llegue a casa, me dije a mi misma no pensar en ello y seguir a delante. Y así fue. Viví feliz por muchos años. Hice amigos, fui a la escuela... Y otras cosas. Todo Normal.
Hasta hoy. SÍ, HOY. El día que se cumplen diez años exactos de este hecho.
Aún recuerdo todo. Ese mismo cabello rosado, Ese aire frio que lo rodea aunque ya no es tan exagerado, La cicatriz en su cuello y esa mirada que parece querer ver mi alma en este instante. No sé si es por ser la única sin compañero de banca o porque me recuerda como yo lo recuerdo a él.
Solo se una cosa. Este año será muy diferente a todos los demás que he vivido en la academia.
-Bueno chicos.- dijo Mira sensei a todos nosotros.- Este es su nuevo compañero, así que espero todos se lleven bien con él y lo ayuden a adaptarse a las clases. Preséntate por favor.- Creo que no debí preguntar esa vez…
-Me llamo Natsu Dragneel- dijo con voz calmada, un tanto fría… Escuche grititos y mire de mala gana a las chicas tontas del salón. Cuando volví los ojos al frente el seguía mirándome.- Un placer conocerlos a todos..- Por un instante volví a ver ese extraño tono en su mirada, que esta vez iba a acompañada de media sonrisa que a mi parecer o es un buen augurio.
Sí, definitivamente este será un año muy, MUY diferente a todos los que he vivido en la academia Fairy Tail.
Listo!
Que les pareció?
Ya se que debería estar en mis otros fics, pero esta idea me llego...y a escribir se dijo. No se preocupen con ellos, dentro de poco les traigo mas.
Dejen reviews para saber su opinión. SÍ LES GUSTO, SI NO, SI NATSU SE PARECE A GRAY...Lo que quieran!
Por eso pregunto...
Reviews?
Nos vemos en algun día del año.
Chao!
