Lavandería.
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Una gotita de sudor escurría por su frente, sus cejas se juntaron un poco y sus ojos miraron los diversos botones que había en el tablero. Era un agresivo y poderoso mago, el mejor cuando se trataba de hielo; eterno rival de Natsu, compañero de la poderosa Erza, orgulloso integrante de uno de los gremios más conocidos y -problemáticos- fuertes: Fairy Tail. Su inteligencia le permitía salir de las circunstancias apretadas y su pericia le había salvado de ataques mortales.
No había enemigo lo suficientemente fuerte o astuto, para él... pero...
Se llevó una mano a la cabeza, era vergonzoso tener que recurrir a Lucy, de nuevo, ante esa situación, que ya le había sido explicada antes. Torció los labios unos momentos y bufó, fastidiado.
—¡Luuuuuuuuuuuucy!
Escuchó unos pasos acelerados aproximarse y luego a la rubia aparecer en la habitación, llevaba la ropa desacomodada y el cabello envuelto en una toalla que comenzaba a soltarse. Sus ojos marrones miraron la estancia, buscando algún enemigo, ¿quizá una bomba a punto de explotar? Pero no encontró más que un cesto de ropa sucia, que no le pertenecía... y a Gray de pie en su cuarto de lavado.
—¿¡Qué haces aquí!? —preguntó, cayendo en la cuenta de la intrusión a su apartamento. —¿¡Y por qué gritaste de ese modo!?
Gray suspiró y le mostró la ropa sucia. —Necesito lavar la ropa.
Suspiró y relajó su postura... había estado tomando un relajante baño de burbujas.
—¿No tienes lavadora en tu casa o qué?
—Si… —respondió, rascándose la mejilla. —Pero nah, no es lo mismo.
Se quedaron en silencio unos momentos. Lucy lo miró fijamente, ya estaba acostumbrada a tener visitantes -no deseadados la mayoría de las veces- rondando por su casa a cualquier hora del día, ya fuera durmiendo en su cama, usando su baño, comiendo su comida… en fin. Enarcó la mirada, Gray parecía esperarla.
—¿Qué? —preguntó, dando su brazo a torcer. —¿No vas a lava tu ropa?
—... necesito ayuda —murmuró.
Sus cejas se enarcaron un poco, mostrándose un poco curiosa. —¿Con qué?
El muchacho señaló el objeto causante de tremenda conmoción, a veces resultaba risible que aquel temible mago, infranqueable perdiera ante una lavadora. Lo miró, como se hace cuando uno cree que alguien es, por demás, estúpido y dejó salir un suspiró de cansancio. ¿Cuántas veces le había explicado? Ya había perdido la cuenta.
—Lo diré una última vez —levantó su dedo índice, haciendo énfasis. —Es fácil, pones suavizante aquí y detergente acá... —mientras hablaba, vertía los productos en los contenedores. —Luego pones toda tu ropa en la lavadora y...
—¿Toda? —interrumpió.
Lucy asintió, sin prestarle atención.
—Sí, sí... toda la que quieras o necesites lavar- ¡¿Qué?! —gritó, completamente sonrojada y cubriéndose los ojos. —¡¿Por qué te desvistes?!
Gray la miró, con gesto de obviedad, que ella no pudo ver. —Quiero dejar limpia toda mi ropa.
—Eso puedes lavarlo luego —aseguró, agitando una mano y con los ojos cubiertos aún.
—No... no quiero gastar agua… —se volvió hacia la lavadora y oprimió un botón. —¿Eso es todo?
Lucy, que miraba el techo, asintió y Gray salió del cuarto de lavado, muy quitado de la pena.
Natsu, que recién había llegado y salía de la cocina con un bocadillo, miró al muchacho pasar... a pesar de la familiaridad que había crecido con el nudismo de Gray, no pudo evitar fruncir el ceño y estampar lo que quedaba del panecillo en el rostro del muchacho, que le miró completamente confundido y fastidiado.
La rubia apareció luego de escuchar el golpe y volvió a cubrirse los ojos para no mirar a Gray, que miró los miraba en silencio… ¿por qué tanto revuelo?
—¡¿Por qué tu amigo anda desnudo por toda tu casa?! —preguntó Natsu, histérico.
—¡No finjas demencia, es tu amigo también! —se quejó la rubia, aun sin mirar.
—¿Qué está pasando aquí? —preguntó una voz femenina, tranquila, perteneciente a una pelirroja que apenas llegaba.
Lucy apretó los labios, aun incapaz de mirar por temor a encontrarse con Gray frente a ella o donde fuera que pusiera la mirada; Natsu y Gray se soltaron, fingiendo que eran los mejores amigos del mundo y sonriendo, mientras el de cabellos rosados intentaba cubrir la desnudes del otro muchacho… aunque a esas alturas de la vida ya no sabía por qué se esforzaba.
—¡Gray! ¿Qué haces desnudo en casa de Lucy?
Natsu se soltó del falto abrazo y a Gray se le congeló la sonrisa en el rostro al escuchar un extraño sonido, similar al de los nudillos al tronar. Tragó saliva con dificultad y se alejó de la pelirroja con pasos pequeños y las manos levantadas frente a él, en un intento por detener la ira de Erza.
—No andes desnudo por ahí —su voz sonaba severa. —Conoces las reglas.
Natsu aprovechó la distracción y tomó a Lucy del brazo, tirando de ella; se escabulleron hacia la puerta, en caso de que las cosas se tornaran violentes, mejor se iban de una buena vez. No habían dado más de seis pasos, cuando escucharon un fuerte estruendo y a Gray jurar que no volvería a andar desnudo por todo el lugar.
Espero les haya gustado :)
¡Hola! Bueno, vengo a aventurarme al fandom de Fairy Tail, con esta pequeña viñeta que espero que sea de su agrado, también espero no haberme salido de los personajes. Se aceptan todo tipo de críticas constructivas, el punto es hacer las cosas bien.
Publicación original: Miércoles, 25 de junio de 2014
Edición publicada: Domingo, 07 de octubre de 2018.
