Disclaimer: Los personajes pertenecen a George R. R. Martin. Yo solo los he tomado prestados por un rato, para disgusto de Martin y deleite mío, y no obtengo ninguna clase de beneficio al hacerlo.

Este fic participa del desafío de octubre "La batalla de hielo y fuego" del foro "Alas negras, palabras negras".

Este fic tiene 500 palabras exactas, sin contar el título.


Semilla de dragón

«Puedo hacerlo —se repetía Alyn mentalmente—. Sangre de reyes, de dragones, corre por mis venas. Si mi hermano lo hizo, yo también puedo lograrlo». Apretó con firmeza el látigo en su mano derecha. El fino cuero le infundió valor y con paso seguro avanzó hacia donde se encontraba el dragón.

Robaovejas era aterrador. Aunque era viejo seguía conservando su fiereza. Sus escamas marrones arrancaban destellos al sol de manera sorprendente, y a pesar de ello, Alyn no pudo dejar de mirar aquellos pozos oscuros que tenía por ojos, resplandeciaendo de manera ominosa.

Se detuvo. Las piernas le temblaban, por un momento consideró retroceder. Pero su hermano estaba allí, al igual que su reina. Sus miradas estaban fijas en él, concentrados en cada uno de sus movimientos; casi podía sentir la fuerza que le transmitían y aquello de cierta forma le provocó una renovada confianza.

Continuó avanzando, tanteando con pasos firmes la arena sobre la que apoyaba cada uno de sus pies. Cuando el enorme dragón se encontró a solo unos cuantos metros de distancia, extendió su mano libre hacia sus fauces, indicándole con este gesto que no pretendía hacerle daño, que podía confiar en él.

El animal resopló y un vapor caliente brotó de sus fosas, escociéndole a Alyn el rostro. Esta era claramente una señal que le indicaba que debía detenerse, que el animal no le permitía avanzar más; pero Alyn ignoró la alarma y dio un paso más hacia la bestia.

Entonces el infierno se desató.

No tuvo tiempo de fustigar el látigo o de esquivar el fuego, lo único que pudo hacer fue dar media vuelta. Las llamas se adhirieron a su capa en un parpadeo, empezaron a abrirse camino por todo su cuerpo y pronto se vio envuelto en flamas anaranjadas que amenazaban con devorarlo. Un grito agónico desgarró su garganta. El dolor cegó su razón y en lo único que pudo pensar fue en escapar del dragón observándolo, mientras este se elevaba con sus alas majestuoso, listo para comérselo.

Cuando el animal estuvo a punto de alcanzarlo con una dentellada afilada, algo llamó su atención. Alas batiendo.

Miró al cielo y encontró a Bruma acompañado de Syrax. El dragón de Rhaenyra descendió en picada y luchó de manera encarnizada con el dragón salvaje, distrayéndolo. Su hermano, entretanto, aterrizaba, desmontaba del suyo y corría en su ayuda.

Rodó por el suelo y trató de apagar las llamas mientras Addam se quitaba su capa y la tendía sobre su cuerpo. La maniobra hizo rugir cada fibra de su adolorida piel. Sintió como trozos de ella se quedaban prendidos de la lana y la arena, pero se mordió los labios y resistió la tortura.

Cuando las llamas finalmente fueron aplacadas, Addam lo montó sobre Bruma y emprendió la retirada. Rhaenyra, al ver que ambos estaban a salvo, los siguió, dejando al salvaje dragón perderse en la lejanía.

Antes de desmayarse, en lo único que Alyn pudo pensar fue en que estaba equivocado: no tenía sangre de dragón.


Las variables que le tocó a mi equipo (Casa Stark) para este desafío fueron:

Momento histórico: Danza de dragones.

Rating: M

Objeto: Látigo.

Saludos y gracias por leer :)