Este será mi primer fanfic sobre pokemon y especialmente sobre Delia y Giovanni, siempre me ha molado la idea de que fueron algo en el pasado y que Ash es el hijo del líder del Team Rocket, muy al estilo de Star Wars "Ash yo soy tu padre", espero sus comentarios y sugerencias.

Disclaimer: Pokemon y sus personajes no me pertenecen, si no ya hubiera casado a Giovanni y a Delia :P


Delia admiró la vista de la gran ciudad Viridian, era un lugar muy diferente a lo que estaba acostumbrada en Pueblo Paleta, las calles estaban llenas de gente, había muchas tiendas y edificios altos. Hacía mucho tiempo que no visitaba la ciudad y le pareció que estaba más ajetreada que de costumbre. Quedaban pocas horas antes de que atardeciera y Delia caminaba sin prisas por una de las calles más concurridas, tenía que apresurarse si quería volver ese mismo día a Pueblo Paleta.

Hacia 10 años cuando era una jovencita de 18 años, alegre y aventurera llegó a Ciudad Viridian en aquel entonces buscaba un camino que seguir, había salido de su pequeño pueblo en el que había vivido toda la vida para recorrer el mundo, conocer gente nueva y aprender sobre pokemon. Sin embargo, su estancia en la Ciudad Viridian marcaría su vida.

Delia podía escuchar a los furiosos Houndour detrás de sí, ella corría lo más rápido que podía, entre sus brazos tenía a un pequeño y asustadizo Pichu que había sido lastimado por esos pokemon, los había visto perseguirlo entre las calles de ciudad Viridian cuando llegó y no se lo pensó dos veces para ayudarlo. Había entrado en un gran parque con frondosos árboles para intentar perder a los Houndour sin embargo, solo había terminado atrapada, los tres pokemon la rodearon gruñendo y mostrando sus furiosos dientes, el Pichu en sus brazos temblaba de miedo, ella sentía que sus piernas temblaban igual, cerró los ojos cuando creyó que nadie vendría a ayudar.

-Día de pago –la voz sonó fuerte, pero con gran calma-

Persian saltó hacia el frente y golpeó al mismo tiempo a los 3 Houndour que quedaron aturdidos, uno de ellos se abalanzo contra el pokemon felino.

-Esquiva y usa golpe cabeza

El pokemon con la joya en la cabeza se movió rápido y acertó un golpe fuerte contra el Houndour que quedó tendido, los otros dos empezaron a huir dejando atrás al herido. Delia estaba impresionada ¿Quién la había ayudado?, no podía ver bien a su salvador, la luz de una lámpara del parque la cegaba. Una pokebola fue lanzada contra el Houndour que no dio más lucha.

-Gracias –dijo Delia sosteniendo al Pichu-

-Debes tener más cuidado –unos ojos oscuros como la noche se posaron sobre ella-

La chica por fin podía ver a su salvador era un hombre joven de aspecto fuerte, llevaba unos pantalones negros y una camisa blanca debajo de su saco también negro, sus facciones eran afiladas, sus ojos eran profundos y oscuros, tenía el cabello corto y negro.

-Mi nombre es Delia –dijo tendiéndole la mano-

-Soy Giovanni –al sentir la cálida piel de la chica se estremeció soltándola de inmediato-

El chico giró dándole la espalda, ella parpadeo un instante, y una sonrisa surco su cara.

-¿Me podrías indicar dónde está el centro pokemon?

Él comenzó a caminar seguido de su Persian que de vez en vez se pegaba a sus piernas.

-Sígueme –le escucho decir calmadamente-

Aquel día había conocido al recién estrenado líder del gimnasio Viridian, que tenía solo 21 años; no solo la había salvado de los Houndour, sino que la llevó por un camino que no conocía, el del amor. Delia se había quedado con el Pichu, se quedó unos días en la ciudad para conocerla. En ese tiempo comenzó a hacer visitas al gimnasio para ver a Giovanni, pasaban largas tardes charlando sobre lo que les gustaba, sobre sus pokemon y cualquier cosa que alargará las conversaciones y pudieran estar juntos. Él era un hombre reservado pero que no dudaba en demostrar afecto a la mujer que amaba. Delia encontraba en Giovanni tierra firme, sintió que ya no era necesario conocer el mundo y andar de un lado a otro si podía quedarse con él, era mucho mejor que cualquier aventura.

Giovanni le había pedido que se casaran y ella acepto gustosa. Delia visitaba su pequeño pueblo algunas veces para ver a su madre, y cada que lo hacía sentía que debía volver, la ciudad de Viridian era hermosa y llena de posibilidades pero a ella siempre le había gustado más su casita en el pueblo, así que cuando su madre murió ella pidió a su ahora esposo ir a vivir al campo; Giovanni se había negado alegando que él tenía una gran responsabilidad en el gimnasio y ella lo entendía bien se había casado con un hombre con muchas responsabilidades no podía solo exigirle que dejará todo lo que había logrado en esos años por ella.

Durante la celebración del cumpleaños número 23 de Giovanni ella le dio la sorpresa de que estaban esperando a su primer hijo. El que se convertiría en el señor del crimen levantó por los aires a su esposa y la beso, enormemente feliz, la noticia lo llenaba de dicha. Cuando el pequeño Ash nació Delia decidió que no quería criarlo en la ciudad, Giovanni le compró una casa en el campo como ella quería y se fueron ahí, pero nuestro joven líder de gimnasio no se quedó con ellos, para él su vida como líder de gimnasio era muy importante y en acuerdo con su mujer la dejó viviendo en Pueblo Paleta mientras él seguía en la ciudad con su gimnasio y operando en las sombras la recién adquirida corporación de su madre, el Team Rocket.

Los años habían pasado, Giovanni los visitaba continuamente en Pueblo Paleta y no se perdía ningún cumpleaños o logro de su pequeño. Pasaba meses enteros con ellos, pero al final siempre regresaba a Ciudad Viridian, Ash creció pensando en el gran esfuerzo que su padre hacia todos los días y el maravilloso entrenador y líder de gimnasio que era. Con el pasó de los años, Giovanni se volvió un hombre cruel y despiadado, faceta que necesitaba para cumplir los objetivos del Team Rocket, pero en Pueblo Paleta con su hijo y mujer era un hombre como cualquier otro que ayudaba con la cena y jugaba con su hijo.

Delia estaba en la ciudad para verlo, estaba preocupada por el que no sabía se había convertido en el líder de la más temida y grande organización criminal de los tiempos. La mujer alcanzó a ver al final de la calle la fachada del Gimnasio de Viridian sabía que ahí encontraría a su esposo, y esperaba que estuviera bien.