あ ¡Konnichiwa! あ

Summary: -Está bien Sasuke. Está bien. Yo tampoco quiero quedarme donde no hay motivos.- le dijo. / No negaría que se sorprendió de sus palabras. ¿Cuándo se había hecho tan madura? ¿Y tan fuerte? Cuando no la veías, claro. Cuando estabas muy ocupado con tu amante. -Adiós Sasuke, suerte… con quien sea que te marchas. Ojalá encuentres la felicidad que no encontraste conmigo.-

Advertencias: AU. Drama.

Author's Notes: ¡Hola! Cuánto tiempo sin publicar nada. La verdad es que tengo un montón de historias escritas y por alguna razón no las he publicado xD. En fin, esta historia literalmente la acabo de escribir, es algo simple pero conciso (creo). Me inspiré en la canción del grupo Pandora: Buena suerte. Les recomiendo que la escuchen . Espero que les guste y también espero sus comentarios. ¡Saludos! :D

Disclaimer: Naruto no me pertenece. La historia es totalmente mía.


By:

Eternal'AngeLove


* Suerte *

-Sakura… tenemos que hablar- murmuró él.

Lo sabía. Ya lo presentía.

Joder, cómo dolía.

-Claro, Sasuke-kun, nos vemos hoy en la noche- le contestó, fingiendo tranquilidad.

Lo escuchó suspirar, se aclaró la garganta y dijo:

-Si… Nos vemos.- colgó.

Dios…

Tomó la taza de café de su escritorio y dio un sorbo. Estaba frío. Maldita sea. Tranquilízate, Sakura. Quizás no sea lo que piensas. Si claro, cómo no. Bufó. Era patética intentando darse ánimos así misma. Un nudo se empezó a formar en su garganta, los ojos se le humedecieron lentamente. Sabía lo que él diría. Lo venía esperando desde hace semanas. Sonrió triste. La verdad es que se había alargado más de lo que esperaba. Si bien ella se esforzó en hacerlo así, con ese viaje "inesperado" que le había propuesto; todo había parecido perfecto ese fin de semana. Pero bien dicen que nada dura para siempre, y ella tan ingenua creyó que su amor sería la excepción. Ja. Tal vez así eran como debían ser las cosas, tal vez no estaban destinados a estar juntos por siempre como había creído. Tal vez…

Una lágrima salió de cada uno de sus ojos jade, mojando los papeles que tenía. Se limpió rápidamente. Sería fuerte, sí, porque ella se lo merecía, porque no se merecía que llorara por él, porque ella valía mucho más que lo que él le estaba haciendo. Dios, no era tonta, quizás a veces podía ser un poco ingenua e incluso un tanto inocente, pero joder, no era estúpida. Sabía que había otra, estaba tan segura como que su cabello era rosa natural. Lo sabía. Lo supo desde hace tres meses, e ingenuamente creyó que terminaría, decidió fingir que no pasaba nada y dejarlo pasar, decidió creer que sólo era algo pasajero, que había sido un simple desliz, pero no, cuando duró mas de un mes supo que su amor por ella había terminado. Su relación se convirtió en una simple rutina, una monotonía aburrida y simple. Él se había cansado de ella y se buscó a otra. Sonrió irónica. ¿Había sido eso realmente necesario? Ella también se había cansado y no por eso se busco a otro. Tal vez debió de haberlo hecho, pagarle con la misma moneda, pero no, ella no era así, a veces se odiaba así misma por ser así, sabía que no podría vivir con la culpa. Ya no importaba, ya nada de eso importaba, se acabó.

.

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Mas pronto de lo que quiso la noche llegó. Había alargado innecesariamente su última junta y se había tardado más de lo que debía en leer y firmar unos documentos. Era tonto negarlo, pero no quería llegar a su departamento, al departamento que compartía con él, y que sabía que a partir de mañana ya no sería así. Dolía, cómo dolía. Quería creer que no era más que una pesadilla, o que quizás él no le hablaría de ella, de cómo dejó de quererla y empezó a amarla a ella, de cómo se aburrió de su cuerpo y se buscó uno nuevo. No. No quería. Era patética. Estaba alargando lo inevitable. Suspiró, saldría adelante. Lo haría y eventualmente estaría bien. O eso esperaba.

Tomó sus cosas y fue directo al elevador, esta vez sabía que el camino a su departamento sería inusualmente corto.

Se valiente, se dijo.

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Abrió lentamente la puerta, prendió las luces y ahí estaba él. Sentado en el sofá mirando a la nada, tan serio como siempre, con ese porte que pocos hombres tienen, su cuerpo musculoso pero delgado, su cabello negro azabache, con esos rayos azulados tan peculiares. Tragó saliva. Solo verlo la seguía poniendo nerviosa, sin embargo sabía que esta vez estaba nerviosa por una razón completamente diferente.

-Sasuke-kun- lo llamó en voz baja.

Él se sobresaltó. La miró. Y lo supo. Lo comprobó con esa mirada. Algo faltaba en esos ojos negros que tanto amaba, algo… amor.

Ella sonrió. Apenas.

-Lamento llegar tarde, perdí la noción del tiempo.- le dijo. Si claro, cómo no. Si había estado mirando el reloj desde que colgó con él.

Él la seguía mirando. Recorrió con sus ojos todo su cuerpo. Y por primera vez en cuatro años no se excitó con su mirada. Lo sabía. Él ya no sentía deseo por ella, ni siquiera por su cuerpo. Y por primera vez también, sintió celos. Celos de ella. ¿Acaso era esa mejor que ella? ¿Es que ella tenía mejor cuerpo? ¿Era eso? Por un momento estuvo apunto de gritar, gritar todo, preguntar por qué. Preguntar si había olvidado esas promesas que se habían hecho, las caricias hechas y los besos robados, las sonrisas secretas y las miradas cómplices. Sonrió nostálgica. Lo había perdido todo por otra mujer. Pero si se detenía a pensar racionalmente sabía que muy en el fondo, no era culpa de esa otra mujer, no, quizás tuvo parte de culpa, pero al final, había sido decisión de él, de él y solamente de él. Y lo odiaba por eso.

-Sakura yo…- comenzó.

Esperó. Quiso que él le dijera todo, no quería sentir compasión por él, no quería ayudarle a terminar de romperle el corazón.

-Lo sé, Sasuke, lo sé.- le dijo

Joder, era tan masoquista.

Él la miró con precaución, pensando si estaban hablando de lo mismo, con Sakura nunca se sabía.

-¿Qué es lo que sabes?- le preguntó lentamente.

Ella sonrió. Irónica. Por primera vez él no la reconoció. Esa sonrisa no era propia de ella, ella era dulce, tierna. Tenía sonrisas verdaderas, llenas de felicidad, esa sonrisa se parecía más a las que él hacía. Maldición.

-No nos hagamos tontos, Sasuke. Por favor.- le contestó en voz baja- Sé que me dejas- murmuró y apenas la escuchó.

Él tragó saliva. Bien. Asintió. Tomó aire y continuó.

-Lo lamento Sakura. Esto… esto simplemente ya no funciona para mi.- le dijo. No quería ser cruel pero no estaba en su naturaleza ser compasivo.

No quería seguir escuchándolo. Quería romperse a llorar. Gritar, gritar y gritar hasta que su garganta no pudiera más. Quería alejarse de él.

-Está bien Sasuke. Está bien. Yo tampoco quiero quedarme donde no hay motivos.- le dijo.

No negaría que se sorprendió de sus palabras. ¿Cuándo se había hecho tan madura? ¿Y tan fuerte? Cuando no la veías, claro. Cuando estabas muy ocupado con tu amante. Se respondió mentalmente. Apretó la mandíbula. No había querido hacer eso. No había querido lastimarla de esa manera. Ella se merecía más y lo sabía. Era de cobardes lo que había hecho. Lo sabía y aún así siguió haciéndolo. No le importó romperle el corazón cada vez que llegaba tarde a casa oliendo a otra. Se hizo de la vista gorda cada vez que veía cómo la luz de sus ojos se iba apagando, cada vez que la vio con los ojos húmedos después de haber recogido su ropa, seguramente con alguna mancha de labial o cada vez que le hacía el amor a ella y descubría en su espalda arañazos que ella no había causado. La vio romperse poco a poco y sabía que no podía continuar.

Se levantó del sofá y caminó hacia ella. Apenas le llegaba arriba del hombro. La miró agachar la cabeza. Sabía que si se la alzaba vería sus ojos rojos y húmedos. Y no era tan fuerte para soportar esa vista. No podía. No podía ver esos ojos que había amado y saber que era él el causante de sus lágrimas. Era un maldito desgraciado.

-Gracias por todo Sakura.- susurró.

Un sollozo escapó de su garganta. Se tapó la boca rápidamente. Dios, de todo lo que le podía decir tenía que darle las gracias. Lo odiaba tanto como lo amaba.

Lo sintió alejarse de ella, apenas alzó la mirada para verlo tomar sus maletas. Tenía la espalda tensa y el flequillo le cubría los ojos. Bien. No quería verlo y romperse a llorar. No quería ser tan patética como para rogarle que se quedara, que todo sería mejor. No, ella no iba a mendigar amor. Jamás.

-Te deseo buena suerte Sasuke.- le dijo con la voz más firme que pudo sacar.

Él se tensó aún más si era posible. Joder, no pensó que fuera a ser tan difícil. Casi hubiera preferido que le hubiera gritado, que le preguntara por qué. Pero no. Ella no se rebajaría jamás a eso. La conocía, y eso solo hacía las cosas más difíciles.

Agarró sus maletas y su abrigo. Caminó los últimos pasos hacia la puerta y justo antes de salir escuchó:

-Adiós Sasuke, suerte… con quien sea que te marchas. Ojalá encuentres la felicidad que no encontraste conmigo.-

Un nudo se formó en su garganta. Le quemaba. Ella no podía ser tan condenadamente buena. Apretó sus cosas con fuerza. Dios. La quería. Era un necio por negárselo así mismo. Pero ya no había marcha atrás. Ya no. Alguien más lo esperaba y esta vez, esperaba que durara por lo que le restara de vida. No se creía lo suficientemente fuerte para pasar por otra ruptura. Era doloroso. Tu te lo has buscado, se dijo.

Caminó rápidamente y al fin, salió de la vida de Sakura Haruno.

O eso creyó.

¿Fin?


...

Sí, así como han leído, qué drama xD. Tengo pensado hacer una segunda parte quizás, ya saben el reencuentro y todo, que tampoco lo pienso hacer miel sobre hojuelas eh, no soy de esas, Sasuke a de sufrir un poco jaja. En fin, ya lo empecé a escribir, pero todo dependerá de qué tanto les guste la idea :) ya saben, al final todo es decisión de los lectores, (casi siempre xD) al menos por mi parte es así.

Espero sus comentarios! :D

Have a good life!