No debería estar escribiendo este one-shot pero de todas formas aquí me tienen ¿Por qué? Pues porque se me dio la gana hacerlo en lugar de estudiar lo que me atrase por 2 días de no asistir a la universidad ¡Alguna objeción? Pues comencemos.
Ya no creo en tu amor
Me encuentro aquí, solamente inmóvil, quiero llorar, quiero gritar, quiero moverme, pero no puedo hacer nada, tus ojos delinean mi figura y puedo detectar en ellos la culpa y por más triste que sea un deseo de satisfacción al tenerme solamente para ti encerrada entre estas cuatro paredes que solían ser nuestra habitación pero que hoy en día no son más que mi lúgubre prisión, y por más que quiero odiarte no puedo, mi frágil y lacerado corazón sigue queriendo creer en tus palabras pero aun así me duele cada vez que me dices que me amas.
¿Cuántas veces te he escuchado decir eso? He perdido la cuenta, antes yo creía ingenuamente en todo lo que decías, que tonta, nunca fuiste honesto conmigo ¿Verdad? Es por eso que ya no creo más en tus palabras, ya no creo en tu amor y me pregunto si es que algún día podre volver a hacerlo.
Pero no, nada de lo que me sucedió fue tu culpa así que no deberías estar triste, por favor, deja de mirarme de esa manera, ¿Por qué sigues aquí conmigo? No lo entiendo, durante mucho tiempo has pisoteado mis sentimientos ¿Por qué ahora susurras palabras que no creo? ¿Por qué derramas lagrimas de esa manera? ¡No deberías hacerlo! Me sonríes de manera cruel mientras tus dedos recorren mi pequeño rostro, comienzas a hablar solo, te estás volviendo loco y yo no puedo soportar como cada vez más y más te hundes en la oscuridad.
Ya no sales de nuestra habitación, te dedicas a observarme, hablarme y acariciarme, mis movimientos, aunque lentos y torpes muestran mi afán por huir de ti, me detienes cada vez que lo intento, no me dejas ser libre ¿Por qué no terminas de romperme de una vez por todas? Ya has acabado con mi voluntad y mis deseos de vivir, simplemente termina con lo que queda de mí y deja de culparte inútilmente y pedir perdón.
Estoy como estoy por amarte, fui una completa ciega y estúpida, yo solita me busque esto es por eso que no soporto tu hipocresía al mirarme todos los días y acariciarme con dulzura para luego murmurar lo mucho que me amas y lo infinitamente arrepentido que estas de haber jugado conmigo, pero yo ya no quiero escucharte.
Realmente esta forma me queda, ¿No lo crees? Soy mucho más fácil de manipular de esta manera, me convertí en lo que siempre he sido, tu muñeca, aquella con la que siempre podías hacer lo que quisieras, aquella que solo usabas para satisfacerte, esa que siempre te complacía en lo que pedias, pero por alguna razón eso no fue suficiente.
Regresemos al comienzo, al maldito y amado recuerdo de cuando nos conocimos, fue una tarde de verano ¿Cómo podría olvidarlo? Ese día me encontraba triste por la muerte de Akamaru, mi perrito, entonces apareciste tú para iluminar mi día, te acercaste a mí con tu radiante sonrisa y calidez, tal y como el sol, y me dijiste.
-"Las niñas se ven más bonitas con usa sonrisa, no deberías llorar"
Desde ese momento, sin saberlo, al tomar tu mano había sellado mi destino.
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Me confesaste que al principio te parecí una persona rara y oscura, sin embargo de inmediato nos hicimos amigos, nuestras familias congeniaban muy bien, tú siempre fuiste mi inspiración, luchando contra todo y sin rendirte, siempre seguir adelante, no sé en qué momento me había enamorado de ti pero cuando me di cuenta ya habías calado en el fondo de mi corazón, tu padre el rey de Konoha te entreno para que te volvieras un digno heredero, muchos decían que no dabas la talla pero yo siempre confié en ti, me volví tu mejor amiga, siempre dándote ánimos para que cumplieras tu sueño de ser un digno heredero.
-"Gracias Hinata-chan, me alegro de tenerte en mi vida"-me decías con una sonrisa, esas que cada vez me enamoraban más y más.
Tus ojos brillaban con una luz muy especial, pero no por mí, sino por la chica que había robado tu corazón…. me confesaste estar enamorado de la hija de uno de los grandes generales del reino. Me dolía infinitamente cada vez que me decías amar a Sakura, sin embargo siempre procuraba tu felicidad antes que la mía, así que no importaba que yo saliera herida siempre y cuando tú fueras feliz.
Intente incontables veces ayudarte con ella pero la joven simplemente rechazaba tus acercamientos y eso que tan solo teníamos 14 años, creo que para ese entonces todos excepto tu sabían del amor que te profesaba, mi padre me apoyaba, aunque claro, eso solo era porque tú eras el príncipe y futuro rey, de otra manera jamás habría aprobado que yo me hubiera enamorado de ti, él pensaba que cualquier otro no sería digno de la heredera de una de las familias más ricas, importantes y ancestrales, yo gozaba de la simpatía de tus padres pero aun así tu no me notabas.
Estabas demasiado cegado por Sakura, lo entiendo, era bonita, sofisticada y tenía más coraje que yo, pero ella solo tenía ojos para tu mejor amigo, el príncipe Uchiha del reino vecino y este a pesar de ser muy popular entre las doncellas no tenía ojos para nadie.
En tu cumpleaños número 16 por primera vez te emborrachaste, yo estuve a tu lado cuando no dejaste de tomar alcohol porque esta vez Sakura había pisoteado tus sentimientos estrellándote en la cara que tenía una relación con Sasuke y que seguro no tardaban en comprometerse, tuve que armarme de valor para sacarte de una taberna de mala muerte, no me daban miedo los hombres que estaban ahí, sabia defenderme, sin embargo sus miradas me intimidaban.
Estabas tan ebrio que caminabas apoyado en mi tambaleándote por las calles diciendo lo mucho que amabas a Sakura y lo mucho que te dolía su rechazo, tuve que ser muy fuerte para no que mi corazón no se desmoronara nuevamente, era muy triste que aun cuando yo me encontraba a tu lado tú no pudieras verme, no sabía a dónde llevarte, no era conveniente que se armara un escándalo porque el príncipe se emborracho así que te lleve a la pequeña cabaña que de niños habíamos descubierta oculta en un bosque.
Esa fue mi perdición, comenzaste a actuar muy raro, centraste tu atención en mi y nuestros ojos se encontraron, pobre e inocente de mi, en aquel momento el sentimiento que tus orbes destilaban era lujuria pura que no supe reconocer.
-"Hinata-chan, hueles muy bien"-dijiste con voz ronca aspirando el olor de mi cabellos, mi cuerpo entero se tensó, sentí una imperceptible sonrisa apoderarse de tus labios-"Me pregunto a que sabes"
Antes de que yo pudiera reaccionar le diste una lamida a mi cuello y lo siguiente que supe fue que me empujaste a la cama, estabas encima de mi sosteniendo mis muñecas por sobre mi cabeza mientras besabas mi cuello.
-"Naruto-kun… ¿Qué es lo que estás haciendo?"-pregunté algo temerosa pues intuía a donde querías llegar.
-"Ayúdame a olvidarla Hinata"-murmuraste contra mi piel mientras tu mano subía las faldas de mi vestido.
-"Naruto-kun, detente…"-te pedí resistiéndome a tus caricias-"Esto no está bien"
Sellaste mis labios con un beso, mordiéndolos con suavidad para degustar el interior de mi boca, gemí cuando tus dedos llegaron a esa Zona donde el calor abundaba, no era así como me imaginaba mi primera vez pero no pude detenerte por más que te rogué que entraras en razón, eras demasiado fuerte.
Esa noche acariciaste todo mi cuerpo, no hubo rincón que no exploraras, no puedo decir que el acto fue totalmente forzado, lo deseaba, pero no de esa forma, entraste en mi de manera brusca callando mis gritos con tu boca, solo pensabas en tu propia satisfacción pero había un toque tierno en tus acciones, hacia el final de nuestra unión me tocaste de manera tierna, diciéndome lo hermosa que era, lo bello de mis caderas, lo delicioso de mis pechos y lo dulce de mis labios y dormiste abrazado a mi fuertemente, como temiendo que tu único consuelo escapara de tus brazos.
Al día siguiente te disculpaste por lo que me hiciste diciendo que te casarías conmigo lo más pronto que posible, pero yo no quería que estuvieras unido a mi solo por obligación, así que rechace tu oferta, pero insististe en que al menos fuéramos novios y eso de cierta manera me hizo muy feliz, me estabas dando una oportunidad, yo sabía que te sentías culpable por haberme robado lo que una mujer pierde después del matrimonio pero si podía estar a tú lado eso ya no importaba.
Yo hice de todo para complacerte, como buena novia te preparaba tus almuerzo y te los llevaba a los campos de entrenamiento, te ayudaba con tus estudios para ser un buen sucesor, estaba a tu lado siempre que me necesitabas, me encargaba de cuidarte cuando estabas enfermo, te mimaba y daba todo mi cariño, más no pareció ser suficiente.
Sasuke había jugado con Sakura, a él nunca le había interesado y solo la uso para divertirse, cuando obtuvo lo que quería de ella la botó como sin nada ¿Y qué fue lo que ella hizo? Correr a tus brazos y aferrarse a lo único que podía consolarla y mimarla, por que para ella tu no eras más que su plan de reserva.
Fue entonces cuando mi mundo se desplomo, te habías comportando algo distante conmigo, en medio de nuestra cita dijiste con voz apagada.
-"Hinata-chan, tenemos que hablar"
-"Si, dime Naruto-Kun"-intente disimular mi mal presentimiento con una sonrisa que te convenció por completo.
-"Yo… de verdad lo siento"-me dijiste con tristeza mirándome a los ojos, tomaste delicadamente mis manos sin perder aquella expresión de culpa-"Lo intente, pero después de todo no puedo dejar de amar a Sakura-chan, por favor perdóname, pero ya no podemos seguir juntos"-dijiste soltándome mientras esperabas reacción de mi parte.
"Si amas algo déjalo ir", aun a expensas de mi corazón roto decidí dejarte libre y con una falsa sonrisa te comprendí.
-"Yo lo entiendo Naruto-kun"-luché por que en esos momentos mi voz no se quebrara-"No tienes que preocuparte por lo que paso entre nosotros, podemos seguir siendo amigos, yo intentare apoyarte en todo lo que pueda."
-"Hinata-chan eres la mejor"-dijiste alzándome en el aire para después correr con tu amada mientras yo recogía los pedazos de mi corazón roto.
Lloré como no tienes idea, sin nadie que me consolara por que durante mucho tiempo no me preocupe por hacer amigos, me bastaba con estar junto a ti, mi padre notó mi aflicción pero decidió que era mejor que me desahogara sola, estuve encerrada sin ver pasar los días en mi casa, ni siquiera quería verte, yo había perdido toda la esperanza de vivir, estaba harta de que mi hermana y mi primo siempre intentaran hacerme salir, así que me refugié en la biblioteca de la mansión.
Entre libros y documentos me encontré con algo muy misterioso, la familia Hyuga era reconocida por ser un clan muy ancestral especialistas en combate y magia, nosotros teníamos un contrato con un demonio llamado Kaguya, al parecer cualquier miembro del clan Hyuga puede pedirle un deseo, pero ella es muy engañosa, la persona que haga un trato con ella debe atenerse a las consecuencias, pensé que eran tonterías y que aun pudiendo nunca utilizaría a Kaguya, pero lo que no sabía es que terminaría traicionando ese pensamiento.
Una noche un visitante llegó a la mansión Hyuga, su nombre era Toneri y él fue quien me saco de la oscuridad en la que me había hundido mientras me lamentaba patéticamente el no ser lo suficientemente buena para ti, de haber podido créeme que me habría enamorado de él, si tan solo él hubiera sido el dueño de mi corazón y no tú las cosas podrían haber terminado de manera distinta.
Yo extrañaba tus besos como no tienes idea pero tuve que conformarme con ser tu mejor amiga, después de que Toneri me impulso a seguir adelante volví a ser la persona que siempre estaba a tú lado y mientras lo hacía poco a poco iba enterrando los sentimientos que tenia hacia ti, tú estabas aliviado de que yo estuviera bien y que de nuevo hablara contigo, claro que nuestra relación no volvió a ser como antes, supusiste que era porque se volvió un poco incomoda hablar con tu exnovia de tu actual novia, dijiste que yo era diferente, no le preste atención a tu comentario.
Estuve a tu lado cuando murieron tus padres, sabía que me necesitabas más que nunca como tu apoyo moral pero me permití ser un poco egoísta y dejarte sufrir por un rato, pronto ya no sería yo quien estuviera a tu lado y tenias que aprender a dejarme ir, pero aun así te mostraba mi amistad incondicional, yo estaría ahí cuando te convirtieras en rey y después de que te hubieras casado se marcaría definitivamente las distancia entre nosotros y mientras ese día llegara yo lenta y discretamente me iba alejando de ti, pero parece que te diste cuenta.
Mi mirada ya no brillaba al verte, estaba aprendiendo a superar tu amor con ayuda de Toneri aunque creo que tú no estabas muy de acuerdo con ello, porque yo ya no hacia lo que fuera por estar a tu lado, poco a poco había comenzado a alejarte de mí y con un poco más de tiempo me habría enamorado de Toneri, pero tú fuiste una persona muy egoísta, no querías perderme, estabas a acostumbrado a que yo estuviera a tu lado siempre con una sonrisa apoyándote, a mis mimos, a la atención que te prestaba, a que hiciera todo lo que tu quisieras sin ninguna objeción y fue por ello que no me permitiste enamorarme de Toneri.
"Terminaste" con Sakura y me propusiste matrimonio, me pediste disculpas, dijiste que habías sido un tonto por no apreciar a quien siempre estuvo ahí para ti, y que desde ese momento querías que yo fuera tu mujer, solo eso basto para que yo me lanzara a tus brazos rogándole a dios que si eso era un sueño no quería despertar nunca, te amaba más que a mi propia vida y por desgracia tu lo sabías.
Fui demasiado ciega para ver la verdad de tras de tus acciones, o tal vez mi subconsciente ya lo había detectado y me negaba a creerlo, pero la verdad era que solo me estabas usando, yo no lo sabía, pero tus padres no estaban de acuerdo con tu noviazgo con Sakura su última voluntad para que tu heredaras el reino era que te casaras conmigo, la única que podría estar contigo seria yo, sería una soberana modelo, tenia educación, familia, dinero y prestigio, todo lo que Sakura no tenia, ella no se convertiría en tu reina porque tus padres la consideraban una trepadora que solo estaba contigo por tu titulo.
Yo creí en tus palabras, en el falso amor que me profesabas diciéndome que me amabas, mi sueño se hizo realidad y muy tempranamente nos casamos, yo era la mujer más feliz del mundo.
Oye, dime ¿Durante el tiempo que estuvimos juntos llegaste a quererme tan solo un poquito? Yo podría jurar que el amor que me tenias era real por la forma en que me celabas, me besabas y me tocabas, siempre eras cariñoso conmigo así que a nadie se le ocurrió pensar que en algún momento me fueras infiel, todos decían que te veías más feliz conmigo de lo que lo habías sido nunca con Sakura y yo les creí.
Yo era muy feliz porque después de tanto tiempo había logrado alcanzarte y caminar a tu lado y tú correspondías el sentimiento que durante mucho tiempo guarde para ti, todo era perfecto, pero este no era un cuento de hadas y no existe un final feliz, nuestra histora comenzaba a llegar a su fin con el inicio de la guerra, me dijiste que se debía a que el príncipe Uchiha había invadido nuestras tierras, nadie supo nunca el verdadero motivo y yo me entere cuando fue demasiado tarde.
Rogué a dios que resguardara tu vida y que volvieras a salvo a mi lado, ore días y noches con el alma pendiendo de un hilo por no tener información sobre ti mientras comandabas el frente de batalla, te fui fiel en pensamientos cuerpo y alma pidiendo con todo mi ser que te encontraras bien, sin embargo mis plegarias no fueron por completo escuchadas, ganaste la guerra, pero tus hombres de trajeron convaleciente ante mí, todo el reino estaba preocupado, muchos habían perdido las esperanzas, tus heridas eran muy graves y los doctores dijeron que no sobrevivirías.
Yo estaba desesperada, no quería perderte, no de esa forma, no después de todo lo que había pasado para estar a tu lado, aun quería estar más tiempo a tu lado, era injusto que el tiempo contigo hubiera sido tan corto, sin ti yo no era nada, moriría lentamente de depresión si tu ya no estabas… y entonces lo hice, busque en todos los textos antiguos de la familia Hyuga y di con el ritual para invocar a Kaguya, esa misma noche, con mi propia sangre dibuje un pentagrama, en medio de este puse el libro que servía para invocarla y alrededor velas, conjure el hechizo y ella salió del libro.
Tenía un aspecto que asustaba, pero era muy hermosa, sus ojos eran como los míos, su figura era muy llamativa, sus cabellos eran largos y blancos como la nieve, su piel parecia de seda y mostraba una expresión serena.
-"Si me has invocado espero que estés dispuesta a pagar el precio de tu deseo, puedes pedir lo que quieras siempre y cuando cumplas tu parte de nuestro trato"-habló con voz escalofriante.
-"Yo pagare el precio que se me imponga pero por favor, salve a mi esposo"-le rogué desesperada.
Ella esbozo una sonrisa y se burlo estruendosamente, claro, era un demonio, la palabra amor no significa nada para ella, pero Kaguya alguna vez también llegó a sentir esa emoción y terminó decepcionada, al igual que yo cuando sollozante descubrí la verdad que me ocultabas.
-"Patética Humana, pensar que desperdicias tu único deseo en Amor, eso no es más que una ilusión ¿Realmente confías en el amor que te profesa tu esposo? ¿Apostarías tu vida a que él te ama más que nada en el mundo?"-sonrió con sorna.
-"Naruto-kun me ama, me lo ha demostrado y yo estaría dispuesta a dar mi vida con tal de salvarlo"-respondí con la determinación que me daba la confianza ciega y plena en tu amor, aun si tu amor por mí no era tan fuerte como el que yo sentía por ti estaba dispuesta a sacrificarlo todo por ti.
-"Bien, si estas tan segura hagamos un trato, yo curare a tú esposo para que ambos puedan estar juntos, yo pondré sus sentimientos a prueba, intentare seducirlo, si él te ama tanto como dices no tienes que temer, no pagaras nada, pero si por el contrario, su amor por ti no es tan sincero y fuerte como me lo aseguras entonces el precio que pagaras será muy caro, sabes, eres muy bonita"-dijo levantando mi mentón-"¡Ah, ya se! Te convertirás en una linda muñequita ¿Qué dices? Estas dispuesta a aceptar ese trato?"-me preguntó con una sonrisa maligna.
Y el error más grande que cometí fue confiar ciegamente en ti.
-"Trato hecho."
Para cuando yo llegue al castillo en medio de la noche tu ya estabas curado, Kaguya había cumplido su parte del trato, ahora solamente faltaba que tú no cayeras en sus redes, murmuré un te amo que podría jurar que oíste porque sonreíste entre sueños y me acosté a tu lado para abrazarte.
Los días posteriores pasaron con normalidad, Kaguya aun no había aparecido y a decir verdad estaba un poco preocupada, durante ese tiempo no me di cuenta de que estábamos algo distanciados, yo no notaba que tú estabas en otros asuntos porque mi preocupación primordial era detectar al demonio de ojos lila.
Los sirvientes estaban algo preocupados por mí, decían que me habían visto un poco ida, con gentileza les hice saber que me encontraba bien, me encontraba algo insegura ya que todas las noches había tenido sueños horribles en donde tú me engañabas con Sakura y a duras penas podía dormir, pero estos se habían sentido tan reales que comencé a perderme entre los sueños y la realidad, pensé que quizás esos sueños eran obra de Kaguya y no estaba equivocada, ella solo me mostró lo que yo me negaba a ver.
Porque esa mañana te había visto besándola a ella sobre tu escritorio, tú no reparaste en mi presencia porque estabas de espaldas a la puerta entre abierta, pero Sakura si me notó y tuvo el descaro de sonreírme victoriosamente, otra vez mi corazón era pulverizado, sentía una enorme opresión en el pecho pero mi mente se negaba a creer lo que mis ojos habían visto, corrí a mi habitación pensando que todo eso solo era un mal sueño mientras me repetía una y otra vez que tú no serias capaz de engañarme.
Por 2 días me mantuve encerrada y distante de ti, si, dormíamos en la misma cama pero yo me encontraba ausente en todo momento, no sé si lo notaste o no, la verdad ya no me importaba, ya no sabía que era real y que era un sueño hasta que ella apareció frente a mí en aquella noche de tormenta.
-"Eres una reina patética que se niega a aceptar la verdad de las cosas… ¿De verdad creías que Naruto te amaba? Que ingenua fuiste, él siempre me ha amado y amara a mi"-me dijo Sakura con prepotencia, nos habíamos encontrado en los pasillos cerca de las escaleras.
Yo fije en ella mi mirada perdida… ¿Por qué? ¿Desde cuándo? ¿De verdad Naruto-kun me engaña?
-"Pareces muy perdida, mira, solo te estoy diciendo esto porque me das lastima, Naruto solamente te ha estado utilizando, se casó contigo solo porque era la última voluntad de sus padres para heredar al reino, él realmente nunca te amo pero fingió muy bien sus sentimientos ¿No lo crees? La guerra contra los Uchiha fue porque quería vengarse de lo que Sasuke me hizo y mientras tú estabas aquí orando como una tonta él estaba en el campo de batalla acostándose todas las noches conmigo y peleando para restaurar mi honor."
-"No…"-susurré con voz quebrada mientras las lagrimas resbalaban por mis mejillas, pero yo sabía que no podía seguir negándolo, toda la situación ya me había superado, mi mundo de ilusiones se quebró mostrándome que durante todo el tiempo viví en un engaño alimentado de falsas esperanzas.
-"Naruto ya no te necesita"-dijo acercándose a mi-"Y si tu desapareces, por fin podre tomar el lugar que me pertenece como su reina."
Mi cuerpo se sintió muy pesado mientras iba cayendo de las escaleras, mi gritó fue cayado por un trueno que ilumino la habitación y pude ver cerca de mí a Kaguya con una sonrisa de burla.
-"Te lo dije"-fue lo que escuché de sus labios antes de empezar a perder el conocimiento.
-"¡Sakura-chan que hiciste!"-creo que ese fue su grito, pero ya no supe más, la oscuridad me cubrió y pensé erróneamente que mi vida había llegado a su fin.
No supe cuanto tiempo dormí, pero cuando abrí mis ojos me encontraba en medio de la cama sin poder mover mi cuerpo, todo se veía mucho más grande… incluso Naruto-kun que estaba de rodillas cerca de la cama mientras acariciaba mis cabellos.
-"Por fin has despertado Hinata-chan"-me dijo con una sonrisa y a partir de ahí comenzó mi infierno.
Me mimabas, acariciabas, hablabas… yo realmente era tu muñequita, una linda muñequita de porcelana que apenas y podía mover su cuerpo, sabía que si caía de una gran distancia me rompería, lo intente varias veces, intente caer y terminar con mi martirio pero tu simplemente no me dejabas, no podía huir de ti y tu decías que eso estaba bien porque así jamás me iría de tu lado, te había adueñado de mi en toda la extensión de la palabra.
Yo no sabía lo que pasaba en el exterior, pero tu locura había afectado considerablemente al reino, escuché de unas sirvientas que habías asesinado con tus propias manos a Sakura y que nadie sabía de mi paradero, decían que estabas enloqueciendo porque yo no estaba a tu lado, que equivocados estaban.
Te volviste un tirano, un verdadero monstruo y acabaste con todo hasta que finalmente tu pueblo clamó tu fin, me abrazaste fuertemente mientras las llamas consumían todo a su paso y por última vez me pediste perdón antes de que los 2 ardiéramos con el fuego, lo último que pude escuchar de ti fue…
-"Si tú y yo volvemos a encontrarnos en otra vida, te prometo que seré yo quien se enamore primero."
Estoy segura de que una traicionera lagrima rodo por mi mejilla, este fue nuestro trágico final y lo más triste es que nunca pude deshacerme del amor que sentía por ti, me pregunto si en otra vida por fin seré libre de tu dominio y de esta maldición…
Seria hermoso si nuestra historia no terminara nuevamente en tragedia.
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Me despierto muy temprano por la mañana, estoy muy emocionado, hoy es mi primer día de clases en la primaria de Konoha, yo quiero llegar a ser un gran empresario como mi padre, Minato Namikaze, pero pare eso necesito muchos estudios.
Me lavó los dientes, desayuno y mi madre me lleva a la escuela.
-"Pórtate muy bien el día de hoy Naruto, ¡No vayas a hacer travesuras!"-me grita mi madre antes de que yo salga corriendo sin prestarle mucha atención, giró mi cabeza con una sonrisa solo para verla irse, miró hacia el frente nuevamente algo tarde, empuje a alguien y ambos caímos al sueño.
-"que daño"-susurre antes de levantar la vista, un suave cuerpo me había ahorrado el impacto, con curiosidad mire la figura de bajo de mi y sentí mi corazón latir aceleradamente.
La criatura más hermosa que he visto se encuentra mirándome con 2 brillantes orbes luna, sus cabellos azulados están esparcidos por el suelo y un enorme sonrojo cubre sus mejillas.
-"Yo… eto… podrías quitárteme de encima."
En seguida reacciono poniéndome de pie con las mejillas coloradas, esa niña es muy bonita, huele muy rico y también es muy blandida.
-"Soy Naruto Namikaze"-digo extendiéndole la mano con una sonrisa.
Ella duda de tomar mi mano pero al final lo hace y me da la más linda de sus sonrisas.
-"Yo soy Hinata Hyuga."
Creo que me he enamorado.
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Fin…
Espero que les haya gustado, no olviden dejar sus comentarios porque si recibo buenas críticas haré la historia desde el punto de vista de Naruto, así que ¿Quieres su punto de vista?
¿Viva el Naruhina!
