Solo un trago.
Los festejos tras la caía de Lord Voldemort no se hicieron esperar, en todo el mundo resonaba la noticia, el señor tenebroso había muerto y los héroes de la historia eran aclamados por su notable participación, en los encabezados destacan a Potter y sus amigos, el títular: jóvenes audaces que con valentía enfrentaron aquella guerra.
Severus Snape blasfemo para sus adentros, aquellas melosas y amarillistas noticias revolvieron su estómago o tal vez era aquel trago de whisky que había tomado ,después de todo beber alcohol para el desayuno era un habito que hace poco había tomando, negó con la cabeza y continuo con su lectura, en cada apartado de la nota destacaban las participaciones de los héroes, entre ellos uno muy peculiar y que en letras negras resaltaban:El príncipe mestizo que por amor sacrifico su vida, apretó la mandíbula con molestia habían pasado dos meses de aquello y la gente seguía hablando , como si realmente supieran lo que eso significó para él, suspiro y cerro el periódico de golpe, se preguntaba porque diablos había sobrevivido, incluso la muerte parecía una opción más clemente que tener que lidiar con todo lo que conlleva ser el héroe inesperado.
Tras salir de San Mungo lo primero que hizo fue huir de toda persona que quisiera hablar con el del tema eso incluía al fastidioso Harry Potter que tras enterarse incómodamente de toda la verdad ahora parecía tener interés singular en platicar con él, razón misma por la cual había tomado la decisión de mudarse lejos de Hilandera su casa, sabía de buena fuente que el muy bastardo de Dumbledore ya le había dicho a Potter donde se hallaba su casa, y ante la insistencia del chico por hablar con el, lo que menos quería era tener su desagradable visita en su casa, sin olvidar a los múltiples periodistas que buscaban hacerse de una fortuna, y aunque las ofertas que recibió, eran bastante tentadoras, no eran lo suficiente, para que el aceptara, dinero no le hacía falta, tras tantos años de trabajar en Hogwarts y tener una vida digna de un monje, tenía suficiente dinero para retirarse sin ningún problema, eso y el renombre que consiguió como pocionista le seguro una vida que aunque no era de lujos era digna y suficiente, y buscar un refugio para escapar del alboroto.
Seveurs respiro hondamente y estiro sus piernas, él no era precisamente aledaño a la naturaleza, si bien recordaba odiaba con todas sus fuerzas los piquetes de mosquitos en verano del lago negro de Hogwarts, pero como buen pocionista valoraba su riqueza, y cualquiera con sentido común jamás lo buscaría en un lugar como en el que ahora vivía, lejos de Londres en el campirano Irlanda a campo abierto en una casa que aunque a la vista era modesta tras unos arreglos, era suficiente para él.
Ahora en aquel lugar donde se disponía a esperar mientras todo volvía a la calma, y algo que hubier sido excepcional habria sido alejarse del mundo para volverse un ermitaño, sin embargo después de tantos años y fuera del sentido común que le dictaba su cabeza ,seguía en contacto con el viejo bastardo de Dumbledore, después de todo aquel vejestorio era su única conexión con Londres y una de amigo lo unico claro era que nunca le daría su ubicación, ya que se mantenía mas seguro dedno tener wue dar explicaciones tontas, si bien aun tenia contactó con el por medio de cartas, gracias a un viejo conjuro le permitía, cambiar su ubicación apenas tocaba las manos del viejo que seguramente le seguía la pista.
En sus últimas cartas siempre destacaba lo bien que le haría volver al castillo ahora que estaba por terminar su reconstrucción, como si aquello de ser profesor de pociones fuera una realidad que a el le apeteciera.
Severus no era el mismo después de la guerra, la caída de Voldemort, Potter, Lily, los mortifagos, ahora todo parecía tan absurdo jamás había contemplado que para el existiera un después de la guerra, él se había resignado a su muerte tras la última mordida de Nagini, toco su cuello, las marcas no desaparecían y los recuerdos menos, estaba vivo ¿para qué?, no encontraba sentido en ello , pero aun así estaba ahí...huyendo del caos...
Su rutina, era digna de un zombie, se levantaba temprano, revisaba su correspondencia de la semana, mientras desayunaba, caminaba un largo rato al pueblo cercano, compraba cosas necesarias para una semana, entre ellas suficiente alcohol, algún periódico muggle y volvía a casa en donde la mayor parte del día, leía algunas cosas sobre pociones, en algunos ocasiones, salía a recolectar algunas especias para experimentar en las nuevas pociones.
Y aquel día no parecía ser diferente, se dispuso a hacer su caminata al pueblo, durante su trayecto, pasaba por una pequeña laguna, que durante la noche vislumbraba un par de luciérnagas, y el sonido de las cigarras contrastaba con el olor a tierra mojada y vegetación, todo parecía normal aquel día, el solo, el sonido del viento, el aire fresco, sin embargo no sabía si era su paranoia o a soledad el que le hacía creer que lo seguían, en algún punto al escuchar una rama romperse lo hizo voltear agresivamente con varita en mano, sin embargo, a la vista no había nadie, y dado que aquello era campo abierto, dudaba que su seguidor, portara una capa de invisibilidad o fuera invisible, guardo su varita al instante, espero unos instantes y siguió con su camino a lejos se contemplaba, ya la vista del pueblo por lo cual sintió un poco más de calma.
Una de las cosas que más amaba de Irlanda era lo supersticioso que llegaban a ser los pueblerinos, desde su llegada al pueblo su espectral forma de ser había sido el repelente natural para estos, la gente cada vez que lo veía lo esquivaba, y los lugares donde compraba lo necesario para subsistir, no buscaba chocar con su mirada o siquiera hacerle platica.
Al llegar al pueblo su primera visita seria ir al correo con el fin de enviar que rechazaba por tercera vez la propuesta de Dumbledore, para no tomarse la molestia de enviar a su lechuza, Severus últimamente optaba por la vieja forma muggle, después de todo con el conjuro, sería imposible que el vegete le encontrara.
Posteriormente tras hacer sus compras acostumbradas de la semana Severus levanto una ceja, sintiendo de pronto un poco de somnolencia el haber bebido un trago sin comer nada no había sido una de las mejores decisiones que había tomado ese día y a consideración que la comida Irlandesa era horrible y lo que él preparaba no era mejor, comer en casa o en el pub local daba igual, así que decidió ir al local en busca de cualquier porquería de la gastronomía del pueblo, y ahí estaba con la típica fachada irlandesa, el rojo estridente y los ventanales cubiertos de polvo, la entrada un escandaloso letrero color verde con la palabra Pub Borgan inscrita resaltaba, seguramente el apellido del dueño, el sonido típico de música irlandesa, de violín, guitarra y gaita, resonaba apenas salía un transeúnte con altas dosis de alcohol encima y por su puesto sin poder sostenerse por sí solo.
Severus atravesó el pórtico esperando la fría mirada de los presentes como acostumbraba en cada local sin embargo, nadie le miro, el lugar estaba saturado, apenas podía hacerse paso a la barra, cervezas iban de un lado a otro gente bailando y gritando, ni en el pub más revoltoso de Inglaterra había escuchado tanto alboroto, levanto una ceja y con esfuerzo llego a la barra, un instante después Severus se maldecía por estar ahí, la música irlandesa nunca había sido su favorita, y la comida del lugar no valía la espera, estaba a punto de regresar sobre sus pasos cuando en el tabernero le dio un trago sin pedirlo, Severus miro con extrañeza aquello.
-tómalo sin cuidado extranjero, tu compatriota ya lo hizo y no tuvo problema, es tradición cada vez que alguien se casa- le dijo un hombre que con esfuerzo lograba, mantenerse en pie junto a él, mientras ingería otro gran trago de su tarro. ¿extranjero?¿compatriota? Al instante Severus sintió de nuevo paranoia, acaso algún periódico ingles había mandado a buscarlo y lo habían encontrado ¿Cómo? ¿Dumbledore? Hijo de puta dijo para sus adentros.
Severus estaba por darse vuelta e irse cuando el tabernero le dio una despectiva mirada seguido de ello miro al trago que le había servido, Severus miro al hombre con aspecto poco afable, después tomo el trago y de un sorbo lo bebió, en definitiva las bebidas Irlandesas eran ligeramente mas fuertes que las británicas, era eso o el hecho que desde la mañana había tomado algunas dosis de alcohol y eso a la par de la ausencia de alimento comenzaban a hacer efecto, en el lugar los lugareños comenzaron a caminar en forma de circulo se dio cuenta que caminaban alrededor de un grupo de mujeres, rodó los ojos no estaba para presenciar bailes folclóricos típicos de irlatontos.
-vamos preciosa es cógeme a mi- grito uno de los hombres junto al que pasaba Severus, este volvió la mirada para ver a la desgraciada mujer a la cual el imbécil le hablaba mientras trataba de salir del lugar, de pronto contemplo que del tumulto de mujeres habían seleccionado a una, a la cual le habían vendado los ojos y dado vueltas, frunció el ceño ante ello, no tenía tiempo para estupideces intentaba moverse entre el tumulto de hombres que se movían alrededor de las mujeres, para salir de ahí, maldecía para si al no poder sacar su varita, tan sencillo que seria abrirse paso, estaba apunto de llegar a la salida, cuando unas manos detuvieron su andar tomándolo de los hombros.
Podía tener menos suerte, de los treinta hombres que buscaban ser agarrados por aquella mujer justo tenía que ser él, estaba a punto de alejarse, cuando sintió la mirada despectiva de los hombres presentes, mientras que el tumulto de mujeres gritaba vamos chica tienes dos chances de decir si es noble o no, dile al extranjero que deje de ser arisco Severus apretó su mandíbula y se dio vuelta, dispuesto a apartar las manos de la mujer y zafarse de la situación cuando escucho su risa.
-Creo que me torpe con un irlandés pobre y delgado con olor a ortiga- rió la mujer mientras terminaba su frase, al instante escucho el acento de la mujer era británica o tal vez americana era confuso, las risas no se hicieron esperar, Severus dejo escapar un pequeño gruñido -ah y además gruñón- dijo esta tras escucharlo tranquilo chico, seguro un beso te ayudara-dijo mientras los espectadores no dejaban de reír.
Severus estaba a punto de irse del lugar cuando la chica lo rodeo por el cuello con los brazos,atrapándolo en un furtivo y torpe beso, la baja de reflejos por el alcohol, le hizo sorprenderse mas de lo que le hubiera gustado aquellos labios sabían a tanto whisky que parecían que tuviera un tarro de líquido ámbar contra los suyos, al instante, el lugar estallo en risas, eso era suficiente para él, estaba por apartar a la mujer cuando esta lo detuvo tomando su muñeca en donde tenía su varita, la chica sonrió apartando sus labios.
-Te encontré héroe inglés- dijo arrancándose la venda de los ojos.
Severus se quedó perplejo miro a la mujer que tenia de frente, de ojos grises y piel pálida, enmarcada en cabellos castaños y rubios ondulados, apretó la mandíbula y se soltó del agarre con un solo movimiento.
Le parecía familiar aquella mirada...de inmediato Severus recobro su postura , pero antes de que pudiera moverse la mujer volvió a hablar.
-Creo que nuestro príncipe mestizo se quiere ir amigos, ¿porque no, nos acompañas compatriota?- los presentes centraron su mirar en el esta vez con cuidado, porque llamarle así al extraño del pueblo, mientras volvían a reír y exclamar ¿príncipe? Será de las tinieblas, es el extraño del pueblo, esta volvió a gritar- invítame un trago y prometo no decir nada…- Severus se quedó callado de nuevo, las burlas de nuevo no se hicieron esperar tiene miedo cariño, yo te invito lo que quieras primor, apenas puede andar el viejo amor, déjalo ir… Severus por mucho que le gustara era demasiado orgulloso como para dejar las cosas así, y perder su imagen en un solo momento.
-Adelante…- dijo en tono sobrio, para sorpresa de los presentes y la espectadora , abriéndose paso entre miradas despectivas y risas.
La mujer le siguió, el lugar estaba muy lleno, lo cual no facilitaba el andar por el lugar, Severus se limito a mirarla, la cara que tenia se reducía, a decir largo de aquí.
La mujer se limito a reír- le diré mi nombre porque soy educada a diferencia de usted que no se ha presentado mi nombre es Katrina Scamander y en segundo si usted me invito un trago debería pedirlo…- .
Aquella mujer le estaba haciendo perder los estribos más de lo que le gustaba suspiro, pero hubo una palabra que le hizo mirarla con un poco de detenimiento ¿Scamander?, posteriormente pidió un tarro de cerveza al tabernero, el cual le ignoro colosalmente.
La mujer nego con la cabeza, -eres famoso verdad? Oye, dame dos tarros de la casa para mi y mi colega- dijo la mujer en un tono débil, Severus levanto una ceja al percatarse que a pesar del tono, había sido suficiente para el hombre que casi de manera instantánea sirviera ambos tarros con dudosa limpieza.
-Los novios invitan dulzura- dijo el tabernero, no sin antes mirar a Severus despectivamente de nuevo -Gracias…pero mejor dile al padre de la novia que invite…- dijo guiñándole un ojo a este, el hombre de aspecto osco solo se sonrojo y asintió-por supuesto, que tu servidor invita-
- Severus estaba confundido Katrina tomo ambos tarros y acerco uno a él, este solo volvió la mirada a la mujer.
-¿creíste que solo iba a tomar yo?, si sabes que es descortés cuando un hombre le invita a una mujer un trago en Irlanda y no toma con ella- dijo dándole un sorbo a su tarro.
-bueno es claro que varios ya le invitaron solo un trago- dijo con sorna Severus sin mirarla.
Al instante eso hizo que la mujer lo mirara de forma despectiva- si pero es usted el primer anciano que lo hace… adelante...- dijo en ademan chocando su tarro con el de ella.
Severus negó con la cabeza, ¿Anciano? si era verdad tras la guerra se habia descuidado, ¿pero anciano? blasfemo para sus adentros como diablos es que estaba mentido en aquella situación y dio un trago del líquido ambar- no se preocupe se librara pronto de mi para volver con sus novicios- dijo en tono seco
-claro le, aseguro que no tengo la intención de tomar mas de un trago con usted ..- dijo Katrina ante la cara despectiva que le brindo Snape.
Tras ese trago, lo que siguió fueron recuerdos borrosos...
El primero de una caminata con una extraña a mitad de la obscuridad hasta su casa, lo que siguió de fue un beso bajo las estrellas luego fuero dos, tres...cuatr c.
Lo que continuo fue la fracción de un recuerdo, donde solo exisitia, palabras incoherentes, la mano de una mujer capturando violentamente su espalda chocando contra la pared, una danza de vaivén, caricias por encima de la ropa , seguido de ello respiraciones entrecortadas, en donde el camino era guiado pot las prendas que eran arrancadsa, hasta llegar a la habitación en un momento,el recuerdo se hizo profuso solo se esuchabesc demidos incontrolados a mitad de la nada y la obscuridad.
