–Este fanfiction tiene temática yaoi, las parejas serán OsomatsuxChoromatsu, IchimatsuxKaramatsu, TodomatsuxOC y posiblemente JyushimatsuxHomura.
–Los personajes obviamente no me pertenecen.
–No habrá incesto porque aquí los protagonistas no son hermanos.
–Estará basado en el universo alterno creado por el fandom de ángeles y demonios.
Prólogo
La reunión celestial comenzó tal y como estaba planeada al sonido de las campanas. Los cincuenta miembros del senado, el juez, la reina y sus dos jóvenes hijos eran los presentes en esa gran sala de paredes blancas, todos eran ángeles y estaban sentados en una gran mesa alargada.
El juez leyó un documento explicando los motivos de aquella reunión: los grandes cambios que estaban sucediendo en el mundo de sus némesis, los demonios. El rey demonio había muerto por causas desconocidas y en el mundo subterráneo reinaba el caos. Normalmente para los ángeles la muerte de un demonio siempre era buena noticia, pero ese era un caso especial. El difunto rey demonio era violento como era normal en su especie, pero bastante moderado si se tenía en cuenta a sus antecesores. Eran tiempos de paz en el reino de los cielos comparado con otras épocas, pero todo se podía quebrar con el nuevo sucesor.
–Las normas de los demonios son claras–dijo el juez–, cuando un rey muere el trono pasa a su hijo sin objeciones, pero todos sabemos que toda su descendencia murió en aquel incendio dos años atrás.
–Entonces ¿a quién planean nombrar como nuevo rey esas miserables bestias? –preguntó un miembro del senado.
–Ese es lo que nos puede traer problemas…
La sala se quedó en completo silencio esperando las palabras del juez, las alas de algunos asistentes temblaban levemente, por la tensión se podía percibir que recibirían malas noticias.
–El rey tiene muchos hijos bastardos esparcidos por el mundo, no era del todo fiel a su esposa, quieren que el mayor de ellos sea su sucesor.
La tensión se rebajó en el ambiente ¿Eso era todo? A nadie le extrañó esa decisión, era el procedimiento normal.
–El problema es que su sucesor es hijo de una humana, al parecer el rey demonio la violó y se desentendió por lo que no sabe todavía quién es. De la unión entre un demonio y una humana siempre saldrá un demonio puro sin rastros de mestizaje, pero es algo que molesta a los demonios más puritanos.
–Eso es bueno–interrumpió la reina–. Los demonios criados entre humanos fuera de su hábitat natural son más dóciles, Choromatsu podría intentar establecer contacto con él antes de que los demonios le corrompan.
Choromatsu, hijo de la reina y heredero al trono tembló. Le parecía una idea terrible contactar con uno de esos monstruos, en verdad, no era un trabajo para alguien de la nobleza como él, pero su madre le enviaría a donde fuese con tal de conseguir la simpatía del mundo angelical.
–Pero no es seguro que sea ese chico el que ascienda al trono, sus detractores que son bastantes tienen en mente a otro rey.
–¿Quién? –preguntó un miembro del senado al juez.
–Un nieto de Lucifer.
El silencio se instauró en la sala y todos los presentes se miraron entre sí con incertidumbre, sin saber cómo reaccionar. No había razón alguna para que un nieto de Lucifer llegase al trono, es cierto que fue en su día el rey, pero su hijo perdió una guerra y la familia Inhumanum llegó al poder arrebatando a la sangre de Lucifer todos sus derechos.
–¿Tiene algo de especial ese descendiente? –preguntó la reina con calma sin ningún rastro de temor.
Choromatsu se preguntaba también que tenía de especial, Lucifer cayó al infierno por muchas razones, una de ellas fue su extrema lujuria. Era bien sabido que engendró cientos de hijos con más de cien mujeres, contando a sus nietos el infierno estaba lleno de demonios con su sangre.
–Ha heredado sus poderes.
Esas simples palabras bastaron para que las sombras del pasado irrumpiesen en la sala, el miedo comenzó a despertar después de ser enterrado en los corazones de todos los ángeles tras la muerte de aquel temible gran rey demonio.
Choromatsu se encogió en su asiento rezando para que ese descendiente no llegase al trono, era lo que le faltaba, tener que enfrentarse a Lucifer en su posible futuro reinado. Si de él dependiese, no sería rey, pero lamentablemente era un secreto a voces que su madre quería que fuese él y cuando se trataba de ella, cualquier otra opinión no importaba en absoluto. Ser rey era atrayente, pero tenía un gran inconveniente: los ángeles hembra en general son más poderosos que los machos y por esa razón prefieren una reina. Choromatsu se encontraba en la misma situación que aquél hijo bastardo del rey demonio, tenía detractores por todas partes esperando un error suyo para que su hermana gemela Choroko llegase al trono. En verdad, lo normal sería proceder de esa manera, pero su madre descartó a su hija porque había caído en la "lujuria".
Los gritos cesaron cuando la puerta de la sala fue abierta por uno de los guardias de palacio, la reina se mostró muy molesta por la interrupción y fulminó al ángel con la mirada.
–¡Han atrapado a un demonio en el palacio–informó.
"Lo que faltaba" pensó Choromatsu.
Varios gritos de indignación comenzaron a invadir la sala, era cierto que no era nada extraño ver a demonios colándose en el cielo, algunos incluso causaban estragos, pero un demonio en el castillo era algo más serio. La última vez que eso paso fue cuando Lucifer les atacó y se sentó en el trono real para demostrar superioridad.
–¿Esta controlado? –preguntó con curiosidad la hermana de Choromatsu que había permanecido callada hasta ese momento.
–Sí, la guardia real le capturó sin ningún problema, está muy herido.
–Traedlo, aprovecharemos que el senado está aquí para juzgarle.
El guardia hizo una reverencia e hizo unas señas para que trajeran al demonio. Cuando entró en la sala rodeado de cadenas, todos lanzaron varios insultos llamándole monstruosidad.
Era indudable lo que era, tenía unos pequeños cuernos en la cabeza parecidos a los de un carnero hembra, de sus labios sobresalían dos punzantes colmillos y en su espalda se extendían dos grandes alas de murciélago totalmente diferentes a las alas de plumas blancas que los ángeles poseían. Sí, era un demonio, y estaba cubierto de su propia sangre, se veía en muy mal estado. Unas gruesas cadenas le rodeaban y un guardia le guiaba tirando de ellas como si llevara de paseo a un perro.
–Interrógale–dijo la reina mirando fijamente a su hijo Choromatsu.
"¿Por qué yo madre? ¡Me da miedo! ¿¡Acaso me odias!?"
La mirada de negación de Choromatsu fue rápidamente neutralizada por los ojos acusadores de su madre, "solo hazlo" le ordenó con la mirada.
–Esto…–comenzó a balbucear con nerviosismo– ¿Qué haces aquí? –preguntó al demonio.
–….
–¿No quieres hablar?
–…
"Empezamos bien"
–¿Dónde lo habéis encontrado? –preguntó al guardia que sujetaba las cadenas que sostenían al demonio. Se le hacía raro hablarle cómo a un completo desconocido, era en verdad su mejor amigo.
El guardia reaccionó cogiendo unas gafas de sol del bolsillo de su uniforme para cubrir sus ojos azules. Los ángeles del senado de mentalidad más cerrada soltaron un respingo de indignación al ver a un objeto humano siendo usado por uno de ellos.
–Hmm, veréis, todo comenzó esta mañana. Yo estaba nadando sobre el bastó y hermoso mar de los sueños cuando un canto me despertó de un largo letargo, era una bandada de pájaros pasando con la intención de liberarme de…
–Estamos en lo alto del cielo, ningún ave puede volar a tanta altura–interrumpió Choromatsu.
–Hay muchas aves en este mundo y no todas necesariamente tienen alas ¿Understand my friend?
–¡No lo entiendo para nada, y no me llames "my friend" que estás hablando conmigo como futuro rey y no como amigo!
Toda la sala se inundó de susurros, seguramente contra Choromatsu.
"Mierda, no puedo dejar que este idiota me deje más en evidencia ¿Por qué he de ser amigo de este sujeto? Oh, cierto, soy un antisocial, un futuro rey marginado con cero popularidad y él mi único amigo"
–Por favor, proceda, pero desde que le encontró, no nos importa lo que hizo antes.
–Está bien, su captura comenzó en mi puesto de trabajo, la planta dos de este castillo. Todo estaba en calma y mi cabeza no podía parar de pensar en el sentido de nuestra existencia ¿Por qué vivimos? ¿Cuál es mi propósito en la vida?
El guardia dejó ir la gruesa cadena que sujetaba al demonio para abrir sus brazos y extender sus alas al máximo poniendo pose para añadir más dramatismo a su historia. El demonio clavó sus ojos rosas al ángel con estupor sin entender su actitud, si hubiera estado sano podría haber aprovechado ese momento para huir.
–¿Cuál es el verdadero uso de las alas, acaso hay algún sitio al que estemos destinados a volar? ¿Cómo combatir a la cruel naturaleza? ¿Acaso hemos nacido con un deber en la vida?
–¡KARAMATSU! –gritó Choromatsu sin poder evitarlo, paciencia agotada.
–¡Esta bien hablaré! –exclamó el demonio sorprendiendo a toda la sala–. Me encontraron en la tercera planta, este imbécil me redujo después de ser advertido por otro guardia. Si no fuera por las heridas no estaría preso ahora, y les digo esto para que se calle, duele su manera de ser.
Choromatsu tenía una cosa clara, si llegaba a rey poner a Karamatsu como tortura para que los prisioneros hablasen sería su primera orden.
–Muchas gracias por hacer callar al imbécil, pero eso no te salvara de tu condena–dijo firmemente la reina.
La reina odiaba a Karamatsu, no solo por su actitud, también porque había atraído la atención de su hija. Choroko estaba enamorada de Karamatsu desde que se conocieron siendo niños, no lo disimulaba, al contrario, en esos momentos era imposible no notar su mirada de deseo sobre el ángel. Karamatsu era el único que ignoraba ese enamoramiento, era curioso, siempre decía que estaba buscando a sus "Karamatsu angelus" y cuando tenía a una atada y bien guapa, no se enteraba. Choromatsu pensaba seriamente que Choroko era masoquista, solo ese tipo de personas podía llegar a sentir algo por su amigo el doloroso.
Su madre por otro lado era patética, estaba obsesionada con huir de los siete pecados capitales a un nivel enfermizo. El simple sentimiento de "amar" a alguien lo veía como lujuria, para ella el sexo solo se tenía que usar con fines reproductivos y no por placer. Sí, su hermana no llegaría al trono por caer en la lujuria siendo virgen y sin saber cómo se sienten unos labios sobre los suyos. Para colmo, él iba a ocupar su lugar y era mucho peor que Choroko porque casi cada día se daba placer con su mano, no era de piedra y tenía sus necesidades, pero si su madre le descubría mínimo le echaba de una patada del cielo. No le extrañaría nada que también odiase a Karamatsu por su alto contenido de soberbia.
–Choromatsu…–le llamó su madre, quería que el dijera la sentencia.
–Te condeno…–las palabras se negaban a salir, sabía perfectamente la condena de esos casos y no conseguía el valor para decirla, no cuando los ojos rosados del demonio estaban posados con miedo en sus ojos verdes. Finalmente habló sin pensar, totalmente dolido–…te condeno a la muerte.
El demonio soltó un grito de horror muy afeminado, no parecía que le habían condenado a muerte, más bien parecía estar asustado de una cucaracha, por un momento Choromatsu cuestiono si se había equivocado y en verdad era una mujer.
–I'm sorry–dijo Karamatsu al demonio posando una mano sobre su hombro–, espero que en tu próxima vida tengas suerte de vivir cómo te mereces.
El demonio se giró bruscamente y mordió la mano a Karamatsu que gritó a pleno pulmón. Nadie le culpó, era tan doloroso, mi amigo se lo intentó quitar de encima pero el demonio lo evitó agarrándose a las alas del ángel, todavía le seguía mordiendo cuando lo sacaron de la sala.
–La ejecución se realizará mañana al atardecer en el altar de los sacrificios–sentenció el juez–. También debemos discutir el fallo de seguridad al dejar que ese demonio accediera al palacio, es normal que uno pueda llegar al mundo de los ángeles, hay muchos caminos por los que acceder, pero es inadmisible que lleguen tan lejos.
–¿Se intentó defender? –preguntó la reina a un guardia que seguía en la sala.
–Sí, utilizaba dagas para atacar pero no pudo hacer mucho. El camino que escogió para llegar lo destrozó, me pregunto cuáles eran sus intenciones.
–¿Se sabe el nombre del condenado? –preguntó Choromatsu, quería por lo menos saber el nombre del pobre chico al que había mandado a morir.
–No ha querido revelarlo, supongo que para evitar problemas a sus seres cercanos.
–No necesitamos saberlo–aseguró la reina–puedes irte.
Cuando el ángel salió de la sala, la reina dijo unas palabras que nadie se esperaba.
–Aprovechando la reunión, quiero hacer un anuncio muy importante a todos los presentes.
Choroko y Choromatsu se miraron entre si buscando una explicación en el otro, no sabían qué iba a anunciar algo.
–Como todos sabéis, llevo tres siglos en el cargo de reina y una no es eternamente joven, estoy comenzando a notar los síntomas de toda la tensión acumulada. Creo sinceramente que este mundo necesita un cambio y que ese cambio empezara con un nuevo reinado sin mí.
"Espera, no ira a…" pensó Choromatsu que ya comenzaba a sudar de los nervios.
–Creo que es hora de que mi hijo Choromatsu sea el nuevo ángel supremo.
…
…
¿QUÉ?
¿Estás loca mamá? ¿Con un nuevo rey demonio en camino? ¿Y si me lleva a la guerra qué? ¿De verdad mi propia madre me odia tanto como para subirme al trono cuando el nuevo Lucifer está a la vuelta de la esquina? ¡Ni siquiera me quiere el pueblo! Encima se ha colado un demonio en palacio, justo cuando se pone en duda la seguridad me pones en el trono.
Todo el senado miró a Choromatsu con una mezcla de miedo y odio, nadie se esperaba que ese chico con la personalidad tan estúpida que tenía llegase a ser un buen rey. Choroko suspiró al parecer aliviada, normal, se había librado, Choromatsu estaba al borde del desmayo.
–Mañana después de la ejecución daré a conocer la noticia al resto de ángeles, el asesinato de ese demonio marcará el inicio de tu era, será espectacular, no pudo llegar en mejor momento.
"¿Los ángeles se alegraran de que suba al trono por un asesinato? ¿Y se supone que nosotros somos los buenos? ¿A nadie le preocupan mis cargos de conciencia?"
–Sé que los tiempos que vendrán serán confusos ¿Pero recuerdas la frase que siempre te decía cuando yo tenía una crisis?
–Aequam memento rebus in arduis servare mentem… (Recuerda mantener la mente serena en momentos difíciles)
"Pero las frases en latín de quedar bien no me ayudaran en nada" pensó Choromatsu.
Tenía un mal presentimiento
