Disclamier: Todos los contenidos aquí expuestos son pertenencia de la señora J.K. Rowling y la WB, excepto por personajes originales insertados en la trama, que son producto de mi imaginación y para disfrute de cualquier lector, sin fines de lucro.

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Resumen: Hermione comienza a tener sueños extraños a principios de su sexto año, y se va distanciando de sus amigos poco a poco. Cuando se quiera dar cuenta, estará entre Draco Malfoy y su grupo, siendo una Slytherin de primera, y recordando aquello que le escondieron para protegerla.

Identity Stolen

Prólogo: 6 de septiembre

Hojeó rápidamente el libro. No ese no era. Bufó, frustrada.

La muchacha devolvió el libro a su estantería, con sumo cuidado. A veces amaba la biblioteca y otras veces odiaba que hubiera tantos volúmenes sin la información que ella necesitaba para la tarea de Historia de la Magia. Comenzaba a detestar a Binns. Se pasó las manos por la cara, frustrada. Era domingo, estaba en ese lugar lleno de polvo y todavía no había finalizado los deberes. Dio media vuelta y reprimió un grito. Un chico, de piel oscura y ojos penetrantes, la miraba con una sonrisa divertida pero burlona; extendía un libro con el título "Duendes y su historia". La castaña se lo arrebató bruscamente.

-Maldita sea.

-Un amigo mío se lo quedó y tuve que venir a devolverlo yo, para que Prince no lo mate por haber vencido la fecha devolución.- respondió, con un ligero tono arrastrado. La otra simplemente alzó una ceja.

-Los Gryffindor no nos equivocamos cuando decimos que Malfoy es un idiota, Zabini.- comenzó a caminar hacia la mesa, tomando su mochila y guardando el libro. El otro muchacho la seguía con la mirada. Lentamente, se dirigió hacia el escritorio de la bibliotecaria, vacío, y tomó una ficha que decía:

Draco Malfoy, "Duendes y su historia" – 2/09/1996

Suspirando suavemente, tomó una pluma del escritorio, la mojó en tinta y escribió:

Draco Malfoy, "Duendes y su historia" - 2/09/1996 * 6/09/1996

Luego tomó otra ficha en blanco y comenzó a escribir nuevamente.

Hermione J. Granger, "Duendes y su historia" – 6/09/1996

La guardó por orden alfabético y se incorporó. Acomodó el escritorio y se colocó la túnica. Cuando subió la mirada, Blaise Zabini seguía observándola con atención.

-Hasta mañana, Zabini.

-Hasta mañana, Granger.

Hermione Granger abandonó la biblioteca con un extraño retorcijón en el estómago. Recorrió los pasillos con el rostro mirando el suelo y los ojos entrecerrados. Era la segunda vez desde primer año que hablaba con ese chico, y seguía teniendo el mismo trato con ella. Cordial, meramente formal, al contrario del comportamiento que Draco Malfoy tenía con ella cada vez que se cruzaban por casualidad en un recreo o algo parecido. Arrugó la nariz, disgustada, al pensar en aquello. Como le fastidiaba ese chico. Lavender y Parvati habían estado comentando en la habitación, el primer día de clases, en la noche, que
"definitivamente el verano le había sentado bien" al Slytherin. Pero en la Gryffindor no pensaba en él en ese sentido. Ese año Lucius Malfoy había sido encarcelado y seguramente a su hijo la noticia no le había caído para nada bien… Desvió la mirada. Miró por donde caminaba y comenzó a tomar camino hacia el campo de Quidditch, donde hacia un rato las prácticas del equipo del Capitán Potter habían terminado. Sonrió. Reanudó sus pensamientos. Se preguntó si Malfoy había aflojado un poco su ego, si seguía siendo el mismo de siempre… Era bastante difícil pensarlo, por era un chico frío y arrogante. Nunca podría verlo caer, pensó. Draco era fuerte. Se convenció a sí misma y paró en medio de los jardines, viendo a sus dos amigos dirigirse hacia ella, con el cabello mojado y una sonrisa en el rostro.

-¡Harry, Ron!- chilló, molesta – ¡Se van a pescar un resfriado!

-No es nada, Hermione…- aseguró el pellirrojo. La muchacha sólo frunció el ceño. Dirigió su atención a Potter.

-¿Qué tal las prácticas?

-Es algo raro empezar tan rápido… pero Katie me pidió que eligiéramos el equipo para poder empezar ligero los entrenamientos y ser mejores en los partidos, pero está bien.

Ella asintió suavemente, caminando a la par de los dos. Todavía pensaba. Suspiró volvió a preguntarse a sí misma si lograría pasar ese año viva. Negó con la cabeza.

Todo estaría bien.