Título: All I'd Ever Need.
Argumento: Rachel nunca ha conocido a Finn, conoce a Brody igual que en la serie y todo parte de ahí…
Es Jueves, son cerca de las doce de la mañana, como cada noche me preparo las cosas para ir al baño a darme mi ducha y tratamiento facial y corporal diarios, después de un día duro en la New York Academy of Dramatics Arts. Bueno, un día duro, como todos los demás. Desde que he llegado aquí no he hecho más que esforzarme sin parar, especialmente en clase de baile, pero la profesora Cassandra July y yo no empezamos con buen pie y desde entonces no he sido su alumna favorita, por así decirlo.
Esto de tener baños compartidos es lo que peor llevo, por eso me ducho tan tarde. Al llegar, hace dos meses, me duchaba bastante más pronto; pero tras recibir abundantes críticas sobre mi ritual de tratamiento decidí hacerlo a estas horas, cuando nadie pueda molestarme.
Todo era más fácil en casa, en Ohio. Lo hecho mucho de menos, a mis amigos, a mis padres a Kurt, mi mejor amigo. Nada es igual sin ellos. No tengo con quien desahogarme, a quien contarles lo que me pasa con Cassandra. Cierto es, que podría contárselo por teléfono, pero soy demasiado orgullosa como para decirles que nada está saliendo como tenía planeado. Hablo con Kurt todos los días, pero aun así le echo mucho de menos. Me prometió que pronto vendría a visitarme, pero aún no sabe cuándo podrá.
Bueno, uno de los primeros días de agosto, salí de mi habitación y me dirigí a los baños mixtos. Me duché, depilé las piernas, me di todas mis cremas corporales y cuando me disponía a salir, escuché a alguien entrar, creí que era un chico. Estaba cantando "Sister Christian" de Night Ranger. La verdad es que no cantaba mal, pensé que sonaríamos bien juntos. Salí de la ducha, con el albornoz y secándome el pelo. Cuando termine de secarme el pelo, vi que el chico en cuestión estaba saliendo de la ducha y poniéndose una toalla a la cintura. Cuando llegué a verle ya se había puesto la toalla, una pena. Me fije bien; tenía el pelo oscuro; unos ojos azules, de esos que podrías tirarte horas mirando; llevaba barba de dos días, lo cual hacia crecer sus sex appeal y tenía un torso que detonaba que era asiduo de algún gimnasio.
Gire la cabeza rápidamente porque no quería parecer una acosadora, pero me parece que él ya había notado que me había fijado en él, porque escuche una risa un tanto prepotente. Empecé a peinarme, mirándome en el espejo, cuando dijo:
-¿Eres nueva, verdad?
-Sí, soy Rachel Berry, me estoy especializando en teatro musical.
-Yo también, Brody Weston. Soy de tercer año.
-Hola.
-Bueno, has sobrevivido a tu primera clase con Cassie, debes de ser buena.
Mientras todo esto pasaba, Brody empezó a sacar varias cremas y a aplicárselas, mientras yo seguía peinándome.
-¿Va a ser siempre tan horrible?- le dije, tratando de buscar tema de conversación y dejar de parecer una acosadora.
-Sí, ella es dura. Pero gracias a ella conseguí hacer mi debut en The Working el verano pasado si ella no me hubiera entrenado tan duro.
-¿Estuviste en Broadway?
-Obrero número 3- dijo haciéndome una reverencia.
Los dos nos reímos, en parte para aliviar la tensión que aún había, en parte porque inevitablemente estábamos inmersos en un filtreo bastante evidente. Me dio más datos sobre su debut en Broadway y cuando terminó me dijo:
-Me gusta venir a ducharme por la noche también. La gente no paraba de criticar mi ritual de humectación.
-Lo mismo me pasaba a mí- dije riendo. Él se rió, también.
-Somos actores, ¿verdad? Nuestra piel es como nuestro lienzo y nuestro pincel.
Los dos nos volvimos a reír. Entonces me acorde de que no era solo por eso, por lo que me duchaba por las noches y le conteste:
-No he estado durmiendo últimamente, en realidad. No hay tanto ruido de ciudad en Lima, Ohio. Supongo que a todo se tarda una en acostumbrarse.- Intente reírme y parecer convincente mientras dije todo esto y terminaba de hacerme la trenza. No sé porque le conté todo esto a Brody. Pero él había sido la primera persona que, durante dos meses en Nueva York, me había hecho caso.
-Estarás bien.- me dijo sonriendo. Y en ese momento, me lo creí. No sé por qué, pero lo hice.-Solo recuerda que estas aquí, porque eres la mejor de las mejores.-Se produjo un momento de contacto visual- Empieza a creerte eso.
"Mierda" pensé. "me he perdido en sus ojos, seguro que vuelve a pensar que soy una loca acosadora".
Mientras todo esto pasaba, Brody estaba recogiendo y saliendo del baño, pero según salía del se giró, me miró y me dijo:
-Oh, y en caso de que te lo estuvieras preguntando, que lo estabas, soy hetero.
Sin esperar a mi respuesta, siguió su camino, fuera del baño.
En cuanto a mí, yo me quede frente al espejo de aquel baño, sonriendo como una idiota durante varios minutos.
Puede que en el fondo, Nueva York no estuviera tan mal como yo creía.
Mi primer impulso fue volver corriendo a mi habitación y llamar a Kurt. Llegue y vi que eran más de las dos de la mañana. Miré hacia la parte de la habitación que correspondía a mi compañera de piso. Podría habérselo contárselo a ella, pero ya se había dormido, después de estar con el chico de turno. Desde que llegue hace dos meses, lo único que ha hecho ha sido acostarse con todo NYADA y me atrevería a decir que más de una vez. Aun no nos habíamos conocido, así que supuse que a ella tampoco iba a contárselo. Me decidí por abrazarme a mi corazón de peluche y esperar a que llegara el día siguiente y llamar a Kurt. Estuve pensando un buen rato que debería hacer ahora con Brody, pero no llegué a ninguna conclusión y así dando vueltas a las cosas me quede dormida sin haber llegado a nada.
Al día siguiente, me desperté, desayuné y me vestí. Preferí salir a la calle y dar una vuelta por Central Park mientras se lo contaba a Kurt. Era un poco como una tradición. Todos los viernes, como solo tengo clases después de comer, llamo a Kurt desde allí. A veces me hace contarle lo que hace la gente, otras nos contamos las cosas. Llegue a Central Park y estaba bastante vacío en comparación a otros viernes. Llamé a Kurt.
-¿Si? ¿Rachel? ¿Eres tú?
-Sí, Kurt. Soy yo. ¿Me oyes? Hay mucho ruido de fondo, Kurt. ¿Dónde estás?
-¿Rachel? Espera cinco segundos… Vale, ya. ¿Mejor?
-Sí, mucho. ¿Dónde estabas?
-Da igual. ¿Qué tal todo?
Kurt sonaba cansado, así que supuse que llegaría tarde a alguna cita con Blaine, su novio, así que no le di más importancia.
-Bien, Kurt, genial. Tengo que contarte una cosa muy fuerte que me ocurrió anoche.
-¿Si? Pues espera un segundo. ¿Estás en Central Park, como siempre?
-Sí.
No entendí a qué venia esa pregunta y cuando siguió preguntado me extrañe más aún.
-¿Y estas en el parque ese del pino en el centro que me dijiste un día?
-Sí, ¿Kurt, que pasa? ¿A qué viene tanta pregunta?
-Tranquila.-se rio por lo bajo- ¿Eres tú la que llevas el gorro de punto blanco?-Me toqué la cabeza. Si, llevaba ese gorro. Pero, ¿Cómo podía saberlo? No me estaba viendo… ¿o sí?- Date la vuelta.
Me giré y le vi. Cuando quise darme cuenta, estaba corriendo hacia el con los brazos abiertos.
-¡Kurt! ¿Qué haces aquí?- Se me escapaban las lágrimas.
-Rachel, he venido. Para quedarme. Contigo. Para perseguir mis sueños, como hiciste tú y como debería haber hecho yo cuando no me aceptaron en NYADA.
Es verdad, Kurt había sido rechazado por NYADA, por eso se quedó en Lima. Si no, hubiera venido conmigo.
-¿De verdad? ¿Lo dices en serio?
-Por supuesto.- dijo eso me abrazo y entonces sentí que con él a mi lado, nada podría ir mal.
