Pov Remus

La seguía contemplando desde la mesa de la cocina. Nymphadora miraba embobada la chimenea mientras acariciaba la cabeza de Sirius, que había adoptado su forma de perro, y me pregunte porque sentía un hilo de envidia atravesar mi cuerpo al ver esa escena. "Celoso, yo." pensé indignado. Podría ser varias cosas esa vida, podría ser un hombre pobre, podría ser un monstruo, un cobarde en cierta manera, un viejo el cual solo tenía la compañía de su otro viejo y destrozado mejor amigo… ¿pero celoso? No señor, nunca había sido celoso. Pero su mano pasaba por el pelo de Sirius, que hacía rato que había caído dormido en el sofá al lado de ella.

- Debería salir de vez en cuando. - su voz me causo un escalofrío.

- ¿Qué?

- Sirius, debería salir al menos unas horas al día… incluso los perros de verdad salen media hora.- notaba la tristeza al decir esas palabras.- Se volverá loco.

- Canuto siempre ha estado loco.- trate de aliviar el ambiente. Pero no funcionó, ella volvió a clavar la vista en la hoguera. - Lo que quiero decir realmente, es que es peligroso. Y Sirius no sabe controlarse, saldrá corriendo o hará algo por el estilo.

- ¿Pero si lo llevo atado? ¿eh? ¿eh?- insistió con esperanza en sus ojos. - Por favor, Remus…

- Bu-bueno… ¡Diez minutos, ni uno más!

De repente Sirius se puso de pie moviendo la cola sin parar, aha… así que todo esto estaba tramado por ellos. Y yo como un idiota me deje llevar por sus triquiñuelas, y por sus ojos, y sus labios, y su pelo que por un momento se había vuelto de un rosa pálido, y como odiaba no ver brillar su precioso cabello. ¿Por qué a mi? ¿Por qué? ¿Cómo podía haber caído en el amor, con la sobrina pequeña de Sirius? Si él supiera todo lo que sentía al verla entrar cada mañana por esa puerta.

- Te vienes, ¿no?

- Si. Ahora vengo Nymphadora.

Su cabeza asomó por el marco de la puerta y me miró con odio mientras su pelo se volvía de un rojo intenso.

- ¡Tonks!- corregí rápidamente.

- Así me gusta Lunático.- salió guiñándome el ojo.

Me levante rápidamente y me puse mi chaqueta, ande hasta la entrada donde estaba Sirius con su correa en la boca.

- Has ganado, ¿verdad?- suspire.

Me regalo dos ladridos y siguió moviendo la cola sin cesar. Le puse la correa y espere a que bajase Tonks de ponerse la ropa de calle. Bajo con unos pantalones mucho más anchos de lo necesario, se los iba subiendo cada dos por tres, y una camiseta de tirantes blanca con un dibujo de Hansa.

- ¿Vamos?- dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja.

Pov Tonks

¡Por fin! ¡Por fin mi primo parecía tener un poco de felicidad en su cuerpo! Corría por el parque sin parar, persiguiendo un frisbee que yo le iba tirando. De repente levantó las orejas y miró fijamente un punto. Salió disparado detrás de una ardilla que huyó lo más deprisa posible de los ladridos de Sirius. Lo vi desaparecer detrás de un arbusto y clavé mi mirada en Remus que desde el banco nos observaba. Me subí los pantalones y me dirigí hacia él sentándome a su lado.

- ¿Y esa carita que me traes? ¿Qué te pasa Lupin?- trate de mantener la mirada pero duré poco. Siempre que trataba de ser valiente con ese tema acababa con un ataque de pánico. Mi corazón latía veloz. Mis manos sudaban. Mis labios temblaban… - Gracias, me hace muy feliz ver a mi primo tan contento.

- Si, se nota.- dijo con un deje de tristeza.- Tonks, tu y yo…- ¿Lo haría? ¿Me pediría salir por fin?

- ¿Si?- ¿Por que mi voz sonó tan aguda?

- Tu y yo somos buenos amigos ¿verdad?- Ouh… shit…

- Si, lo somos, sin duda. - respondí con nerviosismo. - ¿Por?

- Creo, que… Yo puedo sincerarme contigo y tu conmigo.- me sonrió mientras yo le asentía. - ¿Te gusta Sirius? Es un poco absurdo hacer esta pregunta después de ver cómo lo miras y lo tratas… Él es guapo y listo, tiene un aire juvenil y … es un buen hombre.

No sabía cómo mirarle a la cara. ¿Cómo podía pensar eso? Yo trataba a Sirius como trataría a cualquier buen amigo, es más como trataría a un hermano. Solo tenía ojos para él desde que lo vi en la primera reunión de la orden. Tan calladito, con aire tan interesante, ese misterio que rondaba siempre cerca de él. Sus ojos, su pelo rubio, sus labios, sus sonrisas y sobre todo sus manos. Estaba obsesionada con ellas.

- ¿Nymphadora?

- ¿Eh? ¿Que? ¡No! Sirius es… es mi primo, primo/tío… Primo-hermano de mi madre… ¡NO!- chillé indignada.- Eres idiota Lupin, podrias fijarte más en lo que pasa a tu alrededor. - De la nada salió Sirius que estaba sucio a más no poder.- ¡Nos vamos a casa Sirius! ¡Y… Y te va a caer una buena ducha!

Incluso con aspecto de perro veía perfectamente su expresión de no estar entendiendo nada, pero clavó su mirada en Remus y empezó a andar detrás de mí con la cola baja.