Anoche vino el viento, se coló por mi ventana

llevándose tu nombre de mi almohada,

se lo llevo muy lejos,

donde ya no pudiera encontrarlo,

donde ni siquiera pudiera buscarlo...

Anoche vino el viento, irrumpió violentamente,

susurro a mi oído y lentamente

se llevo el recuerdo de tu voz, de tu aliento,

me lo saco desde dentro,

y a tu voz no escucho más...

Anoche vino el viento, entro sin previo aviso,

y borro como un suplicio, tu sonrisa de mi mente

se acerco y muy levemente, me toco la cara y frente

y tu imagen suavemente se empezó a desvanecer...

Anoche vino el viento, entro furioso en mi ventana,

reclamando despertar, reclamando no soñar,

aquél sueño del corazón,

regresando mi realidad sombría,

regalándome libertad perdida,

descartando vida y poesía.