CAPITULO 1

QUE LINDAS MENTIRAS

No puedo entender cómo es que esto sucederá Leonel….ella es mi pequeña y ahora tú me dices que se casara con ese mal hombre.

No es un mal hombre.-lo cierto es que el mismo no lo sabía tan bien, pero no había de otra forma que casar a su hija con ese caballero extranjero.

¿Cómo lo sabes?, ni siquiera lo conoces lo suficiente.-Maggie respiro hondo con un dolor en su corazón de madre.- por dios Leonel haz perdido por completo la razón nuestra hija es tan pequeña recién cumplió los 16 años y ella es tan tierna no tiene malicia.

Por dios mujer no hagas esto más difícil, ella tiene que casarse.-contesto inflexible el castaño, a el también le aterraba que su hija sufriera...pero...

Es por dinero…vendes a nuestra hija por dinero a esa miserable hombre.-reclamo en verdad acalorada su esposa con dolor en el alma.

Entiéndelo Margaret.-el castaño la tomo por los hombros.- nuestra hija tiene que casarse para yo no pisar la cárcel y sé que ese hombre en verdad le hará feliz…inmensamente feliz.

Lo dudo, sé que es un malnacido y además de eso es tan mayor para ella…ten piedad por dios es tu hija.

Lo siento y a pesar de mi mismo dolor de padre, Candice tiene que casarse con él.-dijo certeramente el castaño mientras su esposa reprimía un quejido de dolor ante el destino de su única hija.


Que tanto miras por la ventana Stear.-dijo el rubio con molestia de ver a su socio comercial como distraído.

No es un tema que me incumba pero siento que estas cometiendo un error al forzar a casarte con una niña.-William sonrió por lo que su amigo de siempre decía, lo cierto es que era la mejor opción y el no estaba forzando a nadie.

Es como haz dicho no es de tu incumbencia, además no es algo que tenga que explicar.-afirmo de manera arrogante.

Siento que lo mejor que pudiste hacer es simplemente tomar la propiedad que Leonel Parks tiene más valor que solo casarte con su hija.

Vamos Stear no me digas que cuando desposaste a Patricia O'brian no sentiste algo de gozo al saber que era una mujercita de familia y virgen.-el castaño se sintió molesto al instante.

No te permito que hables de un tema tan personal de esta forma.-contesto molesto.

No es pecado hablar de las cualidades de una chica, además ella es feliz a tu lado.-Stear asintió, claro que eran felices pues lo que en ellos nació fue amor…pero con William Andrew.

Somos felices porque yo la corteje con tiempo…ella primero fue mi novia, mi prometida y ahora mi esposa…-

Hasta siento que estas regañándome como mi madre.-contesto el rubio.

Lo que quiero decirte es que ni siquiera conoces a la muchacha y bueno no tienes idea si ella está de acuerdo con todo esto…además tiene 16 años por dios.

William sonrió de lado mientras seguía escribiendo en su diario contable.-En eso tienes razón no la conozco, me han dicho que es una bella flor pero no más y ademas no es pecado, quiero una mujer joven y saludable.

Vez.-dijo Stear tratando de hacerlo entrar en razón.-mejor toma la propiedad y listo.

Necesito casarme, sentar cabeza y tener herederos Stear Wells.-contesto de manera certera.

Pensé que tal vez tú te casarías con Elizabeth.-confeso el castaño, a lo que el rubio solo nego.

No…ella era mi novia por necesidad pero siéndote sincero después de tenerla en mi lecho pensé que tal vez si iba por ahí entregándose a su voluntad…pues simplemente cargaría toda mi vida con unas grandes ornamentas en mi cabeza.

Stear negó con la cabeza, él sabía que esto sería un terrible golpe para la familia Olsen.-Tienes que hacerlo de esta manera.

La verdad es que si te soy sincero, Elizabeth es un tanto mayor.-dijo sin afán de nada, ahora si aprovechaba su basta inteligencia en buscar las mejores excusas.-yo necesito una mujer nueva en esto…no quiero que llegue su baile de presentación como en el caso de mi prometida.

Ni siquiera tuvo su primer baile de presentación.-dijo con asombro el castaño, era literalmente como casarse con un fantasma.

No…ella es nueva en todo esto y bueno además de eso no es porque no deseara simplemente los problemas económicos de su familia no le dieron la posibilidad.

Por lo menos tendrás el tiempo de conocerla y pretender que estás enamorado en ella.-contesto con pena el castaño, pues conocía a su amigo y claro eso del amor no era un tema que le interesara mucho.

No tengo tiempo, tengo que irme de viaje a final de mes a Nueva York para algunos asuntos.

La llevaras contigo.-el rubio negó.-espera estas diciéndome que te casaras antes de fin de mes, no ira contigo en el viaje…la dejaras sola.

Así es…ella tiene que está en la casa de Chicago hasta que yo regrese, tal vez después pueda que regrese y piense en llevarla conmigo a Escocia.

Stear negó con la cabeza y la verdad es que sentía mucha pena por esa chica que aún no conocía.-Espero que lo tienes en mente salga bien sin que lastimes a nadie.

Así será…yo nunca me equivoco.-dijo William Albert Andrew dueño de una importante fortuna amasada con el pasar de los años que pronto le llevaron a la punta de los negocios en Norteamérica.

Proveniente de una noble familia aristocrática de Escocia, crecido en un ambiente lleno de reglas y normas que le forjaron como el hombre que ahora mismo era.

La clase de hombre que distaba mucho de ser el ideal romántico para cualquier jovencita como en esta caso Candice Parks.

Él era un tipo indomable, valiente, analista, negociador y frió como el mismo hielo, no era la clase de hombre que mostrara sus sentimientos y claro eso era llamado debilidad…

Hasta ahora la única debilidad que tenía William Andrew era ninguna…la envidia y el rencor que había despertado en algunos contrincantes en los negocios era para el nada.


Candice miraba a su padre sin entender nada, le habían pedido en matrimonio y el simplemente lo había aceptado sin más…

La bella rubia en creciente florecer miraba sus manos entrelazadas moviéndose con nerviosismo y es que ella no había pensado siquiera en casarse, deseaba ser cortejada por un joven próximo a su edad no solo ser avisada de que se casaba con un extraño.

Conocía que su situación económica era precaria, pero trata de no pensar en que eso tuviera que ver con su compromiso con un completo desconocido.

Sentía ansiedad…mucha ansiedad…miro a su madre quien tenía los ojos llenos de lágrimas y ella tuvo que tragar en seco.-¿Cuándo lo conoceré?.-dijo la rubia de bellos cabellos dorados y rizados como su madre.

Tu prometido es un hombre de negocios hija y pues él no tiene tiempo para todo esto del cortejo.-contesto con un hilo de voz Maggie, lo cierto es que ella estaba triste por su pequeña pues ella merecía enamorarse como ella y escoger un esposo.

Es practico.-Dijo la rubia que a pesar de ser tan jovencita era lista y pues que hacías si la decisión estaba tomada, no estaba en una época donde las mujeres se opusieran a la decisión de los padres.

Si, el desea que se desposen lo más rápido posible…sabes es de una familia aristocrática de Escocia y tal vez tu tengas que ir a vivir en un gran castillo.-menciono para que su hija se interesara, pero cuando alguien mas decide tu destino pues no es muy alentador.

La rubia sonrió sin afán, la verdad es que la idea que su padre le vendía era como un verdadero cuento de hadas…un guapo príncipe, rico heredero y con un castillo...podria reir o llorar.

Suena como a un bello cuento de amor.-contesto con sus labios apretados mientras miraba nuevamente a su madre quien se levantó de un salto y salió de la habitación entre sollozos.

Leonel miro a su esposa apesadumbrado pero así eran las cosas.-Yo sé que tu será tratada como una reina…con el Sr. Andrew no pasaras penurias hija y me ha dado dinero suficiente para que te mandara a hacer un guardarropa nuevo acorde a la temporada.

La rubia sonrió débilmente, la verdad es que ella no entendía mucho de nada…su vida se limitaba a estar al lado de su madre y hacia un par de años que no asistían a los bailes como antes…siendo sincera siempre soñó con un gran baile donde le presentaran con sus amistades como una bella señorita.

Si como la hermosa señorita Elizabeth Olsen, con su inmaculado cabello castaño en rizos perfectos que enmarcaban un bello rostro, preciosos ojos castaños y una piel blanca y tersa…

Ella vio como los jóvenes se habían quedado impresionados por su belleza y deseo lo mismo cuando cumpliera los 15 años…pero no sucedió nada y ahora sabía perfectamente que sus padres sobrevivían por milagro.

Padre como se llama mi prometido.-el asintió.

Su nombre es William Albert Andrew.-la rubia palideció de inmediato, pues había escuchado a la señora Berth que ese era un hombre malo y que estaba de novio con la señorita Olsen, pero los rumores afirmaban que no se casaría con ella porque habían intimado.

La rubia trago seco, los rumores apuntaban a una descripción algo desgraciada y ella ahora mismo lo estaba siendo.-Pero él estaba saliendo con la Señorita Olsen.-dijo con un dejo de voz mientras su padre se aclaraba la voz.

Esos fueron rumores infundados hija, él te escogió a ti como su próxima esposa y nosotros debemos de sentirnos halagados con su propuesta.-la rubia bajo la mirada, todo esto era tan abrumador.

Su madre entro un tanto más tranquila mientras ella solo estaba como azorada con la noticia que sin duda le cambiaría la vida, pensó en un baile y conocer algunos jóvenes interesados en ella…ahora esto estaba alejado de aquello que siempre deseo.

Hija mírame.-dijo Leonel mientras la rubia le miraba con atención, la verdad es que no sentía nada…ni siquiera ganas de llorar.-Sé que todo esto es abrumador.

Lo es.-gimió con pesar Margaret mirándole con amor infinito a su única hija.

Sé que eres una chica demasiado inteligente gracias a que lees mucho y bueno tu sabes que nuestra situación económica es pésima.-Leonel se rasco la cabeza en señal de nervios.-sé que es duro esto pero creo que es la única buena propuesta matrimonial que tendrás debido a nuestra economía.

Dios.-gimió Margaret, pues ni ella misma entendía que tan mal estaban.

Lo lamento y perdón a ti Margaret por también no darte lo que mereces, pero siendo sincero tendré que vender esta casa para poder irnos al sur y comprar una granja para iniciar un nuevo negocio.

Hemos perdido todo Leonel.-el asintió con pesar.

Lo hemos perdido todo y no desearía verte casada con el hijo del carnicero o con el hijo del herrero.-Candice cerró los ojos, conocía a ambos chicos y en verdad que eran lo más repulsivo que encontraba en la ciudad.

Nunca lo permitiría Leonel.-gimió Maggie ofuscada.

Tampoco yo, pero serían los únicos pretendientes que se acercarían a nuestra puerta y no quiero que mi única hija se quede en manos de esos hombres…eres mi princesa y acepte el compromiso con Andrew porque sé que te dará vida de una reina.

Padre yo podría irme con ustedes al sur.-dijo Candice con temor, pues no era la clase de chica que llevara la contraria a su padre.

Lo siento hija, pero no puedo permitir que tu sufras…la verdad es que esto es una aventura que no permitiré vivas tú que has crecido rodeada de amor, ternura y banalidades.

Candice asumió que la decisión había sido tomada sin consultarle.-Está bien padre.

Gracias hija, ahora bien después de todo esto necesito que tu madre te lleve con la modista para preparar el nuevo guardarropa y necesitare los papeles de Candice para tener todo en orden para cuando William me los solicite.

Candice asintió, lo cierto es que Margaret también estaba asustada y tenía que hablar con su hija sobre las necesidades masculinas, explicarle como llevar una casa y claro decirle como ser una buena esposa.

¿Compraremos su vestido de bodas?.-dijo Maguie como le llamaban en casa.

No, por la tarde me reuniere con William y me pidió un vestido que le quede exacto a Candice para mandar a traer de Chicago un vestido de telas francesas.

Chicago.-dijo con solemnidad Magie pues ahora estaba en pleno auge el crecimiento de esa ciudad.

Así es…por lo que necesito que me des uno de sus vestidos para que lo confeccionen exacto…-Candice solo miraba a sus padres conversar sin escuchar.

Era como si todo estuviera siendo un sueño extraño…lo cierto es que si deseaba despertar lo más rápido posible…cerró los ojos y tomo aliento.


La rubia pronto estaba con la modista quien sonreía ampliamente pues ella estimaba un tanto a Maggie y claro que adoraba a Candice.

Dios santo haz crecido pequeña.-dijo Johana Green sonriente mientras la rubia asentía.

Gracias.-contesto Candice.

Estas hermosa, dios si haces el baile de presentación sin duda serás el éxito de la temporada y muchos jóvenes casaderos estarían dispuestos a todo por ti.-la rubia se sonrojo, no pensaba que ella causara esas sensaciones en nadie.

Gracias por tus halagos Johana hacia mi pequeña, pero ella no podrá hacer el baile de presentación.-dijo con tristeza Margaret mostrando sus años en su rostro triste.

Sé que han tenido malos momentos.-

Pero han terminado emigraremos al sur y comenzaremos una nueva vida…Candice por su parte necesita un nuevo guardarropa con todo aquello que le haga verse hermosa.

Suena como si ella estuviera por marcharse al extranjero.-dijo Johana sorprendida, pues hasta donde sabía los Parks estaban en la ruina.

Digamos que un joven se ha enamorado perdidamente de su belleza y le ha propuesto matrimonio…-la castaña se quedó sorprendida, pues esa si era una buena noticia para la pequeña Candice.-se mudara a Irlanda.

Entonces tendremos que hacer la mejor ropa de todas para que tu prometido quede fascinado de tu belleza americana.-Candice sonrió tímidamente mientras madame Johana como le llamaban las demás entraba por sus elementos para tomar medidas del esbelto cuerpo de la rubia.

Madre.-dijo quedamente avergonzada de las mentiras que su progenitora estaba diciendo a la única persona que podría decirle les apreciaba con sinceridad.

Hija tenemos que sacar un poco de felicidad a esto…no te preocupes.-contesto Maggie sonriente mientras la tarde entera se pasó en tomarle medidas, escoger telas, ropa interior y sombreros.


Al día siguiente Leonel Parks camino hacia la oficina de Andrew con un paquete con el vestido de su ahora prometida y claro los documentos para poder casarse con esa chica.

Señor Andrew, afuera está esperando Leonel White.-dijo Lily la mujer que le asistía.

Hazlo pasar por favor.-dijo el rubio mientras dejaba de revisar cuentas.

Buenos días Sr. Andrew.-el rubio le incito a tomar asiento.-He traído los documentos de mi hija y claro lo que me pidió.

Perfecto, tengo pendiente un anillo de compromiso por entregar así que…-el rubio pronto le dio al padre de Candice una caja de terciopelo negro…

Puedo.-dijo Leonel mientras William asentía y la verdad es que se quedó sorprendido, era una elegante anillo en forma de rosa de oro blanco con un perfecto diamante de un tamaño perfecto que seguramente luciría magnifico en la mano de su hija.-Es hermoso.

Lo sé, ese era el anillo de mi abuela y bueno al parecer es el mejor regalo para comprometerme con tu hija Leonel; como lo ha tomado ella.

Candice es una niña, pero ella lo ha tomado conforme.-esa palabra no le gustaba mucho a William quien solo se removió inquieto.

No lo es más Leonel, si tuvieras dinero sin duda harías el baile de presentación y claro que más de uno estaría interesado en cortejarla.-el castaño asentia.- Pues dices que tu hija es hermosa y espero no me defraudes.

No miento.-contesto con seguridad Leonel mirándole retadoramente, la verdad es que William podría conocerla si deseaba pero no tenía tiempo para banalidades lo cierto es que ese matrimonio para el solo significaba cubrir lo básico y bueno para lo demás había mujeres dispuestas a recibirlo en su lecho.

Confió en que ella luzca este anillo de compromiso como símbolo de nuestra futura unión y bueno espero que ella tenga lo mejor.

Así es, ayer estuvieron con la modista y pues bueno al parecer han hecho el pedido de sus nuevos vestidos.-el rubio asintió mirando a ese hombre quien literalmente estaba haciendo un trueque con su hija.

No podría decir que la estaba vendiendo y el comprando, porque sonaba lo bastante inverosímil...pues él era la clase de hombre que podría conseguir una hermosa esposa dispuesta…pero bien se arriesgaría por una mujer joven tan joven como para ser pura…

Bueno no es que el fuera viejo recientemente con sus 26 años cumplidos aun así era el tiempo perfecto antes de que sus cercanos comenzaran a murmurar.

El rubio miro a su ahora suegro y la verdad es que tenía un tanto de dudas.- ¿Se quedaran aquí en New Haven?.-el castaño negó.

No venderé la casa y con lo que me den, creo que nos iremos al sur…mi padre era granjero.-contesto Leonel seguro de que tendría que empezar desde cero.

Es bueno tener ambiciones y es listo cambiar de rumbos, te comprare la casa.-dijo sin más el rubio, ante la mirada atónita de Leonel.

Yo tengo un cliente.-contesto con una débil voz mientras el rubio le miraba con interés.

Bien, deseo darle un regalo de bodas a mi futura esposa…-miro a Leonel esperando que le recordara el nombre.

Es Candice…se llama Candice.-dijo el mientras el rubio asentía.

Candice, suena bien ese nombre en todo caso deseo que mi futura esposa mantenga con ella la casa donde creció.-Leonel le miro expectante.-pagare el doble para que tengas una oportunidad.

No sé qué decirte.-confeso su ahora suegro.

No tienes nada que decirme, haremos el trato a fin de mes.-dijo sin más William.-por lo pronto tengo asuntos que resolver.

Leonel se levantó y asintió.-Nos vemos.

Saludos a mi prometida Candice de mi parte.-el castaño asintió mientras caminaba hacia la puerta y desaparecía de ahí.

William miraba el paquete con el vestido de su ahora futura prometida, puso la mano sobre el mismo…suspiro hondo y pensó que era mejor conocer a la chica antes de llevarse una decepción.

Claro para los padres cualquiera de sus hijos seria hermoso, la verdad es que conocía a la esposa de Parks y era bonita…suspiro hondo y abrió el paquete.

Saco un vestido de suave algodón que era lo bastante sencillo pero de un color rosa pálido, lo cierto es que el mismo había tenido vestidos mucho más hermosos que ese entre sus manos.

Ahora comprendía que en verdad sus padres no podrían darle lo que verdad merecía…lo saco por completo del paquete y se quedó sorprendido.

Era tan pequeño…la dueña de ese vestido tenía una espalda breve y bueno proporcionados pechos…la cintura sin duda la abarcaria con un brazo…se sintió un tanto conmocionado por la incertidumbre.

Seria en verdad que se estaba por casar con una simple niña o con una verdadera mujer.


Candice se miraba en el espejo mientras reprimía el naciente deseo de llorar hasta desfallecer en sueño…ella no quería una vida como la que estaba siéndole presentada pero que más podría hacer.

Verse del brazo de un hombre al que no conocía con tan mala fama y claro aquellos dulces sueños de una mujercita en florecimiento se esfumaron con ese compromiso.

La puerta sonó y ella dio el pase…era su padre.-Hija.

Hola padre.-dijo ella tomando asiento en la orilla de la cama, miro brillo en los ojos de su padre.

Tengo un presente magnifico de tu prometido el Sr. William Andrew.-dijo con alegría mientras le entregaba la cajita de terciopelo, su madre entro a la habitación mirando con atención.-ábrela.

Candice miro la caja y sintió un hueco en el estómago…ese presente esto reafirmo sus dudas, un precioso anillo de compromiso en forma de rosa.

Era delicado, perfecto y muy valioso…lo supo el dulce cuento de hadas no era más que la compra de una esposa…ella…


Hola mis adoradas lectoras pues aquí estoy con una nueva historia que me ha gustado mucho escribir, lo cierto es que había tardado un poco porque tengo mucho trabajo pero ahora que puedo desviarme un poco escribo de nuevo y confieso que me he bloqueado bastante últimamente pero estoy de nuevo encausada.

Es sencilla pero bonita, espero que les guste y bueno podre subir solo dos capítulos por semana pero no se me desesperen que les prometo les gustara y no la dejare botada...así mismo espero no tardar mucho en subir otra mas de esta hermosa pareja que tanto me gusta como ustedes saben.

Les quiero agradecer todos los comentarios que me han dejado para otras historias y bueno tratare de escribir mejor...gracias tambien por estar conmigo en Facebook y ya saben les quiero mil...abrazos.