El hombre más atractivo del Mundo
Ryoga tenía la peor de las suertes, pero, seguía siendo noble. Por eso, mientras vagaba por las montañas y se encontró nuevamente con ese anciano que había dibujado una ridícula marca en su estómago… volvió a ser amable con él.
Pero no esperaba que el viejo que le diera un nuevo agradecimiento… La marca que lo haría irresistible a las mujeres, ¿Estaría Ryoga listo para algo así?
(Ranma-chan x Ryoga) (Akane x Shinnosuke) (Otras)
Capitulo 1: Reencuentro
Hibiki Ryoga estaba perdido como siempre… había caminado en círculos por horas, solo que, no se daba cuenta. Extrañaba a Blanquinegro y le parecía extraño no haberlo visto hace varios días…
Estaba cansado de tanto caminar y vio que estaba oscureciendo. Era mejor armar su tienda y sentarse a descansar. Hacía mucho que no pasaba por el dojo Tendo. Deseaba con todo el corazón volver a ver a Akane, pero sabía que no era el momento apropiado.
Ranma y ella habían "pospuesto" indefinidamente su compromiso. Todo era culpa de Ranma, lógicamente. Ranma había llegado demasiado lejos con Shampoo –por una poción según él- Y Akane los había descubierto. Bajo un encantamiento o sin él aquello le parecía imperdonable y por eso había jurado que no se casaría con Ranma a pesar de amarlo.
El menor de los Saotome había aceptado la decisión. Estaba molesto porque esa niña engreída nunca escuchaba sus explicaciones y estaba harto de que lo culparan por cosas de las que no tenía la culpa. Así, por orgullo Ranma y Akane habían pospuesto su bosa y su compromiso hasta que los ánimos se calmaran.
Ryoga estaba feliz por eso… -O al menos eso quería creer-. Si Akane había roto el compromiso por ella misma, significaba que al fin podría prestarle atención, pero no podía dejar de pensar en Ranma. Tal vez lo detestaba, era su rival, siempre se burlaba de él y le coqueteaba sin descaro cuando era una chica, pero lo consideraba un amigo. Imaginaba que ahora debía estar sufriendo mucho. Por ello, era mejor no aparecer como un oportunista… Ya había esperado a Akane todos estos años. No le importaba esperar unos días más.
Se encontraba tranquilo observando su fogata al intemperie cuando una voz le asustó…
- Muchacho ¡Eres tú! ¡Cuánto has crecido! Veo que ahora eres mucho más fuerte – dijo la misteriosa voz. Ryoga frunció el ceño. Él sabía perfectamente de quien se trataba…
- ¡USTED! ¡CÓMO SE ATREVE A DIRIGIRME LA PALABRA DESPUÉS DEL DAÑO QUE ME CAUSÓ! – gritó zarandeándolo de un lado a otro
- Yo solo quería agradecerte por la comida que me diste aquella vez… ¡No seas tan malo! – respondió tratando de calmar la furia de Ryoga
- Esa estúpida marca que me hizo en el estómago me causó muchos problemas y humillaciones – refunfuñó molesto
- Pero te convertiste en un hombre fuerte… -
- Si, pero no me gusta que las cosas se me den tan fáciles. Me gusta derrotar a mis enemigos con mi propia fuerza- dijo Ryoga pero el extraño anciano había desaparecido. Cuando el Hibiki lo encontró con la mirada, este estaba revisando su mochila en busca de comida - ¡OIGA QUE CREE QUE ESTÁ HACIENDO! – gritó dándole un coscorrón
- Tengo mucha hambre… han pasado días desde mi última comida – Ryoga le miró con fastidio. Ya sabía lo que pasaría… ese anciano acabaría con su comida como la última vez, pero no podía dejarlo así. Su consciencia no se lo permitía…
Como predijo el viejo terminó todas sus provisiones.
- Sigues siendo un joven muy generoso – dijo el anciano satisfecho – Debo agradecértelo –
- No es necesario – respondió el Hibiki recordando lo mal que habían salido las cosas la última vez – Debo irme ahora…
- Llevas mucha prisa… ¿Irás a ver a tu novia? – Ryoga se tensó y sonrió torpemente
- No tengo novia – dijo sintiendo lástima por sí mismo mientras intentaba mantener la mueca a la que llamaba sonrisa.
- Ya veo… Eres un hombre muy solitario que busca el amor –
- Pues sí. Escuche no quiero ser irrespetuoso pero debo irme… necesito comprar más comida o seré yo el que muera de hambre… Hasta pronto – terminó de decir y se dispuso a caminar
El anciano esperó que Ryoga le diera la espalda y le dio un fuerte golpe en la cabeza con la pluma gigante que siempre llevaba consigo. El Hibiki se desmayó y quedó tendido en el suelo…
- No te preocupes… esta vez te mostraré mi agradecimiento con algo que sí te funcionará – dijo para si mismo mientras sacaba de su bolsillo una pluma roja más pequeña – La marca del amor te ayudará a encontrar a tu futura esposa… Ya lo verás –
El hombre subió la camisa del Hibiki y comenzó a pintarle nuevamente el estómago. Cuando hubo acabado, le acomodó las ropas para que Ryoga no notara lo que había sucedido y le dejó una carta dentro de la mochila con instrucciones.
Esa marca iba a cambiar la solitaria vida de ese joven y al fin habría pagado su deuda. Sonrió al pensar en lo bueno que sería para el muchacho ese dibujo en su estómago y se marchó.
…
A la mañana siguiente, Ryoga despertó con un infernal dolor de cabeza. Estaba de cara en el suelo y respiró un poco de tierra. Irritado se levantó lo mejor que pudo. No recordaba lo que había sucedido, ni tampoco haber hablado con el anciano.
Imaginó que en la oscuridad se había golpeado con algo… o que alguien le había atacado. Revisó su mochila –sin ver la carta- y se dio cuenta de que su comida no estaba.
- Debieron atacarme una banda de ladrones – susurró – Que más da… la próxima vez los haré picadillo – dijo colocándose la mochila y emprendiendo su camino a Nerima. Era extraño que los ladrones le hubiesen robado la comida y no el dinero, pero él no le dio mayor importancia.
Tenía mucha hambre y no le quedaban provisiones… era mejor encontrar un sitio para comer. Mientras avanzaba por las calles comenzó a darse cuenta de que todas las mujeres le observaban y hablaban entre ellas.
Se sintió incómodo y aceleró su paso.
Una multitud de mujeres iba siguiéndole a una distancia razonable. Ryoga se sonrojó y trató de apurarse cada vez más… No se dio cuenta y ya estaba corriendo…. Las mujeres le seguían y le pedían una cita con él.
- ¿Qué demonios sucede? – se preguntó el Hibiki escapando lo mejor que podía. Dobló en una esquina tratando de perderlas y en eso vio un restaurante de panes japoneses abierto.+
No lo pensó dos veces y entró en el lugar. Cerró la puerta tras de sí y vio pasar a la horda de mujeres locas de largo. Respiró agitado… Al fin estaba a salvo.
- Oh, vaya Ryoga, eres tú… no esperaba verte por aquí – dijo una irritante voz familiar.
- Ranma… - susurró volteando. El pelinegro estaba comiendo con Ukyo. "Ese idiota solo empeora las cosas en vez de hacer las paces con Akane" – pensó viéndolo con fastidio. En ese momento, hizo contacto visual con la chica de la espátula.
Ella lo miraba de forma extraña, sonrojada. Esto era extraño… ¿Acaso le estaba confundiendo con Ranma? El pelinegro notó de inmediato las atenciones de Ukyo a Ryoga y se puso un poco celoso. Le gustaba ser el único centro de atención femenino.
- Ryoga… te ves muy bien hoy – dijo ella acercándose y tomándole del brazo. El Hibiki se sonrojó torpemente e intentó zafarse pero la chica era muy fuerte…
- Oye Ukyo… mis panes se están quemando – habló Ranma pero ella lo ignoró. Él se irritó más todavía y le dio una mirada fulminante a Ryoga
- Em… yo… - El colmilludo no sabía como reaccionar ante las atenciones de la chica. No negaba que era muy hermosa, pero esto era tan repentino… sin contar que su corazón solo era de Akane.
- Oh Ryoga cielo siéntate aquí. Te prepararé los mejores panes japoneses que hayas probado ¡espero que tengas mucha hambre!
- Pues la verdad si – respondió riendo mientras se rascaba la cabeza. Estaba confundido, pero si ella deseaba cocinarle no se iba a oponer.
Ranma los miraba fastidiado. Odiaba ser ignorado… sobre todo por una de las chicas que decían "amarlo".
- Será mejor que me vaya – soltó molesto
- Si Ranma hasta luego – dijo ella volviendo a ignorarlo mientras observaba fijamente a Ryoga que comía feliz todo lo que Ukyo le preparaba. Ranma hizo una mueca y se marchó molesto. No era normal que Ukyo tratara a Ryoga como lo trataba a él…
Adentro, los dos seguían en su particular atmósfera…
- El cabello largo te queda muy bien Ryoga… me pregunto como no lo noté antes… te ves muy cansado ¿Por qué no vienes conmigo y nos damos un baño juntos? – sugirió ella haciendo que el Hibiki escupiera todo lo que estaba comiendo.
Ranma que seguía escuchando detrás de la puerta casi se ahoga al escuchar eso. ¿Qué le sucedía a Ukyo? Hace solo minutos estaba igual de enamorada de él como siempre… Aquí sin duda había algo extraño…
- Vamos, no seas tímido… estoy segura de que te agradará – decía ella jalándolo. Ryoga estaba absolutamente rojo y se sujetaba con firmeza a un poste para no dejarse llevar por Ukyo…
- U-Ukyo… ¿No crees que esto es algo precipitado? – respondía tratando de afirmarse…
- Claro que no, si vamos a ser una pareja debemos conocernos completamente… Anda ven – insistía ella a punto de convencerlo.
Ryoga era realmente ingenuo y armaba cosas en su mente con mucha facilidad. "Me pregunto en qué momento se habrá enamorado de mi… No hemos hablado mucho, pero… quizá en el túnel del amor perdido…"
- Anda Ryoga suéltate de una vez – Pero cuando el Hibiki iba a ceder Ranma le tomó de la camisa y lo sacó arrastrando de allí y se lo llevó a un lugar solitario…
Ukyo le gritó algo pero ninguno escuchó bien. Mientras iban en el aire, Ryoga se soltó del agarre del Saotome.
- No me digas que estás celoso Ranma – dijo para hacerlo enojar. Estaban arriba de un techo…
- Claro que no, solo quiero que me digas en qué momento avanzó tanto tu relación con Ukyo – respondió. Ryoga juntó sus dedos índice rojísimo…
- Pues no lo sé… No creí que ella estuviera enamorada de mí en secreto – Dijo casi con ternura
- Aquí sucede algo extraño. Hace cinco minutos Ukyo me pidió a MI me quedara en su casa –
- Ya veo, estás molesto porque arruiné tus planes con ella – soltó molesto- Veo que eres un descarado Ranma… en lugar de hacer las paces con la dulce Akane… ¡TE VAS CON CUALQUIER OTRA MIENTRAS ELLA SUFRE POR TI! –
- Pues tú que dices amarla tanto estabas a punto de entrar a la bañera con Ukyo – respondió haciendo que Ryoga se sonrojara de vergüenza.
"NO PUEDE SER ¡ES CIERTO! …. SOY IGUAL DE DESCARADO QUE RANMA" – gritó internamente agarrándose la cabeza. Luego pensó en algo importante…
- Ella no me quiere. Además yo no soy su prometido – dijo ganando esta discusión. Ranma le miró con recelo.
- Da igual… tampoco soy su prometido ahora. Deberías estar feliz… Me sorprendes Ryoga, creí que cuando supieras la noticia irías corriendo a tratar de conquistarla.
- Yo no soy así… pensé en ti – dijo sorprendiendo al Saotome – Creí que estarías mal por lo que había sucedido… pero veo que no. Quizás vaya a buscar a Akane después de todo…
- No te atrevas cerdo apestoso – respondió para atacarle. Ryoga le esquivó con facilidad y volvieron a estar en la calle. Justo cuando Ranma le iba a dar un golpe decisivo, una ancianita le lanzó agua…
El puño de Ranma-chan quedó a milímetros del rostro del Hibiki que esperaba la fuerza del impacto con los ojos cerrados. Pasaron los segundos y nada ocurría… Abrió un ojo lentamente.
Ranma le miraba coquetamente y había abierto los botones de su camisa lo suficiente para causarle a Ryoga una hemorragia nasal.
- ¡Por qué siempre tienes que hacer eso! ¡PELEA COMO HOMBRE! – le gritó dándole la espalda para no mirarlo, pero de la nada sintió como Ranma le abrazaba desde atrás apegándole los pechos desvergonzadamente.
Ryoga se erizó por completo.
- ¡QUIERES SOLTARME! – gritó nuevamente empujándola con brusquedad. "La chica" le miró triste…
- Ryoga ¿por qué me tratas así? – Preguntó con los ojos llorosos - ¿Tan fea soy? – Él había visto esos ojos y había escuchado esas palabras manipuladoras tantas veces que no caería otra vez,
- NO ESTOY DE HUMOR PARA TUS TRUCOS SUCIOS RANMA, PELEA DE UNA VEZ – dijo poniéndose en guardia pero la chica se lanzó sobre él y lo abrazó como un Koala abraza un árbol - ¡QUE ES LO QUE TE SUCEDE! ¡SUELTAME! – insistía tratando de quitársela de encima pero Ranma era muy fuerte.
"¿Qué demonios les pasa a las mujeres el día de hoy?" – pensó confundido mientras trataba por todos los medios de liberarse del "abrazo" de la pelirroja.
- Ryoga… eres tan guapo – dijo ella jugando con el cabello de Hibiki para terminar robándole un beso.
El colmilludo se quedó de piedra. No… por todos los cielos… ¡No otra vez! No era suficiente con que Ranma le hubiese robado su primer beso, ahora también tenía que quitarle el segundo.
- Que dulce eres – soltó Ranma tratando de besarle otra vez pero Ryoga logró zafarse quién sabe cómo y salió corriendo de allí.
Necesitaba estar solo para procesar todo eso. Si este era otro truco de Ranma esta vez no le tendría compasión. Estaba harto de él y de la forma en cómo jugaba con sus sentimientos cuando se convertía en chica.
La última vez había entendido que la persona que lo besó era un espíritu que tomó el cuerpo de Ranma, pero ahora estaba seguro de que no era así. Él mismo había visto como el pelinegro se transformaba en chica… no había duda de que era el Ranma original.
No entendía qué demonios estaba pasando. Había corrido tanto y con tal desesperación que se encontraba nuevamente a las afueras de la ciudad. O al menos eso pensaba él. En realidad solo estaban en un pequeño bosque detrás de la escuela Furinkan, donde antaño habían asistido Ranma y Akane.
Se sintió un poco más calmado en la tranquilidad de la naturaleza. No sabía por dónde comenzar a pensar. Ukyo era una chica muy bonita… y cocinaba muy bien. De seguro sería una magnífica esposa… de la nada se sonrojó. Ella parecía quererlo mucho. No lo aceptaba aún, pero quizá su destino estaba con ella.
Y luego… estaba ese estúpido beso de Ranma. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces el Saotome había tratado de convencerlo de que él era su prometida, novia, admiradora o lo que fuera. En ese momento, una idea cruzó la mente de Ryoga…
"Quizás hizo todo eso porque…yo… ¿le gusto?" – puso una evidente cara de asco al imaginarse como pareja de ese idiota y trató de seguir pensando en Ukyo, pero cuando se disponía a hacerlo alguien le abrazó por la espalda…
- Oh Ryoga querido… finalmente te encuentro – No podía ser ¿Cómo lo había encontrado con tanta facilidad si ya no estaba en Nerima?
- Ranma… suéltame – dijo intentando contenerse, No quería golpearle… y mucho menos comenzar a reaccionar a sus descaradas caricias. La pelirroja lo ignoraba apegándose por completo a él - ¡DIJE QUE ME SUELTES! – gritó sosteniéndole fuertemente los brazos para que le dejara en paz
- No seas tan tímido cielo… yo sé que te agrada estar cerca de mi – un nuevo escalofrío recorrió la espalda del Hibiki. Necesitaba quitárselo de encima como fuera. En ese momento, Ranma-chan desató su trenza y se sentó sobre el chico que estaba en suelo – No te muevas – le dijo tirando fuertemente su camisa para tratar que quitársela.
Ryoga se opuso pero su camisa salió volando. En ese momento se dio cuenta del dibujo que estaba pintado en su estómago y tuvo un flashback de todo lo que había pasado en la noche.
- ¡ESE ESTÚPIDO VIEJOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! – gritó con todas sus fuerzas poniéndose de pie e ignorando a Ranma. Este maldito dibujo era peor que el anterior… estaba hecho con tinta roja y la forma era mas o menos asI: ":3"
Era tan humillante…
No tuvo que pensarlo mucho… era evidente que esa nueva inscripción en su torso estaba causando esta reacción en las mujeres. Siendo así, la única forma de deshacerse del acoso persistente de Ranma era logrando que volviera a su cuerpo.
Suspiró cansado. ¿Cómo es que estas cosas tan vergonzosas siempre le ocurrían a él?
- Ese dibujo en tu estómago te hace ver tan varonil… además tienes un abdomen de acero – dijo la pelirroja recorriendo el torso del Hibiki sin ningún pudor. Ryoga echó humo por las orejas. Se había prometido no hacerlo, pero le dio un golpe a Ranma mandándolo a volar.
Se colocó la camisa nuevamente lo más rápido que pudo y trató de buscar la forma de eliminar esa maldita inscripción de su estómago.
Ese maldito viejo… siempre le traía problemas, pero esta vez había sobrepasado todos los límites. Mientras avanzaba por en medio de los árboles, trataba de pensar…
- La primera inscripción solo se borró cuando alguien más fuerte me derrotó. Entonces esta inscripción podría borrarse si… si… -Se había quedado en blanco- ¡Maldita sea! ¡No sé la respuesta! – gritó a los cuatro vientos.
Irónicamente la única persona que le había ayudado la primera vez ahora era un peligro mortal… -en teoría-… aunque estaba seguro que Ranma solo actuaba de esa forma cuando era mujer. Si lograba mojarle con agua caliente, es probable dejara de acosarlo y hasta le podría ayudar.
Hizo una fogata y tal como pensó, la chica llegó a buscarlo nuevamente.
- Querido creí que te habías perdido – dijo abrazándole nuevamente. Ryoga empezaba a irritarse otra vez. Esto era demasiado incómodo para soportarlo. Tal vez era el idiota de Ranma, pero en ese cuerpo tan bien formado era difícil recordarlo…
- Que tal si te quedas quieta un segundo y cierras los ojos – dijo el Hibiki fingiendo hablar con ternura
- ¿Es un juego romántico? – preguntó la pelirroja
- Si, eso mismo… solo cierra los ojos y espera la sorpresa – respondió Ryoga sacando una tetera desde su espalda. Ranma había estirado ligeramente los labios, como esperando un beso. El Hibiki sonrió algo nervioso y por un momento dudó. Una bella chica estaba con él dispuesta a darlo todo por amor… No estaba realmente seguro de querer terminar con eso. Después de todo él jamás había vivido eso… siempre estaba solo contra el mundo, claro sin contar a Blanquinegro.
Recordó quien estaba realmente detrás de ese cuerpo encantador y le echó el agua suavemente. Ranma volvió a ser un hombre por completo. Abrió los ojos confundido y vio a Ryoga frente a él, sonrojado y nervioso…
- ¿Qué estoy haciendo aquí? – preguntó molesto dispuesto a darle una paliza…
- Ranma, por favor no vuelvas a transformarte en chica cerca de mi – dijo Ryoga en una súplica. Ranma le miró confundido. Muchas veces hacía cosas como mujer que luego no recordaba, o lamentaba…
- ¿Qué fue lo que hice? –
- Eso no es importante – respondió esquivando la pregunta – Necesito tu ayuda… Ya sé porqué Ukyo actuó tan extraño esta mañana –
- ¿A si? ¿Al fin vas a revelarme lo que sucede entre ustedes dos?
Ryoga se puso de pie frente a Ranma y se levantó la camisa mostrando el nuevo dibujo en su estómago. Estaba avergonzado, pero el pelinegro era la única persona a la que podía contarle ese secreto. Al menos como hombre…
- ¡Otra vez volviste a caer en eso!
- ¡POR SUPUESTO QUE NO! ¿ACASO CREES QUE SOY TAN IDIOTA? ESE VIEJO HIZO ESTO MIENTRAS YO ESTABA INCONSCIENTE – repuso molesto
- ¿Un viejo decrépito te venció?
- Esperó a que estuviera distraído… el punto es que no sé dónde está y no puedo revertir el maldito efecto de esta cosa – dijo señalándose.
- Es diferente al anterior… mmm… yo diría que es una inscripción que te hace irresistible a las mujeres – En ese momento la mente de Ranma hizo click. Recién había notado que su camisa estaba abierta y su cabello estaba suelto… - Ryoga, dime que no hice nada vergonzoso mientras estaba convertido en mujer…
-…. – El silencio del Hibiki fue suficiente para Ranma.
- ¡DEBEMOS ENCONTRAR EL MODO DE QUITARTE ESA COSA! – gritó más preocupado de sí mismo. No soportaría tener en su memoria algún otro tipo de "encuentro" con alguien mientras era manipulado… no otra vez.
Justo después de eso, Ranma se fijó en un papel que sobresalía de la mochila de Ryoga.
- ¿Qué es esto? – dijo sacando el sobre. Esto no era una de esas típicas cartas de declaración de amor a Akane o alguna de duelo. Era de otra persona…
- No sé de dónde salió – respondió Ryoga igual de intrigado… la carta decía…
"La marca de la inscripción del hombre más atractivo del mundo. Quien posea la marca será irresistible a cualquier chica soltera que él considere bonita y podrá escoger como esposa a la que ame, pero hay una advertencia. Cuando bese a la mujer que escogió ella revelará sus verdaderos sentimientos después del beso. Si ella lo sigue amando… esa es la destinada a ser su esposa. Si ella vuelve a la normalidad después de besarlo, no era su amor verdadero.
Pd: La marca solo desaparecerá cuando se case con la mujer que el destino escogió como su esposa"
Ryoga abrió los ojos aterrado… Ranma no había vuelto a la normalidad después del beso. Pero… quizás era un error. SI, quizá el viejo estaba equivocado. Solo debía besar a una verdadera mujer y encontrar a la que sería su amor por siempre.
Tal vez esto si sería de ayuda…
Continuará…
