Hola… llegue un poco tarde al fandom, pero no pude evitar escribir algo sobre esta pareja que es mi favorita (RIREN) y no dejo de imaginarlos… si todavía existen personas leyendo espero les guste.

Los personajes no me pertenecen

LEVI

Cabrón, bastardo, frívolo, sin sentimientos, no sé cuántas referencias usa la gente cuando trata de explicar como soy como persona la verdad es que no me interesa y no me importa… simplemente creo que soy un tipo reservado que usa el humor y el sarcasmo como defensa porque no me gusta expresar mis sentimientos muy abiertamente y no lo veo necesario y no he conocido alguien que en verdad me provoque hacerlo.

-El entrenamiento de hoy será pesado, no vengo de humor- digo desinteresadamente a mis alumnos y noto una cara de preocupación y horror en ellos.

Soy entrenador de artes marciales mixtas muchos me subestima por mi baja estatura ya que mido 1.60 m. Y me ven como un contrincante débil pero la verdad es que puedo dar por hecho que soy un excelente peleador.

Trabajo en un GYM especializado en artes marciales mixtas con Erwin uno de mis grandes amigos, mi profesión es algo que me encanta, me permite liberarme y me genera seguridad, vamos, que un hombre con mi altura necesita tener algo bueno que demostrar.

La clase transcurre tranquila, o bueno eso es lo que yo siento, cuando levanto la vista veo que mis alumnos están jadeando de cansancio, unos en el suelo de rodillas al punto del colapso, hago una cara de desaprobación mientras me despido de ellos con un ademan de la mano indicándoles que los veré la siguiente clase.

-¿Día duro eh?- Erwin me mira con los brazos cruzados, mientras me alejo de mi clase.

-Para ellos- respondo banalmente.

-No entiendo cómo es que sigues llenando tus horarios con tantos alumnos si eres un pesado con ellos- lo dice sorprendido pasando su mano por su cabello.

-Ellos vienen por resultados, no a que los mime y les de besos- respondo burlón.

Erwin suelta un suspiro y caminamos a los vestidores, mientras tomo una ducha no puedo evitar recordar el mal momento que pase con esa mujer con la que estaba intentando salir, debo admitir que solo salía con ella porque su físico era bastante agradable a la vista, pero estaba hueca de la cabeza, llego a ponerme a limite cuando me reprochaba que no le compraba cosas y no demostraba afecto en público, explote diciendo que no quería saber nada de ella, básicamente estaba harto, no me sorprende que su reacción fuera una bofetada, pero lo que más calo fue su "qué poco hombre", Escupió esas palabras con tanta saña, que hirió mi ego.

-Perra…- murmuro al salir de la ducha y agito mi cabeza molesto solo de recordarlo.

-¿Tiene que ver con la que estabas saliendo?- La voz de Erwin logra sacarme de mis pensamientos.

-Que va…- Le doy la vuelta, no quiero tocar el tema.

-Levi…- Su voz se escucha comprensiva.

-Qué esperas de una mujer que conoces en un bar, ebria y que al mes te exija que la trates como si fuera una diosa- gruño mientras abro mi casillero.

-Debo recordarte que a eso vas a los bares cuando te sientes solo- me recrimina.

¿Quién se cree que es? ¿El padre que nunca tuve?, me gusta la soledad la disfruto, pero hay días en las que pesa demasiado, soy un desastre con eso de las mujeres, siempre me reprochan mi falta de dar cariño, la falta de demostrar afecto en público, pero son cosas que a mí no me van, me siento incomodo, por eso agradezco que mi trabajo saque todas mis frustraciones y me deja un buen cuerpo de paso.

-Solo busco sacar mi frustración… eres hombre igual que yo Erwin- me defiendo.

-Eso no significa que busques un acostón cada fin de semana… Levi… porque no intentas…-

-Otra vez tú con tus citas en internet o citas a ciegas, ya te dije que no, eso no me va- gruño

-Bien, bien… ya no insistiré en eso- Dice el oxigenado levantando las manos en defensa.

Él ya ha intentado organizarme una que otra salida a ciegas, pero fueron fatales, deseche toda idea, parece que todas las citas en internet son como un circulo de prostitución elegante, siempre quieren sexo, no me malinterpreten, soy hombre y claro que amo el sexo, pero… tengo dignidad, no toda la vida quiero ser un acostón de una noche y menos con esta edad, ya no soy un adolecente universitario que se quiere follar a medio mundo, estoy a nada de llegar a los 30, y cada día me convenzo que entre más envejezco más me alejo de poder soportar a alguien.

Salgo del GYM después de una incómoda platica con el rubio en los vestidores, mierda muero de hambre… me digo mientras sostengo mi abdomen al escuchar rugir a mi estómago, paso por un restaurante italiano el cual es uno de mis favoritos, ordeno una porción grande de pasta para llevar y camino tranquilamente a mi departamento, no me apetece comer rodeado de más gente, hoy ando un poco más antisocial de lo normal, por suerte no vivo a tantas calles de distancia del gimnasio, no le veo razón para moverme en mi motocicleta y gastar gasolina por nada, además caminar me despeja un poco.

Llegando al departamento abro la puerta y suelto un largo suspiro, no es un departamento gigantesco, pero si lo suficiente como para una familia de 4, estando yo solo es abrumadoramente amplio, no me molesto en servir la pasta en un plato, me siento frente al televisor buscado una película mientras coloco el empaque desechable en mi abdomen y con un tenedor empiezo a comer.

No encontraba ninguna película buena así que deje la única que supuse sería la mejor, The Notebook, gruño un poco, odio las películas de romance, son asquerosamente empalagosas.

Pasando el tiempo, la película ya está por el final y yo me encuentro llorando amargamente mientras me engullo una gran porción de pasta gimoteando.

-Ella tiene que recordarle- lloro mientras apunto con el tenedor todo sucio hacia la pantalla, como si pudieran escucharme.

La película termina y yo lloro como una niña dejando caer los brazos a un lado del sofá, soy una vergüenza, apago la televisión y puedo verme reflejado, un hombre adulto cubierto de restos de pasta, lloriqueando por una película absurda. Logro componerme y puedo notar el lio que estoy hecho, me da un escalofrió de verme tan sucio, no es por ser quisquilloso pero tengo un TOC con eso de la limpieza, no puedo creer que termine así, limpio todo mi desastre en la sala, y me dirijo a la ducha por segunda vez en el día, mientras me baño empiezo a sollozar recordado la película.

-Ellos eran almas gemelas desde el nacimiento hasta su vejes- lloriqueo como un niño, puta madre… porque tengo que ser tan marica, si alguien viera esta faceta mía a como soy en el día a día jamás me reconocerían, termino mi baño y me cambio, tomo el celular para notar que tengo varios mensajes de Hange.

H: "Chaparro! Nos vamos a ver este fin de semana?"

H: "Chaparro, estas ahí?, llevamos mucho sin salir desde que andas con esa hueca, estoy celosa hahaha"

H: "Chaparro sé que terminaron, vamos! un trago y una buena platica siempre son una buena idea"

H: "CHAPARRO ESTAS VIVO?"

Gruño al leer su "chaparro", pero desde siempre me ha dicho así, hemos sido amigos desde la universidad, ambos estábamos en la facultad de ciencias, claro que en diferentes ramas, aunque no lo parezca me gradué de ciencias de la salud como nutriólogo, nunca aplique al 100% porque me enamore del deporte y estoy contento con lo que hago, de vez en cuando mis alumnos me piden alguna recomendación para perder peso y ganar musculo, en cambio ella se dedicó a la investigación, está un poco… zafada, le gusta mucho eso de experimentar y realizar estudios, siempre que pienso en eso hago una mueca, pobre de la creatura que termine en sus manos.

L: "Donde siempre y a la misma hora"

H: "BUEN CHICO"

Aviento el celular a mi cama, tch… me trata como si fuera un perro… me incorporo e intento dormir un poco.

Por la mañana me veo en el espejo del baño, tengo unas ojeras tremendas, me costó tanto dormir a anoche, valla que no es nuevo, mi ojeras ya son parte de mi look, me cambio con ropa deportiva para salir a correr como todas las mañanas, salgo del edificio estirándome un poco en lo que llego al parque más cercano para empezar mi rutina, hago el calentamiento adecuado, me coloco los auriculares especiales para el ejercicio y me dispongo a correr.

Respirar el aire fresco es tan estimulante, sentir esa libertad de verdad me pone de buenas, corro unos 10 km tranquilamente, para mí eso no es nada, respiro profundo y cierro los ojos disfrutando del momento mientras sigo corriendo, en cuanto abro los ojos apenas me da tiempo de reaccionar, el corredor que iba delante mío se agacho a atar sus agujetas, intento frenar y solo logro tropezar cayendo sobre él.

-Tch…. Puedes tener más cuidado- gruño tirado en el piso.

-¿Perdona?, tú has sido el que termino encima mía- escucho una voz reclamarme.

-Quien te crees para….- levanto la vista y veo unos ojos verdes que me miran molestos.

Trago saliva en seco al ver al chico de rodillas con una mano apoyada en el asfalto y otra en su espalda, puedo deducir que ahí es donde mi rodilla golpeo, me mira con una mueca de dolor y unos ojos fulminantes. Me incorporo nervioso, ¿nervioso?, ¿qué?, ¿por qué?.

-Vale, una disculpa, fue mi culpa- le tiendo una mano para ayudarle a pararse, él se gira y sonríe ampliamente, mi respiración se corta, cuando lo veo y no logro despegar mis ojos de los suyos, el chico toma mi mano y siento un escalofrió por todo el cuerpo, se incorpora, puedo notar que es más alto que yo, me quedo como idiota mirándolo, este tío tiene que ser modelo maldita sea.

-Soy Eren- dice riendo al ver que no he soltado su mano y sigo mirándolo como idiota.

Qué vergüenza Levi, ya suéltalo.

-Soy Verde… Digo… so… soy Levi- suelto su mano bruscamente sintiéndome un idiota, TRAGAME TIERRA.

-También ha sido mi culpa por no fijarme- dice riendo, y lo único que puedo hacer es torcer la boca en un intento de sonrisa, el chico me mira arqueando una ceja.

-¿Estas bien?- rompo contacto visual, mirando su brazo que apoya donde yo golpe.

-No te preocupes, eh pasado por peores- se enoje de hombros. ¿Peores?, ¿a qué se refiere?.

-Igual, perdóname…- se me va la voz. ¿En serio? ….Levi en serio das pena.

-Estoy bien, tranquilo… nos vemos- dice despidiéndose con la mano y regalándome otra sonrisa.

Siento como empiezo a ruborizarme y agito la cabeza para dejar que esa sensación NO me invada. ¿Que acaba de suceder?… no recuerdo haber visto a ese chico por aquí, y eso que siempre salgo a correr a las mismas horas, valla es una rutina, decido que ya es momento de terminar y regresar caminando al gimnasio para empezar con mis clases.

Aclaremos esto, en la universidad muchos prueban diferentes cosas y más cuando está bajo influencias del alcohol, ¿somos jóvenes no?, Ok… no es novedad que intentara estar con un hombre, desde que Hange me encontró besándome con un hombre en una de nuestras borracheras siempre menciona porque siempre intento salir con mujeres y nunca darme una oportunidad con un chico, pero no he llegado a querer más con un hombre, digo las mujeres se besan con sus amigas por curiosidad, ¿cierto?... ¿CIERTO?. Y uno no las ve de novias con otras mujeres por esa razón, solo fue un incidente, además estaba ebrio, intento justificármelo.

Llego al gimnasio y me preparo para mi primer clase de las 12 pm, es increíble como hay gente que disfruta mis rutinas y eso que son pesadas, pero bueno a eso se viene ¿no?, además ayuda con mi comisión que ya es bastante buena, la clase avanza y yo apenas y e sudado un poco a diferencia de los demás que tienen la cara roja por el esfuerzo, concluyo después de una hora y media, me seco el sudor mientras tomo un sorbo de agua de mi botella.

-Te vez más animado- escucho a Erwin que se acerca a donde estoy yo.

-Salí a tomar aire fresco- contesto y no tardo en recordar a ese chico y ponerme un poco nervioso.

-Me alegro- dice el oxigenado palpando mi hombro. –¿Te quedaras a mi clase?- sus clases son como un calentamiento para la mía que es la más pesada de la tarde al finalizar la suya.

-No, iré por algo de comer y regresare cuando termines para yo dar mi otra clase de la tarde- me encojo de hombros.

Mire el celular para ver la hora, bien son las 2:00 pm. Tengo dos horas para salir a conseguir alimento, soy consciente de las calorías que quemo y de lo que necesito para poder rendir, llego a un restaurante de comida rápida y pido 3 hamburguesas grandes, soy un asco para cocinar así que agradezco que existan estos lugares donde puedo conseguir alimento rápido y fácil. La chica de la caja me mira sorprendida, tomo mi comida y me dispongo a sentarme para empezar a comer, me palpo el estómago satisfecho y vuelvo a mirar el reloj, aun tenía una hora para regresar, bueno eso me daría el tiempo suficiente para digerir.

Camino tranquilamente de regreso pasando por una cafetería que vende un té negro con limón que me fascina, soy un amante de los tés y esa cafetería es una de las mejores cuando de infusiones se trata, camino de regreso dando sorbos a mi bebida con una satisfacción que se nota, entro al gimnasio y puedo ver que la clase de Erwin está terminado.

-Hey Erwin- llamo a mi amigo para que salga de la sala de prácticas, cuando veo que uno de los chicos que observaba la clase al igual por fuera pero más cerca del salón se gira. Siento como mi cuerpo se tensa dejando caer el vaso que tenía en las manos ganándome la mirada de todos.

Joder…

Debo admitir que me reí MUCHO al imaginarlo llorando con la película mientras comía, gracias por leer, los veo el próximo capitulo.