— ¡Lo juro, estoy a punto de perder el brazo!— se quejaba Yoshiko mientras giraba en círculos ambas extremidades.

— Te dijimos que esto no era lo tuyo— rió Kanan mientras le extendía una toalla.

— Lo sé, pero ustedes son las únicas que conozco de secundaria, sinceramente no quería quedarme sola en un club extraño— infló las mejillas.

— Bueno, no hay nada que con perseverancia no se logre, así que tranquila, solo tienes que entrenar muy duro para conseguirlo— animó You, levantando el brazo para hacer su saludo característico.

Las tres chicas habían comenzado su primera semana como estudiantes de preparatoria, lo que significaba: Clubs obligatorios.

— ¿Saben si alguien más se quedó aquí?

— No hasta donde he visto, aunque realmente no me he fijado bien.

— Tranquila Yoshiko, si Hanamaru se quedó aquí, lo sabremos, después de todo solo hay dos grupos de primero.

— ¡Es Yohane!— las mejillas de la peliazul se encendieron — Y-Y no me refería a eso…

— Sí, sí, lo que digas—dijo Kanan con cierto toqué de burla.

— ¡Les digo que no es eso!—

El entrenador llamó a las chicas a volver al entrenamiento, sin darle oportunidad a You y Kanan de responder.

Por otro lado, dentro del salón de música, se concluían las audiciones para el coro de Uranohoshi.

— No puedo esperar a que cantemos por primera vez— exclamaba una animada chica cuyo color de cabello se semejaba a las mandarinas que tan ricamente crecían en ese pueblo costero.

— Admito que estoy un poco nerviosa—confesó su compañera.

— Tranquila Riko, estoy segura de que lo harás espectacular— le respondió Chika con una sonrisa.

— ¿Riko y Chika?—una hermosa jovencita de cabello rubio se acercó a ellas con un par de hojas.

— ¿Sí?— afirmó la peliroja.

—¡Felicidades! La profesora te ha asignado a ti como la pianista de nuestra generación.

—¿A mí?—preguntó sorprendida.

—Tal como lo escuchas honey, trabajarás conmigo— la mezcla de inglés en su oración hizo sonreír ligeramente a Chika, quien encontró interesante tal detalle —Y tú, Chika, la canción con la que te presentaste ha encantado a la profesora, así que me pidió tu opinión acerca de escribir canciones para el coro junto con esa chica— señaló a una pelirroja de un tono más claro que Riko.

— ¡Por supuesto! Será un placer—aceptó Chika, encantada.

— ¡Bien! — sonrió con ánimo la rubia —Me llamo Ohara, Mari Ohara, ¿Y ustedes?

— Riko Sakurauchi.

— Chika Takami.

— Disculpen que me meta en su conversación…— una tímida figura apareció a un lado de la chica mandarina — ¿Quién de ustedes es Takami?

— Soy yo— sonrió Chika — Eres mi compañera compositora, ¿no? ¡Llevémonos bien!

— Eh… S-Sí— sonrió, un poco incomoda por el espíritu tan grande que dejaba ver su nueva colaboradora —Me llamo Ruby.

So pretty!— Mari inmediatamente tomó las mejillas de la pequeña — De verdad que eres una ternura.

— N-No hagash esho—se quejaba Ruby.

— ¡Hey, déjala!— una chica un poco más alta que la pequeña pelirroja salió en su defensa.

Its joke! No te enojes—sonrió Mari mientras daba una vuelta en su lugar, sin perder su buen ánimo.

— ¿Estás bien Ruby?

— Sí, hermana.

— ¿Hermana?— se preguntó Chika — Pero si todas las que estamos aquí somos de primero entonces…

— No, no— Ruby negó enérgicamente con las manos abiertas —Dia no es mi hermana en la realidad, pero ambas somos primas, así que es como mi hermana mayor.

— Oh, entiendo.

— Me llamo Dia, ¿ustedes son?

Después de una nueva ronda de presentaciones, todas volvieron a sus respectivas aulas.

— Vaya querida Ruby, parece que estamos in the same classroom— dijo Mari con un aire de malicia.

— S-Sí… No seas muy mala conmigo, por favor.

— Oh darling! Nunca digas eso o me darán más ganas de molestarte— dijo la rubia casi cantando, ganándose una mirada asesina de Dia — It's joke— canturreo mientras sacaba la lengua.

— Y parece que nosotras…— Chika ya había visto a la pelinegra durante sus clases matutinas, así que sabía que Dia estaba con Riko y ella.

— Te espero fuera de tu clase en cuanto estés lista— dijo la ojiverde mientras le dirigía una mirada llena de cariño a su "hermana".

— Oh, so sweet!— exclamó la chica de cabello rubio juntando las manos.

— Mari, creo que solo estás adelantando la fecha de tu muerte— susurró Chika mientras sonreía nerviosa ante el aura asesina de Dia.

El día terminó y a la salida, Chika y Riko se encontraron con aquella entusiasta ojiamarilla, quien las fue a buscar a su aula.

Shall we go back together?— preguntó con una sonrisa.

— ¿Eh?— Chika no había podido comprenderla del todo.

— Seguro— dijo Riko devolviendo el gesto — Dice que si podemos regresar juntas, Chika.

— ¡Ah! Por supuesto— la chica mandarina tomó del brazo a Riko y Mari, entre una amena plática se dirigieron juntas a la salida.

Pasaron junto a las rejas que separaban la zona del equipo de natación del pasillo de salida.

— ¿Quieren ir a ver qué pescó el equipo de natación?

— No creo— dijo Riko mientras miraba las puertas de los vestidores del club.

— ¿Las del equipo de natación pescan?

Mari y Riko miraron a Chika un momento, la ternura en sus rostros era evidente.

— ¿Qué?

— ¡Chika, tu inocencia debería ser nacional treasure!— exclamó la rubia mientras saltaba a abrazar a la chica mandarina.

— ¿Por qué?

— Mari siente ternura porque no entendiste su metáfora.

— Ah…— Chika infló las mejillas.

— Me refería a que si querían ir a ver al equipo de natación.

— Por mí no importa— respondió la chica de ojos carmín.

— Bueno, si ustedes quieren ir— Riko se encogió de hombros.

— ¡Perfect! — Mari las jaló a ambas.

— Realmente te gustan estas cosas Mari.

— Siento mucha curiosidad, y quién sabe, tal vez encuentre a alguien por quién ir a ver las carreras escolares.

— Oh, así que Mari tiene los mismos gustos que tú, Riko— añadió Chika, feliz.

— ¡Chika!— la cara de Riko se encendió cual foco rojo de navidad — ¡No tienes por qué ir gritándolo!

— Pero si la que gritó eres tú— la pelianaranjada se defendía entre risas de los pequeños golpes que le daba su amiga.

— Oh, así que you are my partner— Mari abrazó a Riko por el cuello.

— Eh…— la pelirroja no atinó más que a sonreír nerviosa.

— Pues veamos qué pescamos.

— Realmente no es algo que me preocupe…— Riko se rascó la mejilla.

Whatever! Vayamos mi camarada, tú también Chika— Mari jaló a sus compañeras con la energía que ya comenzaba a caracterizarla.

No tardaron mucho en llegar a la piscina, pero contrario a lo que la rubia esperaba ver, todas estaban en media luna, mirando a su entrenador.

— Qué decepción, no están en la alberca.

— ¿Eh? — Riko se sonrojó ante lo dicho.

— Mari, eres una pervertida— dijo la chica mandarina mientras entrecerraba los ojos.

— No, solo soy directa con lo que quiero.

— Solo que nosotras no venimos buscando nada— rebatió Riko.

Boring— canturreo Mari.

— Bueno, ya venimos, ya vámonos— apuró la pelirroja.

— Sí, supongo que está bien— dijo Mari, suspirando.

Las tres compañeras se dirigieron a la salida de la preparatoria, siguieron así un rato hasta que tuvieron que separarse.

See you, girls!— se despidió

— Hasta luego Mari— sonrieron Chika y Riko.

Ambas caminaron un poco más hasta la parada de autobús.

— Sabía que el "Ohara" me sonaba.

— Bueno, por su acento se nota que ha viajado mucho a Estados Unidos— dedujo Riko.

— Pero quién diría que conoceríamos a la hija del dueño de la cadena de hoteles Ohara.

— Bueno, sí. Me pregunto por qué decidió venir a estudiar aquí.

— Cierto.

— Entonces, ¿no estás buscando pareja Riko?

— ¡¿Eh?!— Riko se exaltó ante la repentina pregunta de su amiga — N-No realmente... ¿Y tú?

— Mmm— Chika pensó un momento antes de responder — Creo que ahora mismo no puedo decir si sí o si no. Estamos en una escuela de chicas, personalmente nunca me ha llamado la atención una, pero si fuera así, supongo que entonces te diré, no sé nada de eso así que creo que necesitaré tu sabiduría y tus mangas yuri— respondió mientras le guiñaba el ojo

La cara de Riko volvió a ponerse colorada mientras una mirada molesta aparecía.

— ¡TAKAMI CHIKA!

— ¡No!— dijo la víctima, empezando a correr hacia la parada de autobús.

Una vez llegando a las puertas de sus hogares y después de un reclamo de parte de la pelirroja, ambas se despidieron.

— Ahhh— Riko se dejó caer en su cama — Esperemos a mañana.