Lonely, too long.
Capítulo I.
Por Macgirl y NickyScully
Dedicatoria: A Nalini, por crear un mundo maravilloso con los personajes más variados e increíbles que no nos dejan más que soñar con lo que puede o no haber sido entre giro y giro de una página.
Disclaimer: Estos personajes no son nuestros. Este escrito no es sino un homenaje a Nalini, que tuvo la genialidad de crearlos y que tiernamente los cuida, mientras nos entretiene a nosotros.
Agradecimientos:
Macgirl: Agradezco a la vida por haberme dado la oportunidad de conocer personas tan maravillosas como tú, mi coautora y hermana de locuras literarias. Eres la prueba de que los seres humanos trascendemos las barreras de lo físico. Me quedo corta si te digo que eres de lo mejor que me ha pasado. Y sumando a eso me has presentado a Nalini y a sus fabulosas historias, ahora me sigues la corriente para escribir esto, qué más puedo yo decir.
Por cierto también agradezco a quienes se tomen el tiempo de leernos y dejar un comentario, nos encanta saber sus pensamientos y opiniones.
NickyScully:
Te agradezco a ti porque me lavaste el cerebro y casi me obligaste a escribir esto cuando quiero andar viendo un anime o me ando cayendo del sueño. Gracias por ser tan necia e insistir tanto. Espero que mis neuronas muertas retribuyan la fe que tienes en mí. Tampoco me puedo olvidar de agradecerle a Nalini por hacerse la loca y empujarme a escribir lo que ella no quiere mostrar. Entiendo que quiere mantener el interés, pero las fans tenemos una paciencia corta, así me tomare el atrevimiento de hacer esto con ayuda de Mac (es su apodo y lo prefiero). No pretendemos hacer su trabajo, eso es imposible, seguro ni mostraremos lo que ella podría mostrar y con un mejor nivel, esto es un trabajo humilde y producto de soñadoras literarias.
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It's not your eyes
It's not what you say
It's not your laughter that gives you away
You're just lonely
You've been lonely, too long.
All your actin'
Your thin disguise
All your perfectly delivered lies
They don't fool me
You've been lonely, too long
-Dust to Dust by The Civil War.
Nada podía perturbar la tranquilidad salvaje de las fronteras de Tahoe, a excepción de dos hombres que habían llegado allí como un simple soplo. No podían ser tan distintos uno del otro, el negro militar vestía al más joven y al mayor, la seriedad de la elegancia.
Silenciosos caminaban sobre el follaje de aquel bosque, sin prisas o apuros, hasta acercarse a la alta cerca metálica de una vieja pero cuidada casa que no parecía pertenecer allí. Ambos hombres se miraron pero no se dijeron nada. El más joven solo asintió solemnemente y desapareció en el aire.
El mayor ni siquiera se inmutó ante tal hazaña, no cuando él era parte de esa raza que podía hacer cosas increíbles, improbables e inimaginables con sus mentes. Podían crear y podían aniquilar.
Ese hombre de elegante y patricio porte atravesó la puerta de la alta cerca y continuó caminando sobre un estrecho camino de grava. Sus pisadas eran fuertes, decididas y ruidosas pero no perturbaron el lugar. Abrió la puerta de la pequeña casa sin llamar y entró a lo que consideraba su dominio y su refugió ante los que sentían curiosidad sobre sus actividades y su vida.
Mientras continuaba caminando dentro de la casa, depositó sobre la pequeña mesa del comedor lo que llevaba en su mano izquierda, una bolsa de papel precisamente doblada para evitar revelar su contenido.
Se detuvo al llegar a la puerta del estudio, una habitación adecuada con lo último en tecnología para mantenerse en control de todo, tal como lo hacía desde su propia oficina, pero con una diferencia abismal en cuanto a decoración y ambientación de la estancia. Podría decirse que era un estilo "demasiado cambiante". Era un sitio acogedor y agradable, que no sería descrito por él de esa manera ante nadie, pero que disfrutaba sobremanera cuando tenía la oportunidad.
Sin embargo en esta ocasión no fijó su vista en la gran silla de cuero negro o en las pantallas sobre el escritorio, sino en la mujer sentada en la misma y que en sus manos deslizaba rápidamente algún contenido en una pequeña pantalla portátil.
Aunque todavía no levantaba su mirada de los mensajes que estaba respondiendo, su expresión de concentración fue reemplazada por una expresión mucho más relajada. Y por una fracción de segundo, Anthony deseo ser capaz de sonreír verdaderamente.
-Debo disculparme, la celebración se extendió más de lo que calculé, no es mi costumbre llegar tarde a mis compromisos y menos aún hacer esperar a mis invitados - afirmó él mientras daba un par de pasos más y se ubicaba justo en frente del escritorio donde ella estaba.
Nikita ni siquiera levantó la cabeza, continuó tecleando sin parar sobre el delicado teclado de última generación.
-Deberías organizar mejor tu tiempo. Ya he acordado dos envíos portuarios a Panamá y firmado un contrato con una empresa holandesa mientras extendías ese experimento que llamas sociabilización. Por cierto, ¿cómo estuvo?
-Diría que estuvo bien. Pienso que Ivy sabe lo que hace y al parecer está funcionando. Ahora que están trabajando juntos, los Flechas y los Empáticos son aún más poderosos que antes.
-Pienso que están destinados al fracaso pero dejémosle soñar.
-Tu hija estaba en la boda.
Si Anthony quería ver una respuesta ante esa declaración pues no la obtuvo, Nikita continuó en su trabajo, no le daría a Anthony más armas de la que ya tenía porque Sascha no era relevante para Nikita. Su presencia en ese experimento llamado boda no causaba intereses en su mente letal.
Sin embargo, aunque Nikita no lo supiera, si hubo una reacción. Anthony pudo percibirlo por el cambio en su respiración, o como ella detuvo lo que estaba haciendo por tan solo un segundo. Al igual que Nikita, Anthony era padre y los hijos, aunque fueran solo materiales genéticos que continuaban extendiendo el legado de sus familias en el planeta seguían siendo sus hijos.
-Deberíamos hablar de nuestra posición en la Coalición Gobernante y como manejaremos el asunto de los Empáticos ahora que nos hemos aliado con ellos- sugirió Nikita. Por primera vez su mirada se encontró con los ojos de Anthony.
-Necesitamos a los Empáticos pero más aún necesitamos aprender de ellos. Voy a continuar este tipo de experimentos de socialización hasta que obtenga la información que deseo y pueda cuantificar sus beneficios dentro de la mayoría de la población Psy. Por cierto, ¿Ya has tomado tus alimentos? - Dijo sosteniéndole la mirada fijamente. Bajar la mirada ahora sería dar una sensación de debilidad que no estaba dispuesto a permitirse.
La pregunta la tomó desprevenida, Nikita no sabía explicar porque Anthony lograba sacar extrañas reacciones de ella, reacciones que jamás había experimentado. Sorpresa, confusión y también se podía decir que curiosidad.
-He tomado dos bebidas energéticas esta mañana -informó interesada más de lo habitual en esa pregunta que usualmente él no le haría.
-Eso difícilmente puede considerarse comida - afirmó él consciente de que aunque los Psy antes de la caída del Silencio no disfrutaban el saber de la comida, si mantenían una dieta que no podía consistir en solo bebidas, claro está a menos que estuviese demasiado ocupada como para comer-. Ven, acompañame a probar lo que me ha empacado Ivy para el camino.
Dando la vuelta se encaminó hacia la mesa donde había dejado su paquete, seguro de que ella lo seguiría.
Ella se debatió en si quedarse allí o seguirlo, ganó lo segundo porque sabía que si ella se negaba él insistiría hasta el final de los tiempos. Anthony tenía una vena terca que no había conocido en ningún otro Psy fuera de su círculo. El podía negarlo si quisiera, pero esa misma vena él se la había heredado su hija mayor, quien para desgracia de la raza Psy y los NightStar se había emparejado con un cambiante y eso era prueba suficiente, más el hecho de que Anthony dejara ver esa cualidad de si mismo era de por sí una debilidad que ella podía usar en su contra si alguna vez se daba la oportunidad.
Juntos llegaron al pequeño comedor de la casa donde se encontraba un paquete que Nikita pudo suponer era la comida de la cual hablaba Anthony. El lo abrió con presteza y seguridad, sacando de su interior una pequeña caja plástica transparente rodeada de una cinta verde brillante y luego sacó una cuchara del mismo material de la caja y también del mismo color verde intenso de la cinta.
Cuando Anthony abrió la pequeña caja Nikita no supo que decir hasta al ver lo que contenía pero sin duda alguna él esperaba algunas palabras.
-¿Qué es eso?
- Esto es un trozo del pastel de bodas de Ivy y Vasic. Y ella insistió en que si no podía quedarme a comer con ellos, debía traerlo y probarlo luego.
-¿Y te lo quieres comer ahora?
Anthony había probado en otras ocasiones la comida que tanto humanos como cambiantes tanto disfrutaban. Pero en esas ocasiones su Silencio no le había permitido comprender la importancia que para las otras razas tenía el ritual de la comida como momento de interacción entre los individuos.
Así que sin contestarle tomó la cuchara y separó un pequeño trozo teniendo en cuenta que llevaba tanto la masa como la cubierta.
-No está envenenada o algo similar, pero si quieres puedo probarlo yo primero -dijo él extendiéndole la cuchara con la clara intención de darle en la boca a probar aquel trozo de postre.
Nikita le dio una mirada plana, en nada parecida a lo que sus pensamientos demostraban. Intentó leer los pensamientos del hombre que estaba frente a ella pero fue algo imposible, sus escudos eran más que acero, eran titanio, impenetrables, no era que le sorprendiera ya que se trataba de Anthony Kyriakus, líder y cabeza de la poderosa familia NightStar y nadie de su calibre llegaba a esa posición siendo dueño de escudos de papel. De igual modo, ella estaba suspicaz y muy curiosa sobre la actitud extraña y fuera de lo común de Anthony.
-No creo que eso sea necesario -era un voto de confianza de parte de la ex Consejera Duncan, una confianza que Anthony no podía dar por sentado-. Pero preferiría comer algo mucho más diferente y adecuado a nuestros sistemas digestivos.
Él no estaba dispuesto a retroceder en sus intenciones, y si ella creía que podía hacerlo cambiar de idea, era hora de enseñarle lo contrario. -Yo personalmente -dijo Anthony mientras le acercaba la cuchara aún más a sus labios y la miraba fijamente, casi de forma desafiante -, he comprobado que nuestros sistemas digestivos son totalmente capaces de aprovechar estos alimentos, y esta clase de experiencia es de gran ayuda para comprender mejor sus intereses.
-¿Por qué tanto interés en saber esas cosas tan poco importantes? -preguntó Nikita con sus ojos sobre la pequeña cuchara que él sostenía delante de ella.
Él la miró mientras ella observaba el trozo de comida y supo que no necesitaría esforzarse tanto, si jugaba bien sus cartas.
Ella levantó la vista y se encontró con la de él. Desafiante la sostuvo, incluso inclinó un poco más la cuchara acercándola hasta apenas unos pocos centímetros.
-Estas cosas, como las llamas, son una gran fuente de información, podrías incluso querer ser parte de mi próximo proyecto de negocios, eso si, si logras entender el porqué los humanos y cambiantes prefieren ciertos alimentos.
Nikita, como era natural, estaba abierta a participar en negocios que le parecieran interesantes, pero nunca en algo como aquello. Y aunque ya había participado en negocios con cambiantes, el ponerse en la piel de las otras razas y conocer lo que era agradable e interesante para ellos jamás se le había pasado la cabeza, ni siquiera como algo lucrativo. Sin embargo, nunca se amilanaba ante las cosas nuevas y los retos, así que lo asumió, sobre todo porque la mirada de Anthony era una que le provocaba algo que los humanos y cambiantes podrían llamar irritación.
Abrió la boca y Anthony solo tuvo que deslizar la cuchara en su interior. El sabor del chocolate y la crema fue un duro choque a sus sentidos Psy, tanto que tuvo que tomar asiento. Podría decir que para nada era desagradable pero era demasiado para manejar y mastico despacio.
-Es demasiado fuerte -expresó Nikita con los ojos abiertos de par en par, aunque volvió a cerrarlos ante el choque-. Mis papilas gustativas están abrumadas -reconoció tomando un sorbo del vaso de agua que ella misma había colocado allí más temprano-. ¿Cómo los humanos pueden comer eso?
Anthony le dedicó una mirada que casi podría considerarse una sonrisa irónica. Ella, la gran y temida Nikita Duncan, agobiada por un trozo de pastel de chocolate. Aunque se empeñara en demostrar lo contrario, sabía que ella no estaba bajo un Silencio tan total como le hacía creer a todos.
-¿Se sostienen tus escudos?- le preguntó él curioso porque él no tenía permitido escanear su mente y era bien sabido que los Psy colapsaban cuando sus sentidos se abrumaban con sensaciones que no contemplaba el Silencio.
¡Eso no te incumbe! Le habría gritado ella si fuera más humana que una Psy bajo el Silencio, sin embargo se contuvo, le miró directamente y con simple mirada le comunicó que todo estaba en orden.
-Casi puedo sentir como mi cerebro empieza a producir serotoninas y endorfinas, según se ha comprobado en estudios médicos de humanos y cambiantes -expresó cerrando por unos cuantos segundos los ojos para manejar las sensaciones- expresó el ex Consejero, parecía… a gusto.
Otra barrera derrumbada, otra muestra de la fisura en su Silencio. Un Silencio que frente a los demás era perfecto, prístino e irrompible. Eso le llevó a entender que Anthony también estaba mucho más adelanto que ella, porque ella aun luchaba contra la pérdida de su Silencio, mientras que Anthony parecía complacido y feliz con eso, aunque ninguno lo reconociera en voz alta.
Ella volvió a mirar el trozo de pastel y tímidamente, como si no quisiera, tomó un pequeño trozo entre sus dedos, lo observo de manera estudiada y casi microscópica. -Cuéntame más sobre ese negocio que quieres realizar -se llevó el diminuto trozo a los labios y volvió a cerrar los ojos, esta vez más concentrada y calladamente deleitada, porque aunque el sabor era demasiado fuerte no podía negar que sus sentidos celebraban el nuevo sabor.
-Verás, el negocio parece muy prometedor -continuó explicando él con expresión relajada mientras en realidad la observaba detenidamente como empezaba a disfrutar su primer encuentro con el chocolate.
-Los humanos y cambiantes suelen interactuar en sitios relacionados con comida, como restaurantes o cafés, para ellos es algo natural y satisface tanto su necesidad de nutrientes como su sociabilización, a decir verdad es bastante eficiente en términos de ahorro de tiempo y espacio. Es ahí donde entran mis empresas.
Al parecer él estaba en sus aguas con respecto al tema, comprendió Nikita.
-Sacamos ventaja de los gustos y costumbres de otras razas, y esta no podía ser la excepción, pero para esto primero tenemos que entenderles a fondo.
Y tomando otro pedazo de pastel en la punta de la cuchara se lo extendió hacia ella, llevándoselo muy cerca a los labios como lo había hecho antes.
Esta vez ella no se resistió, si no que fue a su encuentro y sin detenerse a pensar tocó ligeramente la muñeca de Anthony. Aunque tan rápidamente como empezó así terminó, ella se echó hacia atrás, concentrada nuevamente en el trozo de pastel que tenía en su boca. Ya más acostumbrada se deleitó en los matices, en la dulzura y la cremosidad de un dulce que había provocado conflictos entre humanos y cambiantes en el pasado.
-¿Y has pensado dónde abrirás ese nuevo negocio? -preguntó tiempo después.
Él se sintió ganador. Era mucho el orgullo que le causaba haberla convencido no solo de probar el nuevo sabor sino de que su idea para abrir nuevos mercados era tan prometedora como para saber un poco más.
-Por ahora nos encontramos reconociendo el mercado, hemos aprendido mucho acerca de que tipo de materiales, insumos y personal es el adecuado para este tipo de negocios. Mi idea es abrir una cadena de cafés.
Esta vez se sintió impulsado a agregar un sentido más a la ya de por si peligrosa fórmula y extendiendo su dedo índice tomó un poco de la cubierta de chocolate y se la llevó a la boca, atrapando y limpiando con la lengua por completo el cremoso componente de su piel.
-¿Una cadena? -preguntó distraída después de tragar, por dentro casi gritaba ante la acción ocurrida delante de ella. Los Psy no se chupaban los dedos-. Creo que sería muy apresurado dado el hecho de que los Psy no tenemos un mercado alimenticio propiamente dicho ¿Por qué no pruebas primero con un solo establecimiento y partes de allí?
-Precisamente por eso quiero incursionar en esa parte del mercado donde no hay presencia de otras familias o empresas. En este caso el conocimiento nos dará el poder no solo de generar ganancias sino de ayudarle a los Es en su interés por que las tres razas se conozcan y relacionen mejor.
Nikita quiso entornar los ojos, pero se reprimió, no le iba a dejar ver que ella le estaba volviendo loca con sus intereses comerciales que ella misma consideraba arriesgados pero Anthony tenía clarividentes que le harían saber si se estaba metiendo en un problema comercial que no iba a poder manejar, así que le dio el beneficio de la duda.
-Argumento que aprobaría Ivy Jane- agregó-. Conozco a ciertas personas que pudieran ayudarte con las reglamentaciones a cumplir y la forma de desarrollar tan extraño proyecto -continuó después.
Anthony asintió con la cabeza. Seguramente podía unir varios de los Es de Ivy Jane a su proyecto.
-Sin embargo estarás de acuerdo cuando digo que llamarás mucho la atención de nuestros pares -continuó indecisa en si continuar degustando el suculento manjar o parar, estaba siendo empujada hacia lo primero pero sus sentidos gustativos habían sido desafiados demasiado ese día.
Así que, prudentemente decidió dejarlo hasta ahí, tomó otro trago de agua y miró fijamente a Anthony que no había renunciado al pastel como ella. Era imposible que fuera a renunciar, ella era consciente que cuando él asumía algo no lo dejaba hasta que lo terminaba.
Anthony notó que ella iba a detenerse, pero él ya se sentía satisfecho con lo que había logrado hasta el momento. Estaba dispuesto a seguir intentando demostrarle lo que él ya sabía: que en muchos maneras vivir sin un Silencio completo les haría más poderosos, más capaces de disfrutar el nuevo orden que llegaría de la mano de los Es y por supuesto, les dejaría con un abanico amplio de posibilidades de negocios con los humanos y los cambiantes.
-Es mejor que llame la atención con eso y no con mi trabajo dentro de la Coalición- explico-. ¿Has tenido suficiente? - dijo él mientras masticaba lentamente el último pedazo del pastel. En verdad lo había disfrutado porque una vez que se acostumbraba al efecto físico y aprendía a controlar la sensación, su cerebro empezaba a sentir la Serotonina y a dejarlo completamente relajado-. Puede ser un desafío la primera vez, pero te aseguro que la próxima vez será más fácil - algo que para los Psy era muy difícil hacer conscientemente él había comprendido que se lo daba el chocolate, les dejaba alejarse suavemente de su fría realidad.
Si podía lograr eso con Nikita, estaría lo más cerca que un Psy podía de sentirse orgulloso de sus propias habilidades.
-Según tengo entendido hay mujeres que matarían por él, incluso he escuchado que mi hija es adicta -dijo para mí misma y cuando se dio cuenta de su desliz su mirada se volvió dura, disgustada consigo misma por decir cosas que Anthony no tenía porque saber-. ¿Por qué dices la próxima vez? -preguntó volviendo al tópico original-. ¿Hasta dónde piensas llegar con este sin sentido?
-Hasta donde tenga que ir, por supuesto, estoy convencido de que es beneficio en extremo, tanto por el aspecto científico como por el enfoque que puede dar a nuestras vidas en este momento tan crucial de la historia. Si no podemos ser parte de la nueva alianza entre las razas, porque no podemos entenderlos a ellos o porque no nos interesa participar, estaremos demostrando una falta de inteligencia y estrategia totalmente inaceptables.
Y diciendo esto terminó de lamer el último poco de chocolate que quedaba en la cuchara, la depositó en el plato y tomando el vaso de agua que ella tenía en frente, bebió el último poco que quedaba.
-Dejarnos llevar por la corriente o ahogarnos, creo que prefiero dejarme llevar aunque al principio será difícil- cuestionó convencida que aunque los Psy terminaran mezclándose con las demás razas en todos los aspectos de la vida, para alguno de ellos no sería tan sencillo, eso la incluía. El Silencio era parte de su existencia y jamás lo abandonaría.
-Nadie dice que sea fácil, pero por el bien de nuestra raza y nuestras familias, debemos adaptarnos al cambio -afirmó él mirándola fijamente para poder calcular el peso de sus siguientes palabras-. He pasado una tarde muy provechosa contigo, espero que aceptes mi invitación para reunirnos de nuevo el próximo sábado, prometo que no te arrepentirás de continuar este experimento conmigo. - De forma inconsciente extendió la mano y sus dedos rozaron muy ligeramente el brazo de Nikita que yacía extendido en la mesa donde ambos estaban sentados uno al lado del otro.
Ella retiró el brazo ante el primer roce, aunque llevaba una camisa que cubría sus brazos, la reacción fue instintiva, como Psy no estaba para nada acostumbrada al contacto físico y agregándole la carga sensorial del chocolate era como poner el dedo sobre una cable pelado. La descarga era dolorosa y no estaba dispuesta a experimentarlo por mucho que la tentara en primera instancia.
-Sigo sin entender qué beneficios traerá para mi el que decidas abrir mis sentidos gustativos a la comida de los cambiantes y los humanos. Al menos deberías decirme que recibiré alguna compensación monetaria si decido invertir en lo que tú llamas "nuevo negocio".
-No puedo garantizarte cantidad determinada de dinero, eso sería una necedad de parte mía, sin embargo puedo garantizar tu participación en este nuevo negocio de los cafés, pienso que podemos repartirnos las zonas por ciudades y así cubriremos mejor el terreno, sé que es una de las mejores inversiones de los últimos años y mis investigaciones me indican que no nos arrepentiremos de esto -le dijo mientras se ponía de pie despacio, con un movimiento casi felino, de gran elegancia y suavidad-. Nikita, en verdad deseo contar contigo como socia de este proyecto -afirmó girándose hacia ella y quedando tan cerca que definitivamente invadía su espacio personal de una forma totalmente inapropiada para un Psy.
-Me lo pensare -respondió apabullada, un poco asustada y extremadamente sorprendida por ese exceso de confianza que poseía Anthony cuando de ella se trataba, nadie en su sano juicio se atrevería acercarse tanto a Nikita. Sin embargo, su rostro no expresaba nada, solo la fría expresión de la ex Consejera Duncan, la que gobernaba su pequeño reino a su antojo, y masacraba a sus enemigos sin ninguna vacilación cuando se veía amenazada, esa que Anthony conocía perfectamente bien-. Gracias por la invitación a tan anormal proyecto -expresó mirándolo fijamente, sin vacilación y con el mismo atrevimiento que él.
¡Oh si ella supiera cuán bien podía él ver a través de su dura coraza!
-Siempre es un gran honor trabajar con aquellos que son lo máximo de nuestra raza. En especial con una mujer de tus cualidades -aseguró él haciendo una ligera venia con la cabeza-. Te espero entonces para comer aquí mismo y a la misma hora de hoy.
Otra mujer hubiera sonreído ante un halago que no solía recibir la receptora pero esta solo le devolvió la venia antes de tomar sus pertenencias y retirarse de aquella casa que se había convertido en mucho más que un simple espacio para conversar.
Era donde ambos transitaban un camino nuevo y lleno de cosas a las cuales ninguno de los dos estaba acostumbrado. Y en el que Anthony Kyriakus se dio cuenta, por vez primera, que Nikita Duncan no decía no a sus solicitudes y peticiones de encuentro.
