Nota: The lost canvas no me pertenece... solo tomo prestados a sus personajes con el fin de entretener...
Prologo.
Desde hace mucho tiempo me gusta la lectura.
Siempre he buscado la oportunidad de leer de cualquier tema. Mis favoritos por excelencia siempre fueron las historias fantásticas y siempre paso la mayor parte del tiempo en la biblioteca.
Puedo contarte la infinidad de libros que he "devorado" y resalto esta palabra porque en menos de dos semanas termino un libro de quinientas hojas.
Desde que tengo memoria, mi madre (cuando aún pasaba tiempo con ella) me leía o contaba historias de su invención, siempre con la misma moraleja en todas ellas…
… Si en verdad lo deseas, lo puedes alcanzar…
Fue así como logre encontrar la historia más emocionante de mi vida y la cual aprecio de corazón.
Aun lo recuerdo bien.
Fue en una tarde de otoño.
En los días en que mi joven vida no encontraba sentido alguno, pues pese a mi corta edad había experimentado mucho pesar y fue cuando me refugie más en mis amados libros. En ese tiempo vivía bajo la tutela de mi querida tía. Yo estaba cursando el tercer semestre de preparatoria y como tenía que rellenar algunas horas en blanco, me ofrecí voluntaria en la biblioteca escolar. No había tarde en la que fuera a visitar ese silencioso lugar. Disfrutaba de leer los títulos nuevos y de preservar los viejos, de las animadas tardes de ajedrez y otros juegos mentales, de la música de piano que tan dulcemente tocaba aquella mujer de década, de los círculos de lectura…
… sobre todo disfrutaba de esos momentos en que algunos nos reuníamos en la hora del receso y aprovechábamos el tiempo alimentando nuestra imaginación con aquellos títulos de renombre…
Sí. En ese momento que tanto lo necesite encontré un refugio en los libros.
Como bien lo mencione antes, estaba en mi guardia en la biblioteca, era en horas de clase, aun lo recuerdo bien; esa mañana de mediados de octubre yo tenía el día libre y había llegado un cargamento nuevo de libros. Un donador anónimo los trajo personalmente el día anterior a la oficina del Director.
Rosario, quien era la encargada de turno, se encontraba en su habitual ensayo con el gran piano de cola que estaba situado al fondo, en la esquina izquierda, a un lado del pizarrón blanco. Practicaba para sus clases del día siguiente, pues aparte de ser la bibliotecaria en la escuela, también era maestra de música en un colegio particular.
Mientras nos deleitábamos con la música en el gran salón, yo me encontraba detrás del recibidor, donde tenemos los libros más importantes, por así decirlo. Fue cuando encontré la caja de libros que habían traído la tarde anterior. Me agache y pude observar más a fondo el detalle de la caja en la que estaban.
- Señora Rosario ¿esta es la caja de la que me hablo? – pregunte tímida ante la posibilidad de distraer a la bibliotecaria de su dulce labor
- Así es cariño, si puedes revisar en qué estado se encuentran y cuales nos pueden servir a nosotros y cuales se van a la biblioteca pública – dijo con una voz tan melodiosa que sonaba tal soprano en una ópera, una enorme sonrisa de diamante que enmarcaba su envejecido rostro, rodeado de esos lacios cabellos teñidos en blanco y en sus ojos color gris; pude observar como un radiante brillo destelló – cuando termines con la lista me la puedes entregar.
- Claro – dije sin pensarlo – será un placer.
- Cariño, solo no te entretengas mucho, quiero enseñarte a tocar un poco – dijo aun con esa sonrisa en su rostro – aún recuerdo que me pediste que te enseñara a tocar el piano.
Asentí con un movimiento de cabeza y después me dispuse a hacer mi labor. Aún recuerdo que esos libros venían en un viejo baúl de madera, detallado como si fuera el cofre de algún viejo tesoro, claramente se lograba apreciar que era de fines del siglo XVII, con un tapizado de piel y la forja hecha a mano, un esquicito artículo de colección. Me agache un poco para poder remover el "candado" que protegía la cerradura, luego de abrir la pesada tapa y cubrirme del polvo que este soltó, logre ver más de cincuenta ejemplares, quizá muchos de ellos deberían de haber estado en un museo, por la antigüedad que representaban.
Durante el resto de esa tarde, la dedique a mi tarea de revisar los libros uno por uno y apuntar los títulos en una hoja en blanco. Rápidamente el sol se ocultó tras las nubes de otoño, amenazantes con algún aguacero que estaba cerca. Lo recuerdo bien porque ese atardecer había borregos purpuras en el cielo del ocaso. Ya casi terminaba con la mitad de los libros que ahí se encontraban.
- Querida, deja eso un momento y ven a sentarte con nosotros, casi empezamos con el circulo de lectura – dijo con esa voz tan maternal en ella.
- Está bien – simplemente deje lo que hacía y me senté con las otras diez personas a continuar la lectura del día anterior.
Ahora que recuerdo, tarde casi una semana en separar y acomodar los libros en el enlistado…
Era una tarde lluviosa, según pronosticaban que el resto de la semana seria de tormentas, por lo cual suspendieron algunos grupos, para mi fortuna aun tenia horas que cubrir así que dedique ese día a terminar con mi tarea. Eran los últimos libros de aquel viejo baúl de madera, por lo que observe, al viejo dueño le gustaban las historias clásicas y las bohemias.
Fue cuando llegue al viejo encuadernado, escrito a mano con una caligrafía casi perfecta y la portada estaba forrada por una vieja piel teñida en guinda, con letras en tinta dorada que decían "ημερολόγιό μου" [1]. Quizá algún escritor excéntrico coloco el nombre en griego, pero al abrir la portada y observar la caligrafía, esta era en latín.
Recuerdo que lo deje a parte para mostrárselo a Rosario cuando llegara, y continúe con mi labor...
- No hay ningún problema cariño, igual y te puede servir para tu clase de latín antiguo – dijo una vez que regreso del almuerzo
- ¿en verdad me lo puedo quedar? – la felicidad invadía de nuevo mis tristes ojos color avellana – ¡Gracias!...
Y esto es lo que dice en la primera hoja de ese libro…
Febrero de 1799.
Cerca de la capital griega, en lo más profundo de las montañas que la rodean, existe un enorme Santuario, donde solo unos cuantos pueden pasar.
Este santuario está rodeado de verdes e inmensos valles, donde la naturaleza precede aun. Un río cristalino corre cerca de este, las montañas se conservan intactas al paso del tiempo.
A lo lejos se pueden ver las pocas construcciones que han prevalecido desde la era del mito, en la parte frontal a este hermoso santuario, se encuentra lo que muchos lugareños dicen, es el reloj guardián de las Doce Casas más importantes de este lugar.
Avanzando un poco más arriba se encuentran los lugares de descanso, siguiendo de frente y subiendo una inclinada colina, se encuentra una edificación similar a un coliseo. Pasando el este, ente llanuras y barrancos se encuentran 12 casas distribuidas en la colina más alta de este lugar, evitando así, el paso de los intrusos; en la doceava casa, pasando esta, hay un enorme jardín de rosas carmesí, las cuales a simple vista son inofensivas, pero si las tocas, es como si el veneno de una serpiente penetrara por tu tacto hasta llegar a prolongarse por todo tu cuerpo y parando así tu sistema nervioso, agonizantemente y luego el único destino que puedes enfrentar. La muerte.
¿Qué es ese lugar tan importante como para tener tal defensa?
Simple, pasando ese enorme jardín envenenado, se encuentran los aposentos de las dos personas más importantes de este Santuario.
La primera, el Patriarca, encargado de custodiar este recinto, es quien nos anima a todos los que viven aquí, siempre dándonos sus enseñanzas llenas de paz y de esperanza, guiándonos por el buen camino de la justicia, quien por lo general puede vivir más de 250 años.
Y el segundo y más importante, aún más importante que el mismo patriarca, me refiero a la misma diosa de la sabiduría y de la guerra, la diosa Atenea, conocida desde la era de la mitología.
Atena viene a nuestro mundo cada 250 o 260 años, puede ser más o menos, eso siempre varia. Ella cuida de todos en este recinto sagrado, y las doce casas que mencione anteriormente, son las casas donde resguardan la élite de su ejército, me refiero a las doce Constelaciones del Zodiaco.
Cada casa tiene a un representante de ese signo correspondiente. Y en esta era, podría también esperarse que estuvieran presentes para conocer a nuestra diosa, pues ellos fueron entrenados y educados para su servicio y el de cuidar el mundo.
Así es, ese es el lugar donde yo vivo, crecí rodeada de los caballeros de Atena, siempre aprendiendo de cada uno de ellos, ayudando a lo que yo pudiera...
Este es el diario de un ángel, aquella niña que la historia se encargó de que olvidaran, por la cual aún la diosa de la guerra justa espera en estos días…
… Esta es la historia de Dianey.
[1]. traducción al griego i̱merológió mou que significa literalmente "mi diario"...
buenas noches... he regresado con una nueva historia ya tenia tiempo tratando de subirla pero no me animaba hasta que un viejo conocido lo leyó y dijo: - deberías subirlo...
así que aquí esta prometo tratar de actualizar mas seguido (en esta si tengo barios capítulos adelantados;)) sin mas.
¡GRACIAS POR LEER!
