Una Nueva Leyenda...
Una niña frente a un ataúd, llorando desconsolada porque su único familiar había muerto; su querida bisabuela yacía inmóvil en esa caja y nadie más la acompañaba en su dolor. Un manto negro se posa de repente sobre la niña y dos jóvenes la miran con lástima, ¿Por qué la miran de esa manera? ... La imagen de destrucción de un lugar incierto la invade de repente con el sonido taladrante de su despertador.
-Que... Otra vez ese tonto sueño- se limpia los ojos en lo que camina al baño de ese abandonado lugar, un viejo dojo de kendo.
-Buenos días abuela - Pasando al lado de un altar, en la foto de este una anciana Shidō Hikaru con su bisnieta, la joven mirando la foto se queda pensativa -esa época era muy fácil no abuela Hikaru-.
Y caminando hacia sus últimos años de instituto va, con la misma expresión vacía de siempre, Shidō Kuroi, cabello rojo oscuro, uniforme de instituto blanco, rojo y negro, con desgano por el acontecimiento de hoy, el gran viaje escolar a La torre de tokio, y no es que no le guste le lugar, solo es un recordatorio de su bisabuela, de las fantásticas historias que le contaba de niña, de un lugar mas allá del tiempo y espacio, con criaturas mágicas, donde el poder esta en los buenos pensamientos, y de la posibilidad nula que un lugar tan tonto existiera, como ella de ingenua creyó de su existencia. Cephiro, y sus guerreras mágicas, los increíbles machins, el poder de la magia, donde el tiempo transcurría diferente, o eso era lo que decía su abuela.
Caminando a la excursión sonreía levemente -bisabuela, debiste haber escrito cuentos en vez de solo contarmelos- decía para si misma Kuroi.
En la torre, desde el mirador, viendo el paisaje tan avanzado de Tokio, la gente pegada a la tecnología, en si no era gente, parecían mas maquinas gracias a la cantidad de aparatos que tenían, inmersa en sus pensamientos ignora quien esta a su lado.
-Vivimos en un mundo donde una vista así es tan menos preciada por pantallas y hologramas... cuando el ser humano se volvió tan vacío.
Kuroi voltea a mirar sacándola de sus vagos pensamientos -perdona, ¿me hablas?-
-Disculpa, es que te vi tan entretenida con la vista que me pareció inusual, entre todas las personas que están aquí, tu en realidad disfrutas la vista- con una sonrisa parecida a una brisa fresca, o eso pensó Kuroi. Uniforme verde, de escuela prestigiosa, de un instituto para genios. De cabello corto y castaño, ojos verdes y una linda sonrisa.
-Eres muy observadora, demasiado a decir verdad- Kuroi mira hacia adentro, y ve mas gente de la que pensó para ser un día entre semana. - ya veo por que dices lo que dices, tanta gente e ignorando lo que tiene de frente-
En ese momento entra un grupo de estudiantes con uniforme azúl, -También es curioso ver a tres institutos en un lugar tan simple como este- replica la castaña.
-Ja, no digas nada, o llega otro instituto y terminamos saliendo por los ventanales de la torre.- Dice con sarcasmo la pelirroja.
Entre el grupo una hermosa joven destaca de entre las demás. Cabello Azul, así como su uniforme, y curiosamente sus ojos azules como el reflejo del cielo en el mar. De pronto la mirada de las tres se cruzan, y un sentimiento extraño las invade, interrumpido por una fuerte luz que absorbe el lugar y la silueta y una voz de una mujer resuena en el lugar.
-Salven, salven a este mundo, salven Cephiro, legendarias guerreras mágicas...!
Al cesar la luz, las tres jóvenes se encuentran cayendo precipitadamente desde el cielo hacia un lugar totalmente incierto, oscuro y sombrío, un lugar mas allá del tiempo y el espacio, una nueva aventura... El regreso de una leyenda... De una dolorosa nueva batalla.
