Declaimer: para mi mala (y horrible suerte) Digimon 01 y 02 no me pertenecen a menos hasta que caigan gatitos del cielo que es mi mayor deseo…
Advertencia: Este Fanfic contiene temas como Yaoi, incesto y violencia después de esto aquí el fick…
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PROLOGO: Encuentros
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La luz plateada de la luna se colaba por las cortinas transparentes de la habitación, Sus bocas se encontraban entrelazadas besándose, amándose, uniendo sus cuerpos…
Se besaban con ímpetu, con ferocidad, con deseo… dispuestos a pasar uno noche deseada tanto por sus corazones y mentes…al fin todo sus deseos se materializaban, cada anhelo cada caricia, cada exquisito rose que sus cuerpos friccionaban y que habían soñado desde hace tiempo poco a poco iba tomando forma.
Las manos del mayor se paseaban por todo el cuerpo de su cortejado desprendiéndolo de la ropa que ahora estaba estorbando, los gemidos no se hacían esperar…o más bien no podían contenerse, el rubio se inclino hacia el peliazul y le beso de nuevo en sus labios, abrazándolo de la cintura buscando que el contacto fuera más inminente, como respuesta el rubio obtuvo las piernas de ojimar aferrándose a su cintura…
–te amo…
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Miraba la lluvia por su ventana, observando cómo las gotas empapaban el cristal, esa tarde trataba de escribir una canción, pero por más que quería simplemente no podía.
¿La razón? Un joven de cabello azul que rondaba en su cabeza desde hace ya vario tiempo, desde que lo había empezado a observar casi diariamente sentado en frente del parque que se encontraba cerca de su casa, ese chico que anteriormente había sido detestado y odiado por él, uno que había logrado tenerlo absorto de unas semanas para acá, sin entender razón y lógica su corazón y mente simplemente lo sentían… Ken Ichijouji había logrado llamar la atención de Yamato Ishida…
Anteriormente sus pensamientos y canciones siempre estaban dirigidos hacia sora…Su Novia…pero eso con el pasar del tiempo Había cambiado, algo en su corazón le decía que aquella chica no era ya el latir de este, es más si quiera le hacía sentir la emoción que en un principio había sentido por ella. Consecuencia tal vez de confundir la amistad con el amor. Latiendo como nunca por una persona que estaba lejos de sus posibilidades.
¿Por qué? Simplemente no lo sabía…era algo verdaderamente inexplicable, remoto, como si cada partícula de su ser se sintiera contraída con solo la imagen de aquel joven, cada día al ver esa mirada ausente observando al vacio…el vacio que el mismo había presenciado innumerables veces…
Tal vez por eso ahora el ojiazul menor ocupaba por completo su mente, desde su regreso al digimundo ni siquiera le había prestado atención, no lo veía más que como un simple niñito con delirios de grandeza, un cabeza hueca que puso en aprietos la digimundo… que había lastimado a su hermano y a sus más preciados compañeros es mas ni siquiera toleraba su presencia.
Tal vez ahora lo veía reflejado en el…Recordándole a el mismo en su inicio de pubertad. Sonrió delicadamente con ironía ¿quien se iba imaginar que el de pelo azul se sentaría en aquella misma banca a la que el recurría cada vez que la soledad lo embriagaba? ¿Observando el cielo, la tierra, todo lo que el mundo y el destino le ponían enfrente, buscando algo que pudiera llenar su vacio de a mismo forma que él lo había hecho?...Tal Vez eso era…ken era igual a él en toda la extensión y cada letra de la palabra
Pero ¿Por qué las cosas tenían que ser tan difíciles? No había podido acercarse tanto como él hubiese querido, sentía una gran zanja que dividía el contacto entre ellos dos. Ahora como nunca se arrepentía de Jamás haberle comprendido y acercarse a él. De un buscar su amistad…que ahora quería convertirse en algo más.
"Los opuestos se atraen…entonces los iguales se repelen"
–Estúpida clase de física–bufo molesto mientras llevaba su mano a su cabello Rubio con frustración.
Era algo realmente obvio si lo veías desde ese punto de vista…
Dio un suspiro resignado dejando escapar en el todo el conjunto de emociones y pensamientos que habían pasado por su mente, para cuando se dio cuenta la noche ya había caído y el no había avanzado simplemente nada con la canción que debía escribir.
Realmente todo eso lo estaba matando, el hecho de no poderle hablar, tocarlo, besarlo, sentirlo…todo todo conspiraba para torturarlo y volverlo lentamente loco. Ni siquiera en la preparatoria le había podido dirigir la palabra.
Se sentía un patético chico de 18 años.
Patético al sentirse tan interesado en uno de 15 como lo era ken Ichijouji.
Y lo peor ni siquiera había tenido la valentía para hablarle.
Volvió a echar un vistazo hacia fuera, para ver como el vidrio se empañaba mas lo más seguro a causa del frio y la lluvia que lo cubría, su mirada azulina pudo visualizar entre esa deformada imagen aquel que le robaba la inspiración para no poder componer ninguna canción y causante de todos sus desvaríos y delirios.
–ken…–susurro por debajo clavando su vista en la ventana. Llevo instintivamente su blanca mano sobre el vidrio, frotándola sobre él y poder observar claramente la imagen del de cabellos azules, Sus ojos no podían creer lo que miraba ¿Qué le pasaba a ese idiota?... ¡se estaba mojando debajo de la lluvia!…la fría y húmeda lluvia.
Sin esperar si quiera a terminar de procesar todo aquello Tan rápido como sus pies se lo permitían corrió hacia su closet sacando una sombrilla azul rey, para dirigirse hacia afuera en busca del joven Ichijouji. No podía dejar que siguiera así...
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Pasaba por varios charcos de agua, sin importarle siquiera que su pantalón de mezclilla que llevaba fuera salpicado, nada ni siquiera la fuerte lluvia y truenos le impedirían llegar a su destino. Respiraba agitadamente corriendo con muchos Tropiezos debido al ajetreo de la gente Al huir de la fuerte lluvia tratando de esquivarla con dificultad para no caer al suelo. Forzaba su vista para buscar entre las gotas de lluvia moviendo con desesperación sus azules pupilas en busca de su objetivo… hasta que por fin lo vio a lo lejos. Quedándose anonado sin una sola palabra que decir siquiera. Frente a él se encontraba el peliazul completamente empapado, su cabello se pegaba a su cabeza haciéndolo ver un poco más largo de lo que era debido al peso extra del agua… su hermosa piel blanca cubierta por esas cristalinas gotas que caían también sin tregua de su barbilla. Su ropa delineando su figura, su pequeña cintura y bien estructurado cuerpo…un balance simplemente perfecto, su cabeza se dirigía hacia el cielo… casi pareciendo una mítica plegaria que hasta el más grande filosofo estaría de acuerdo con eso. ¿Tal vez reprochaba?...su aura denotaba tristeza y lagrimas se confundían con la lluvia que caía.
–"¿Qué será?, ¿que tiene?...simplemente me duele verlo así"– pensó llenando su mente de hipótesis, pero ninguna lo más seguro era la correcta. ¿Cómo acercarse a el? ¿Cómo hacer que se abriera?... ¿como averiguar lo que tenia?
–Ichijouji…–expresaron al fin sus finos labios hacia el joven que se encontraba frente a él. El Peliazul no dijo una sola palabra–Ichijouji– volvió a repetir para hacerse escuchar, solo para lograr que el menor notara que él estaba ahí, a su lado, que no estaba solo. El menor no contesto, estaba ido, perdido mirando al cielo y el ruido de la lluvia no le ayudaba para nada ya que el estrepitoso ruido de las gotas que caían rebotando en el piso al parecer ensordecían al menor.
Decidido se acerco a él, tocando sus hombros con cuidado, sintiendo como era capaz de erizar los poros de ken con tan solo el frio toque de sus manos. El Joven peliazul por instinto volteo su cabeza lentamente hacia abajo y después hacia la derecha, al sentir como una carga eléctrica le recorría por todo su cuerpo topándose con unos hermosos Zafiros que lo observaban comprensivo.
Miradas bastaron…
Cielo contra mar
Celeste contra azul…
Sus ojos se conectaron, se miraron…el silencio se hizo presente, un simple entendimiento de palabras, de añoranza, de sentimientos…
…El llamado lenguaje del universo…
"Porque el universo siempre conspiraba para lograr su propósito"
No sabía porque lo hacía, no había una razón, aquel frente a él casi era un completo extraño, pero ahora se encontraba con él, en el improvisado abrazo que el rubio le había otorgado, sus manos se aferraban fuertemente a la tela de la playera del mayor, tratando de calmar todos los sollozos que su boca emitía tenuemente, los brazos de matt apresaban a su cuerpo al principio débilmente, cambiando de inmediato a un abrazo posesivo, asfixiante y que le robaría el aliento a cualquiera. El rubio se había convertido en el sostén que necesitaba ahora que estaba completamente solo.
Ahí bajo la lluvia… Cada una de las lágrimas derramadas era una marcha atrás en el tiempo, eran cristalinas, puras y monótonas que escapaban de sus orbes azules marcando su piel.
…El silencio que esconde el dolor…
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Miraba con desesperación la tetera mientras esperaba que la tetera hirviera o mínimo calentara el agua, ya habían pasado 2 minutos y no había logrado que estuviera lo suficientemente caliente para preparar el té. Preocupado volvió a echar su cabeza y parte de su cuerpo hacia atrás, mirando y percatándose que el Ichijouji estuviera bien y no se hubiera movido de su lugar.
Después de ese encuentro en el parque había decidido llevarlo a su casa, ya que con la fuerte lluvia que se desataba afuera lo más lógico y coherente era eso. Ambos habían caminado en silencio ni siquiera se habían dirigido una solo silaba en el transcurso de su encuentro y mucho menos en el camino donde ambos caminaban bajo la sombrilla del rubio. Al llegar a la casa lo primero que había hecho el guitarrista fue otorgarle una toalla para que se secara y evitara que se enfermara. Misma prenda que ahora la tenía en su cabeza y parte de su cuello y que mejor que prepara un té caliente… una excelente elección para poder calentar el frio cuerpo de ambos que estuvieron bajo la lluvia.
El sonido de la tetera lo saco de sus cavilaciones marcando con un fuerte chirrido que el agua estaba en el punto de ebullición perfecto. Tomo ambas tazas de su alacena vertiendo el agua caliente con cuidado para con paso tenue y un poco rápido dirigirse a la sala donde a un se encontraba el ojiazul mirando fijamente un punto de la habitación en la que se encontraba.
– ¿Sucede algo?– pregunto curioso poniéndose en frente del menor y extendiéndole la taza de té para que la tomase. EL menor no contesto siguiendo lo más seguro atrapado en sus pensamientos Realmente el Ichijouji era una persona un poco difícil de tratar o eso pensaba por jamás haber intentado acercarse a él.
Con cautela el rubio compositor tomo asiento en el sofá cerca del peliazul observándolo, clavando sus ojos en el joven y como este sostenía en ambas manos la taza de té humeante que le había entregado. Pasando así más de una hora sin atreverse a hablar ninguno de los dos. No es que el rubio no lo desease…al contrario es el que más tenía interés de averiguar su estado, pero. Simplemente no encontraba las palabras correctas teniendo miedo de echar a perder todo.
–ishio…– le llamo pero no pudo terminar si quiera la oración al ser interrumpido por la suave y cortante voz del peliazul.
– ¿Crees en dios?– pregunto el menor con su mirada perdida. Tal vez sabia que esa pregunta era de lo más estúpida posible y sacada de la nada…pero de alguna manera necesitaba desahogarse.
–yo...– EL rubio volvió a tratar de hablar más el de ojos azules lo volvió a interrumpir.
–yo no sé que hacer, no sé en que creer–Menciono ken. El vocalista se sorprendió un poco ¿Acaso al menos estaba por enterado que estaba acompañado? ¿Qué él estaba ahí con él? ¿O cual era su afán de preguntar si se contestaba solo…?
De nuevo el silencio…
–A que te refieres por dios Ichijouji no te entiendo…
–Mi Padres murieron–Menciono dolido con el alma en un hilo. Yamato quedo en shock dejando caer la taza que sostenía en sus manos dando así el inicio de un sonido contundente de la cerámica rompiéndose en muchos pedazos que llego a los oídos de ambos.
–Lo siento fue mi culpa…–se disculpo el rubio–es que…de verdad me tomaste por sorpresa yo no sé que decirte… de verdad…lo siento– le menciono. Realmente no sabía que decir o actuar tras aquella confesión jamás en la vida se imagino que aquello que lo atormentaba fuera tan grave…a tal grado de marcar una zanja profunda que cuando se caía en ella era muy difícil volver a salir. Se levanto de su lugar y con cautela empezó a recoger los vidrios que habían regados en el piso cuidando no cortarse las manos con el filo de estos. El joven peliazul como acto mecánico lo siguió ayudándolo a limpiar el desorden hecho en parte por su culpa y haber soltado esa verdad tan repentinamente que en serio necesitaba dejar libre.
Sus manos se encontraron en un acto que ninguno de los dos calculo, sus nervios se tensaron, y sus ojos se volvieron a encontrar.
–Ichijouji…–susurro el mayor para acercarse al cuerpo del joven que se encontraba con él. Ken se tenso al sentir como Yamato se acercaba lentamente como si de un impulso se tratase se sintió atrapado en sus brazos por segunda vez en esa noche.
Después de unos segundos el mayor se separo de su agarre, topando su frente con la del menor sintiendo su respiración chocar con la de el…
Lentamente…cerca…cada vez más cerca hasta que unió sus labios en un casto rose.
Ambos se encontraron por unos momentos, siendo un roce simple y estático propiciado más que nada por el mayor.
–No quiero que sientas lastima por mi–lo aparto al fin el Ichijouji parándose rápidamente. El rubio lo miro desconcertado ¿lastima? No sentía todo por el menos lastima…Sentía cariño, atracción, anhelo, curiosidad…todo menos eso…
– ¿A que te refieres?...–Le pregunto desconcertado Yamato al sentir el rechazo rápidamente del de cabello azul.
– ¿Que parte de mi estás viendo realmente?– le contra pregunto el peliazul–Ni siquiera me conoces, no me has tratado, siempre te alejaste de mí, me juzgaste…ahora tu forma de actuar solo me dice que sientes lastima por mi…una lástima que mal interpretas por que no sabes lo que siento –le dicto mientras terminaba de ponerse de pie sintiendo de pronto como su cabeza le daba vueltas descolocándolo del sitio notándose el eminente cansancio sobre él como resultado de no haberse cuidado bien en días desde la perdida de sus padres o simplemente el anuncio de que pronto se enfermaría, fue perdiendo el equilibrio poco a poco tambaleándose sintiendo que sus piernas le fallaban y su vista se Nublaba… como reflejo solo puedo cerrar los ojos para esperar el contacto de su cuerpo con el suelo. Pero este nunca ocurrió. Los brazos de matt lo habían sostenido antes de que cayera.
– ¿Estas bien?–pregunto. El peliazul reacciono rápidamente empujándolo con un brazo bruscamente.
–Suéltame– menciono ahora si cayendo al piso amortiguando un poco la caída con sus manos al lado de su cuerpo levantando la mitad del mismo, Yamato camino hacia el teniendo como resultado que el joven retrocediera por cada paso que él se acercaba
–No te me acerques, que te lo haya contado no significa que puedas acercarte a mi te lo dije no busco tu lastima, ni necesito tu compasión.
–No la tengo
–¡Mientes!
–En serio escúchame si no quieres que te calle de nuevo con un beso– le sentencio Yamato. El peliazul Se mordió el labio inferior con frustración ¿Quién se creía el rubio para amenazarlo de esa manera? Con frustración decidió guardar silencio otorgando el silencio sin permitir que su boca pronunciara una sola silaba, clavando su azul mirada a un lado donde no le diese los ojos directamente a ese insolente rubio.
¿Pero realmente Yamato era el culpable? En primer lugar el lo siguió arbitrariamente, él le había contado lo de su madre, el se había dejado abrazar ¿debilidad? Tal vez… pero eso ya había pasado, aunque a un mentalmente se culpaba, porque la situación que vivía en ese instante el mismo la había propiciado.
–Escúchame…–le hablo con seriedad el rubio–Se que es difícil pero…incluso aunque lloremos, suframos, roguemos y pataleemos los muertos no van a regresar.
–Eso lo sé no es necesario que me lo recuerdes…es suficientemente doloroso para mi sin que lo menciones…– dijo suavemente con ira, frustración y resignación en su voz sin voltear sus orbes azules ya que por más que lo negara Yamato tenía toda la razón. Tenía miedo. Miedo a que esos ojos azules le desnudaran el alma
–Entonces ¿por que esa negación? por Favor… Ichijouji no hay razón para sentirse así piensa que tus padres no desearían verte así, que en este momento están descansado felizmente, deseando que su hijo salga adelante.
– ¿crees que es fácil afrontarlo…?–Bufo irónico– Se me olvidaba que hablaba con el frio Yamato, tú no sabes lo que es perder a un ser querido, no tienes idea y nunca la tendrás. –le menosprecio. El rubio lo vio serio tratando de comprender su estado sin intenciones de herirlo ya que bien sabía que todo lo que mencionaba ken era para impedir que se acercaran a él.
– sinceramente…primero tú eres menos expresivo y sensible que yo y ¿ahora resulta que los patos le tiran a las escopetas? En segunda tienes razón tal vez no sé lo que es ver morir a alguien pero si se lo que es perderlos y ver como tu familia se desborona poco a poco… ¿sabes? Así como tu yo siempre estaba sentado en esa banca, solo, buscando respuestas y pensando que dios me odiaba por haberme arrebatado a mí familia–sonrió tristemente recordando cada memoria pasada que a su mente llegaba, albergando un sinfín de sentimientos en su pecho, con una infinita tristeza. El sabía lo que era perder todo de un día para otro y jamás haberlo esperado o siquiera imaginártelo…eso te destrozaba, te quebraba y al menos trataba de entender sus sentimientos. Después de observarlo un poco mas Se acomodo en el piso en un lado de ken tomando con ambas manos su rostro mientras lo levantaba para que este escuchara sus palabras –tal vez no sé lo que sientes pero…te comprendo o al menos eso intento Cuando mis padres se divorciaron y se llevaron a una de las personas más valiosas para mi, caí en una tremenda depresión, no quería comer ni salir, mi vida había perdió su rumbo.
– ¿Takeru? –pregunto atento a las palabras del rubio
–Así es me separaron de mi hermano desde pequeño y a mi madre la veo pocas veces, casi nulas y mi padre no se diga tengo suerte si lo veo una vez a la semana por su trabajo– confeso separándose del menor y ver como este miraba hacia el frente con sus manos en sus rodillas dobladas poniendo su barbilla en ellas. Tratando de entender y comprender a Yamato ye encontrar el secreto de su fortaleza una que a él le hacía falta.
–Que tiene que ver eso conmigo–pregunto sin entender por que el rubio se abría con él o el motivo del porque no había salido ya de esa casa.
–Todo…– resoplo débilmente– yo me sentía solo, sin nadie que me comprendiera, quería morir… y simplemente no quiero que te pase lo mismo, lo puedo ver en tu mirada es igual que la mía, vacía sin rumbo que no tiene razones para seguir con luz.…por eso… –le sonrió cálidamente mirándolo, explorando que es lo que sentía realmente ya que le era difícil siquiera mencionar ese tema con cualquiera inclusive con tai, su mejor amigo pero por alguna razón el hablarlo con el de cabellos índigos, lo hacía sentir feliz.
–¿Por eso?… –soltó ken, invitándolo a que el rubio continuase la frase que había dejado inconclusa pensando en todas las cosas que Yamato le había dicho otorgándole la razón ya que en vedad no se equivocaba en esos días el hubiese deseado morir, porque su vida no tenía un fundamento para seguirla.
–por eso déjame ser tu sustento, el que te anime a vivir.–lo observo fijamente mirándolo con atención pasando su mano delicadamente por su rostro– ken no sé cómo ni cuándo, no hay una explicación lógica si así lo quieres llamar, pero te quiero… quiero ayudarte, estar cerca de ti y eso es de lo único que puedes estar seguro…ser parte de tu familia.
–Yamato…–Resoplo cautivado
–Déjame ser tu fuerza– le susurro acercándose. Ken se sorprendido
–Pero somos…–No pudo continuar el rubio se adelanto a hablar.
– ¿Importa eso?...cuando dos almas partidas a la mitad se unen ¿que importa lo demás? Solo se complementan, se unen y sus destinos se entrelazan para siempre.
–Yo no lo sé– respondió el menor un poco perturbado ¿realmente podía acceder a esa proposición? ¿Se sentía con la capacidad de hacerlo?...no lo sabía, pero tampoco perdía nada con intentar.
–Entonces déjame ayudarte a despejar tus dudas… – Menciono. El joven rubio tomo la iniciativa del momento acercándose el de cabellos azules tomando de nuevo con sus manos su rostro, tumbándolo con delicadeza en el piso y quedando encima de ken con ambos brazos a sus lados y una de sus piernas entre las del menor. Su cabello largo caía hacia los lados juguetonamente al igual que su fleco mientras que el del Ichijouji se esparcía en el suelo con los ojos clavados en los celestes de Yamato.
Permanecieron así varios minutos mientras los puros ojos del rubio observaban cada facción delicada del rostro de ken; sus finos labios, sus hermosos ojos zafiros que harían perderse a cualquiera contrastando con su blanca y exquisita piel y el sonrojo que ahora se posaba en sus mejillas.
Acerco su rostro lentamente como si tuviese todo el tiempo del mundo para hacerlo combinando así el aliento de ambos. Se escondió en su cuello llenado sus pulmones con el exquisito y embriagante olor del Ichijouji que lo estaban volviendo loco. Lentamente regreso su boca hacia la frente de ken retirando unos cuantos mechones rebeldes de ella mientras depositaba un dulce y cálido beso enseguida en su nariz y consecutivamente en su mejilla hasta llegar con suma lentitud hasta la boca del menor.
–Estas temblando–le susurro en el oído traviesamente. Ken se aferro a la playera del rubio temblando se sus manos Levemente mientras su boca trataba de replicar por la acción reciente del guitarrista pero Cuando este iba a lograrlo Yamato cerró su boca con un beso dando varias caricias a sus labios. Pequeños roces que los disfrutaba con anhelo y Ferocidad logrando lo que desde hace tiempo venia deseando. Siguió insistiendo en ese beso rozando la punta de su lengua en los labios de ken pidiendo acceso a su boca… invitándolo a que la abriera para profundizar el beso.
El peliazul se estremeció al sentir la casi notoria intromisión de Yamato sobre sus labios para terminar cediendo a las exigencias del mayor empezando con curiosidad y lentitud ese tipo de contacto que era totalmente nuevo para él. Sentía como el mayor se paseaba con toda libertad dentro de su cavidad bucal deleitándose dentro de su boca, danzando con su lengua. El trataba de seguirle el paso sin lograrlo satisfactoriamente sientiendo como ese beso se estaba tornando ya más apasionado y durando varios minutos para obligar a ambos a separarse por falta del oxigeno en sus pulmones.
El rubio Entrelazo una de sus manos con las de ken manteniendo su boca cerca del peli índigo tratando de acompasar su respiración. Si por él fuera terminaría hasta el final con el de cabellos azules mas eso no lo era posible sentía que seria como aprovecharse de él en un momento caótico en su vida… sin mencionar demasiado claro que no parecía listo para ese tipo de acercamientos. Pego su frente a la del menor notando como estaba más caliente de lo normal lo más seguro y por su mareo anterior es que se hubiera enfermado.
–Ken ¿te sientes bien?–pregunto preocupado posando una de sus manos en el estomago del joven y hacer enseguida lo mismo en su frente.–Estas ardiendo en calentura…deberías descansar; te llevare a la cama.
–Yamato…– le llamo levemente el peliazul al sentir como el rubio lo cargaba en sus brazos y lo llevaba a su habitación.
–dime.
–Gracias…por todo–hablo bajamente siendo la última palabra que dirigiría al de ojos celestes antes de caer dormido en brazos de Morfeo.
–No hay de que…– EL rubio sonrió con ternura dando paso a su habitación.
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Caminaba bajo la lluvia sin importarle que su ropa se estuviese empapando ya que algo mas importante que ella se sentía destrozado, lastimado y solo…
–"Mi hermano y ken, no lo puedo creer"–Penso mientras el aire se llevaba sus rubios cabellos. Hace unos instantes había ido a buscar a su hermano mas que una visita familiar… en busca de consuelo como siempre se lo había dado desde pequeño cuando sus padres se divorciaron. Pero esta vez fue diferente llevándose un tremendo escalofrió y tristeza al entrar a su casa…sus ojos se habían encontrado directamente con una escena que no le hubiera gustado presenciar; a su hermano Matt besándose con el antiguo emperador de los digimon.
Esa noche se había sentido decepcionado de dos maneras. ¿La primera?... Fácil… el amor más grande de su vida lo había dejado. Hikari Yagami lo había dejado por Daizuke y eso verdaderamente le era difícil de creer y no era para menos después de haber estado por más de 3 años de novios que lo dejara de un día para otro le había destrozado su corazón.
¿Y La segunda?... al ver a su hermano besando a ken en el cual no encontraba una sola lógica pero aun así se sentía del asco.
Traicionado vilmente…por las dos personas que más quería.
Se paró en seco debajo de un árbol que había en una banqueta de la ciudad, quebrándose en llanto ahí mismo. Ya no aguantaba… se sentía mal y simplemente no entendía por que la vida lo castigaba de esa manera si él nunca había causado un mal a nadie ni siquiera lo había deseado.
¿Entonces por que el destino se empeñaba en hacerlo desdichado? ¿Tanto debía en su anterior vida?... tal vez si y ahora Por eso lloraba, porque no lo soportaba, por que el dolor embriagaba su corazón…
Y la pena su alma…
–Tk ¿Qué haces aquí?–preguntaron a su lado.
–Tai–suspiro el menor observando al moreno frente a el con una sombrilla en sus manos y unas bolsas de supermercado en la otra dirigiendo hacia el sin poder evitarlo sus orbes celestes llenos de lagrimas.
FIN DEL PROLOGO…
(Continuara)
