-Wow Sheldon, eso fue...

-Fascinante Amy, simplemente fascinante.

Sheldon se hizo a un lado del cuerpo de Amy, se colocó a su derecha, ella lo abrazo apoyando su cabeza en el pecho de el. El físico teórico puso su brazo derecho detrás de su propia cabeza y con la mano izquierda recorria la espalda de Amy con sus dedos.

-Debo decir, que su desempeño en el coito es cada vez más eficiente Dr. Cooper- Amy dijo bromeando mientras jugaba con los pocos pelos del pecho de su prometido.

-Lo sé- Dijo el orgulloso.

Se quedaron en silencio por unos minutos que parecieron horas.

-Sheldon. ¿Como lo haces?- Murmuró la neurobiologa de repente.

-¿A que te refieres?

-Esperar todo un año para... esto.

-Amy... yo simplemente me, resisto, trato de pensar en otra cosa.

-¿Durante todo un año?- Levantó un poco su cabeza para mirarlo.

-Aunque debo decir, que a veces el kolinahr no funciona.

Amy lo miro, atrapó su rostro con las manos y lo tiró hacia abajo para besarlo.

-Te prometo que cuando nos casemos, será diferente- Aclaró Sheldon pasando sus dedos por el anillo de su prometida.

-Esta bien.

Ella se levantó, apoyándose en un codo y lo miro. Estaba con la respiración un poco agitada, su cabello castaño estaba despeinado, sus delgados labios ahora estaban hinchados de tantos besos que se dieron y su rostro que normalmente reflejaba a un niño, ahora tenía una expresión diferente, se veía a un hombre que la miraba intensamente.

Amy se sentía muy satisfecha de que solamente ella pueda verlo de esa manera, Dios como lo amaba.

-Te amo Sheldon.

El físico teórico sonrió, esa tipica sonrisa torcida que volvía loca a Amy.

-Yo también te amo- Se acercó más a ella y la volvió a besar, nunca se cansaria de probar sus labios.

Abrazados, abrigados por el calor del otro, se durmieron... nunca habían tenido tanta suerte como ahora.

Y cuando estaban así, de esa forma tan humana e íntima, el mundo les sobraba.

¡Fin...!