Disclaimer: ni los personajes ni la ciudad ni… vaya, nada más que la idea, me pertenece.

Bien…antes que nada aclarare que este es mi PRIMER fic, así que lo más posible es que no sea demasiado bueno. Intentare hacer lemon y… Ah! Seguro que me sale bastante (o muy) OCC …gomen u.u

Empecemos:

Era un día normal en Ikebukuro. Mikado y Anri paseaban por el parque tomando unos helados, Simon atendía clientes en el sushi ruso, Erika y Walker leían manga, Shizuo le destrozaba la cara a un tío que le debía dinero a Tom… en fin, un día completamente normal. Y eso le molestaba terriblemente a Izaya, que miraba a través de sus prismáticos como todo transcurría con tranquilidad.

Izaya cogió su móvil, escogió un número al azar de su agenda y llamó.

- ¿Quién es? – preguntó un voz ronca y grave desde el otro lado del aparato

- Iiiizaaayaaaa – respondió este con voz cantarina

- Oh… - El interlocutor se estremeció pensando que si Izaya le llamaba, por nada bueno sería.

- ¿Te acuerdas de cuando te di esa información y te dije que me lo pagarías con un favor? – el hombre dijo que si y Izaya continuó – bien, pues quiero que vayáis tú y tus chicos a molestar a Shizu-chan – ordenó el pelinegro.

- Pe-pero… Izaya-san, nos va a matar, ¡es un monstruo!

- Ay, ay, ay…. Que penita que me dais – se carcajeó el chico – no os lo estoy pidiendo, os lo estoy ordenando – susurró con tono amenazante.

- De-de acuero – tartamudeó el hombre.

Izaya colgó complacido y se acercó donde se encontraba su Shizu-chan para ver la pelea.

Los hombres a los que les había pedido molestar al rubio no tardaron más que dos minutos en llegar. Le empezaron a lanzar piedras, "que infantiles" pensó Izaya , A shizuo las piedras no le hacían nada, simplemente dejaba que impactaran contra su espalda mientras el arrancaba una señal de tráfico. Al ver eso, los hombres se asustaron visiblemente, pero no sabían si le tenían más miedo al rubio o al informante, que les podía destrozar las vidas con un par de llamadas.

Shizuo empezó a pelearse con los hombres, eran uno contra trece, pero eso no le importaba, más bien le agradaba. Siempre era un placer poder expulsar algo de esa ira que le invadía.

Les empezó a golpear con la señal y después se la lanzó y fue a por ellos con los puños.

Los hombres llevaban protecciones y unos largos cuchillos para herir Shizuo, así que tardo bastante más en dejarlos inconscientes uno encima de otro. Seguía en posición de lucha, con los puños visiblemente rasguñados, varios cortes por todo el cuerpo y todo manchado de sangre suya y de los hombres.

Entonces fue cuando se acercó Izaya lentamente por detrás, se puso de puntillas, abrió la navaja y se la colocó en el cuello.

- ¡Uy! Que despistado shizu-chan, has olvidado cubrir tus espaldas… - sonrió Izaya

Shizuo gruño con rabia y le habría golpeado la cabeza si no fuese porque esa consciente que con un simple movimiento por parte del informante y su vida terminarían allí. Shizuo se obligó a tranquilizarse y Izaya se sorprendió notoriamente creyendo que al guardaespaldas no le preocuparía la cuchilla y se lanzaría a por él. En ese momento de sorpresa Shizuo le separó la mano de su cuello y le dio un brutal golpe en la cabeza. El cuerpo del informante se desplomó inerte y un charco de sangre empezó a manchar el suelo. Shizuo pensó que se estaba haciendo el inconsciente para , cuando se girase, matarlo. Pero entonces vió que realmente se estaba muriendo. Se le acercó y le tomó el pulso. Definitivamente se estaba muriendo, pero no sentía alegría para nada, es mas, se asustó. Con gran sorpresa vió que realmente no quería que se muriese, era SU pulga, si se moría, ¿con quién lucharía?

Con un gruñido de molestia cogió el cuerpo de Izaya y se lo coloco en la espalda, cargándolo a caballito.

Temiendo despertar rumores fue corriendo hacia el apartamento de Shinra por las calles menos transitadas.

Para cuando llegó al apartamento de Shinra, el médico habitual de Izaya y antiguo compañero de instituto de ambos, la ropa de Shizuo estaba completamente roja por la sangre de Izaya. Shizuo casi temblaba por los nervio y el miedo de que se muriese, abrió la puerta de una patada y un Shinra muy asustado se acercó corriendo a ver qué pasaba

- Oh, shizuo-kun – dijo con pesadez al ver un cuerpo sangriento en la espalda del chico, pero entonces reparó en la tensión y el pánico que invadían los ojos de shizuo.

Por un momento creyó que se lo había imaginado, pues su rostro formaba una mueca de irritación, impaciencia e ira que escondían perfectamente la preocupación que realmente sentía.

-¿quién es? – preguntó el médico acercándose a la espalda del chico.

Al ver el cuerpo de Izaya se sorprendió más que cuando vio a su padre en la ducha. Arrancó el cuerpo de Izaya de la espalda del rubio y lo arrastro hasta la mesa quirúrgica dónde le empezó a curar la herida de la cabeza.

- ¿Porque lo traes aquí si lo quieres matar?

- Porque me quedaría sin juguete – respondió pensando que esa era un respuesta digna de Izaya.

Después de un buen rato Shinra volvió a hablar:

- Bien, parecía peor, pero en realidad mañana ya podrá levantarse y todo.

- Deacuerdo – dijo Shizuo volviéndose a cargar el cuerpo de Izaya en la espala.

- Espera…. ¿Dónde te lo llevas, no se va a quedar aquí? – se extrañó el científico

- No, lo dejaré en algún descampado por aquí… se lo merece, por pulga.

Shizuo llegó a un descampado por donde raramente pasaba alguien, pero de golpe algo en el se negó a dejar al informante en medio de la nada, indefenso, y odiándose a si mismo mas que al pelinegro, se lo llevó al apartamento donde lo dejó caer en su cama, le tiró, literalmente, una manta encima y se fue a dormir en el sofá nuevo, que era muy cómodo.

Cuando se despertó notó que no estaba en el sofá, había algo frío en sus muñecas y sentía algo de considerable peso encima suyo, de golpe abrió los ojos y se encontró con los de Izaya, esa odiosa pulga.

- ¡Oh shizu-chan! Ya te has despertado .. – dijo sonriente.

Shizuo intentó incorporase para pegarle pero descubrió que ese "algo frío en las muñecas" eran un par de esposas atadas a su cama.

- IZAYAAA! – gruñó con odio.

- Ne, ne shizu-chan… - dijo botando encima del cuerpo del rubio – hoy me he despertado en tu cama y no sé cómo he llegado allí. ¿acaso intentaste salvarme cuando viste que me moría? Awww… que dulce.

- ¡Calla maldita pulga! ¡Yo nunca haría algo así!

- ¿ah no? Entonces le preguntaré a Shinra que pasó mientras estaba inconsciente, porque dudo mucho que la herida de mi cabeza se cosiera sola.

Shizuo intentó soltarse pero no pudo, tampoco quería romper la cama nueva. Izaya llamó a Shinra y escuchó con una sonrisa todo lo que había ocurrido. Cuando colgó se sentó encima del rubio, apoyó su peso en sus brazos y dejó su cabeza suspendida a escasos milímetros de la cara del guardaespaldas.

- Shizu-chan, no sabía que en el fondo me amabas ~

- ¡No te amo maldita pulga!

- ¿ah no? – repitió el pelinegro – entonces yo hare que me ames - se rió.