Lágrimas

Fue un instante… realmente no sé si fue algo que dije o algo que hice o simplemente algo que él recordó de pronto. Levanté la mirada. Es lo único que sé. Y ahí estaba Hiro san… mirándome con una expresión rara. Sus cejas se curvaros, sus ojos se pudieron vidriosos y una expresión de tristeza asomó de pronto.

-Hi… ro san…- quise acercarme, pero me paralicé cuando un par de lágrimas rodaron por sus mejillas y tras ellas corrieron otras, apresuradas por desahogar un sentimiento.

Sentí miedo, porque no sabía que lo había dañado o que lo estaba haciendo. Y me sentí impotente porque no había nada que pudiese hacer frente a algo que no entendía.

Esa noche nos sentamos a comer y luego bebimos unas cervezas, pues ninguno de los dos trabajaría al día siguiente. Hiro san tiene un particular problema con eso, pues una vez que bebe no deja de hacerlo, aunque jamás lo vi huir hacia el alcohol. Así que, me pareció provechoso.

Siempre que encontraba la oportunidad, le ofrecía un rato juntos y luego algo de beber. Él jamás se negó, pues no sabía mis intenciones. Y esas noches, Hiro san se volvía dócil. Mientras yo fingía beber, él me platicaba sobre su vida, sobre los sentimientos que la recorrieron.

Algunas veces dijo cosas que no quise escuchar. Me habló sobre su primer beso. Sobre Usami. Sobre su primera vez. Sobre su amor imposible. Sobre algunas frustraciones. Sobre la bebida. Y sobre las camas en las que despertó.

Pero generalmente, de sus labios salieron palabras hermosas. Historias tristes y alegres… pero que pude comprender con el tiempo, que todas iban dirigidas a mi. Cosas que siempre quiso contarme, pero su orgullo no le dejó.

A veces no podía preguntar, porque entonces callaba. Pero otras me dejaba interrogarlo sin problema.

Luego de escuchar cada palabra, antes de verlo agotado, le permitía un respiro. Muchas cosas de Hiro san me provocaban, mucho de él me llevaba al impulso de querer tenerlo para mí. Pero irónicamente, esas noches solía ser suave, incluso en las que casi rompe mi corazón. Podía comprender en sus palabras, el dolor que esa historia llevaba, pero el amor que había para mí, también.

Pero esa noche algo salió mal… y sus palabras se callaron de pronto… dejando salir las lágrimas.