Me levanto a las 03:00 A.M. Tuve la incómoda sensación de estar siendo observada. Al sentarme en la cama, un escalofrío recorre mi cuerpo, pero se lo atribuyo al frío.
A duras penas, logro llegar caminando pesadamente al baño para despejarme de ideas absurdas y me inclino al lavamanos para humedecer mi rostro y volver a la cama. Entonces, lo veo al incorporarme, reflejado ahí en el espejo; imponente y alto, todo vestido de negro, está atrás de mí. Miro hacia arriba y lo veo inclinarse hacia mi cara, para acercar su níveo rostro con el mío.
Él no tiene rasgos faciales, pero sé que sonríe el verme.
