Un amor puro, un amor verdadero

Era una hermosa mañana en la ciudadela de Hyrule todos cumplían su rutina iban a vender sus productos otros a comprarlos y muchas veces iban a buscar un empleo que les ayudara a mantener a sus familias.

Ahí sentados en la orilla de la fuente veíamos a dos jóvenes pero no eran unos jóvenes cualquiera, era nada más ni nada menos que la Princesa Zelda con su amigo y guardaespaldas Link un Ordoniano que salvó su tierra de las garras del mal, claramente por la forma de su mirar ambos jóvenes estaban muy enamorados pero al parecer ninguno se había declarado y esto ponía triste al Rey ya que si entre estos dos jóvenes no sucedía nada él mismo tendría que obligar a su hija a casarse con alguien que no amaba y eso es lo último que quiere hacer ya que la última voluntad de su esposa fue que su única y hermosa hija se casara con alguien que ama así como lo hicieron sus padres pero ese hecho tenía preocupado al Rey acerca de qué decisión tomar.

-Zel me alegra que hayamos podido salir del Castillo- Dijo un poco tímido el rubio

-Gracias por llevarme aquí Link, estoy muy feliz de haber podido venir contigo aunque haya sido solo hasta aquí- Dijo la joven princesa

Varias personas se reunían a su alrededor viendo como los dos muchachos hablaban se amaban secretamente tan secretamente que ninguno de ellos sabía lo que sentía el uno de el otro, muchas personas pasaban y saludaban a la princesa y ella les sonreía amablemente y muchas veces Link se ponía celoso de los muchachos que pasaban y besaban la mano de la princesa.

El mediodía de acercaba y les dio hambre así que Link fue a comprar unos bocadillos a un local del frente en donde se encontraban y entregó la comida a la princesa

-No es un almuerzo real pero no quiero que mueras de hambre y tampoco quiero que regresemos al Castillo todavía-

-No te preocupes tengo hambre además estoy cansada de comer ahí siempre-

Terminaron de comer y botaron la basura en un bote que había de madera y notaron que todavía había aldeanos viéndolos y saludando

-Ze-Zelda tengo que decirte algo y no puede esperar es algo importante que me he estado guardando durante un tiempo- Dijo muy nervioso el joven

-¿Qué sucede Link? Sabes muy bien que puedes decirme si te sucede algo- Dijo quitándole el gorro y acariciando el cabello del chico-

-Zelda yo yo Zelda yo-

-Link cálmate yo te voy a apoyar en lo que pueda- Exclamó colocándole de nuevo su gorro verde

-Zelda yo, Zelda yo te amo- Claro no esperaba que todos los aldeanos escucharan

-Link, yo también te amo- Diciendo esto de manera muy nerviosa y sonrojada hasta su último y largo cabello marrón

Cuando la muchacha dijo esto el rubio se acercó hasta ella y Zelda lo imitó y cerraron su declaración con un tierno y dulce beso de amor. Los aldeanos aplaudieron y pidieron otro beso y así lo hicieron los muchachos porque esa acción no significaba un beso simplemente significaba un beso de amor puro uno de un amor verdadero que perdurará en la historia y se contará a través del tiempo.