Uff, no sé ni por donde empezar, la verdad.

La culpa de este pequeño shoot la tiene una img que encontré de casualidad, buceando en el océano de fan arts que es internet. En fin no sé ni que decir al respecto...

Lo de siempre, los persos son de Kishimoto y los miles y millones de fans, que ya los hemos adoptado como nuestros.

Sin mas espero que disfrutéis de este pequeño escrito.

Cuando un delfín quiere jugar ni si quiera un tiburón puede negarse.

Criaturas marinas.

Dos uñas de la mano derecha han perdido parte del pinta uñas negro que siempre las cubren.

No le importa... no puede importarle menos.

Sus dedos se deslizan lentamente, arriba hasta la nuca, donde los cabellos de Iruka crecen mas cortos, y bajan de nuevo, en una recta precisa, cruzando la cicatriz hasta uno de los hoyuelos que adornan los lados de la hendidura de su bien formado y redondito trasero.

No necesita abrir los ojos para verlo, lo ha memorizado hasta el último rincón. Iruka Umino no tiene misterios para él.

No existe porción de piel que Kisame no haya besado, mordido, explorado, jadeado, apretado saboreado... al igual que no hay parte de su ser que el delfín no haya conquistado.

Siente las caricias del moreno en su nuca, recorriendo hacia un lado, la punta de la oreja y sus bordes con la uña, hasta las pequeñas agallas de su pómulo.

Kisame atrapa su mano y mordisquea con cuidado sus dedos; sus dientes son afilados y lo último que quiere es dejarle una marca... Kakashi regresa hoy... y el chuunin no quiere dar explicaciones.

Los restos del encuentro se enfrían sobre el estómago de uno y el muslo del otro, pero igual que el pinta uñas, a ninguno de los dos puede importarle menos.

Su mejilla se desliza por la piel del pecho. Kisame sabe que tiene los ojos abiertos incluso sin mirarle, y el sonido del agua cerca de ellos es casi una banda sonora perfecta.

Sus respiraciones son una, tranquilos, despejados, conscientes de que se acaba, de que el desahogo llega a su inmediato y severo fin; hasta la próxima vez.

Esta vez casi ni han hablado, la necesidad de su cuerpo era desesperante. Nada de excusas, ni razones, ni porqués sin respuestas que no llevan a nada.

Ambos, los dos, quieren eso. Un encuentro brutal, rápido, efímero... y a la vez un mundo... una razón para la siguiente reunión...

Delfín y tiburón, ambos convertidos en depredadores del otro.

Por que Kisame sabe que si el delfín tiene oportunidad, le llevará a mar abierto y se perderá para siempre.

Por que Iruka sabe, que si el tiburón se lo propone, lo devorará sin remordimientos hasta el último rincón de su ser.

Y ambos no dejarán nada del otro.

Tampoco lo piden, ni lo piensan. Lo mejor es que sea así. Una o dos horas cada vez, tiempo que no es contado, ni medido. Tiempo que se pierde sin tener que justificarlo.

Para Iruka, esas horas son "largos paseos para despejarse"; si alguien se atreviera a preguntar. Siempre cuando Kakashi está fuera. Y siempre después de asearse a conciencia, por dentro y por fuera, por lo que pueda pasar... que siempre, siempre pasa.

Para Kisame son "asuntos propios" que nadie dentro de Akatsuki cuestiona y mucho menos pregunta... siempre que Zetsu no está cerca. El tiburón se asegura de eso. Igual que se asegura de estar limpio para el chuunin; Samehada también, sin olor a sangre.

Nunca en el mismo sitio pero siempre con el mismo final, ambos suplicando aire en los labios del otro, dedos clavados en la carne contraria como garras afiladas, cálidas y eróticas palabras sin sentido, miradas que no ven nada y a la vez dicen todo.

Y si que sirven de algo.

Kisame sabe que no hay registros de Itachi en la aldea después de su fuga y que Konoha no tiene aún un listado claro de los miembros de la organización... nunca compañeros, ni camaradas; para eso tendrían que importarle y no es así.

Iruka sabe que un nuevo miembro, Tobi, engrosa las filas de la organización criminal. Alguien invisible que no pertenece a ninguna aldea... información que nunca llegará a oídos de la Hokage ni de nadie de su patria.

Esas cosas, datos, nombres, fechas, quedan para ellos dos, por que son las palabras de amor que se dedican antes de entregarse uno al otro...

...y después, cuando todo ha terminado, los dos, imitación idéntica casi sincronizada, reúnen sus pertenencias y las ordenan en sus cuerpos.

Se disfrazan de personas, asesino y maestro, y se alejan, direcciones distintas casi siempre.

Sin promesas, sin palabras, sin "quizás si" ni "deberíamos".

Solo hasta el próximo encuentro... quizá en mar abierto, o en mitad de un bosque, o en la abandonada guarida de un gran animal, o quien coño puede saber donde.

No precisan quedar, por que siempre, siempre saben encontrarse... por que así es su vida ahora, así la quieren, la desean, la disfrutan...

Solo lamentan el tiempo que les toca vivir entre medias.

Iruka con Kakashi, en una perfecta armonía de perversión y candidez.

Kisame con Itachi, el pago por un daño causado y la dominación total.

Tiburón y delfín se alejan, nadando en direcciones distintas... esperando que la marea vuelva a reunirlos...

… y sonríen, por que el "mar" ya no tiene misterios para ninguno de los dos. Solo han de decidir que corriente dejar que les arrastre hasta los brazos contrarios...

Impredecible, plácido, brutal y agradable... así es el mar... así es su océano...

Así son en definitiva ellos dos.

Fin.

Espero que guste de todo corazón.

Gracias por leer.

Besitos y mordiskitos

Shiga san.