-Y yo que me negaba, aquí estoy. –Murmuraba, sosteniendo una elegante taza de té entre sus esbeltas y cuidadas manos. Un par meses en casa de su tía Cora habían bastado para adoptar los modales que deben tenerse cuando una dama toma el té, a su debida hora.

-¿Decías algo? –La marquesa, Cora de Cunningham, alzaba la cabeza hacia su sobrina. No había sido molestia acogerla ante el repentino fallecimiento de sus padres, a fin de cuentas, ella era lo único que le quedaba en el mundo.

-Nada, tía. –Sentenciaba esta, cordial, dando un sorbo a la taza.

-Dos incumplimientos en menos de dos minutos. Primero, una dama no debe sorber el té, ha sido escandaloso –Exageraba, moviendo una de sus manos, en negación.- Segundo, están horribles los murmuros. Puedes dar lugar a malendidos.

-Está bien…-Afirmaba con su voz, obviando el intento de murmuro que, de nuevo, amenazaba por salir de sus labios.

La marquesa ajustaba la pamela que adornaba su bajo recogido ese día. Esperaban el carruaje, sentadas en aquella mesa de café, en el jardín de la casona donde ambas vivían, en las afueras de Inglaterra, en una zona adinerada y reconocida. Grandes jardines, verdes, aunque poco florales salvando los rosales que la misma dueña se encargaba de cuidar. ''Una mujer debe asemejarse a una rosa. Hermosa y delicada por fuera, pero con buenas armas para defenderse y sobrevivir en este mundo de locos'' era una frase que le repetía tanto a Regina, que acabó por aprenderla de memoria, aún sin entenderla.

Dirigía una rápida mirada a la fachada de piedras claras, cubreventanas rojos y altos techos en punta, evitando así la acumulación de agua en los frecuentes días de lluvia. Los ventanales eran amplios, bordados en blanco. De la habitación de su tía, derivaba el balcón más grande de toda la casa, adornados con madera oscura, destacante con la piedra del hogar, en bóveda. Y del propio, sólo derivaba a una extensión de la misma madera, a la que asomaban tres grandes ventanales que, apenas podía abrir sólo para que el aire entrase. Una escalera subía desde el jardín al primer piso, cubierta de una hiedra que la adornaba. Por sus alrededores afloraban los pinos, sobre todo en el camino que llevaba a las cuadras, era maravilloso.

-No me defraudes esta tarde, ya sabes que viajamos a conocer a los Wood. A que les conozcas, más bien.

Regina apresuraba su té, al ver que su tía había terminado y depositado la taza sobre el correspondiente plato. Asentía. Seria, atenta y con la mirada puesta en los movimientos de la mujer. Relajaba y colocaba la espalda en la silla de mimbre blanco, imitando, mostrando una expresión serena en su rostro. Se sentía en la obligación de no defraudarla

-Es importante. La instrucción que te he inculcado estos meses, quiero que la pongas el práctica. Sé que no es el primer evento social al que acudimos, pero reitero y recalco su importancia.

-Pero, si me permite la cuestión… ¿a qué es debido tanto hincapié? –Se atrevía a preguntar, esperando cualquier reclamación por parte de Cora.

-Oh, mi niña…-Sonreía con levedad, clavando la mirada en el porcelanoso rostro de su sobrina.- Hoy conocerás al que, si dios quiere, puede que se convierta en tu esposo. –Ante la sorpresa que expresaba la muchacha, Cora fruncía el ceño.- Ya hemos conversado sobre esto antes, y me diste tu aprobación.

-No pensaba que se tramitase tan pronto…

-Es que no está tramitado, ¿pensabas que, tu aprendizaje, ha acabado? Estás equivocada. Nada más, mi intención de esta cita, es que asocies su nombre con su cara. Es un muchacho noble, de buena familia y, por qué no decirlo, incluso apuesto.

Las mejillas de la joven tornaban en rojo, prensando tanto los labios que daban la impresión de desaparecer.

-¿Y cuál es su nombre? –Volvía a tomar valor del mismo aire que entraba por su boca, cuando se encontraban en el interior del carruaje, camino a la villa de los Wood.

-¿Su nombre? Si no recuerdo mal…-La marquesa tamborileaba su propia barbilla, con el dedo índice.- ¡Ah!, Robin.

-Robin…-Repetía, volviendo a los murmuros. Compartían inicial, le gustaba.-


¿Qué os ha parecido? Dejad comentarios. No sé si continuar la historia, desde luego tiene mucho por desarrollar, y necesito saberlo. ¡Gracias!