Los personajes utilizados aquí no me pertenecen. Todos los derechos a sus respectivos dueños.
El fic se centra en Sally, pero hace referencia a otros personajes (si se lee con atención).
Advertir antes que nada que mis finales son pésimos.
Para Droplet Mix.
| El brillo de una estrella |
«Dust in the wind
All we are is dust in the wind »
Con el tiempo había aprendido a resignarse y aceptar los hechos; estaba muerta y nada de lo que hiciera cambiaría eso, por más que llorara, por más que lo deseara, Sally había dejado el mundo de los vivos, había visto la segadora luz al final del túnel y había decidido quedarse. No de la forma que hubiese querido, pero lo había hecho.
¿Cuánto tiempo llevaba así? no lo recordaba, pero sabía que aquel horrible suceso había sido hace mucho; años. En algún momento el tiempo había dejado de importarle, eso era algo irrelevante cuando se está estancado. Pero aunque aquello sucedió hace años, Sally aún conserva el dolor debajo de su piel corriendo como pólvora, un grito atorado en su garganta y los sueños rotos he imposibles. No conocía el significado de venganza hasta el momento en el que su alma abandonó su cuerpo.
Atrapada en los recuerdos del perpetuo ayer, Sally llora escondida en algún oscuro rincón. Toda la estructura de la casa parece temblar con su llanto, y es en ese momento cuando ella se convierte en el reflejo de culpa y remordimiento; de anhelos y sueños rotos.
Ella sueña con vivir; con crecer, pero su corazón dejó de latir hace mucho y es algo injusto porque ella había sido una buena niña y mamá solía decirle que a las niñas buenas les suceden cosas buenas.
Jane siempre le decía, con un deje de nostalgia en la mirada, que la vida era injusta y que te arrebataba lo que más querías. Sally sabía que había lágrimas corriendo tras la mascara, pero no decía nada, no cuando las lágrimas también surcaban su rostro de niña.
[Y duele verla así, porque ella podría remplazar el sol si quisiera]
Hay momentos en los que sonríe —de verdad y sin amargura en la comisura de sus labios—, y todo en ella parece brillar y es inevitable no perderse en sus vivaces ojos de niña que asemejan a un bosque en calma. Pero es algo tan efímero y frágil que se rompe con el más mínimo toque.
Cree que es una luz que se apagó antes de tiempo, cuando en verdad es un sol en plena noche. Es como una estrella; sigue brillando aún después de desaparecer... y no lo sabe.
