Hola! Bienvenidos sean a este mi primer fic. espero sea de su completo agrado, cualquier comentario, duda, etc. será bienvenida.
Cap. 1: Encuentro
El otoño dejaba sentirse, el viento susurraba mientras mecía las copas de los árboles, las hojas secas bailaban en las calles, el sol comenzaba a ocultarse sin que cierto rubio se percatara de ello.
-Hola mamá, papá, ha pasado mucho tiempo, discúlpenme por haberlos dejado, pero he vuelto y les prometo que vendré a visitarlos. –La voz de aquel chico era pesada y cargada de tristeza, a pesar de que habían pasado quince años desde la muerte de sus padres, su ausencia aún dolía. –Han pasado muchas cosas ¿saben? He visitado tantos lugares y he conocido a tanta gente, y soy muy feliz con ello, me hace feliz poder ayudar a los demás. –Su voz ahora comenzaba a sonar alegre. –Me estaré quedando en casa de Sakura-chan, mientras consigo un lugar propio, así que prometo venir todos los días, me tengo que ir, pero de verdad me alegra volver, estando aquí los siento más cerca.
Naruto hizo una pequeña reverencia y se alejó del lugar observando a las otras personas que se encontraban ahí con rostros tristes iguales al de él, sin embargo cierta pelinegra llamo su atención, sus sollozos eran tan amargos que sintió que su corazón se encogía al escucharla, él sabía el dolor que se sentía al perder a alguien, por lo que la entendía, siguió su camino deseando que aquella chica se encontrara mejor.
El rubio recorrió pesadamente las calles de aquella ciudad, recordando con nostalgia su infancia, aquellos días en los que era inmensamente feliz junto a sus padres, intentando hacer a Sakura su novia, peleándose con aquellos niños que la molestaban por el tamaño de su frente, Naruto soltó una pequeña risa al recordar este pequeño detalle que hacía enojar a su mejor amiga, por supuesto ahora era un tema completamente superado y cómo no, si a sus veinte años ya lucía el cuerpo de una mujer, con un rostro de facciones delicadas, y a pesar de que su pecho no se había desarrollado como a ella le hubiera gustado, no cabía duda de que era hermosa, junto a ello su personalidad ahora mucho más extrovertida lo que la hacían irresistible para muchos, pero ya no para él, ese amor que le había proclamado en su infancia se había convertido en un profundo cariño, llegándola a considerarla una hermana.
Finalmente llego a la casa de la pelirosa, toco la puerta y espero paciente a que abrieran, cuando por fin lo hicieron unos brazos familiares lo recibieron.
-¿Cómo te encuentras Naruto? –Dijo delicadamente, sabía que ese tema era difícil para el rubio.
-Bien, supongo, muchos recuerdos vinieron a mi mente. Pero fue bueno volver a hablar con ellos. –Dijo con una pequeña sonrisa, lo que tranquilizo a su amiga.
-Bueno, pasa, la cena está casi lista y ya comienza a hacer frio.
Ambos ingresaron a aquella casa, los padres de la chica lo recibieron con una sonrisa invitándolo a sentarse con ellos, el resto de la noche transcurrió con tranquilidad.
NARUTO:
Son casi las dos de la mañana y yo sigo aquí, sentado frente a mi ventana sin poder conciliar el sueño, pensé que después de tantos años había logrado superar la muerte de mis padres, pero parece que no es así, el regresar a esta ciudad los recuerdos junto a mis padres se amontonan en mi mente, debí haberle hecho caso a mi padrino e ir con él a su viaje en lugar de regresar, pero ya estoy aquí, algo sacaré.
Pronto escucho unos pasos, mi amiga se ha percatado de que aún no duermo.
-¿Problemas para dormir? –Me dice con cierta ternura.
-Algunos.
-¿quieres hablar?, hace años que no lo hacemos –Tiene razón, hace un par de días que estoy aquí pero apenas si hemos conversado.
-Claro, creo que lo necesito.
-Pues dime, ¿Qué ha pasado?
-¿Pasado?
-Pues sí, algo tuvo que haber pasado para que decidieras volver.
-Nada… en realidad, supongo que necesitaba volver y enfrentar la ausencia de mis padres en lugar de seguir huyendo de ella. –Sakura-chan solo sonríe, supongo que le hace feliz oírme hablar así.
-Haz madurado Naruto, pensé que seguías siendo el niño cabeza hueca que intentaba conquistarme jaja
-¡hey! ¿A quién llamas cabeza hueca? –Ella sólo sigue riendo. –Aunque supongo que tienes razón.
-Y ¿Qué piensas hacer?, quiero decir, retomarás tus estudios, trabajaras o te dedicaras a vagar como lo has hecho hasta ahora.
-¡Oye! No soy ningún vago. –Le digo con tono ofendido.
-jaja Lo siento Naruto, pero debes admitir que algo debes hacer con tu vida.
-Sí, lo sé, pero creo que lo de retomar mis estudios es una idea completamente descartada, sabes que nunca fui bueno para ello, por el momento necesito encontrar un departamento para no seguir molestando a tus padres, tal vez consiga un trabajo después.
-Deberías agradecer que tus padres te dejaron una buena herencia si no en este momento estarías en la calle. –Ya comenzó a regañarme, a veces pienso que más bien ella es como una hermana mayor.
-Tú nunca permitirías que eso pasara Sakura-chan.
-¡Por supuesto que no! Yo te hubiera puesto a trabajar desde los seis años.
-Gracias al cielo mi padrino se hizo cargo de mí y no tu jajaja
-Y por eso eres el vago que eres, Jiraya-sama te malcrió demasiado.
-¡Lo ves! Ero-Sennin tiene la culpa de todo. –Digo inocentemente, aunque Sakura-chan no lo toma de buena manera y me da un golpe en la cabeza. -¡ouch! El golpe no era necesario.
-Deja de hacerte el gracioso Naruto, tienes veinte años, debes de tomar en serio lo que te digo, ¡demonios! Y yo diciendo que ya habías madurado.
-Y tú sigues siendo la misma gruñona de siempre Sakura-chan. –Me rio enérgicamente lo que provoca que me golpee aún más fuerte, había olvidado lo agresiva que puede llegar a ser.
-juuum. –Se aclara la garganta. –En serio Naruto, cuéntame qué harás.
-Es en serio, aún no lo sé, pero algo se me ocurrirá. –Le muestro mi típica sonrisa zorruna.
-Está bien, supongo que debo confiar en ti. Por cierto, no molestas Naruto, quédate el tiempo que necesites. -Me sonríe y después se marcha a su habitación, yo apago las luces, debo descansar, mañana, será un nuevo día.
