Buenas madrugadas internautas y seres de otro planetas =D

Les tengo una noticia: ¡he vuelto! (¿de donde? no sé, pero ya estoy aquí \o/)

Nahh~ estoy evadiendo mis responsabilidades haciendome pato, mirando aquí y allá, vagando por internet sin terminar mi... ¡tarea! ¡Oh, diablos! Yo estaba haciendo mi tarea. (¿¡Cómo acabé aquí?! )

¡Ah, que va! Creo que no era mucha de todas formas... creo y...

Ya- ¡ya me voy humanitos! Les dejo el disclaimer: Ni Inazuma Eleven ni ninguno de sus personajes me pertenecen, yo sólo los uso con fines para diversión mía y de unos cuantos más.


No era ninguna sorpresa que Midorikawa Ryuji ya estuviera en su salón de clases a pesar de la hora. Era muy temprano todavía, pero que llegara de los primeros a la escuela se había vuelto una acción distintiva de él.

... Lo que sí era una sorpresa era ver a Nagumo Haruya también ahí, despierto, y acompañando en silencio al "Señor Perfecta Asistencia Académica, No Tengo Ni Un Retardo" en el salón de clases, a una hora de que estas iniciaran. ¿Qué se supone que estaba haciendo ahí tan temprano? La respuesta: una broma de mal gusto. Alguien se atrevió a adelantar su reloj y ese alguien tendría que andarse con mucho más cuidado si no quería morir mucho antes de llegar a la mayoría de edad...

Dejando de lado aquello, el salón estaba muy tranquilo y prácticamente desolado, solamente estaban ellos dos y mientras que Midorikawa estaba apoyado en el marco de la ventana por la cual miraba el patio trasero, Nagumo se dedicaba a hojear desinteresadamente una revista que se había encontrado por ahí, hasta que algo, al parecer, llamó su atención:

—¿Sabías que el cerebro no procesa la palabra "no"?

Midorikawa se volvió hacia su compañero, cuya presencia hasta ahora había estado ignorando.

Tardó unos momentos en pensar si responder o no, pero luego se le ocurrió que decir: —entonces esa oración carece de sentido ¿no es así?

Nagumo asintió dándole la razón… bueno, en realidad, aquel movimiento había parecido bastante mecánico, como si sólo estuviera dándole el avión mientras seguía viendo la revista.

Ryuji torció el gesto, pero, acostumbrado a las actitudes un tanto desconsideradas de Burn, decidió también ignorarlo y regresar a mirar por la ventana.

El silencio volvió a reinar y Midorikawa tuvo la sensación de que ese día sería uno muy largo...

—Oye…—Haruya llamó de nuevo.

Ryuji se quedó a posta unos momentos sin dar respuesta, hasta que escuchó un nuevo "¡oye!" exigiéndole su atención y entonces, un tanto desganado, sin dejar de mirar por la ventana, hizo un pequeño ruido con la garganta el cual pareció querer ser un "¿qué?", con el que le indico al otro que le escuchaba.

A Haruya no le convenció la forma en la que estaba siendo tratado, pero se obligó a mantener bajo llave su furia y torció la boca en una mueca burlona anticipándose a la respuesta que iba a recibir a lo que estaba por decir, en tono casi casual. —A ti te gusta Hiroto ¿verdad?

De inmediato, Ryuji se volvió a él y en su rostro se vio visiblemente afectado. —¿Qué dices? —Aunque trató de disimularlo, manteniendo en control el tono de su voz, Midorikawa ya tenía las mejillas encendidas como mechas.

Nagumo rodó los ojos y luego se rió antes de contestar. —Que te gusta Hiro-... —Pero antes de que pudiera acabar, Midorikawa ya le había saltado encima para hacerlo callar.

—¡No...!—Ryuji, desesperado, sintió su voz salirle distorsionada y enrojeció más. Nagumo aprovechó el momento y se lo sacó de encima con molestia mientras que Midorikawa se hizo carraspear antes de, nerviosamente, volver a hablar. —N-no... no digas tonterías, Burn. ¿Yo? ¿Enamorado de Hiroto? ¡Qué clase de alucinación es esa...! ¡ja, ja...!

Antes de torcer sus labios en una de sus típicas sonrisas de superioridad, Nagumo puso los ojos en blanco, otra vez...

—Supongamos que es un delirio mío también, pero ¿no eras tú el que andaba tan molesto cuando Hiroto comenzó a salir con Ulvida y luego tan feliz cuando acabaron?

Sin poder evitarlo, Midorikawa sintió su sonrojo crecer. —Eso no demuestra nada. Te lo digo claro: No me gusta Hiroto —dijo lanzándole una mirada retadora, como para dejarle en claro sus palabras.

La sonrisa de Nagumo se agrandó —¿recuerdas lo del no?

Midorikawa abrió lo ojos sorprendido, eso técnicamente significaba que había dicho…

—¡Eso me vale un reverendo pepino! ¡No me gusta Hiroto! —exclamó con el rostro completamente rojo, asegurándose de remarcar el "NO" en la frase.

—Sí, claro —Nagumo, evidentemente, estaba usando sarcasmo.

La puerta se abrió repentinamente, dejando entrar a otro chico conocido por ambos. Se volvieron a verlo.

—Buenos días —saludó Suzuno al entrar y toparse con Midorikawa, la voz del por lo menos ten la cortesía de saludar cuando vayas a entrar a un lugar en el que ya hay gente que últimamente solía molestarlo con mayor frecuencia, cerrando la puerta tras de sí.

—Buenos días —regresó Midorikawa, agradecido con la interrupción.

Nagumo no dio un saludo propiamente dicho, pero hizo un gesto mudo como en un "hey" al que Suzuno respondió también silenciosamente después de rodar los ojos. Nagumo entonces torció una sonrisa y comenzó a hablar: —Oye, Gazel, ¿verdad que a él le gusta Hiroto?

Midorikawa apenas abrió la boca indignado.

Suzuno Fuusuke se volvió hacia quien le había llamado alzando una ceja y frunciendo la otra, antes de dirigir su mirada a Midorikawa, quien ya estaba sonrojado de nueva cuenta y fulminando al delantero con la mirada. Se sonrió a sí mismo, por un segundo —pues sí ¿no?

Burn se desequilibró un poco y lo miró como si estuviera viendo una alucinación...

Midorikawa se quedo de piedra, regresó su mirada al albino, en quien había depositado unas pequeñas esperanzas de que le apoyara diciendo lo contrario —¡oh, no! ¿también tú, Suzuno?

El susodicho sonrió sinceramente divertido —me parece que eres algo obvio—. Entonces se volvió al pelirrojo y, al comprobar cómo lo veía, le sonrió con arrogancia.

« ¿Qué? ¿Te comió la lengua el gato? » Y quizá eso no se hubiera pronunciado en voz alta, pero Burn lo entendió a la perfección y de inmediato se compuso. Fingiendo demencia, concentrándose en el asunto.

—Les digo que no… ¡no me gusta! —se puso en pie de un salto, para mayor diversión de su par de "malos amigos".

En ese momento la puerta se abrió mostrando justo a la persona de la que hablaban.

Sin poder evitarlo, y en una reacción que ya se hacía cotidiana, Ryuji se lazó a abrazarse al cuello de Hiroto en su acostumbrado saludo matutino.

Suzuno y Nagumo no pudieron evitar compartir gesto y, después de hacerlo, también una mirada con la que se dijeron que a ambos les desesperaban las excusas del par para no dar el primer paso. Fue entonces cuando a Haruya se le ocurrió seguir burlándose del par sonriendo. —Hiroto, ¿sabías que a Midorikawa le gustas?

Hiroto cerró la boca pues estaba a punto de decir el acostumbrado "buenos días" cuando de pronto le fue revelada tal información. —¿Qué? —se sonrojó al igual que el susodicho.

—¡Nagumo! ¡Te he dicho que no me gusta! —reclamó enfurecido, mientras Nagumo estaba que se partía de la risa por ver a Hiroto sonrojado.

Suzuno finalmente llegó a su lugar y dejó su mochila con un suspiro —qué indiscreto eres, Burn—. Volvió su mirada a Midorikawa, luego la dirigió a Hiroto y no pudo hacer más que sonreír de medio lado al darse cuenta de algo. «Con que... a Hiroto también le gusta Midorikawa.»

La mirada de Suzuno se volvió a encontrar con la de Nagumo en una discreta comprensión de las sonrisas de ambos.

—¡Eso! —Haruya celebró sin motivo aparente.

Suzuno no pudo evitar rodar los ojos exasperado —vamos, Nagumo, es mejor desaparecer antes de que digas alguna tontería más…

El susodicho frunció el ceño molestándose —pero si no es una tontería… ¡es la verdad!

Suzuno volvió a rodar los ojos —sí, sí, lo que digas —dijo saliendo del lugar arrastrando al otro consigo, importándole poco lo anterior.

—¿Huh? —Midorikawa parpadeó, dándose de cuenta de pronto que se había quedado a solas con Hiroto.

Un silencio incómodo se apoderó de la sala.

Hiroto suspiró y finalmente se digno a hablar, sonriendo divertido —entonces… ¿te gusto, Mido?

El de cabellera verde se sonrojó nuevamente —¡que no! —saltó en su lugar —deja de jugar con eso Hiroto... —reclamó, volviéndose a otro lado indignado.

—¿Seguro? —insistió divertido.

—¡Por supuesto!

Hiroto guardó un momento de silencio —Entonces... no te gusto.

—No —dijo totalmente seguro.

—¿Entonces sí?

Ryuji se sonrojó —¿¡Qué!? ¡No!

Hiroto arqueó una ceja —¿Es no al no te gusto?

—Sí. —Midorikawa dio unas cabezadas.

Hiroto lo miró con los ojos desorbitados. —¿Sí...?

Midorikawa asintió antes de sentir que se ruboriza al darse cuenta de qué había dicho. —Espera, ¡no!... ¿O sí? —comenzó a sentirse confundido. —¡Quiero decir: no!

—¿No?

—¡Sí!

—Entonces… ¿es que sí? —Hiroto se confundió.

—¡Sí! Digo: ¡No! —Midorikawa miró a todas partes sintiéndose más mareado todavía.

—Espera, ya me perdí… —lo detuvo un momento —¿estas diciendo que no "no te gusto" o no "sí te gusto"?

—No ¡no me gustas!

—¡Ah! Eso quiere decir que sí te gusto...

Midorikawa abrió los ojos sorprendido —¿Ah?

¿No acababa de decir lo contrario?

De acuerdo, oficialmente: estaba confundido.

—Es que si niegas que no te gusto significaría que sí te gusto ¿no?

Lo razonó y vio que lo que decía era cierto —tienes razón… —medito sus siguientes palabras —quiero decir: no, sí me gustas…

Hiroto sonrió, burlón —lo sabía: ¡sí te gusto! —casi celebró… casi, porque sabía que el otro solo había caído en su enredada trampa.

Midorikawa se sonrojó hasta las orejas al darse cuenta de lo que había dicho —¡ah! ¡tramposo! ¡deja de acomodar las palabras a tu conveniencia! —le recriminó.

Y Hiroto no pudo evitar echarse a reír, completamente divertido de aquella discusión sin sentido.

—De acuerdo, entonces si no te gusto, dime ¿por qué no me has soltado aún? —señaló Hiroto en tono divertido.

Ni Midorikawa ni él estaban en realidad preguntándose por ello como si alguno se sintiera en la necesidad de averiguarlo, debido a que se sentían muy bien estando así. Por eso a Midorikawa le sorprendió tal cuestión, fijándose en que aún estaba aferrado al otro.

—Ah… porque… —se quedo callado pues no sabía como responder —estoy cómodo —termino por decir, siendo único que se le ocurrió.

Hiroto parpadeó, por alguna razón, sintiéndose un tanto perplejo.

—Bueno, a decir verdad… —se llevó una mano a la barbilla —creo que el cómodo eres tú y yo ya me acomodé.

—¿Eh...? Soy… ¿cómodo? —dudó. ¿Debía tomar aquello como un cumplido acaso?

—Sí… ¿has oído de la gente que es suavecita? Son muy cómodos para recostarte en ellos y descansar o dormir…

Hiroto sintió que se iba a reír, de verdad, con esa explicación. Pero no quiso hacerlo porque Midorikawa parecía hablar muy serio al respecto.

—Sabes a lo que me refiero, ¿no? —continuó no dándole oportunidad de responder pensando que la respuesta no podría ser otra más que un "sí" —tú entras en ese tipo de personas: ¡cómodas!

Ahora sí. Estaba claro que eso había sido un especie de cumplido (o por lo menos lo sería en la retorcida mente de Midorikawa).

Entonces, Hiroto se soltó a reír, divertido. Y que Midorikawa no hiciera más que verle completamente perdido, sin entender nada, sólo lo hizo reír más. Al rato, y aún a pesar de su desconcierto, Midorikawa no tardó en unirse a las risas de su amigo.

Cuando las risas se apagaron, se quedaron callados unos momentos, así nada más…

—Oye…

Hiroto volvió su mirada a Ryuji para hacele ver que lo estaba oyendo.

Midorikawa se quedó en silencio, dudando en continuar o no con aquello, al final cerró los ojos y dejando que un suspiro se escapara de sus labios finalmente se decidió —¿sabías que el cerebro no procesa la palabra "no"?

Hiroto sonrió divertido, como le encantaba la forma tan drástica de cambiar de tema del chico. —En ese caso… la frase misma carece de sentido —respondió.

Midorikawa rió… justamente lo que había dicho.

—Lo mismo pensé —sonrió el de pelo verde.

Volvieron a quedarse en silencio, hasta que minutos después Hiroto habló.

—Creo que tiene lógica, ¿tú no? —Hiroto tomó sus brazos y los separó para poder moverse con libertad.

Midorikawa se sorprendió —¿ah? —torció la boca en una mueca de disgusto, tanto por no saber qué responder, como por el hecho de que Hiroto lo hubiera hecho soltarle. —Pues…

Pero no pudo continuar. Sus ojos se abrieron sorpresivamente y sus mejillas se colorearon instintivamente de aquel rosado intenso que muchas veces demostraba vergüenza o emoción. Su corazón se aceleró mientras sentía los labios de su "amigo" sobre los suyos.

Hiroto lo estaba besando.

Una simple caricia, que mientras que él no salía de su estupor, Hiroto se sentía en medio del paraíso…

Pero tan sorpresivamente como inició, terminó. Tan maravilloso que fue y acabó.

Hiroto le sonrió —porque así como yo "sí -no- te gusto", tú "sí -no- me gustas".

Midorikawa tardo más de 10 minutos en reaccionar y para cuando lo hizo, Hiroto ya se había marchado del salón y varios de sus compañeros comenzaban a entrar al aula. Parpadeó sorprendido, más de que aún tuviera la sensación de los labios ajenos rozando los suyos, y pudo darse cuenta de que la sangre se le había acumulado en las mejillas por el calor que sentía en su rostro…

Eso… eso había sido una confesión, ¿no?

La verdad es que ya ni sabía que era...

Realmente estaba confundido, pero a pesar de que la confesión podría parecer muy rebuscada, con eso del "sí -no- me gustas", sí lo pensaba bien ¿qué se podría esperar de un par de ex "extraterrestres"?

Midorikawa suspiró, tendría que hablar en el recreo muy seriamente con su "mejor amigo".

Minutos más tarde, cuando Suzuno regresó lo había hecho sonrojado y cruzado de brazos fingiendo estar molesto, cuando en realidad estaba avergonzado. Midorikawa se atrevió a preguntarle qué le pasaba y él desvió la mirada sonrojándose aún más farfullando algo que apenas y alcanzo a entender como un "estúpido tulipán".

—Chicos, tomen asiento —dijo el profesor desde la puerta, haciendo reaccionar a Suzuno, quien se fue directo a su asiento.

Ryuji se confundió más aún por la respuesta de su amigo. —¿Tulipán? —Se preguntó a si mismo mientras también se iba a sentar a su lugar y... ¡Espera un momento! Ahora que lo pensaba detenidamente, ni Hiroto ni Nagumo pertenecían a su salón entonces qué… ¿¡entonces qué demonios habían hecho ahí hace unos minutos!?

Y afuera, en el pasillo...

—Está loco por mí... —habló el de ojos ambarino con la mano reposada en la mejilla enrojecida. Por un momento su sonrisa arrogante, se volvió una de bobo enamorado. Estuvo a punto de suspirar, pero entonces escucho una molesta risita.

—Más de lo que tú por él, no creo… —fue la burla sutil de su compañero pelirrojo.

Nagumo se sonrojó avergonzado —¡calla! —exclamó, frunciendo el ceño al escuchar las risas de Hiroto.

—Perdón, pero no esperé que te golpeara. —Se excusó completamente divertido.

Nagumo lo miró un segundo antes de desviar la mirada sonrojado y acariciarse la mejilla que comenzaba a amoratársele.

Luego de unos segundos en los cuales estuvieron sin hablar Nagumo se quejó haciendo una silenciosa mueca de dolor —tiene la mano muy pesada… y dura —terminó de quejarse riendo un poco. Hiroto solo sonrió. —¿Cómo te fue?

Las mejillas del de ojos esmeralda se pusieron rosas casi de inmediato.

—Por tu reacción, puedo deducir que te fue bien —se burló Haruya.

Hiroto no podía refutarlo, era evidente que mal no le había ido. Suspiró y sonrió un poco —sigo pensando que no es tan buena idea…

Nagumo borró de inmediato esa sonrisa de victoria que había dibujado en su rostro. Bufó y rodó los ojos —y te vuelvo a preguntar: ¿alguna mejor idea, genio? —preguntó con sarcasmo.

—Decirlo claramente era una opción…

Nagumo frunció el ceño, sintiendo la furia hacerle hervir la sangre en sus venas. Antes de poder decir o hacer algo de lo cual más tarde pudiera llegar a arrepentirse, la campana de la escuela sonó, indicando a los alumnos que aún vagaban por los pasillos que era hora de adentrarse a sus respectivos salones.

Ambos se encaminaron a su salón con cierta pesadez.

Era cierto que aquella era la opción más fiable, pero cada quién tenía sus motivos.

—No es mi culpa que seas tan miedoso —susurró Nagumo al momento en que ambos cruzaban la puerta.

—No es mi culpa que seas tan arrogante —regresó Hiroto.

Las miradas de ambos chicos cruzaron un instante, luego se sonrieron como si con ello zanjaran la discusión e "intercambiarán disculpas".

Porque así era la cruda realidad, Hiroto era un miedoso y Nagumo un arrogante, por ello ambos decidieron hacer aquella confesión tan "no confesión".

Hiroto tenía miedo de perder su amistad con Midorikawa. Por eso era un miedoso.

Haruya recibiría un golpe bajo en su orgullo si era rechazado por Suzuno. Por eso era arrogante.

Ahora solo quedaba una cosa por hacer: dejar que los otros decidieran que entender con eso del "sí (no) me gustas".

Por otro lado.

"¡Agg! ¡Tulipán idiota! ¿Por qué demonios no eres más claro?" y completamente frustrado, enfadado y avergonzado, terminó por romper el decimo tercer lápiz que pedía prestado.

—Maldición…

Si seguía así, terminaria debiéndole a toda la clase lápices...


Aquí una pequeña explicación sobre que el cerebro no entiende la palabra no: Hay palabras que nuestra mente no puede traducir en una imagen. La expresión negativa no tiene una representación en imágenes para el cerebro. Por eso, cuando tu dices "no quiero tal cosa", lo que tu cerebro ve es la "tal cosa". Cada vez que pronunciamos negaciones, nuestra mente solo puede traducir en imagen la parte que expresa el pensamiento, pero no su negación. "No quiero deudas", para tu mente es "quiero deudas". Tal vez te preguntes, ¿cómo que el cerebro no entiende la palabra "no"? Nosotros entendemos el NO ¿porque la mente no lo entiende? Es fácil, como nuestro cerebro solo piensa en imágenes, cuando utilizamos una expresión en la que se encuentra la palabra "no" lo único que conseguimos es dibujar en la mente aquello que pretendemos negar. Al traducir el cerebro todo en imágenes, solo se enfoca en la parte positiva de la expresión.

Si deseas haz este ejercicio: Imagina un árbol, verde, frondoso. Ahora, no quiero que veas una manzana roja colgando de él. No veas ninguna manzana roja. Haz un esfuerzo ¡no veas una manzana roja en el árbol! ¿Que pasó? Pues, que estoy segura de que viste una manzana roja.

¿Ven? Eso es... es lo que pasa con el cerebro. ¿Entendieron?

En fin, creo que eso es todo lo que tenía por decir, bueno, me despido entonces:

Nos estamos leyendo :)

~Blue~