N/A: Buen día, tarde o noche usuarios. Primero que todo déjenme decirles que esta es una versión corregida el capítulo. Para los que ya conocen esta historia, espero que la revisión sea de su agrado. Para los que recién inician, espero logren encontrar algo llamativo en el mismo y deseen continuar. De ser así, les informo que seguiré ajustando los capítulos (sí, me estoy tomando en serio este fic.) con el fin de no solo mejorar mi escritura, también para ofrecerles algo que puedan disfrutar.

Crónicas de un futuro sin gloria

INÁMOVIBLE MUNDO

Applebloom. Edad: 29 años

Granja Sweet Apple Acres

El sol y la luna se han detenido, ahora los días se mantienen con una capa de irrealidad que se disputa entre luz y penumbra. Los ponis que viven en esta época marchita ya no encuentran consuelo en sus lechos, solo el cansancio y hambre les permite la ilusión de un sueño efímero.

Han pasado veinte años desde que Celestia y Luna dejaron de existir, la muerte del árbol de la armonía y la partida de mis hermanos, así como también la de la princesa Twilight. En el norte, solo se puede apreciar una infinita tormenta, aquella que borró al imperio de cristal. Equestria, no es lo que fue alguna vez.

No queda mucho a lo cual aferrarnos, apenas hay magia en los ponis, los dragones se volvieron hostiles y atacan todo lo que ven. Las criaturas del bosque Everfree caminan a sus anchas por todo el reino, inclusive los prisioneros del Tártaro han escapado. No tenemos noticias de ninguna nación vecina. Estamos aislados en este mundo hostil.

Mi granja es una de las pocas cosas que se mantienen después de tanto tiempo. Sirve como refugio para los que buscan un mejor lugar, lastimosamente, solo puedo ofrecerles lo que tengo durante unos cuantos días y los obligo a partir, no podemos cosechar mucho alimento en estas condiciones.

La mayoría de los habitantes de Ponyville han partido. Algunos buscando a sus familias, otros, permanecen en la tierra como un recuerdo. Los que se quedaron, ayudan en la recolección de recursos, en la guardia y el orden. Tuvimos que levantar muros para que nada de fuera irrumpiera en esta pequeña colonia.

Scootaloo, es una de las pocas sobrevivientes de los ya extintos Wonderbolts. Sweetie belle colabora con la organización y repartición de recursos, así como conocimientos mágicos a los pequeños potrillos que se hospedan en nuestro refugio. Curiosamente, la mayoría de los que aún permanecemos, fuimos compañeros de clase en nuestra infancia. Diamond Tiara y Silver Spoon ayudan a mantener el orden cuando los ponis comienzan a discutir. Snips y Snails son los vigilantes más responsables y atentos que hemos tenido.

En cuanto a mí, lo perdí casi todo. Applejack pereció tratando de revivir el árbol de la armonía, la abuela Smith murió de tristeza cuando encontraron los cuerpos petrificados, Bic Mac murió defendiéndonos de una jauría de timberwolves. Poco a poco, el hambre y las enfermedades acabaron con algunos y, al darles prioridad a los jóvenes muchos adultos han fallecido. Tuve que aprender rápido a cosechar manzanas por mi cuenta. El principio fue duro, pero después de unos cuantos años pude mantener el ritmo adecuado para que lográramos subsistir hasta la fecha.

Me corté la cola y dispuse la mayor parte de mi tiempo en arar campos y cultivar manzanos. Ahora permanezco siempre con un arnés lista para hacer cualquier trabajo de fuerza, así, como un sombrero que me protege ante las inclemencias de un eterno sol que se niega a moverse del cielo.

Esta es nuestra vida ahora.

Día 1

Applebloom

Ponyville

Un pequeño grupo de recolectores y yo hemos salido para buscar madera y cualquier otra cosa útil entre los escombros. La nostalgia me invade una vez me acerco al castillo; parece a punto de desmoronarse, el cristal perdió su brillo hace mucho y el viento lo obliga a quejarse de su soledad. Decido entrar, tal vez pueda conseguir algo en las múltiples habitaciones que tiene.

Después de una exhaustiva búsqueda, nada, era de suponerse. Los primeros años nadie quiso acercarse por respeto a la princesa, pero después de un tiempo, la necesidad nos obligó a profanar y saquear el castillo. Pasé por una sala y escuché un ruido muy singular, busqué la fuente pero al parecer estaba obstruida por un par de rocas. Las quité sin mucha complicación y observé lo que parecía ser un espejo.

Algo dentro de él se escuchaba como una corriente eléctrica, me aparté en precaución para evitar una descarga, entonces, alumbró con distintos colores, sentí su poder mágico al empujarme con timidez. Algo surgió dentro de este.

Era un poni, más específicamente un unicornio. Con melena dorada y crin de fuego que caminaba lento, con pasos dubitativos y notoria falta de equilibrio.

Aquel hecho sorprendente me mantuvo unos segundos con la vista fija hacia la figura que emergió del as cromático. Sentí desconfianza, algo no me agradaba de esa situación.

-¿Qué haces aquí?- Interrogué apenas alzó su mirada para reconocer el lugar, y de paso, mi figura.

-¿Applebloom?- Con voz seca, casi de otoño y ventisca pronunció mi nombre.

Oculté la sorpresa, no conocía a esa unicornio y, el hecho de que ella lograra tenerme en cuenta generó más desconfianza.

Al notar mi ceño fruncido expresó con premura. -Lo lamento, esto es muy repentino para mí también.-

-No has respondido a mi pregunta- La espeté.

Debido a mi asertivo tono expresó sorpresa, se mantuvo unos segundos en silencio, logré percatar una vaga mirada, casi de nostalgia y arrepentimiento.-Vengo, porque Twilight me lo pidió.-

Sentí ofensa al escuchar el nombre. Una gélida brisa despertó emociones sepultadas de hace tiempo. Mi creciente enojo se expresó en una corta frase.

-Eso es imposible.- Contradije.

-Tranquila- Titubeó, claramente asustada –Tengo una prueba… déjame… sacarla de mi mochila- De manera torpe, deseó quitársela. Observé su forcejeo infantil que me exasperó

-Dámelas, ya buscare yo.-

Obedeció dócilmente y las abrí, solo encontré un par de libros.

-¿Qué es esto?- cuestioné

-Son mis pruebas, mira la portada de uno de ellos.- un atisbo de confianza emanó cuando indicó los objetos.

Observé el símbolo del sol en uno de ellos, no me convencí.

-Cualquiera puede tener uno de esos.- repuse mi vista en sus ojos que aún expresaban nerviosismo.

-Lee su interior, se menciona a Twilight en muchos de sus apartados-

Hacia un pobre intento en convencerme, fue tal, que solo sentí ofensa por sus palabras.

-¿Crees que soy estúpida?- Mi enojo fue mucho más notorio.

Con uno de mis cascos empujé su cuerno mientras la llevé hacia una pared, presioné fuerte su elemento de magia y en el rostro evidenció molestia.

-Cualquiera pudo escribir eso, además, Twilight murió hace veinte años. Te lo preguntaré una vez más ¿Qué haces aquí?-

Al terminar, su rostro transformo los nervios en tristeza, como si su magia fuese arrebatada por culpa de la noticia añeja.

-Yo…- Su voz comenzó a quebrarse -Yo… no… sabía…-

Una lágrima nació y recorrió su mejilla. Parecía… legítima.

La liberé de mi hostilidad, su grisáceo llanto logró abrir una puerta, sentí lástima.

-¿Hasta ahora tienes conocimiento sobre eso?- Con voz calma, traté de comprobar su situación.

Me observó con mucha ansiedad, como si no supiera que hacer. La compadecí y dejé que sus lágrimas llenaran el silencio del castillo hasta que se calmara. Sus inquietantes sollozos rememoraron el día que descubrimos a Applejack. En el interior del bosque Everfree, cerca al castillo de las hermanas, como si todo alrededor se convirtiese en piedra grumosa, nos adentramos mi hermano, yo y un minúsculo grupo de ponis que por su valentía, se atrevieron a observar el tétrico monumento.

Big Mac no dijo palabra alguna cuando las figuras de las seis se hicieron presentes en el abismo que precedía al árbol, yo tampoco lo hice. Todos sabíamos lo que había ocurrido. Tratamos de tomarlas pero crujían y se despedazaban mientras ejercíamos fuerza para llevárnoslas. Al final, las dejamos allí, deseando que algún día la piedra se fundiese y nos diera el regalo de volverlas a ver. Como era de suponerse, este mundo hostil juega en contra de todos.

-Lamento eso… yo…- tan apagada como alguna vez fueron las noches, sus ojos permanecían observando el suelo, el peso de aquella noticia no le permitía otra cosa.

No era necesario cuestionarla más. Sus lagrimas habían sido legítimas y su expresión de dolor me recordó el rostro que estaba obligada a ver cada mañana para lavarme; uno en que solo el deseo de vivir hace que te despiertes, porque no hay ningún sentimiento o aspiración para aferrarse a este mundo.

-Lamento haberte tratado así.- Me excusé.

-Si… descuida.- Seguía tratando de limpiar sus ojos.

-Antes dijiste que Twilight te envió. Lamento dudar de ti, pero ¿Qué asunto requiere tu presencia veinte años después de su muerte?-

-La verdad- Respondió -el último mensaje que recibí en el libro… llegó hoy mismo.-

Sunset Shimmer. Edad: ?

Castillo de la amistad

La semilla de la familia Apple se había convertido en un fuerte y grueso árbol. Es evidente en su mirada, refleja los años más difíciles de su existencia, pasando por el dolor, sí, pero también por la sabiduría. Sus cascos agrietados y secos son el inicio de unas patas fuertes y lesionadas, algunas venas son notorias debido al uso excesivo de fuerza que es capaz de realizar. Su lomo, firme y con poco pelaje, siendo víctima de los años solares eternos. Su crin ahora es corta y descuidada; ya no posee el característico moño que de alguna manera se fundía con su personalidad, ahora fue reemplazado por un sombrero de alas anchas y copa corta. La marca del arnés se hace evidente en su cuello, es notorio el esfuerzo que hace a diario por llevar cargamentos de manzana, de realizar arado o de simple transportación de objetos.

Ante nuestro fortuito encuentro, hizo bien al desconfiar. Es evidente la crueldad que impone esta Equestria. Aun así, yo, simplemente con su imagen, su postura y su actuar en esos breves instantes, puedo tener la idea de que ella es un poni en el que se puede confiar.

-El mensaje que recibí decía esto: No tengo a quien acudir ahora. Te necesito Sunset, Equestria te necesita… Por favor… ven pronto.-

Incrédula de mis palabras, detalló el libro con falso interés. Permaneció un momento entre las palabras y levantó su vista hacia mi ser.

-Me cuesta mucho creer que ese mensaje apareciera en tu libro. Si pudiera, comprobaría la letra con otro escrito que haya hecho Twilight. Lastimosamente, no podemos entrar a la biblioteca del castillo.-

Ante su afirmación, la duda impulsó una simple frase.

-¿Por qué no podemos entrar a la biblioteca?-

-Por Spike… el… es un poco diferente ahora…-

Ese cuidado con el que escogió sus palabras evocó frustración. Cuestioné.

-¿Qué quieres decir?

La yegua soltó un áspero suspiro. Dirigió su andar hacia la entrada, era evidente que debía acompañarla. Caminamos por unos cuantos pasillos hasta encontrarnos con un segmento muy maltratado de la estructura; las grietas en las paredes se alzaban hasta el techo, había polvo y escombros en lado y lado, si el castillo parecía a punto de derrumbarse, seguramente iniciaría aquí mismo.

Mientras adentrábamos en la miseria con pasos lentos, algo atrapó mi atención, un segmento distaba mucho de la decoración habitual, que a pesar de los años era notorio el hecho de que nadie entraba a este lugar para cambiar su aspecto en beneficio estético.

Eran unos barrotes gruesos y altos que hacían de entrada a una habitación, a su vez, la convertían en celda.

-Aquí se encuentra… procura no hacer mucho ruido… probablemente este durmiendo, todavía es temprano.- Advirtió

Detrás de las gruesas barras metálicas apenas se distinguía la luz, hice un esfuerzo al enfocar mi visión y logré observarlo. Un dragón, casi tan grande como una casa se encontraba roncando, rodeado de las múltiples estanterías pertenecientes a la biblioteca.

Suspiré en acto de súplica. Observé a la semilla y esta únicamente movió su cabeza de lado a lado en negativa.

-Debe existir otro lugar en donde podamos encontrar algunas notas… Ella escribe… escribía mucho también.- El esfuerzo para evitar caer en desesperación consumía mi pecho. Bajé mi cabeza, los ánimos obligaron ese ademan.

-Podemos ir a su alcoba, está en el segundo piso. Pero ten cuidado, no es mucho más sólido que aquí abajo.- Su afirmación logró por un instante calmar mis pensamientos, la seguí.

Los deprimentes escalones se quejaban y perecían mientras subíamos. La luz se filtraba por los notorios agujeros del techo y, existía un contraste en los laterales del castillo; al oriente, se vislumbraba el cegador sol, al este, la tenue luna luchando por abrirse pasó en el cielo. Despertarse con las alturas adornadas de esta manera es un tétrico recordatorio de que este mundo va a permanecer tal cual, pero, quizás lo más cruel de todo esto, sea abundarse en esperanza al desear que uno de los dos astros se retire, solo para que el día siguiente, la misma pintura adorne su paisaje.

Mi vista fue atraída hacia una habitación sencilla y, a diferencia de otros lugares pertenecientes a la solemne estructura, aquel cuarto se observaba sin mucho cambio; unos cuantos escombros y un gigantesco agujero en la pared, pero la indumentaria, así como las sabanas no habían sido robadas, era algo extraño, además, no tengo conocimiento si Twilight vivía con alguien a parte de Spike, y esta, definitivamente no era la habitación del dragón bebe.

-Starlight Glimmer- casi pude sentir admiración en la voz de Applebloom.

-Disculpa… ¿Quién?- Repuse mientras observé a la granjera.

-Fue discípula de la princesa, hasta que Chrysalis la atacó.-

Conduje mi vista de nuevo a la habitación, traté de ubicar las cosas para evocar una imagen de la mencionada, solo un llamado de espectros y brisa ensoñada profundizó mi pecho.

-Suave luz de estrellas, tiene lindo nombre.-

Por primera vez escuché un sonido de risa, pero, era retraído, como si le doliera.

-Se volvió costumbre alagarla después de ese suceso, me hacía recordar que todos podemos cambiar para bien.- El acierto en su tono admirado fue reflejado en su rostro.

-Ella ¿Dónde está?- Pregunté impulsada por el cálido rostro de la granjera. Sin embargo, fue reemplazado rápidamente por penumbra, supe la respuesta en el acto y callé.

Continuó caminando por el pasillo, no mucho, la habitación indicada estaba cerca.

-Aquí es…- Señaló.

No había nada de solemne en aquella morada. Sentí un gran pesar y desilusión pero… ¿Qué esperaba?

A demás, Applebloom se forzaba a mantenerse en aquel lugar. De seguro muchos recuerdos la invadieron en ese instante.

Después de unos cuantos minutos, encontré un libro con portada de herradura y seis gemas. Supuse lo que era, pero fue mi guía la que confirmó mis sospechas.

-El diario…- Manifestó con grave tono, nostálgica, como la hojarasca.

-Espero que todavía se pueda leer.-

Revisé unos cuantos apartados, todas habían escrito en el, inclusive Applebloom y sus amigas. A medida que avanzaba las paginas, todo se volvía tan cercano… como si la esperanza de regresar a aquel mundo mágico fuera una posibilidad creciente.

Al menos… hasta las últimas hojas.

Había un tono diferente en los últimos apartados.

Le ofrecí el libro a la poni terrestre y dio un breve vistazo a la tipografía de ambos escritos.

Dio un breve vistazo y se dirigió a mi.-Te creí desde que lloraste abajo.- Repuso.

-Lo sabía.- Contesté tratando de esbozar una sonrisa.

-¿Entonces, por qué….?- Interrumpí. -Necesitaba ganarme tu confianza, quizás esto no sea suficiente, pero, al menos es algo… supongo.-

Un muy cerrado gesto de agrado se filtró en su rostro. Me bastó con eso.

-Ahora, si eso es todo lo que buscabas…-Con intención de salir expresó mientras regresaba el diario a mis pezuñas.

-No, voy a quedarme un momento aquí y leerlo, tal vez encuentre algo importante.- Hojeaba, casi pude sentir una obligación creciente al tener el pequeño y añejo cuaderno frente a mí.

Applebloom se expresó casi con disgusto.

-Ni los unicornios más poderosos han logrado reestablecer el orden a este mundo…- Respiró como acto de reflexión, también con ello, supe observar su arrepentimiento. Continuó. –Si… si encuentras algo útil dímelo… voy a seguir con mi labor matutina... si quieres… puedo venir por ti, una cara amigable siempre será bienvenida a mi granja.-

Ahora tenía una mejor idea del porqué tuve esa impresión de Applebloom.

-Claro, solo leeré un momento.-Respondí.

-Pasaré más tarde.- Terminó mientras dejaba la habitación, escuché sus pasos en el melancólico castillo, sentí el peso de este mundo, sin embargo, me negué a ceder.

Inicié mi lectura.

N/A: En este punto agradecería mucho si tienen alguna observación, crítica, recomendación. Cualquier aporte me ayudaría (y me ha ayudado) a mejorar.

Gracias por leer.