Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a C.S Lewis los demás pertenecen a ArneiaScarlett
Summary: La historia de Arneia continúa en el "Príncipe Caspian". Esta vez luchara por salvar a su país junto a un nuevo aliado. Además, del regreso de sus viejos amigos Peter/OC.
TRADUCCION. Historia de ArneiaScarlett.
Capitulo I – El Nacimiento de Un Príncipe.
Sabemos que nunca es simple, que nunca es fácil
Nunca es bueno, nadie esta aquí para salvarme
Eres lo único que conozco como la palma de mi mano
Y no puedo respirar sin ti
Pero tengo que hacerlo
Debo respirar
Aun sin ti, debo hacerlo
Breathe – Taylor Swift
Arneia cambio su posición ligeramente, asegurándose de que estaba completamente fuera de la vista en el espacio de la pared mientras alguien pasaba. A medida que la figura se detuvo junto a una ventana, se dio cuenta de que era Miraz.
Por el amor de Aslan. Se dijo a si misma. Odiaba estar en una posición perfectas para asesinarlo, pero sabía que no podía. Escuchaba los gritos de su esposa en una habitación cercana. Los gritos eran la única razón por la que estaba allí. Tenia que saber por si misma si el bebe era un niño o una niña. Rezaba porque fuera una princesa…
Los gritos de la mujer cesaron, siendo sustituidos por el llanto de un niño recién nacido.
– Lord Miraz – Murmuro una voz, Arneia se congelo. Reconoció la voz al instante, el General Glozelle. Miraz mirado a su alrededor.
– Ha sido un varón – Dijo Glozelle.
Arneia cerro los ojos y dejo escapar su aliento junto con su esperanza siendo lo mas silenciosa que podía. El Príncipe heredero, Caspian, estaría muerto en cualquier momento.
– Los cielos nos han bendecido – Suspiro Miraz antes de volverse hacia Glozelle – Conoce sus ordenes General Glozelle.
El General inclino la cabeza – Si, Mí lord.
Se alejo por el pasillo. Arneia espero. Probablemente podía llegar al final del castillo sin que Miraz la viera, pero no quería correr riesgos.
Por fin, Miraz se alejo, caminando de vuelta por el pasillo, lejos de a donde ella se dirigía. Sin pensarlo dos veces, salio del rincón y corrió por el pasillo. Maldeciría si Miraz la veía. Ya la había visto, y creía que era un fantasma de sus sueños.
Corrió por las escaleras de caracol, afuera el patio del castillo estaba en silencio. Escalo las piedras y con equilibrio camino por el borde de la pared. Los guardias no se dieron cuenta de cómo ella junto con su capa azul marina caían de nuevo al suelo de las calle. Fue hacia donde había dejado al fiel Alrohar y lo monto. La gente se acumulaba en las calles para escuchar noticias del hijo de Prunaprismia, pero ella no espero por eso. Apretó los costados de Alrohar y fueron a través de la ciudad telmarina lo más sutil que pudo. Vio una figura curiosa, un jinete encapuchado saliendo del castillo, pero no le hicieron caso.
Tan pronto como vio que el puente estaba siendo levantado. Alrohar supo que le pedirían. Acelero el galope y salto pasando a los guardias que habían gritado sorprendidos.
– Vamos, Alro – Murmuro Arneia, su capa ondeaba detrás de ella mientras dejaban atrás la ciudad telmarina. Galoparon por las llanuras, a través del río y por el bosque. Detuvo a Alro una vez que estaban bajo el amparo de una colina.
– Esta bien chico, bien hecho– Le dijo mientras acariciaba su cresta. Alrohar resoplo con suavidad mientras ella miraba el castillo. Incluso desde allí podían oír los gritos de celebración, y de repente el cielo estaba iluminado por luces brillaban que explotaban en el cielo. Alrohar resoplo de nuevo despreciando la bulla y removió su cabeza. La dama se inclino hacia abajo y palmeo su cuello para tranquilizarlo.
– Así que paso – Dijo una voz junto a ella.
Miro a su alrededor, y se quito la capucha de la cabeza, revelando su rostro de dieciséis años, con pelo largo y rubio y ojos azules brillantes. A su lado estaba Vendaval, un gran centauro de piel oscura.
– Si, es un niño – Le contesto – Parece que la línea de Caspian ha terminado.
– Tal vez no – Agrego Vendaval, su voz estaba perpleja. Arneia frunció el ceño y siguió su mirada.
El Príncipe Caspian iba a través del río con su negro corcel Batallador. Cabalgando como si corriera por su vida, y se dio cuenta que, probablemente era lo que hacia. Una decena de guardias cabalgaban desesperadamente tras él.
– ¿Qué hacemos Milady?– Pregunto el centauro.
Mordió su labio – Lo seguiré a ver que pasa – Se decidió.
– No, déjeme ir – No estuvo de acuerdo Vendaval – No podemos correr el riesgo de que sea atrapada por los guardias.
Ella le sonrió ligeramente – No Vendaval, iré yo. No me quedare mucho tiempo, de todas formas iré mañana al castillo.
– ¿Por qué?
– Sin duda, mañana habrá un Consejo. Miraz tuvo un hijo y su sobrino, el príncipe heredero, desapareció. Debo estar ahí.
– Muy bien, pero ten cuidado Arneia – Suspiro el centauro y se fue galopando.
Vio como se iba, antes de que nuevos fuegos artificiales salieran del castillo.
Habían sido exactamente mil trescientos años desde el fin de la Edad de Oro. Había mantenido la misma edad durante cien años. Luego de que los Pevensie llegaran, pudo envejecer de nuevo. Pero, después de su desapareció, se hizo joven de nuevo, regresando a los dieciséis años que había tenido cuando Jadis empezó su gobierno. Seguía con vida por alguna razón desconocida, mientras, guiaba a los narnianos de alguna manera. Pero ella ya estaba perdiendo la esperanza…
Los Pevensie y Aslan se estaban convirtiendo en un mito para muchos narnianos, y ella no era suficiente prueba para que creyeran. Sin embargo, la siguieron. Aunque solo fuera porque era la más fuerte y la que más conocía mas las tierras, la siguieron. Ahora, era simplemente Arneia, la chica que no tenía edad, que sabía más sobre Narnia que nadie, que iba al castillo para espiar, que era demasiado grande como para creer en las leyendas. Pocos creían que ella era la Gran Dama. Vendaval era uno de ellos. Y ella quería mantener su creencia, siempre que pudiera.
Alrohar, su siempre fiel caballo, seguía junto a ella, inmortal. Arneia lo giro y galopo de bajado el camino de la colina.
No fue difícil seguir a los telmarinos. Ella había tenido que aprender a leer las huellas y seguir los senderos, y cualquier persona habría podido seguir aquel. Dirigió a Alrohar, llevándolo a través de los árboles. Pero de repente un ruido lleno a los árboles, los bosques, sus oídos. Alrohar se levanto en dos patas mientras Arneia estaba en shock. aferrandose a la silla. Era un sonido que conocía tan bien… Pero hacia mucho que no lo oía.
El cuerno de Susan.
No hizo caso a las protestas de Alrohar, y lo insto a seguir, hasta que se encontraron con un claro, donde empezaban las viviendas de los narnianos. El camino estaba obstaculizado. Y vio por que.
Caspian estaba siendo arrastrado por los pies a una pequeña casa por dos figuras, un tejon grande y un enano negro.
Detuvo a Alrohar bajo los árboles, para que no se asustara más. Las huellas de los telmarinos estaban por todos lados, pero no estaban ahí. Pero tampoco los había visto regresar. La verdad, estaba sorprendida de que llegaran a tal punto del bosque.
Miro hacia el claro, estaba vació, todo en total silencio. Dirigió a Alrohar hasta un gran trozo de madera, que ella sabia, era una puerta.
Bajo de la silla – Mientras estoy adentro, ¿puedes dañar las huellas un poco? No queremos que más telmarinos lleguen hasta aquí.
Él asintió, sacudiendo su cresta y galopando por el camino que habían recorrido. Arneia fue hasta la puerta e inclinándose, suavemente toco varias veces.
Oyó pasos y la puerta se abrió ligeramente. Quien estaba detrás, la reconoció y abrió la puerta. Nikabrik, el enano, le dejo a ella la puerta para que la cerrara.
Entro, agachándose y cerrando la puerta con cuidado detrás de ella. Asintió fríamente hacia Nikabrik mientras pasaba junto a él, el enano señalo en silencio la habitación sin mirarla. Ninguno de ellos habían logrado alguna vez congeniar. Fue hasta donde Caspian se encontraba inconsciente en la cama. El tejon, Buscatrufas, estaba inclinado sobre él.
– Milady ¿Qué hace aquí? – Susurro él mientras terminaba de vendar la cabeza del príncipe.
Se agacho ligeramente – Lo seguía y me preguntaba como esta.
– Oh si, pobre muchacho – Respondió Buscatrufas – Tiene un golpe desagradable en la cabeza. Me pregunto quien es.
La dama suspiro. Por supuesto que él no sabia. Muy pocos lo hacían. Ella era uno de los pocos que se había acercado a los telmarinos para ver al Príncipe.
Buscatrufas bajo las escaleras. Ella se detuvo un momento y miro a Caspian antes de respirar profundamente y seguir al tejon.
– Eso no importa, todo lo que tenemos que saber es que es un telmarino, y que debimos matarlo cuando tuvimos la oportunidad – Refunfuño Nikabrik.
Arneia frunció el ceño con desaprobación hacia el enano, pero lo ignoro.
– ¿Dónde esta Trumpkin? – Pregunto, notando la ausencia del enano rojo.
Buscatrufas suspiro – Él se entrego para que pudiéramos traer al chico. La dama trago saliva con dificultad, por eso los telmarinos se habían ido.
– ¿Qué hay del… cuerno? – Pregunto con cuidado.
– Oh si – Dijo Buscatrufas interesado. Tomo un bulto de una silla y lo puso sobre la mesa. Quito a tela, revelando un perfecto cuerno color marfil. Arneia contuvo la respiración mientras lo veía más de cerca. Lo reconoció perfectamente: el león hecho en la boca, las iniciales "SP" grabadas en un lado. Sin duda, era el regalo de Susan, que había visto serle entregado por Papa Noel.
– Increíble – Dijo respirando.
– Solo es un cuerno – Murmuro Nikabrik. Ella mordió su labio para evitar fulminarlo con la mirada.
– Nikabrik, ¿Podrías ser más insensible? – Advirtió Buscatrufas – Es el cuerno de la Reina Susan "La Benévola" ¿cierto Milady?
Arneia asintió lentamente – Sin lugar a dudas. Me pregunto como el muchacho lo tenía…
– Sin duda, lo robo – Murmuro oscuramente Nikabrik.
– No lo creo – Argumento vagamente sin soltar el cuerno.
– Bueno, como sea, esta aquí – Dijo rápidamente el tejon.
– ¿Lo hizo sonar?– Buscatrufas asintió.
– ¿Qué hará? ¿Qué ayuda llegara? – Pregunto él.
Arneia se encogió de hombros – Nadie lo sabrá hasta que llegue, pero he visto lo que puede hacer. Podría tener el poder de traer ayuda de otro mundo.
– ¿Los Reyes y Reinas?– Pregunto el tejon sin aliento, y el enano resoplo. Ella asintió. Tratando de no ilusionarse, no tenia idea de lo que podía pasar. Había visto al cuerno hacer cosas poderosas, pero nunca traer personas de otro mundo ¿Podría hacerlo?
– Tal vez, o incluso Aslan– Dijo – Pero no podemos hacer nada mientras tanto.
– Entonces ¿Qué haremos Arneia? – Pregunto Nikabrik
– Mantén esto a salvo – Murmuro regresándole el cuerno a Buscatrufas – Pregúntale a C… al muchacho sobre como lo consiguió cuando se despierte, sean gentiles. – Creo que tenemos que hacer un consejo.
– ¿Prado Bailarín?– Sugirió Buscatrufas.
–Claro ¿Crees que puedan reunir a los narnianos?
Nikabrik asintió – Y ellos les dirán que lo tenían razón al querer matar al niño.
–¿Y usted Milady?– Dijo el tejón, haciendo caso omiso del enano.
– Regresare a Beruna, pero por poco tiempos– Les aseguró. – Y veré si puedo encontrar a Trumpkin.
Todo estaba pasando tan de repente, Caspian, el cuerno, los planetas… Pero ella había estado esperando mil años. Estaría lista para lo que viniera.
YEEE El primer capt *-* Espero que les guste. Tuve que buscar mi libro del Príncipe Caspian para ver que asdfg era "Dancing Lawn" En español Prado Bailarín xd, de verdad q no recordaba eso…
Revieeeews!
