estos personajes no me pertenecen... son propiedad de kurumada... y TLC solo la loca historia es de mi propiedad

Ella

¡Bueeeenoooooos días Grecia!… "cinco minutos para marcar las siete de esta hermosa mañana de lunes, su amigo el Centauro dorado hoy en cabina se despide y los dejo con esta hermosa canción para que comiencen el día con energía y a escuchaarr Sixpence None The Richer — There She Goes que tengan un lindo dia..."

Su programado radio despertador la levanto temprano, se masajeo su cabeza, tomó sus lentes y a paso lento se acercó a la cocina, pasó un poco de café y una tostada mientras rápidamente se metía a la ducha y se mudaba de la forma más presentable que podía, cepilló sus largos cabellos verdes y sonrió ante el espejo, hoy era un día especial, su mejor amiga Marin le había conseguido por fin trabajo en un súper de la cuidad—propiedad de los Acuarios y Escorpio S.A las familias más adineradas del país—acababa de salir del colegio, era aún una chiquilla soñadora e inexperta, salió junto a su amiga que ya la esperaba y tomaron el autobús, un viaje de veinte minutos las esperaba. Suspiró viendo a través de la ventana mientras cuando finalmente salía de los suburbios más alejados, aquellos donde las personas más humildes salían temprano de sus casas para poner un poco de pan en su mesa, se sentía afortunada de que su amiga fuera la novia del jefe de departamento, y pudiera trabajar con gente tan destacada, por lo menos no sería una mucama o una niñera. Abrió el camafeo que colgaba en su cuello y lo besó, dentro la foto de su madre la acompañaba, estaba lista para comenzar otra etapa de su vida.

… … … … …

El

I'm radioactive…Radioactive

ohohohohohohohoh

I'm radioactive…Radioactive

I raise my flag and don my clothes…

Las notas de imagine dragons y su canción favorita Radioactive, lo hizo buscar torpemente su celular para callarlo, se levantó tarde como todos los días desde que había vuelto de Canadá con la mitad de su carrera incompleta, odiaba viajar a Grecia, su verdadero hogar, pero ya no soportaba estudiar, él no estaba hecho para eso, alborotó sus azulados cabellos y abrió las ventanas de su enorme alcoba, dejo entrar el sol por un rato y decidió salir a correr.

Se cambió y bajó a desayunar, encontrándose en su gran dilema diario, escoger entre un omeleth o algún platillo exótico tropical preparado por las agiles manos de sus empleados—que fastidio—se decidió entonces por un tazón de cereal, pero antes del primer bocado, su celular sonó de nuevo recordándole el compromiso que tenía con su padre, bufó, termino de comer para tomar su lujosa motocicleta y partió hacia Acuarios y Escorpios S.A.

… … … … … …

El destino...

— ¿Nerviosa?—Pregunto la pelirroja, comiendo una barra de cereal.

—Algo... sabes que nunca he trabajado — contestó con una enorme sonrisa la peliverde

— ¿Ya te comente que ahí trabaja mi novio?—cuestionó para alivianar los nervios de su amiga.

—Seee, como diez veces Marin—contestó rodando sus ojos— y que se llama Aioria, es el jefe de planta y tiene veinte años ¿algo más que no incluiste?—preguntó clavando sus esmeraldas en los achinados de su amiga.

—Oyeee — punzó sus costillas— también tiene un hermanito que es súper tierno se llama Regulus— dijo mientras la codeaba.

—Si Marin, pero sabes que no quiero saber nada de hombres aun—suspiro.

—Lo siento Shaina… pero debes de tratar de olvidar al patán de Seiya es un inútil— cruzo sus brazos.

—Lo sé Marin… lo sé—susurro, su amiga la observó con tristeza.

… … … … ….

—Jovencito… llegas media hora tarde ¿qué tienes que decir en tu defensa?—pregunto un hombre de cabellos azules y mirada afilada que esperaba recostado en la puerta de un supermercado.

— ¿Cambio de horario?—levantó sus hombros mientras se aproximaba— vamos papá, hace unos días volví de américa ¿que acaso no puedo enredarme un poco?— su padre negó con su cabeza.

—Señor Kardia, los informes de la semana—interrumpió un castaño ojos verdes, entregándole unas hojas al mayor.

— ¿Gato? No puede ser… ¿desde cuando trabajas acá?—pregunto el joven peliazul brindándole un abrazo

—Desde que tu mejor amigo multimillonario se fue a estudiar administración al otro lado del mundo y se olvidó que el internet es un medio de comunicación—ambos rieron—tu padre necesitaba un jefe de departamento y ya sabes quién mejor que yo— sonrió orgulloso.

El viejo solo reía al escucharlos—Aioria, necesito que hoy tengas a Milo como tu asistente—interrumpió la amena charla de los más jovenes— que aprenda algo, para eso te mande a llamar—señaló a su hijo— como veras el negoció cada día va más grande y hablando de eso ¿Cómo le va a Camus con el área de cajas?

—Bien señor Kardia, ya se encarga de todo el solo, usted sabe cómo es el señor Degel de exigente con su único varon— sonrió

— Un momento ¿estamos hablando de Camus? ¿El sabelotodo?— rio el joven peliazul.

—El mismo, deberías aprender de él—reprocho su padre— por lo menos le pone interés a los bienes de su familia—el joven peliazul rodo sus ojos con fastidio.

—Él siempre ha sido así—respondió Milo.

—Por dicha… y felicidad de su padre… en fin —espetó su padre, luego tomó las hojas molesto y se encamino hasta la oficina, antes de entrar giró de nuevo hacia ambos jóvenes— ¿Aioria hoy tienes la entrevista con la chica nueva que me recomendaste ?— el castaño golpeó su frente—Me avisas como te fue, sabes que estamos urgente de personal contrátala de inmediato, hay mucho por hacer—el chico asintió.

… … … … … …

De pie frente al enorme supermercado Shaina suspiraba nerviosa, de repente el brazo de amiga la guio hasta la puerta que tenía un letrero de "RECURSOS HUMANOS"

—Tranquila mujer, ya verás que Aioria es muy buena persona, además de guapo e inteligente y…

—Basta Marin, solo me pones más nerviosa—dijo soltándose del brazo de su amiga.

—Bien te dejo, por favor me vas a buscar apenas salgas, tengo que marcar mi entrada estaré en la caja seis—dio un beso en la mejilla de su amiga acompañado de un fuerte abrazo, se despidió y se adentró por otro lado.

… … … … … … …

—Oye gato… ¿esta es tu oficina?—preguntó el peliazul dejándose caer en un sillón, luego reparó en la máquina de café expresso—Wow tienes café, pareces todo un ejecutivo—pero su amigo lo ignoraba revisando el pequeño currículo de Shaina.

—Milo…—dijo captando la atención de su amigo— sal y dime si vez alguna chica cerca y la haces pasar—el peliazul subió sus hombros y abrió la puerta. Del otro lado una chica de cabellos verdes le daba la espalda.

—Hola… ¿buscabas algo niña?—cuestiono al ver la pequeña altura de la joven.

—Ah… hola…¿El señor Aioria Leo?—preguntó girando y mordiendo su labio nerviosa.

Un minuto de silencio—si claro… pasa…—reaccionó, detrás de unos transparentes lentes, unos enormes ojos verdes y una sonrisa inocente lo recibieron—él es…está dentro— tartamudeo, la joven pasó a su lado y se adentró en la oficina.

Aioria hablaba por teléfono y se levantó ofuscado, tapo el celular contra su pecho observando a su amigo y la nueva chica —ya regreso espérenme acá—sonrió cerrando la puerta, dejando los dos jóvenes dentro.

Shaina se había sentado en uno de los sillones frente al escritorio, y mientras esperaba tambaleaba sus dedos en el recuesta brazos, Milo por otro lado se recostaba contra la pared sin perder de vista la joven.

— ¿Así que… vienes para una entrevista también?—pregunto la peliverde para romper el hielo, Milo se dignó solo a asentir—ya veo… ¿Cómo te llamas?—continuo, un poco incomoda por el silencio del joven que no dejaba de verla.

—Milo Es… Esparto—sonrió, sentándose en el otro sillón— ¿Cuántos años tienes?—preguntó ahora el peliazul.

—Acabo de cumplir dieciocho—sonrió.

Milo estaba fascinado con su presencia, su delgado cuerpo bajo esos jeans medio apretados y esa camiseta rosada, sus labios un poco gruesos, su cabello verde suelto y rebelde y esas esmeraldas que lo repasaban de vez en cuando.

— ¿Cómo te llamas?—cuestiono el peliazul, aun si poder quitarle sus azulados ojos de encima

—Shaina… Shaina Granchio—contestó acomodando con un dedo sus gafas—deje de verme me pone nerviosa.

El joven se disponía a decir algo pero la puerta se abrió, casi de un salto jalo a Aioria hacia afuera y lo coloco contra la pared.

—Por lo que más quieras no digas quien soy…— rogó.

— ¿Qué rayos te pasa Milo?—pregunto el castaño zafándose del agarre.

—Haz de cuenta que soy otro empleado… por favor… por favor…— rogaba con sus manos juntas.

—Ya… ya…está bien no te pongas de patético— sonrió— ¿te conoce acaso?—el peliazul negó.

—Es bella…y no digo bella como todas con las que he andado… ella es diferente, casi como inocente, quiero conocerla sin que mi apellido sea una razón para ser aceptado—Aioria estaba asombrado, su amigo siempre había sido un mujeriego innato desde que estaban en el instituto, alegaba su procedencia y le encantaba humillar a los demás, algo había pasado y sin querer estaba a punto de ser cómplice del peliazul.

El castaño caminó de nuevo hacia la oficina, sonrió a la joven, la observo con detenimiento, no era el tipo de Milo, definitivamente, no era una supermodelo ni una extravagante o extrovertida chica, era todo lo contrario, de verdad inocente, pequeña, delgada, casi intelectual con sus lentes, sacudió sus rizos castaños y comenzó la entrevista.

… … … … …

El señor Escorpio analizaba las estadísticas junto a su amigo Degel en su oficina, de repente unos suaves golpes y luego una desordenada melena interrumpieron la reunión y lo asombraron.

—Si es dinero sabes que tu mesada no ha llegado Milo — espeto sin dejarlo hablar.

—Papá…no es eso… ¿puedo pedirte un favor?—pregunto sentándose en la única silla desocupada, justo enfrente de su padre.

Kardia levanto ligeramente la ceja, dejó a un lado los papeles y prestó toda la atención a su joven hijo, lentamente asintió.

—Quiero trabajar...— una sonora carcajada de parte de los dos mayores hizo que el peliazul rodara sus ojos fastidiado—es enserio papá, quiero trabajar con Aioria, en la planta.

—Hijo si tu abuelo estuviera vivo, moriría de nuevo es este momento— rio el mayor.

—Me alegra que quieras al fin tomar lugar en el negocio Milo—sonrió Degel—Kardia por el amor a Dios, tu hijo quiere trabajar y tú lo desmotivas.

—Bueno, bueno…—dijo ya tranquilizándose el mayor.

— ¿Y?—pregunto ya impaciente el peliazul— me dejaras trabajar o comenzaré a creer que tu gusta mantenerme—exclamo obteniendo una mirada de reproche de su progenitor.

—Esta bien, que Aioria te ubique, ahora lárgate de aquí y vete a trabajar— Milo ensanchó su sonrisa—y Milo, una cosa mas espero que no sea algun capricho tuyo—negó con su cabeza y salió apresurado a buscar a Aioria.

… … … … …

—Así que Shaina ¿verdad?—la chica asintió—bien en estos momentos estamos necesitando de personal en todas las áreas, veras hay carnicería, mercadería general, cuidado personal ¿tienes experiencia en algo de eso?—pregunto el castaño, Shaina suspiro y negó con pesar—Está bien linda… la experiencia no se trae—sonrió— eres la amiga de Marin ¿cierto?—ella sonrió y asintió—bienvenida a Acuarios y escorpio S.A solo llena este formulario y Marin pagara los intereses—dijo divertido.

Shaina frunció el ceño, de verdad que Marin tenía un buen novio, lleno las pocas preguntas y entrego las hojas al castaño.

—Bien, ahora acompáñame—dijo señalando la puerta— te daré tu gabacha y un gafete de entrenamiento, comienzas ahora mismo.

Saliendo de la puerta se encontró con el peliazul de brazos cruzados con una enorme sonrisa, Aioria levanto una de sus cejas conocía esa expresión de travesura.

—El señor Kardia me dijo que usted me ubicaría en alguna área de trabajo señor Aioria—exclamó al fin el peliazul, Shaina sonrió, el misterioso muchacho seria ahora su compañero de trabajo, por lo menos era divertido, un poco raro pero había sido simpático con ella.

El castaño no cabía en el asombro, Milo llamándolo señor Aioria, sería su jefe, esto era increíble, observo a la chica y le coloco una mano en su hombro— ¿nos disculpas un momento linda?—pregunto llevando a rastras al peliazul a su oficina, cerró la puerta con seguro y lo sentó en el sillón.

— ¿Me puedes explicar que rayos significa esto?—pregunto Aioria cruzándose de brazos frente a él—por qué no se si lo has pensado, pero la mayoría de los que trabajan aquí saben quién eres—el peliazul sonreía—Milo esto es enserio, no juegues—el semblante de Milo se oscureció por un momento.

—Ya gato… esto es muy serio, quiero trabajar—dijo con una seriedad increíble.

Una sonora carcajada hizo respingar a Shaina que esperaba fuera, luego un auchhh igual de sonoro.

—Está bien… está bien—dijo sobándose el brazo el castaño—pero recuerda que eres MI empleado ahora, así que tendrás que obedecerme si no pondré quejas a tu padre ¿entendido?— Milo asintió.

—Tampoco te abuses… dame la maldita gabacha y ponme a trabajar—espeto saliendo de la oficina.

La chica los observaba divertida, negaba con la cabeza y caminaba detrás de ellos.

… … … … …

Una breve introducción al uso de las marcadoras y las etiquetas de precios en mercadería general y estaban listos para comenzar.

Shaina estaba fascinada, todo era tan maravilloso, su primer trabajo cerca de su mejor amiga dela infancia y ahora del simpático chico peliazul, que igual que ella no sabía absolutamente nada de precios ni marcas.

Pasaron la tarde, tratando de acomodar unos set de camping en la entrada del súper, desde las cajas registradoras Marin observaba asombrada, el hijo del dueño armando una exhibición con su amiga y manteniendo la charla más amena que jamás habría imaginado, de repente unas manos taparon su mirada distraída luego un rápido beso

—Aioria…—exclamo la pelirroja— me vas a matar de un susto

—Lo siento hermosa, ¿viste?— señalo la pareja.

—El hijo del jefe… pero no sé qué me debe aterrorizar más si el hecho que esté trabajando o que esté teniendo una charla civilizada con una mujer, con mi mejor amiga para especificar—sonrió.

—Ahora es un compañero más… no le digas a tu amiga que es el hijo del jefe…

— ¿Alguna razón en especial?

—Tu amiga… parece que le interesa

—Aioria, sabes que Milo es un mujeriego… ¿cómo pudiste permitir que? aghhh… si le daña el corazón te juro que olvidaré que es un eEscorpio y le patearé los hue…— el castaño la calló con un beso

—Lo se mi cielo… yo lo estaré vigilando, te lo prometo— dijo haciendo una cruz sobre su pecho, Marin le sonrió.

… … … … …

— ¿Así que eres de Italia?—pregunto sosteniendo la pila de cajas.

—Así es ...— contesto— cuando quieras te puedo enseñar unas cuantas palabras—sonrió—¿capisci?

—Creo que si — sonrió el peliazul—terminemos esto, que ciento que Aioria nos va a regañar—ambos asintieron.

Milo la observaba de reojo y de vez en cuando sus miradas se cruzaban, el peliazul se preguntaba como nunca había podido dedicarse a una mujer, tantas chicas lindas y adineradas pasaron por su cama, tantas otras a las que rompió sus corazones y ahora llegaba esta italiana, a la que acababa de conocer y no le importaba si él era o no un chico multimillonario, simplemente era su compañero de trabajo.

Shaina trataba de disimular pero no podía evitar verlo espiarla de reojo, sonreía, él era diferente a los demás, no era un chico ordinario, su porte, su forma de hablar, esa seguridad al acercarse a ella, era sin duda simpático, seguro de su mismo, educado, y ella una chica sin gracia, flacucha y desalineada y cuatro ojos, sacudió su cabeza acomodó y sus lentes como muchas veces cuando se sentía nerviosa de repente ambos se observaron y sonrieron.

Pasaron toda la mañana entre pláticas divertidas y trabajo apresurado, Milo jamás había socializado con una mujer, tal vez no así, siempre su posición social le permitía obtener privilegios a su antojo, por otro lado estaba Shaina, su anterior relación había sido un completo desastre, su exnovio era el jefe de una pandilla del barrio donde vivían, y estuvo a punto de ser devuelta a Italia donde su abuela por su padre, ambos estaban en una situación extraña, pero hermosa, por primera vez habían estado con una persona que no juzgaba su vida, eran solo "Milo y Shaina, empleados de Escorpio S.A" , continuaban trabajando hasta que sin darse cuenta el reloj marco las cuatro de la tarde.

—Bueno chicos—interrumpió Aioria— es todo por hoy los espero mañana a las siete, Milo—especifico—siete no nueve—el peliazul chasqueo la lengua y entrecerró los ojos, ganándose un codazo de su ahora amiga peliverde.

Salieron hasta el parqueo y se quedaron por primera vez en el día en silencio, con sus manos en la nuca Shaina dio un paso al frente y sonrió.

—Supongo que te veré mañana…— dijo finalmente.

—Espero que si—rio el peliazul— ¿en qué te iras?—preguntó levantando una ceja al verla que no se dirigía a ningún lugar del parqueo.

—Creo que esperaré el auto bus junto a...

—Si quieres te puedo llevar…—interrumpió dándole el casco de la moto, Shaina lo tomó, pensó en su exigente padre y sonrió — ¿esa sonrisa es un sí?—ella asintió lentamente—entonces vamos. La llevo al estacionamiento hasta su hermosa motocicleta, montó y le hizo señas para que también subiera, le colocó su casco con suavidad y arranco el vehículo.

Shaina se sujetó fuerte del peliazul provocándole una enorme sonrisa—tranquila, no te voy a botar—partieron con el sol de la tarde sobre sus espaldas y bajo la mirada del castaño que solo negaba con una sonrisa.

… … … … …

— ¿Aioria has visto a Shaina?—preguntó preocupada Marin.

—Creo que Milo la fue a dejar… ¿por qué?—pregunto al ver la cara de espanto de su novia.

—Su padre la va a matar…—contesó cruzando sus brazos.

—Vamos hermosa… veamos el lado bueno—le dijo mientras la abrazaba por la cintura.

— ¿Cuál?

—Tenemos mas tiempo para nosotros—sonrió mientras la llevaba hacia su auto y depositaba un suave beso en sus labios.


continuara...