Todo comenzó una noche fría en la mansión Hellsing, Walter se encontraba en la cocina recogiendo la mesa luego de una suculenta cena que había preparado como todos los días para los gansos salvajes e Integra.
No se había sabido nada de Alucard durante días, ya que no se había presentado ninguna misión en la que se necesitará de el, y es que Serás Victoria y el capitán Bernadotte tenían todo bajo control.
Mientras tanto integra se encontraba en su oficina revisando una pila de papeles de unos 10 centímetros de altura, con los ojos entre cerrados por el cansancio, ya estaba comenzando a cabecear cuando de pronto una sombra se materializo en la esquina más oscura del cuarto, la cual comenzó a tomar la forma de un hombre alto y esbelto, de cabello negro cual carbón, y traje rojo como la sangre. Lentamente comenzó a acercarse a ella, Integra no se había ni percatado de la presencia del vampiro hasta que este le hablo.
-Hola, condesa- susurro sensualmente en su oído derecho. Integra se estremeció bruscamente al percibir el frio aliento del vampiro tan cerca de su cuello.
-que quieres Alucard?-pregunto ya mas despierta por el susto que su sirviente le acababa de dar.
-qué? Acaso no puedo simplemente venir a saludar a mi querida ama y preguntarle cómo le ha ido el día de hoy?-pregunto con picardía.
-(mmmm….. seguramente estaba aburrido y solo vino a fastidiar mi noche para entretenerse…)-pensó Integra.
-no…. De hecho he venido simplemente por el inmenso placer que me proporciona su compañía, y estoy seguro que ha usted también- sonrió perversamente mientras posaba sus manos sobre los hombros de integra.
-ya te he dicho un millón de veces lo mucho que detesto que leas mis pensamientos- dijo con fastidio y cansancio en la voz.
-te vez realmente cansada mi condesa…. Esos inútiles de la mesa redonda te dan más trabajo del que 3 humanos pueden hacer en un día.
-lo sé, pero que se le va a hacer? Soy la ama y cabeza de la organización Hellsing, es mi deber hacia la reina y mi país hacer mi trabajo a la perfección.- dijo finalizando con un profundo bostezo.
-aun así, deberías descansar por hoy mi ama, tanto trabajo acabara matándote
-no, no y no!-gruño la rubia, seguido de otro bostezo.
-en ese caso, mínimo permítete un pequeño descanso… que te parecen unos… 30 minutos? Estás de acuerdo ama? – le dijo el vampiro de la forma más convincente que la rubia hubiera escuchado.
-mmmmm, de acuerdo…
-bueno, y ahora que está en su pequeño descanso… que le parece si le doy un pequeño masaje para relajarla?- dijo con un toque de malicia en su voz.
-no lo sé… das buenos masajes?
-los mejores…-dijo sensualmente el pelinegro.
-aaaaaah, de acuerdo pero más te vale que valga la pena-amenazo la rubia mientras relajaba los hombros.
-por supuesto, mi ama-respondió el vampiro con un brillo malicioso en su sonrisa y su mirada, fue entonces que sorpresivamente cargo a integra de la silla y la transporto en un abrir y cerrar de ojos en su alcoba, la joven no tuvo ni tiempo de replicar cuando su demoniaco acompañante la recostó boca abajo sobre la cama y le quitaba los zapatos y calcetines masculinos.
-QUE DIABLOS ESTAS HACIENDO?!- grito finalmente integra fuera de sus casillas.
-es necesario, para el masaje- se defendió Alucard con un tono de inocencia obviamente fingida.
-NO! ESTO NO ERA LO QUE ESPERABA!-refunfuño
-tal vez no lo que esperaba mi ama, pero si lo que necesita, le prometo que no la defraudare-respondió el pelinegro nuevamente endemoniadamente convincente.
-grrrrrrr….. Bien! Pero más te vale que sea algo inolvidable! De lo contrario te llenare toda tu maldita cara de balas de plata bañadas en agua bendita!-grito ella al momento de recostar su cabeza de lado sobre la mullida almohada de su cama.
-lo que ordenes-finalizo el vampiro con su sonrisa todavía más grande de lo normal, fue entonces que arrodillándose, tomo el pie derecho de integra y comenzó a masajearlo de manera realmente exquisita, integra comenzó a apretar las sabanas son las manos, realmente debía admitir que ese vampiro no le mintió cuando le prometió un buen masaje, mientras tanto Alucard comenzó a masajear sus dedos uno por uno y entre ellos, luego la planta entera del pie, el talón, y el tobillo.
Una vez finalizado, siguió con el pie izquierdo, y procedió a hacer lo mismo con el, integra se encontraba sumida en un estado de sumo placer.
-Valla Alucard! Debo admitir que ralamente sabes lo que haces!- reconoció la rubia
-gracias mi ama, pero sabe? Esto no es absolutamente nada….
-a no?-pregunto sumida en sus sensaciones de gozo
-no, de hecho, me atrevería a decir que yo podría hacer que usted tocara el cielo con los dedos, pero no podría, claro ,a no ser que usted me dé su permiso…- susurro sensualmente mientras seguía consintiendo los pequeños dedos de Integra.
-bueno, tienes mi consentimiento, pero cuidadito y te quieras pasar de la raya vampiro!-amenazo débilmente, al instante ya se encontraba boca arriba y el vampiro le estaba quitando los pantalones y el saco.
-pero que mierda crees que haces?!
-Es para el masaje ama, le prometo que no haré nada que usted no desee.
-…mmmmmm…. Te estaré vigilando maldito chupasangre!...-sentencio Integra, cuando en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba nuevamente recostada boca abajo, igual que hacía apenas unos instantes, solo que con la diferencia de que ahora se hallaba solo en ropa interior, llevaba un sostén negro y unas pantis de igual color, sintió instantáneamente como su cara se ponía de un rojo intenso.
-(mierda! Seguramente lo hiso solo para verme el trasero, maldito pervertido chupasangre! Porque mierda es tan condenadamente convincente y ….. y….)
-y apuesto mi ama?-sonrió el vampiro, pero justo antes de que la rubia le contestara, comenzó a masajearla desde el tobillo a la pantorrilla, lo hacía tan bien que simplemente olvido lo que le iba a decir, de un momento a otro comenzó a sentir como la masajeaba con sus dos manos en cada pierna, pero al mismo tiempo!, inmediatamente se le vino a la mente la imagen de un Alucard con cuatro brazos, lo cual le dio una ligera sensación de gracias y miedo.
-si quiere puede voltear…-propuso el vampiro con gracia
-no, así estoy perfectamente bien-respondió una integra muy complacida.
Alucard mientras tanto, comenzó a subir sus manos hasta el poplíteo de Integra (parte posterior de la rodilla), lo cual hiso que la rubia se estremeciera repentinamente y soltara un pequeño y casi inaudible gemido, el cual ahogo al instante al notar la ligera risa del vampiro, fue entonces lentamente paso de ahí hasta las nalgas. Eso ya era demasiado! El mal nacido aprovechado se estaba pasando, pero antes reprocharle cualquier cosa el hablo:
-no se preocupe ama, como le dije desde un principio, es solo un simple masaje, soy su fiel sirviente y esclavo, no me atrevería a hacer algo que usted no desee…-se apresuro a decir, el muy desgraciado tenía el don de convencer a cualquiera!
-solo por esta vez te lo paso Alucard…-respondió seriamente Integra, tratando de ocultar lo apenada que se hallaba.
Alucard no tuvo que responder, el simplemente se dedico a continuar con su trabajo. Comenzó a masajear sus glúteos lenta pero firmemente, esta vez ya sin sus dos manos de sobra, Integra comenzó a sentir como ligeros choques eléctrico pasaban por todo su cuerpo, ese hombre era realmente magnifico!, se empezaron a amontonar infinidad de sensaciones casi totalmente desconocidas para ella, casi puesto que ella, aunque nunca lo quisiera admitir, había fantaseado más de una vez cuando creía que nadie la veía ( al decir nadie se refiere obviamente a Alucard) que ahora descaradamente la manoseaba por encima de la ropa interior, el cual mientras mas leía sus pensamientos, más duro sentía aquello que comenzaba a crecer entre sus piernas, casi inevitablemente, y es que su mayor pasa tiempo durante casi todas las noches era espiar a Integra disfrazado de sombra en una esquina desde que ella era adolecente.
Mas de una vez la había visto auto complacerse a sí misma, deseando con todo su maldito ser que sus dedos algún día tocaran donde ella tan sensualmente se tocaba, se quedaba observándola calladamente y leyendo sus pensamientos en aquellos momentos, en los cuales para su aun mayor placer, el siempre era el protagonista.
La veía gemir débilmente, con la respiración agitada mientras que en uno que otro momento se le escapaban de sus vírgenes labios su nombre, Alucard, cuando el oía eso, unas ganas endemoniadamente grandes por subirse arriba de ella y poseerla salvajemente lo invadían, pero al pensar en el rechazo inminente de ella se detenía en seco, apretaba los puños con fuerza y seguía observando hasta que ella por fin terminara, y una vez pasado eso, el inmediatamente se desvanecía, y aparecía en su habitación al final de las mazmorras de la mansión, donde el se sentaba en su gran silla, pensativo, y fantaseando con lo que pudo haber hecho, y las consecuencias que puedo haber tenido, así fue por tanto tiempo…
Pero ahora la tenia frente a él, recostada y con sus atributos casi completamente al descubierto, fue ahí que decidió que, aunque había prometido que ese solo sería un pequeño e inocente masaje, no iba a perder la oportunidad de al menos intentarlo.
Continuo masajeando sus nalgas, cada vez mas sensualmente, y acercando cada vez más sus dedos a aquella zona tan intima de Integra, la cual en esos momento se hallaba en un predicamento.
-(mierda! Ahora que hago? Debo decirle que pare todo esto!, pero…. Se siente tan bien… NO! El es un monstruo! Lo único que ara es aprovecharse de mí, y luego largarse para tacharme en su lista de conquistas…)-pensó ella
-nunca aria algo como eso ama, usted no es como ninguna de las mujeres que he conocido en toda mi no vida!, usted….no, tu…. Integra, eres la mujer más magnifica que he tenido el placer de conocer, tu y solo tu…. Mi condesa-ronroneo Alucard repentinamente en el oído de Integra, la cual no supo cómo reaccionar, por un lado se encontraba sumamente furiosa por la poca privacidad que tenía en sus propios pensamientos, por otro, sentía la imperiosa necesidad de entregarse al conde, y por otro sentía una culpa inmensa, solo de pensar lo que su padre diría si se enterara de eso… claro, si estuviera vivo, aquello le estaba empezando a remorder la conciencia, cuando de pronto bruscamente sintió como Alucard pasaba su lengua por toda su espina dorsal, del coxis a la nuca.
Ella no pudo evitar soltar un fuerte gemido, cuando de pronto sintió a su sirviente en su oído:
-olvídate de eso Integra, olvídate de tu trabajo, de los de la mesa redonda, de la Reyna, de tu país, de todo, al menos solo esta noche, permítete sentirte como cualquier otra mujer, y a mi permíteme sentirme como tu hombre, tuyo y de nadie más mi ama- y finalizando de decir eso lentamente metió su lengua en la oreja de ama, la cual soltó otro gemido, y sintió su cuerpo entero estremecer.
-está bien…. Solo por hoy…. Tienes mi completa autorizacio..!-no acabo de decir eso cuando sintió como el volteaba su cuerpo para recostarla boca arriba, solo para darse cuenta de que el muy desgraciado ya se había quitado el abrigo rojo, la corbata, la camisa blanca, y las botas de montar, únicamente tenia puesto el pantalón, con su cinturón.
-pero cómo? Cuando?!- pregunto asombrada cuando sintió una mano en su boca.
-shhhhhhhh!, ya se te olvido quién soy?-preguntó un poco divertido- soy Dracula! El rey de los no muertos!, y tu fiel Rey lacayo, hoy y siempre….- y terminando de decir esto acerco sus labios a los de ella, fundiéndolos lentamente en un beso casi casto.
Unió sus manos con las de ella, y entrelazaron los dedos, ahí estaban, al borde de hacer de las fantasías una realidad.
Continuara!.
