Disclaimer: Ni Lily, ni James, ni la señora Pince me pertenecen, ni nadie más que podáis reconocer. Y con esto y un bizcocho…
"Bola de Fuego Chino
Clasificación del MM: XXXXX
También llamado "dragón león". El único dragón oriental que existe tiene un aspecto especialmente llamativo. De escamas suaves y escarlatas, tiene una hilera de astas doradas alrededor de la cara, un hocico chato y ojos sumamente…-"
-¿Geraldine Perks…?- James se rascó la nariz con la pluma y frunció el ceño. Finalmente sonrió.-Cierto, la de la delantera.
"-…protuberantes."
Lily levantó la vista del libro que estaba leyendo, apenas a tres mesas de donde ella estaba sentada, James Potter apuntaba algo en un pergamino con la lengua entre los dientes. Tenía el trasero adelantado en la silla, a pocos centímetros de caerse al suelo, las piernas estiradas y apoyaba la cabeza en la mano izquierda.
Volvió la vista al libro, enfurruñada; estaba hasta las narices de los estúpidos trabajos de Proust, la pobre señora estaba ya entrada en años (y en carnes) y se le hacía muy pesado el tener que dar clases prácticas. Así que últimamente las clases de Cuidado de las Criaturas Mágicas las impartía en un aula semiderruida por medio de trabajitos en grupos más propios de una terapia de grupo que de un séptimo curso.
La ultima genial idea de Proust se titulaba: Los dragones, identifícate.
Y en eso estaba Lily, buscando información sobre las diez especies de dragones para ver cuál la favorecía más, todo eso con el maldito Potter de fondo.
-Jessica Pointer...
No es que Lily fuera cotilla, tampoco era excesivamente curiosa, ni metomentodo pero a veces, simplemente Potter era un pesado inoportuno con galas de mujeriego. Y eso a ella la sacaba de sus casillas... no porque la interesara personalmente, claro
-Clara Shrins… ¿Quién era esa?
"La prefecta de Ravenclaw, idiota…"
-Ah, claro. La prefecta…-Lily se volvió hacia James furibunda; el moreno estaba en ese momento con una amplia sonrisa en la cara y la mirada perdida.
Volvió a concentrarse en su libro, harta de de Potter, de sus eternas galas de Don Juan y sus aires de gallito. De su pelo desordenado y su sonrisa tramposa.
"El bola de fuego se ganó ese nombre por la llama con forma de hongo que sale de sus narinas cuando está enfadado. Pesa entre dos y cuatro toneladas, y la hembra es más grande que el macho."
-Melissa Robins.
"Los huevos son de un carmesí brillante moteado de amarillo dorado y las cáscaras, muy estimadas en la hechicería china. El bola de fuego es agresivo, pero más tolerante con sus congéneres que la mayoría de los dragones; algunas veces acepta compartir su territorio con otros dos bolas de fuego."
-Oh, por favor, cállate-. Murmuró Lily. Estaba bastante segura de que toda la Casa de Gryffindor elegiría al Bola de Fuego. Tenía todo lo que la mayoría requería: fuego, un sobrenombre relacionado con los leones, llamativo, escarlata y dorado. Pero ella, como siempre, no pensaba quedarse en eso. Había nueve dragones más, y haría lo que fuera para no coincidir con todos aquellos que no se molestaron en pasar del primer dragón, como seguramente haría Potter. Sobre todo por él.
Un crujido la hizo salir de sus pensamientos, observó la pluma; ahora rota. El pergamino en el que estaba tomando apuntes estaba prácticamente inundado de tinta, emborronado. Entre todos los borratajos se podrían leer fragmentos, palabras sueltas como: Peine, Potter, idiota, caraculo, egocéntrico, pelo, escoba, petulante, pedante, cargante, ignorante, arrogante y otras cuantas acabadas en "ante".
Mientras achicaba los ojos para distinguir algo entre cierto borrón especialmente tupido (estaba gratamente sorprendida por su vocabulario), alguien se la acercó por detrás y echó un leve vistazo al pergamino.
-Siento interrumpir, princesa, pero creo que se te ha olvidado poner "elegante".
Lily pegó un bote en el asiento.
-¿Qué haces aquí, Potter?
-Es que, me desconcentra que me estés mirando todo el rato, así no puedo trabajar.
Lily abrió la boca, estupefacta (anonadada, alucinada, pasmada, atónita), en ese momento sus neuronas habían entrado en un colapso, por lo que no pudo más que decir:
-¿Que hago qué?
-Vamos, pelirroja. Admítelo. Estás celosa por lo de la lista.
James la dirigió una mirada compresiva y se sentó a su lado en la mesa, la pobre Evans seguía sin admitir que estaba enamorada de él.
-Tú eres bobo. ¿Yo? ¿Celosa de ti? ¿De la lista?
James asentía contento, estaba a punto de admitirlo, lo sabía. Ahora si la pelirroja dejaba de reírse de manera histérica quizá le podría proponer pensar nombres para sus hijos. Tenía serias dudas, si era niña podía llamarse Cassiopeia, como su tía. Pero no quería que la pegaran en el colegio por su nombre, también había pensado en llamarla Eva, que era un nombre que siempre le había gustado. Pero Eva Potter… no quedaba del todo bien. Si era niño, podía llamarse Mark o Jerry. Pero tenía que ser un nombre que quedara bien como jugador de Quidditch.
-Espera, ¿qué lista?
-¿Eh?-Mierda, mierda, mierda-¿Qué lista?
-Has dicho que supuestamente estoy celosa por lo de la lista.
-Yo no he dicho eso, pelirroja. No te preocupes, a muchas chicas les pasa eso de distraerse cuando hablan conmigo.
-Seguro que las aburres. Ahora si no te importa, volvió hacia su pergamino y contempló el desastre que había armado por última vez. Sacó la varita y con un leve movimiento limpió el pergamino.
-Muy mal pelirroja, yo acabé el estúpido trabajo de Proust ayer.
-Lógico, no se necesita mucho esfuerzo para leerse sólo la primera página del libro.
-Desde luego, Lily…
-Evans.
-Desde luego, Lily-, dijo enmarcando su nombre con una sonrisa y un levantamiento de cejas- es asombroso como me menosprecias y subestimas, claro que sobreestimarme es imposible-. Hizo un gesto con la mano, como queriendo decir que superaba cualquier tipo de expectativa. Lily no pudo evitar añadir en su cabeza a James haciendo el gesto de "porque yo lo valgo".- ¿Cómo has podido pensar que iba a elegir el Bola de Fuego? Yo soy mucho más atractivo.
Lily fue a abrir la boca para replicar, pero James se lo impidió con un gesto de cabeza.
-Y si me permites que te lo diga, princesa. Te pega mucho más el Opaleye de las Antípodas.
Lily se indignó, no tenía ni la más mínima idea de cuál era el Opaleye, pero eso de que rimara con Popeye era muy sospechoso. Aprovechando que tenía la varita en la mano la colocó apuntando al pecho de Potter. El chico que se limitó a levantar una ceja y a rezar porque la pelirroja no le apuntara a la cara, la miró interrogante.
-Mira, Potter. No tienes ni idea de cómo soy, así que; si no te importa, vuelve a tu mesa y déjanos en paz a todos de una vez.
-Es cierto, Lily. Apenas te conozco, pero ¿acaso me conoces tú a mí? Parece ser que me odias, ya me he dado cuenta de eso. Pero apuesto mi escoba- Lily abrió la boca, levemente sorprendida. ¿James Potter apostando su escoba? Debía haber traído la cámara.- a que no sabes pensar en 10 cosas que odies de mí, porque ¿sabes que pienso? Que en realidad no me odias.
En un rápido movimiento James arrebató la varita de las manos de la chica y la balanceó ante sus narices.
-No,señorita, no-, dijo mientras acompañaba sus palabras con el movimiento de la varita. Casi haciendo que Lily se mareara.-Lo que pasa es que me adoras y estás loquita por mis huesos, pero no lo admites porque eres una cabezota.
Apoyó la punta de la varita en la nariz llena de pecas de la prefecta, provocando que ésta se quedara bizca.
-¡Eres un completo idiota!-le arrebató la varita de un manotazo y empezó a recoger todos sus pergaminos, dando la espalda a un desconcertado, pero sonriente James.
Cuando hubo recogido todas sus cosas, se dirigió a la salida.
Por lo menos no lo ha negado.
Corrió tras ella.
-¡Lily!-la agarró del brazo intentando recuperar el aliento.
-Evans-. Contestó ella sin volverse.
-Entonces lo de la lista…
Le miró hastiada y se deshizo de su brazo de un tirón.
-10 cosas, Lily. Únicamente 10 cosas y te prometo que te dejo en paz.
Suspiró interiormente y le tendió la mano.
-Trato.
Él se la estrechó, disfrutando el contacto. Acarició con el pulgar uno de sus nudillos. Ella apartó la mano furiosa.
-10 cosas Evans, no creo que seas capaz-. Se volvió al oír al chico gritar mientras salía de la Biblioteca. James Potter, petulante pedante, cargante, ignorante, arrogante…
-¡James Potter! ¿Qué son esos gritos en mi Biblioteca? 5 puntos menos para Gryffindor.
-Pero profesora, sólo estaba preocupado por la señorita Evans y sus deberes de Pociones. ¿La tengo de profesora sabe? Es una chica fantástica y una gran maestra. Encantadora, a decir verdad. Algún día me casaré con ella.
-Como no se calle le echo de la Biblioteca, señor Potter.
…y elegante.
"Aunque puede comer casi todos los mamíferos que se conocen, prefiere cerdos y seres humanos."
Pues esto es todo. ¿Qué os ha parecido? Creo que en total serán 10 capitulines más o menos así de cortos. No sé cuánto tardaré en actualizar pero procuraré ir más rápido que en el de Porque no pueden evitarlo, aunque eso es muy fácil.
¿Qué os parecen? No sé si me habrán quedado creíbles, es que tengo deformación fanfictional, creo. Ya no veo a los personajes como en los libros, me los tengo que rerereleer. Bueno, que me estoy enrollando y nadie se lee los rollos de final de capítulo.
Acepto (y espero) reviews con ánimos, y bueno, también me podéis decir si esto es una completa abominación.
Coco.
