Hola chicos! Como verán hoy comienzo con esta nueva historia, sé que tengo una pendiente, pero me surgió de repente la historia y no pude resistirme *.*
Me gustaría que me dieran su punto de vista de la historia... En si está basada en una idea loca que surgió en mi cabeza, pero también cabe decir que tomé parte de inspiración en Kaleido Star, a medida que lean se darán cuenta... También tengo que mencionarles que como en mi anterior fic, la música tiene mucho que ver el la historia y es que siempre que escucho música me nacen las ideas, es como mi inspiración
Sin más los dejo con esta nueva propuesta... ojala les guste... :D
Capítulo 1: El comienzo...
En un gran escenario tipo coliseo se pueden ver dos figuras en el centro, una masculina y una femenina, en los primeros puestos de este gran lugar se pueden observar tres personas más, la primera es una mujer de unos treinta y cinco a cuarenta años, viste con unos pantalones de tela negro que le quedan ajuntados de la cadera resaltando tanto sus piernas como su trasero mientras que en los pies lleva zapatos con tacones de color negro, para arriba lleva una blusa ajustada de color morada la cual resalta sus grandes pechos, su cabello rubio ceniza lo lleva recogido en dos coletas bajas y en su rostro se puede notar el poco maquillaje que trae puesto, a pesar de esto se ve hermosa, sus facciones son totalmente delicadas y femeninas, sus ojos son rasgados y de color miel, en ellos se pueden notar el orgullo con el que mira hacia el centro del escenario, una sonrisa ladina se asoma por sus labios. Al lado derecho de la mujer se encuentra un hombre de unos cincuenta años aproximadamente, en su rostro se puede ver seriedad, mira hacia el centro analíticamente, él viste unos pantalones de tela negro con franjas grises, una camisa blanca, un saco del mismo estilo que el pantalón y una corbata gris que le hace juego perfectamente con su traje y con su cabello, que de por cierto es del mismo color, gris, sus zapatos son de color negro, su rostro es varonil y guapo, a pesar de su edad, sus ojos son levemente rasgados de color negro, su semblante es serio. Al lado derecho de este hombre se encuentra un joven de unos veinticinco años muy parecido al él, tanto su pelo como sus ojos son iguales, su rostro es masculino y totalmente guapo, sonríe socarronamente como si supiera lo que va a ocurrir, aun así en su mirada se pueden notar interés y diversión, su semblante es un tanto juguetón, este viste unos jeans oscuros, una camisa de color verde oscuro recogida de las mangas y desabrochada dejando ver la polera negra que trae debajo, esta le queda ceñida dejando ver el marcado pecho del chico, este calza unas zapatillas de color verde. En el centro del escenario se encuentran estas dos personas mencionadas anteriormente, al lado izquierdo se encuentra un chico de aproximadamente quince años, lleva puesto unos short negros que le quedan levemente holgados, para arriba trae puesto una polera blanca sin mangas que le queda ceñida al cuerpo dejando ver su bien marcado torso y sus brazos, a pesar de su edad se puede ver que tiene buen cuerpo y es alto, de un metro setenta y siete aproximadamente, su cara es completamente apuesta y masculina, sus facciones son afiladas y un tanto delicadas, no al grado de ser féminas, sino lo contrario, sus ojos son de un verde aguamarina, totalmente hermosos, su cabello rojo lo lleva desordenado dándole un aspecto rebelde, en su rostro no se nota ningún tipo de sentimiento, es como si ocultara totalmente lo que siente en ese momento. A su lado se encuentra una chica de aproximadamente quince años también, su largo cabello rosa lo lleva amarrado en una coleta alta dejando unos traviesos mechones al lado de su rostro, su flequillo lo lleva de lado, sus ojos son de un verde jade igual de hermosos que los del chico que está a su lado aunque los de ella son un poco más rasgados que los de él, su rostro es totalmente delicado y femenino, sus facciones son también parecidas a las del chicos aunque las de ellas son más perfiladas y angelicales, ella viste unas calzas ajustadas de color negro con azul las cuales resalta sus piernas torneadas y su trasero, para arriba lleva una polera deportiva sin mangas de color azul, esta le llega hasta un poco más abajo del busto dejando ver su vientre plano, ella al igual que el pelirrojo que está a su lado tampoco se le pueden notar expresión alguna, sus ojos están igual que inexpresivos a pesar que la mirada de los tres mayores están puestas en ellos…
-¿Están seguros de que esta presentación esta lista?- preguntó el hombre mayor con voz ronca y seria.
-Así es señor, está más que perfeccionada- habló la delicada voz de la chica.
-Padre ya te he dicho que yo mismo supervisé a los chicos y el acto le sale perfectamente- habló el peligris menor.
-Si no lo tuvieran listo no te lo estarían mostrando Sakumo- dijo la mujer con tono neutro.
-Bien, quiero verlo- dijo sin más Sakumo.
Al terminar de hablar los dos chicos subieron las escaleras que estaban atrás de ellos, uno de cada lado, ambos llegaron a la cima al mismo tiempo, ya estando a unos cinco metro de altura se miraron entre sí, la distancia que los separaba era de unos doce metros y entre ellos habían cuatro trapecios, tanto el chico como la chica tomaron el que estaba más cerca de ellos, no sin antes echarse talco en las manos para evitar sudoraciones en ellas, cuando ya tenían sujeto el trapecio se miraron nuevamente para darse un asentimiento con la cabeza, ya listo la seña el chico se soltó de la superficie y comenzó a balancearse, comenzó con algunas piruetas en el mismo trapecio para después sentarse sobre él sin hacer mayor movimiento, en ese mismo instante la chica se soltó se la plataforma en la que ella estaba, con gracia y delicadeza comenzó a balancease y al igual a como lo había hecho el pelirrojo ella comenzó con piruetas en el mismo trapecio pero al llegar a cierto momento cambio al próximo trapecio y luego al próximo quedando a uno de distancia del chico, el cual se veía triste y desolado en esa posición, él se encontraba todavía en la misma posición y ella mirándolo con demasiada ternura se sentó en el mismo trapecio en el que se encontraba estirándole la mano hacia donde él, el ojiverde lo miró entre desconfiado y sorprendido mientras que ella para lograr mayor confianza en él se sujetó con los pies en el trapecio dejando la otra parte del cuerpo libre con total gracias le estiro nuevamente la mano y él esta vez se la aceptó empezando así las piruetas entre ambos chicos, con elegancia los dos jóvenes hacían muchas acrobacias, entre ellas unas de las más complicadas, parecían que ambos danzaban en las alturas mientras una sonrisa adornaba sus rostros, de pronto la chica como que comenzó a debilitarse, pero el chico no pareció notarlo, ella tratando de que él no lo hiciera comenzó a alejarse de él mientras que él no entendía la situación, comenzaron a hacer piruetas en los trapecios alejados, donde comenzaron cada uno, el chico comenzó a notar que la chica ya no volvería mientras que ella lo miraba desde la distancia con muchos sentimientos, era como que lo cuidara de lejos, pero aun así él no la podía ver, era como si no la notara, al final ella se sentó en su trapecio y él en el suyo era como si ambos pensaran mutuamente en el otro, una sonrisa se adornó en sus rostros mientras que los trapecios dejaban de moverse…
-Increíble- es escuchó murmurar a Sakumo.
-La interpretación de esos chicos es espectacular- dijo el peligris a su padre.
-Así es Kakashi, esos chicos son los mejores trapecistas e intérpretes del circo- apoyó la mujer con infinito orgullo.
-Tsunade tiene razón, tienen un potencial increíble- alabó nuevamente Sakumo- cada vez me sorprenden más- decía mirando en dirección a los chicos, los cuales ya se encontraban bajando la escalera, cuando ya se encontraban al centro del escenario se quedaron mirando hacia los tres.
-¿Qué le pareció Hatake-san?- preguntó respetuosamente el chico.
-Siempre me sorprenden Gaara, Sakura- decía mirándolos a ambos- quiero esa presentación mañana- dijo sin más- ¿Cómo se llama?-
-El ángel guardián- respondió Sakura.
-Entonces mañana se estrenará "El ángel guardián"- habló Hatake- Tsunade organízalo todo- le habló a la rubia- Eso es todo, nos vemos- terminó de decir mientras salía del lugar.
-Felicitaciones chicos- dijo Tsunade mientras salía detrás del peligris.
-No me esperaba menos de ustedes chicos- habló Kakashi mientras se acercaba a donde estaban la pelirosa y el pelirrojo- Lo lograron, llevaban tiempo tratando de preparar esa presentación, me alegro que lo hayan logrado- dijo sonriente.
-No habíamos tenido tiempo de prepararla pero ya está- dijo Gaara.
-Mi padre siempre termina sorprendido con ustedes pequeñines, aunque no es para menos si parecieran que fueran superdotados para esto- dijo Kakashi.
-No es para tanto, ya nos conoces Kakashi- habló Sakura con una sonrisa de medio lado, sonrisa que derretía a cualquiera a todo esto, al peligris se le iluminaron los ojos…
-¡Kyaaa! ¡Te ves tan cool Sakurita!- dijo al más puro estilo fanboy, estaba por abrazarla cuanto Gaara se pone frente a Kakashi dándole la espalda a la chica.
-No se te ocurra ponerle un dedo encima a Sakura maldito pervertido- se escuchó una voz masculina desde la puerta del lugar, en lo alto de las escaleras se veía una figura bajando por ellas hasta llegar abajo, específicamente al centro del escenario- No toques a mi hermanita- dijo protectoramente un pelirrojo de unos diecisiete años aproximadamente, se notaba claramente irritado, en sus ojos miel se podía ver como fulminaba con la mirada al peligris, a pesar de su enojo se podía ver lo guapo que era, sus facciones eran masculinas y angelicales, su cabello rojo lo traía despeinado dándole un toque rebelde, vestía una polera roja con unas letras al frente la cual le quedaba levemente holgada, a pesar de esto se podía notar el buen cuerpo que poseía, llevaba unos jeans desgastados color celestes y sus zapatillas eran de color rojo- Menos mal que estabas cerca Gaara o sino este me viola a mi pequeñita- decía receloso el ojimiel.
-Deja tus celos Sasori, que bien sabes que tú eres igual o más pervertido que yo- se defendía Kakashi el cual lo miraba ofendido.
-¡Oh! No seas mal hablado Kakashi, que pensaran mis hermanitos de mi- de hacia el inocente el pelirrojo mayor.
-Ya te conocemos aniki así que no te vengas a hacer el santo frente a nosotros- decía secamente Gaara.
-Pero que…- iba a protestar Sasori.
-Ya déjense de idioteces- interrumpió Sakura- me tengo que ir, vamos Gaara, nos vemos- dijo fríamente la chica mientras se disponía a salir, el pelirrojo menor la siguió saliendo los dos del lugar.
-¡Kyaaa! ¡Sigue viéndose cool!- decía Kakashi con las manos en las mejillas retorciéndose como gusano mientras sus ojos estaban en forma de corazón.
-Déjate de mirar así a mi hermanita tarado- hablaba Sasori mientras le mandaba un zape al peligris en la cabeza.
-¡auch! Me dolió maldito insensible- se sobaba el agredido en la cabeza- Oye Haruno ¿Qué te parece si vamos a espiar a las chicas mientras se bañan? , se supone que a esta hora lo hacen- decía Kakashi mientras movía las cejas de forma insinuadora.
-Ya rugiste mi cuate- le dijo el pelirrojo cambiando su semblante ahora hasta tenía estrellitas en los ojos.
-Vamos Sasorito-
En una oficina se puede ver a un hombre mirando por la ventana de esta hacia los dormitorios del lugar, la puerta comienza a sonar dando a entender que están llamando a esta, el hombre se voltea dejando ver a Hatake Sakumo, el hombre son su porte serio toma asiento en su escritorio, ya ubicado en esta mira hacia la puerta…
-Pase- dijo Sakumo, por la puerta entra Tsunade, esta entra a paso lento y se sienta en la silla que está al frente del hombre- ¿Tu llamando a la puerta?- pregunta un tanto extrañado.
-Te podía pillar nuevamente con una chica en plan de ataque y no me quise arriesgar- dijo alzándose de hombros la rubia mientras que el peligris sonreía nervioso.
-¿Pusiste el cartel?- preguntó cambiando de tema.
-Claro, ¿Qué esperabas de mí? Estas hablando con Senju Tsunade baka-
-¡Hey!¿Acaso no hay un mínimo de respeto por tu jefe?- reclamó el hombre.
-Sakumo, Sakumo, Sakumo, nos conocemos hace tanto tiempo y te conozco tan bien que perdí el respeto hace mucho, además no eres mi jefe, recuerda que los cuatro estamos a cargo, tú, Jiraiya, Dan y yo- dijo la rubia tranquilamente-
-Ya que- dijo el Hatake- Por cierto ¿Los chicos que venían de Inglaterra ya se acostumbraron a Japón?- preguntó.
-Según las encuestas así es, después de todo casi la mayoría son japoneses, además que ya están aquí hace cinco meses- decía Tsunade- Y Jiraiya me dijo que los chicos ya sabían que venían unos meses antes a que llegaran- terminó de decir.
-Es bueno que se acostumbren, por cierto ¿ya inscribiste a los chicos en el colegio?- preguntó nuevamente el peligris.
-Si, están todos inscritos en sus respectivos grados-
-Uff, que difícil es estar a cargo de este gran circo-
-No sé de qué te quejas si yo hago todos os papeleos- reclamó la rubia.
-Querrás decir Shizune es la que hace todos los papeleos- se burló Sakumo.
-Shizune, yo es lo mismo- le respondió Tsunade moviendo la mano como quitándole importancia mientras que Sakumo la miraba con una gota de sudor en la nuca.
-Entre tú, yo, Jiraiya y Dan no sé cómo todo esto sale adelante- decía divertido, la rubia rió con él también, sabía que los cuatro eran unos locos inadaptados pero aun así si se trataba de su gran familia, el circo, todo estaba bien organizado…
El circo "Konoha" no era como cualquier otro, a diferencia de los demás este era sedentario, a pesar de tener tres lugares establecidos uno en Inglaterra, otro en Alemania y otro en Japón, obviamente al ser en Japón el lugar donde nació ahí era mucho más grande, durante décadas el circo Konoha había atraído a miles de espectadores a sus funciones, que al no ser como cualquier otro era totalmente atrayente… Konoha circus, como era conocido por todo el mundo, porque sí este maravilloso circo era conocido en todos los países del mundo, se caracteriza por sus excelentes acróbatas, los cuales tenían entrenamiento desde que comenzaban a caminar, ya que por lo general sus padres pertenecían a este y solo los mejores eran aceptados en este cuando trataban de unirse… Durante décadas el gran Konoha a funcionado de la misma manera, aunque cada vez renuevan repertorios… La primera generación nació hace unos cien años y desde ese entonces el circo se ha mantenido firme, ganando cada vez más fanáticos y es que no es para menos si más que circo este parece escuela de acróbatas… Sus instalaciones son realmente fabulosas y sus territorios son enormes , y es que para que Konoha funcione de la mejor manera es necesario un gran terreno… Su escenario principal que es al estilo coliseo, por eso se le llama de la misma manera "coliseo", estaba al frente de la calle aunque para pasar desde esta al escenario mismamente tal había que pasar por un hall, donde se compraban las entradas y se veían en carteleras los espectáculos que se presentarían en el día de la función, por lo general en ese mismo lugar se podían comprar dulces y bebidas para que el público estuviera más a gusto… ya dentro del escenario se podía ver la gran cantidad de butacas que este poseía y en el centro de este estaban todos los implementos para las acrobacias… Aparte del escenario principal se encontraba el segundo escenario o como todos lo llamaban "Aquarius", este nombre se debía principalmente a que en el centro de este se encontraba una gran piscina con muchos implementos de acrobacias a su alrededor, este lugar también era cerrado aunque cuando el clima estaba bueno se abría el techo para darle mayor claridad, al igual que el coliseo aquarius tenía muchas butacas… Ambos escenarios conectaban por el "hall"… Ya por detrás de estos se encontraban las oficinas de los jefes que en Japón eran dos a diferencia de Alemania y Inglaterra que solo contaban con un jefe cada una, pero eso sí que en cada país las instalaciones eran parecidas, aunque no iguales… En las oficinas por lo general se encontraba los jefes y personas de asesoramiento, entiéndase, libretistas, porque sí, cada acrobacia tenía una historia de fondo, es decir cada historia se representaba por medio de estas, Staff de mantenimiento de maquinarias y maquilladoras… Ya atrás de todo esto se encontraba los gimnasios de entrenamiento, que eran alrededor de tres y las habitaciones, las cuales eran al estilo departamento, en cada piso vivía una familia, y contando que eran muchos pisos y muchos edificios, se traducía a que habían muchos acróbatas en la gran familia que este lugar representaba, estos edificios tenían una salida conectada a la otra calle que colinda al lugar permitiendo así que estos puedan entran y salir libremente de sus casas, en el centro donde no habían ni edificios ni nada habían gran cantidad de espacios verdes y arboles dándole un aspecto más ameno y armonioso a este gran recinto… Como ya se había dicho este lugar era realmente grande y es que cada año iban innovando más y agradándose más para darle más comodidad a la gente que trabajaba en el lugar… Sin duda este lugar era realmente increíble…
En una plaza específicamente en una de las bancas de esta frente una gran pileta se puede ver a un chico mirando al frente, su porte despreocupado llama la atención en demasía de las chicas, pero es que qué mujer en su sano juicio no miraría a semejante hombre, de facciones hermosas y varoniles, su cabello es de un negro azabache con unos reflejos azulados en él, de la parte de adelante cae por sus mejillas y frente mientras que de atrás es un tanto rebelde, sus ojos son algo rasgados y de un hermoso y penetrante color negro los cuales en este momento se encuentran mirando hacia el frente, sin punto fijo, viste unos jeans de color negro, una camisa a cuadrille en tonalidades azules, arremangada hasta los codos, desabrochada dejando ver la polera negra que trae debajo, la cual resalta su bien formado torso, en sus pies lleva zapatillas azules que combinan perfectamente con su camisa. Las chicas lo miran con corazones en los ojos y suspiran cada vez que pasan por su lado, varias han tratado de hablar con él pero por más que lo intentan solo logran la gran indiferencia de aquel chico por lo que se dan por vencidas y lo dejan solo nuevamente, el joven se remueve incomodo en la banca, seguramente por esperar tanto tiempo en el mismo lugar, su mirada se posa en dos figuras que se ven a lo lejos, frente a él, mientras estas personas se acercan el joven pelinegro entrecierra más la mirada como si estuviera tratando de calmar algún tipo de furia dentro de sí, ya más cerca se puede notar que esas dos figuran son dos chicos los cuales vienen conversando de lo más alegremente entre ellos, el de la derecha es un joven alto de cabello blanco con reflejos morados, un tanto largo pero no al grado de exagerar, sus ojos son de un morado amatista los cuales demuestran picardía con solo verlos, su rostro es hermoso y varonil, viste unos jeans claros y una polera levemente holgada de color morado la cual deja ver su bien formado pecho, sus zapatillas son del mismo color que su polera, el chico de la derecha es igual de alto que el peliblanco, su cabello es rubio y sus ojos son de un color azul zafiro los cuales se ven llenos de alegría, su piel es un tanto morena, pero no al grado de exagerar, más bien se deja ver bronceado más que nada, su rostro es totalmente masculino y hermosos, trae puesto una polera naranja con detalles azules levemente holgada que dejaba ver su buen formado cuerpo, unos jeans azul oscuro y unas zapatillas de color naranjo, ambos venían con una gran sonrisa en el rostro…
-Hey Teme~- decía cantarinamente el rubio acercándose al joven que estaba sentado en la banca, este al notar la estruendosa voz de ojiazul levanto el rostro, el cual había bajado tratando contener su enojo, haciendo al rubio estremecer- ¿Q-qué te pasa teme?- le preguntó temeroso.
-¿A qué se debe tu enojo ahora Sasuke?- preguntó el peliblanco.
-¿Qué que me pasó?- la voz del pelinegro era de ultratumba lo que hico que los otros dos chicos se abrazaran entre si temerosos.
-Ya cálmate Sasukito- dijo el peliblanco nuevamente haciendo que Sasuke cambiara su mirada iracunda hacia este solamente- Vale, me callo-
-Hace una hora que deberían de haber llegado, malditos idiotas- el pelinegro seguía con el mismo tono de voz.
-Je je je- se reían nerviosamente tanto el rubio como el peliblanco mientras se rascaban la nuca, ambos ya se habían soltado, al parecer se les había pasado el temor para ser reemplazado por nerviosismo.
-Veras teme, lo que acontece es que mientras veníamos camino a reunirnos contigo- hablaba el ojiazul- nos encontramos con un grupo de chicas que andaban turisteando por ahí, ellas al verse perdidas nos preguntaron si las podíamos ayudar y nosotros como somos almas caritativas no nos podíamos negar, dattebayo- decía asintiendo con la cabeza dándose razón a sí mismo.
-Naruto tiene razón Sasuke, ellas se fijaron en nosotras como sus salvadores, no podíamos negarnos ante ellas- agregó el otro chico.
-Si claro, no será que vieron un grupo de chicas y ustedes al hacerse los lindos decidieron acercárseles para OFRECERLES ayudarles- Sasuke no cambiaba su tono de voz, es más, hasta un tic tenía en la ceja ante las escusas que les daban los dos chicos.
-¿Nos viste teme?- preguntó alterado Naruto haciendo que el peliblanco se golpeara la frente con su mano ante lo idiota que podía ser el rubio.
-Suigetsu, dobe considérense muertos, nadie hace esperar a Uchiha Sasuke- habló nuevamente el pelinegro con voz tenebrosa y con un aura asesina rodeándolo.
-Sa-sasuke no te dejes llevar por tu ira, entiende que no puedes privar al mundo de nuestra hermosura, bueno, más bien de mi hermosura, a Naruto-baka hazle lo que quieras, es más, beneficiarias al mundo a quitar su idiotez- terminó de hablar Suigetsu.
-Pero que mal amigo eres Suigetsu, me tiras a mí a la boca del lobo cuando tú fuiste el de la idea- le gritó el rubio, tanto al peliblanco como al pelinegro le corrió una gota por la nuca al no reprochar por haberlo llamado idiota.
-¿Todavía están aquí?- preguntó una voz ronca y masculina detrás de Sasuke, todos dirigieron sus miradas hacia dónde provenía la voz viendo a un chico alto, de cabello castaño largo, como a altura de la cadera, sus ojos eran de un extraño pero a la vez interesantes color perla, los cuales notaban frialdad, su rostro es hermoso y masculino, vestía unos jeans oscuros, una camisa ceñida de color blanco la cual llevaba los primeros tres botones de esta desabrochados y por último calzaba unas zapatillas negras, el chico tenía un porte serio y miraba algo extrañado a los otros tres jóvenes- Supuestamente me esperarían en el centro comercial- habló nuevamente.
-Nejito- gritó melosamente Suigetsu mientras estiraba sus brazos, haciendo que el castaño alzara una ceja extrañado- No sabes cuánto te extrañé- le dijo abrazándolo.
-¿Qué mierda tienes Suigetsu?- pregunto un tanto asqueado Neji tratando de sacárselo de encima.
-No sabía que le fueras a ese lado Suigetsu- decía burlonamente Sasuke- Ya saben chicas a ese idiota le gustan los chicos así que no se ilusionen- volvió a decir, todas las chicas que miraban a esos hermosos chicos se quedaron boquiabiertas jamás pensaron que el sexy peliblanco le bateara a ese lado.
-¿Qué?- preguntó asustado al aludido mientras soltaba al castaño y miraba para los lados notando a las muchas mujeres que lo miraban como al amigo gay que cualquiera quisiera tener o lo miraban tristemente por perder tamaño papasote que pudo ser su novio- No es lo que piensan chicas- decía este agitando sus manos desesperado tratando de desmentir lo que el pelinegro había dicho, no logrando su cometido, porque ahora las chicas se marchaban murmurando cosas como "Pobre, no quiere salir del closet", "Estaba tan bueno el condenado, pero ya no se le puede hacer nada", "Dejemos que arregle solo el asunto con su novio" etc, etc…- Maldito Sasuke- murmuró entre dientes.
-Eso pasar por hacerme esperar baka, aunque solo es una muestra de lo que te voy a hacer pagar a ti como a Naruto- terminó de decir en forma de advertencia, ambos sintieron un escalofrío recorrerles la espina dorsal.
-Ya veo, es por eso que todavía están aquí- acotó Neji- hicieron esperar a Sasuke-
-Ya movámonos que hemos perdido demasiado tiempo por culpa de estos bakas- dijo el pelinegro.
-Vamos- dijeron cabizbajamente el rubio y el peliblanco, los cuatro emprendieron camino hacia el centro comercial, ese día era martes de la última semana de vacaciones y los chicos se habían puesto de acuerdo para poder ir a comprar las últimas cosas que les faltaban para comenzar un nuevo año escolar…
-Por cierto- Habló de pronto Neji llamando la atención de los chicos- Mi madre me pidió que si podíamos acompañar a Hinata a Konoha hoy-
-¿A Hinata-chan?- preguntó un tanto sonrojado Naruto.
-Así es baka, y deja de sonrojarte cuando se trata de mi prima- le dijo seriamente el castaño.
-¿Al circo?- preguntó Suigetsu.
-Así es- asintió nuevamente el ojiperla- Desde que llegó Hinata quería ir pero no podíamos conseguir las entradas- le respondió.
-¿Por qué quería ir?- preguntó esta vez Sasuke.
-No lo sé, a decir verdad lo único que me dijo que tenía que ir- terminó de decir Neji.
-Es decir que voy a salir con Hinata-chan- El rubio tenía una sonrisa bobalicona en el rostro- Desde que la conocí he buscado excusas para salir con ella pero el muy amargado de Neji nunca me deja pero esta vez él solito me llevó a ella- Los otros tres seguían conversando mientras que el rubio hasta un aura brillante tenía alrededor de él.
-Si no fuera porque mi madre me obligó a que acompañara a Hinata junto con los chicos, no hubiera aceptado- pensaba el castaño y no es que le molestara acompañar a su prima, no, de hecho lo que le molestaba de todo el asunto era que Naruto y Suigetsu iban a ir con ellos, y él conocía perfectamente a sus amigos y lo coquetos y mujeriegos que podían ser, además sabía perfectamente que el rubio miraba a Hinata con cara de interés y él no iba a permitir que le rompieran el corazón a su pequeña e indefensa prima, claro según él. SI no fuera por su sacrosanta madre que lo amenazó para que acompañara a Hinata, junto a los chicos claro está, no lo hubiese aceptado…
Hyuga Hinata era prima de Hyuga Neji, había llegado hace aproximadamente dos semanas a Japón, toda su vida había vivido en Inglaterra y solo venia en las vacaciones a ver a su primo, pero este año haría su preparatoria en Japón, le había pedido a sus padres que la dejaran hacerlo ahí y después de mucho conversarlo habían aceptado, dejándola a cargo de sus tíos y de su primo, el cual al ser extremadamente celoso con ella no permitía que ninguno de sus amigos se acercaran a ella…
-¿Ne Naruto?- preguntó Suigetsu a un Naruto que estaba perdido en su cine mental donde él y Hinata se besaban con pasión- Ya despierta idiota- le gritó.
-Deja de pasarte películas con mi prima que ella no se fijaría jamás en un idiota mujeriego como tú- soltó Neji.
-Que cruel eres Neji- decía un ya despierto Naruto mientras cascadas de lágrimas caían por sus mejillas.
-Naruto deja en paz a Hinata-chan y enfoquémonos en todas las nenotas que se mueren por nosotros, recuerda que alcanzamos para muchas- soltó Suigetsu con una sonrisa socarrona.
-Soy capaz de sacrificar todo eso por Hinata-chan- decía mártir y es que en cuanto el rubio conoció a Hyuga Hinata se había quedado inmediatamente prendido de ella, era verdad, él junto a Suigetsu eran de los más mujeriegos pero desde que conoció a esa chica no había podido sacársela de la cabeza.
-NOOOOOOOOOOOOOO- Gritaba el peliblanco mirando y alzando las manos al cielo, todas las personas que pasaban alrededor lo miraban como el idiota que es- Ya perdí a Naruto, mi compañero de farras, de conquistas… ¿Por qué mundo cruel? ¿Ahora qué sigue? –
Sasuke miraba al peliblanco resignado, y es que después de tanto tiempo soportando a sus amigos ya estaba acostumbrado, es más, lo ignoraba mientras caminaba sin cambiar su porte arrogante y su mirada superior…
Uchiha Sasuke siempre había sido un chico callado y reservado, siempre había sido popular por su físico y por su manera de ser, ya que para muchas era atrayente, nunca se fiaba completamente de sus compañeros de grado ya que siempre se les acercaban por interés, debido a su popularidad y su apellido, o para intentar algo con él, pero esto cambio cuando en la primaria conoció a quien sería su dolor de cabeza hasta ahora, su inseparable mejor amigo Namikaze Naruto, con el cual también, hace unos cinco años, eran vecinos, obviamente esto jamás lo aceptaría frente a todos… Naruto se había ganado su confianza poco a poco y aunque al inicio de su amistad vivieran compitiendo por todo ahora ambos sabían que podían confiar ciegamente en el otro…
Cuando ambos estaban comenzando con su primer año de la secundaria conocieron a que ahora también es inseparable de ellos, Hozuki Suigetsu, él al ser tan escandaloso como el rubio Namikaze, logró acoplase perfectamente a este, y por ende al mismo Sasuke también, a pesar de que siempre lograba cabrearlo completamente, ellos lograron volverse bueno amigos… Cuando ya estaban en el último año de secundaria se les unió el último de su grupo, Hyuga Neji, el cual al ser tan reservado como el Uchiha logro integrarse con ellos perfectamente…
Los cuatro eran los chicos más codiciados de su colegio en la secundaria, y es que los cuatro son muy guapos e influyentes… Así es, como no conocer los apellidos de estos chicos, y es que cada uno era importante en su respectiva área…
Caminado por una de las plazas que hay dentro del circo Konoha se puede ver a Sakura y Gaara caminando en dirección al edificio "D", edificio donde ellos viven, ambos van a paso lento y con porte despreocupado captando las miradas de todos los jóvenes, tanto chicos como chicas, que por ahí pasan, en sentido contrario a ellos se puede ver a un chico de aproximadamente su misma edad, alto, de ojos levemente rasgados y de color cafés, su cabello es de color castaño, sus facciones son masculinas y algo salvajes, pero esto no significa que no sean hermosas, lleva puesto unos shorts cafés levemente ajustados y una polera ceñida de color blanco dejando notar su buen formado cuerpo, a su lado se puede ver a un gran perro el cual moviendo su cola…
-Sakura-chan, Gaara- saludó el chico alegre mientras se acercaba a la pelirosa y el pelirrojo, el perro al igual que el castaño ladró en forma de saludo.
-Kiba, Akamaru- dijeron al unísono los ojiverdes mientras sonreían de lado, con suficiencia.
-¿Lo consiguieron no?- pregunto Kiba con los ojos entrecerrados, mientras que los otros dos sonreían con más arrogancia- No me esperaba menos de ustedes mis queridos Harunos- el castaño sonrío de la misma manera que Gaara y Sakura.
-Ya sabes con quien tratas Kiba-kun- le decía un tanto burlona la chica.
-Siempre lo he sabido Sakura-chan- le contestó el castaño- ¿Iban a su casa?- preguntó.
-Así es- contestó el pelirrojo- Por cierto, luego iremos por vendas, ¿Vienes?- preguntó esta vez Gaara.
-Ya saben que siempre los acompaño a todas- decía sonriente Kiba mientras que los Haruno sonreían levemente- Iré a cambiarme y los pasó a buscar, nos vemos- se despidió.
-Nos vemos- contestaron nuevamente al unísono los ojiverdes.
Ya en su apartamento los chicos se dispusieron a bañarse y cambiase de ropa para poder salir, tenían que ir por unas vendas, ya que las que ocupaban regularmente ya estaban degastadas, además aparte de eso, tenían que comprar lo último que les quedaba para comenzar el nuevo año escolar, y es que para ellos era su primer año, tanto como de preparatoria como de estudios en Japón… Así era los Hermanos Haruno habían vivido la mayor parte de sus vidas en Inglaterra y hace cinco meses se habían vuelto a su país natal…
-El baño esta libre- se escuchó el grito de Sakura proveniente de su pieza, Gaara que estaba sentado viendo televisión se levantó, procurando el aparato antes de hacerlo, y se dirigió al baño para asearse, mientras que su hermana se vestía…
Después de quince minutos la chica ya estaba vestida, aunque su cabello todavía lo tenía mojado. Debido al calor del ambiente vestía un pequeño short azul que le llegaba a la altura de sus muslos y una polera de tirantes ceñida de color blanca con la cual resaltaba sus pechos y su pequeña cintura, en los pies llevaba zapatillas blancas con detalles negros. Sakura con paso lento se dirigió a la cocina, abrió el refrigerador y saco una caja de leche helada, la dejó encima de la mesa y fue por un vaso para poder servírsela…
-Si sigues tomándote la leche inmediatamente después de sacarla del refrigerador te dolerá el estómago- dijo una voz masculina, la pelirosa, que estaba por darle un trago a su leche levanto la vista para toparse con su hermano, el cual se veía que venía saliendo de la ducha, ya que solo llevaba una toalla alrededor de su cintura, dejando al descubierto su torso perfecto y otra más pequeña en su cuello, con la cual se secaba su rojo cabello.
-Tú eres el de estómago sensible Gaara, yo no- se defendió la chica, la cual tenía una sonrisa con autosuficiencia en su rostro, el chico solo sonrió de lado, no podía debatir contra ello, su hermana tenía la razón…
-Deja la leche afuera, cuando termine de vestirme tomaré también, y como ya sabes no puedo tomarla cuando la saco directamente del refrigerador- le dijo el pelirrojo, y sin más se dirigió a su pieza dejando a Sakura sola en la cocina…
Ya estando vestido Gaara tomaba su leche tranquilamente mientras su hermana lo acompañaba en la cocina, el chico vestía unas bermudas burdeo y una polera levemente holgada de color blanco, en los pies también calzaba unas zapatillas blancas. En cuanto el pelirrojo acabo su leche, Sakura se levantó de su silla…
-Vamos Gaa-chan- dijo, por primera vez, dulcemente, mientras una pequeña sonrisa llena de sinceridad adornaba su rostro, su hermano le respondió con el mismo gesto para después levantarse de su silla y seguir a Sakura…
-Ya tenemos todo, dattebayo- celebraba el rubio, mientras que sus amigos lo ignoraban… Los cuatro llevaban un par de bolsas en sus manos, dando a entender que habían hecho sus compras…
-¡Que calor hace!- se quejaba Suigetsu mientras dejaba caer sus hombros cancinamente.
-Vamos por un helado, dattebayo- habló nuevamente Naruto.
-Estoy de acuerdo- dijo Suigetsu levantando una de sus manos en son de apoyo, mientras que los otros dos solo asintieron, ellos también necesitaban refrescarse…
-Que refrescante- decía un alegre Naruto mientras saboreaba su gran helado de piña, el rubio estaba sentado en una de las sillas de la heladería del centro comercial, a su lado derecho estaba Suigetsu, el cual por estar casi atragantándose con su helado ni pelaba a Naruto que cada vez que le daba una probada a su helado se retorcía como gusano, del otro lado del ojiazul estaba Neji, el cual miraba desaprobatoriamente el entusiasmo que le ponían sus dos amigos a sus helados, él a diferencia de ellos solo tomaba un refresco, Sasuke al igual que el castaño solo bebía un refresco, el moreno estaba entre el Huyga y el Hozuki, los cuatro rodeaban una mesa redonda.
-Dobe- dijo Sasuke mientras miraba a Naruto, el cual por estar tan concentrado ni lo escuchó- Idiota- volvió a decir, pero esta vez mirando a Suigetsu el cual tampoco lo escuchó.
-Oye Neji- habló Sasuke- ¿La que viene ahí no es tu prima?- le preguntó señalando hacia el frente, el ojiperla inmediatamente miró en la dirección que le dijo su amigo, su ceño se frunció al darse cuenta que no solo él la miraba sino que todos los chicos que por ahí pasaban, y está demás decir que Naruto en cuanto escuchó a Sasuke inmediatamente dejo de lado su helado y se volteó para mirar a su Hinata-chan, como le decía él, pero él también frunció el ceño al darse cuenta de la cantidad de chicos que la miraban, y es que como no iba a captar miradas si era una chica muy hermosa, de estatura promedio para su edad, piel nívea que hacían completo contraste con su largo cabello negro azulado, el cual llegaba aproximadamente hasta su cintura y era en corte recto, al igual que el flequillo que adornaba su frente, su rostro era pequeño y delicado, sus ojos al igual que su primo los tiene de un extraño color perla, y sus labios iban pintados de un delicado rosa el cual los hacia más llamativos al sexo opuesto, llevaba una blusa de mangas cortas color beige la cual tenía pequeños y delicados holanes de cada lado, los cuales caían desde la altura de sus pechos hasta debajo de forma vertical, en cuanto la blusa terminaba se podía ver su falda, la cual era de color azul marino y llegaba a medio muslo, el sus pies llevaba unos tacones negros, los cuales no eran tan altos, en su hombro izquierdo cargaba un pequeño bolso color negro… Con paso lento y mirando en varias direcciones venia ella, pareciera como si algo buscara, de pronto su vista se posa en un gripo de cuatro chicos, los cuales reconoce como su primo y amigos, le sonríe y camina en dirección a ellos, evitando las miradas que en ella se posan… Neji, con el ceño todavía fruncido se levanta de su silla y camina un poco para darle alcance a Hinata…
-¿Qué haces aquí Hinata?- preguntó el castaño cuando ya estaba al frente de su prima.
-Neji-nii que bueno que te encuentro- le dijo ella sonriendo- Estaba de compras con la tía pero se me perdió de vista por un momento y ahora no puedo encontrarla- le dijo la chica un tanto preocupada, su primo relajo el rostro al ver que la chica solo estaba perdida, y era normal que eso ocurriera después de todo no conocía mucho el lugar, no que no podía comprender era como su madre podía haberse separado de ella…
-Hinata-chan- el escandaloso grito de Naruto hizo que Hinata desviara su atención a aquel rubio de ojos azules, ella en cuanto notó como el chico le sonreía de esa manera tan característica en él se sonrojó, haciendo que Neji nuevamente frunciera el ceño y mirara con advertencia a su amigo, el cual por estar mirando a la chica ni lo peló, es más se puso de pie y caminó en dirección a ella- ¿Cómo estas Hinata-chan?- preguntó Naruto.
-Eh, bien ¿y tú Naruto-kun?- le devolvió el saludo un tanto nerviosa la chica.
-Bien, dattebayo- volvió a sonreír el rubio sacándole una sonrisa a la chica también, ella lo conocía solo un poco, a él a los amigos de su primo, pero desde que conoció a ese rubio hiperactivo algo en ella la hacía ponerse demasiado nerviosa, él tenía un poder sobre ella, eso era lo que se decía a sí misma, no sabía cómo definirlo todavía pero algo le ocurría con aquel singular chico…
-Hola, Hinata-chan- saludó esta vez Suigetsu desde su asiento, la chica se inclinó en forma de saludo para luego posar su vista en Sasuke al cual también saludó de la misma manera que con el peliblanco.
-Hmp- "saludo" el pelinegro inclinándose igualmente, su rostro se mantenía igual de serio que siempre mientras que Suigetsu miraba pícaramente a la chica. Inmediatamente Neji fue a tomar las bolsas que tenía debajo de la mesa y miró a su prima.
-Vamos Hinata, te llevaré a la casa, y de paso buscamos a mi madre, adiós chicos, nos vemos después- dijo despidiéndose rápidamente de sus amigos, Sasuke solo asintió mientras que Naruto iba a protestar.
-Nos vemos chicos- se despidió con su voz suave Hinata mientras se daba la media vuelta y caminaba con su primo a lo que el rubio solo atino a sonreír como bobo mientras que Suigetsu le sonreía de forma burlona.
-Supéralo Naruto, Neji jamás permitirá que estés mucho tiempo con su prima- se burló el peliblanco, pero Naruto ni lo peló por estar mirando en dirección por donde se fue Hinata, cada vez que la veía le pasaba lo mismo y eso no era cosa común después de todo él era un coqueto y mujeriego por naturaleza, siempre era codiciado y podía tener a la chica que quisiera pero ahora el destino le hacía una mala pasada, así es, ya que a pesar de todo esto ahora el solo tenía ojos para la prima de su amigo, y con lo celoso que este era, jamás le permitiría que tuviera algo con ella, y eso era lo que más lo atormentaba porque esta era la primera vez que sentía algo parecido, era primera vez que una chica lo hechizaba de esta manera…
-Ya déjalo Suigetsu, no te escucha, moléstalo cuando lo haga- dijo Sasuke sonriendo de medio lado, a él también le gustaba joderlo con ese tema…
-Tienes razón, mejor lo saco de bobolandia y me lo jodo por la mala suerte que se carga- decía el peliblanco con una amplia sonrisa…
-Ya tenemos las vendas, ahora solo nos faltan los últimos detalles para el colegio- decía un sonriente Kiba, en sus manos cargaba una pequeña bolsa en la cual llevaba su compra, vestía unas bermudas de color café y una polera levemente ceñida color burdeo, la cual combinaba perfectamente con sus zapatillas, su cabello aun lo llevaba medio mojado dándole un toque sexy y su sonrisa no ayudaba mucho a que las miradas de todas las féminas que por ahí pasaban se posaran en él, en él y en Gaara, claro está. El pelirojo se encontraba a su derecha, caminando con porte despreocupado, como siempre, en su mano derecha cargaba una pequeña bolsa y en la izquierda llevaba un papel, un papel que parecía una lista ya que tenía varios escritos en ella… A su lado derecho iba caminando con el mismo porte que él, su hermana, la pelirrosa al igual que los chicos llevaba una pequeña bolsa, la chica desvió su mirada hacia su lado, para poder ver el papel que llevaba Gaara.
-Kiba tiene razón- habló Sakura- Creo que lo mejor será apurarnos con estas cosas- dijo mirando el papel para después volver su vista hacia el frente, sin importarle la cantidad de miradas que recibía la chica siguió caminado ignorando todo a su alrededor, claro está, todo lo que no tuviera que ver con su hermano o con su amigo.
-Bien, démonos prisa- terminó de decir Gaara.
-Por fin tenemos todo- decía cansinamente Kiba, y es que los "pequeños" detalles que ellos creían que les faltaban a decir verdad eran bastantes grandes, cada uno llevaba unas cuatro bolsas.
-Chicos, adelántense voy a pasar a comprar una última cosa- dijo Sakura mientras miraba un punto fijo, Gaara inmediatamente se dio cuenta de que su hermana miraba una tienda de música mientras que Kiba se preguntaba que ocurría con la pelirrosa, pocas veces les pedía que se adelantaran.
-Está bien, pero me llevo tus bolsas- le dijo Gaara mientras tomaba las cosas de Sakura, ella le sonrió levemente, pero sincera, agradeciéndole, mientras que Kiba se daba cuenta de donde quería ir su amiga- Vamos Kiba- habló el pelirrojo, el castaño asintió.
-Nos vemos Sakura-chan- le dijo a la chica cuando esta caminaba en dirección al local- Sakura siempre se relaja con la música ¿No es así?- le preguntó sonriente a su amigo mientras ellos retomaban nuevamente el camino- déjame y te ayudo- volvió a decir mientras le quitaba una de las bolsas de la pelirrosa y las cargaba.
-Gracias- dijo Gaara- y Sabes que sí, la música y el trapecio- respondió.
Sasuke iba caminado con sus bolsas cuando siente que suena su teléfono, como puede lo saca de su bolsillo y contesta…
-¿Qué tal otouto, me extrañas?- se escuchó una voz masculina detrás del teléfono.
-¿Qué quieres Itachi?- respondió de mala manera el moreno.
-Pero que cruel Sasukito- se escuchaba lamentarse el chico- ¿Así es como se tratan a los hermanos mayores hoy en día?- decía dramático- y antes ni te despegabas de mi diciendo "Aniki quiero ser como tú" o "aniki te admiro"- esto último lo dijo con voz aniñada, como simulando a un niño.
-Ya déjate de joder- dijo Sasuke exasperado, pocas veces podían verlo en este estado pero su hermano eran de los pocos que lo sacaban de quicio tan rápidamente, los otros claro está, eran Naruto y Suigetsu- ¿Qué quieres?-
-Ya cálmate Sasuke-chan- le decía burlón- Nuestra queridisisisima madre dice que cuando vengas de vuelta no te olvides de comprar las cuerdas de tu guitarra porque ella no piensa comprártelas y como no quiere que la molestes más con el tema me hizo recordártelo… Uchiha Itachi te dije que Sasuke-chan no me molesta solo es que repite y repite lo mismo hasta agotar mi paciencia y como yo no sé comprar sus cuerdas te dije que lo llamaras, en ningún momento he dicho que mi bebe me molesta… Lo siento mamita… Ya verás lo que te pasa por mentiroso muchachito…Mami ya te dije que no fue con intención, espera, espera…- y después de esto la conexión se cortó, Sasuke miraba su celular son triunfo, su madresita haría sufrir a su hermano, eso sí es venganza.
-Mi madre tiene razón, pasaré a comprar las cuerdas- pensó el pelinegro mientras se acordaba del mensaje que quiso darle su hermano, tomo sus bolsas, las cuales había dejado en el suelo mientras contestaba el teléfono y se dispuso a caminar, cuando había caminado unos cuantos metros vio lo que buscaba, una tienda de música, ahí compraría sus amadas cuerdas, para su amada guitarra, y es que para él la música era lo que más le gustaba, aquella con la que se podía mostrar tal cual era…
-Buenas tardes señorita ¿En qué puedo atenderla?- fue lo primero que preguntó el caballero detrás del mostrador de la tienda en cuanto escuchó la campañilla que avisaba la llegada de un nuevo cliente, el señor era de aproximadamente unos setenta y cinco años, su rostro estaba algo arrugado por el paso del tiempo, su cabello era castaño oscuro con varias canas en él, sus ojos eran grises y tenía una mirada que trasmitían calidez, vestía unos pantalones cafés y una camisa blanca- Señorita Sakura, que gusto tenerla nuevamente por aquí- dijo nuevamente el señor cuando reconoció a la chica que entraba en la tienda.
-Buenas tardes señor Yokamura- saludó cortésmente la chica- ¿Cómo ha estado?-
-Muy bien, gracias por preguntar- le sonrío- Bienes a tocar ¿no es así?- preguntó.
-Así es, si no fuera mucha molestia- le dijo ella.
-Nunca eres molestia pequeña- interrumpió el señor Yokamura, para él siempre era un gusto tener a esa chica tocando en su tienda, y es que él don que ella tenía, no cualquiera podía apreciarlo.- Vamos, pasa- le dijo para que lo siguiera, y no es que ella no se supiera el camino, era porque ya era costumbre para ellos esta situación, ya que desde que la pelirrosa había llegado desde Inglaterra venía a esa tienda a tocar…- ahí está- dijo él apuntado un hermoso piano de cola, este era grande pero a la vez delicado, su color era de un negro azabache, el piano estaba ubicado al final de la tienda, detrás de todos los estantes e instrumentos, la pelirrosa sonrió de medio lado y pasó por al lado del señor Yokimura, cuando llegó a la altura del piano sonrió nuevamente, pero está vez sinceramente, caminó un poco más y se sentó…
La campanilla de la tienda sonó nuevamente, pero esta vez nadie atendió ni escucho, Sasuke entró al lugar esperando a que la persona que atendiera llegara al lugar, pero nada ocurría, para pasar un poco el rato decidió echar un vistazo por la tienda, para ver si estaban las cuerdas que él necesitaba, dejó las bolsas a un lado y caminó a los estantes… De pronto un hermoso sonido llegó a sus oídos, era un piano, no era primera vez que oía uno pero esté se escuchaba realmente hermoso, cerró los ojos para escucharlo mejor, pero cuando iba a hacerlo su piel se erizó, la persona que tocaba el piano, o más bien la chica, comenzó a cantar, su voz era dulce y suave. Sasuke sumido en la música e interpretación decidió buscar a la autora de esa voz, caminó y sin hacer mucho ruido la vio, vio a la chica que cantaba aquella triste canción, esa chica pelirrosa no dejaba de cantar mientras tocaba, ella no lo había visto, claro está, pero él no podía dejar de mirarla, esa interpretación, esa voz, esa chica, todo, absolutamente todo de ella le había llamado la atención. Esa chica era increíble…
Qué les pareció? Les gustó? me gustaría que me dieran sus opiniones, todavía no estoy segura de continuar la historia, tengo la idea y todo pero ustedes dirán...
Sin más que decir, nos leemos :D
