Los personajes de Naruto no me pertenecen.
El silencio es mejor.
Hanabi arqueo la espalda y de su pequeña boca salio un gemido largo y sonoro, empujó las caderas para tenerlo más hondo, pero él se lo impidió agarrándole de la cintura.
—Yo mando.
Ella se quejo en voz baja e insistió moviendo las caderas, él sonrió de medio lado.
Ella era fiera en la cama, salvaje como nadie, le gustaba que jugara con su cuerpo, mientras él le besaba partes intimas y calientes. La muchacha respiro agitadamente y lo nombro.
—Cuando salga, te juro que te pateare el culo. —amenazo jadeando. El hombre sonrió de medio lado y empujo con fuerza, ella abrió los ojos con fuerza, totalmente complacida y sorprendida.
—Dilo.
—Ni en un millón de años.
Él formó otra sonrisa torcida antes de alzarla de la cintura y hacer enredar sus piernas en la suya, mientras se movía con frenesí con la lujuria en los ojos volvió a repetir.
—No lo diré.
—Dilo.
Otro empujón y Hanabi mordió el labio con fuerza.
—Más fuerte—sollozo, él asintió y se hundió con más fuerza, cada golpe lleno de placer, sintiendo su pene apretado entre las paredes húmedas de Hanabi.
—Eres una niña mala. —Hanabi sonrió temblando antes las palabras de su amante. —Dilo y te daré lo que quieres.—bajo la cabeza para rozar con sus labios su cuello. Hanabi apretó los párpados con gusto.
—Te necesito, Sasuke. Te quiero dentro, hondo, muy hondo.
El susurro quedo apagado cuando Sasuke le dio la vuelta y la puso de cuatro patas, mientras que con su mano cogía su hombría y la rozaba contra el sexo caliente y húmedo de la muchacha.
—Dilo de nuevo.
—Te necesito Sasuke, maldición.
…
Hanabi bostezo cuando los rayos del sol entraron por las ventanas del departamento de Sasuke. Se movió un poco y sintió el brazo del Uchiha en su cadera. Con un suspiro alzo el brazo y salio de la cama, busco sus ropas esparcidas en el suelo.
—¿Donde vas?
Sorprendida giro el rostro cuando escucho la pregunta. Sasuke le devolvió la mirada con intensidad y le arqueo una ceja.
—A casa.
—Estas en casa.
—Lo sé. Iré a ver a mi padre.
—Hmp.
Sasuke asintió y no pregunto más.
—Por cierto, Sasuke.
Hanabi se acostumbro a las silenciosas respuestas del Uchiha, por lo cual volvió a interrogar.
—¿Quieres ir a la mansión?
—Paso.
Arrugo el ceño furiosa y luego con hastío asintió, nadie podía cambiar la personalidad de su hombre, pero que más daba.
—Papá esta muy enfermo, seguramente querrá verte.
—Lo dudo, me odia, yo lo odio. Fin del asunto.
Hanabi soltó una pequeña carcajada.
—Me marcho entonces.
—Hanabi.
—¿Si?
—...
—Yo igual Sasuke.
Sasuke Uchiha formo una mueca en los labios similar a una sonrisa alegre, pero pequeña y oculta como las de Hanabi. Porque para ellos lo mejor era el silencio, ese hermoso silencio en el que se decían, Te amo, Te quiero. Te deseo. Eso momentos silenciosos era los mejores.
