Como todos bien saben, ni los personajes ni los lugares son mios. Yo solo juego a ser J.K Rowling para divertirme un poco. Disfruten :)
Era un día de lluvia, de esos que ella odiaba porque impedían que saliera a volar junto con sus hermanos.
Allí estaba ella, Lily Luna Potter, mirando por la ventana de su habitación en la mansión de los Potter-Weasley vestida con su pijama de verano, un top rojo y un short del mismo color, que hacían juego con las características físicas de la muchacha, quien era alta, pelirroja, tenía cara de muñeca, piel color crema que tenía un brillo natural, labios carnosos , ojos color verdes (herencia de su padre y su abuela paterna), nariz pequeña, pecas por toda la carita y unas curvas completamente envidiables. Era toda una Gryffindor, valiente, temperamental, noble, dispuesta a ayudar a todo aquel que lo necesitara, y aparte amaba el quidditch, era la buscadora de su casa, perseguir la snitch era lo que la hacía feliz.
Sin darse cuenta, al tiempo que caía la lluvia, pequeñas gotas caían por sus mejillas sin saber exactamente la razón.
Suponía que era debido a su ruptura con el golpeador de Gryffindor, Tim Largel, quien la había engañado con una Slytherin que no era nada bonita comparada con ella. Y que había negado haberlo hecho, cuando ella los había visto. Lo que más le dolió fue que le mintiera, que no admitiera que había pasado cuando ella bien sabia.
Lo bueno de la situación era que ella no había sido la única humillada, Scorpius Malfoy era el novio de la Sly con la que la habían engañado.
Si, la chica había engañado al tipo mas hermoso de todo Hogwarts, debido a que era "muy puro" para su gusto porque no la había tocado, no habían pasado de los besos, porque quería guardarse para cuando se casara, algo muy raro en esa época.
Todos sabían que esa excusa era cierta, porque si quisiera hacer algo, el señorito Malfoy tendría un catalogo de muchachas dispuestas a sacrificar su pureza por él. Y bueno, era totalmente entendible. Él era como un dios, un modelo de revista. Alto, pelo rubio platinado, ojos grises, facciones duras, elegantes, espalda ancha, piernas bien trabajadas y aparte, era buscador de Slytherin, casa a la que habían pertenecido todos sus ancestros. Era la viva imagen de su padre a sus diecisiete años, pero eso era lo único que había heredado de el, porque no tenia ni un ápice de la personalidad de este. Él era mas como su madre, tenia buen corazón, sonrisa cálida y no le gustaba eso de despreciar a las personas por su origen, ya fuere hijo de padres muggles, magos o mestizos. Habia desafiado siempre a su padre, primero haciendose amigo de un chico hijo de muggles, Liam Keller, quien era un extraordinario mago, y de Albus Potter, con quienes era compañero de casa. Los tres eran considerados los mas lindos, siendo llamados el "Trio de los dioses" por gran parte de el sector femenino de Hogwarts.
El trio siempre pasaba las vacaciones en lo de los Potter, desde Julio a Septiembre, cuando empezaban las clases.
Aquel era un verano especial para ellos, era el ultimo verano como estudiantes de Hogwarts, ya que en Septiembre comenzaban el séptimo y ultimo año, por eso habian decidido entrenar duro para hacer que Slytherin fuera el campeon de la copa de Quidditch, y así quedar en la historia del colegio, porque su casa no había salido ganadora en cuarenta años.
Sin importarles la lluvia que caía, los tres tomaron sus escobas y se decidieron a salir a jugar un rato. Al era el capitán y cazador del equipo mientras que Liam era golpeador. Como eran tres, necesitaban uno mas para hacer dos equipos, y realmente Scorpius quería ver si sus entrenamientos habían resultado jugando contra Lily, a quien nunca le había podido arrebatar la snitch. Le propuso la idea a Al y fue a buscar a la pequeña pelirroja.
Como ya era mayor de edad, había decidido aparecerse en la habitación, para no tener que caminar. Lo que no había considerado, era que Lily no querría que se apareciera allí, pero cuando se dio cuenta de eso, ya era muy tarde.
La pelirroja estaba de espaldas, parecía no haberse dado cuenta de que el estaba ahí, sus hombros se movían como si se estuviera riendo a carcajadas, pero en vez de risas, pequeños gemidos salían de la boca de ella. En ese instante comprendió lo que pasaba. Ella no se reía, ella estaba llorando a mas no poder. Scorpius no pudo evitar sentir un vacío en su pecho, se acerco a la chica con cuidado, temiendo un ataque por su parte, ya que conocía muy bien lo temperamental que ella podía llegar a ser.
No se esperaba esa reacción, ella se apoyo en él, llorando mas fuerte y él no pudo hacer mas que abrazarla, esperando calmarla un poco.
-Lils, ¿es por lo de Largel?- le preguntó Scorpius. La pelirroja asintió mientras se secaba las lágrimas. - Es un idiota, no se merece que llores por él.
- Ya lo se, pero no lo puedo evitar, ¿hay algo malo en mi? ¿No soy tan bonita como esa chica?- le replicó Lily, mirándolo a los ojos, sintiéndose extrañamente reconfortada en ellos mientras sus lágrimas caían sin su permiso y su voz se quebraba.
El la miró de arriba a abajo un par de veces. No se había percatado de que ella seguía en pijama, y no pudo evitar sonreír al ver cuanto había crecido desde que la conoció, a sus diez años. Ya no era una niña, claro que no, tenia dieciséis años, y lucia estupenda. Su pijama hacía resaltar sus curvas y sus largas piernas.
-Lily Luna Potter, no tienes nada de malo, eres mucho mas hermosa que Leah, y Largel es un estúpido por haberse ido con ella y yo otro estúpido por haber estado con ella. No fue culpa tuya, el que tiene el problema es él. ¿Si?
Lily lo miró sorprendida, y rápidamente se sonrojó al darse cuenta la forma en que la miraba.
-Gracias Scorp... Me había olvidado que Leah- dijo el nombre con un profundo odio en la voz- era tu novia... Ella también es una estúpida, me parece bien que respetes tus convicciones, y si otros no lo pueden aceptar... Que se joroben!
Scorpius rió suavemente.
-Cámbiate que te espero abajo para jugar un partidito.- le dijo mientras la abrazaba. Al ver como volvía a sonreír se sintió mejor, no quería verla mal por un imbécil que había estado con su novia, ex novia mejor dicho, y que no le habían importado los sentimientos de la no-tan-pequeña pelirroja, hermana de su mejor amigo.
Después de eso se fue de la habitación tan rápido como había aparecido. Lily se cambió rápidamente, tomo su escoba y corrió escaleras abajo, chocando con Scorpius, quien le sonrió y le pasó un brazo por los hombros como para darle un abrazo.
Llegaron a donde se encontraban Albus y Liam, el primero tenia cara de irritado y el segundo de aburrido.
-¿Se puede saber que pasa que tardaron una eternidad?- dijo Al, mirando con semblante enojado a Scorpius, que todavía le sonreía a Lily.
-No, no puedes- le contesto su pequeña hermana.- ahora juguemos antes que me arrepienta- dijo subiendose a su escoba y elevandose unos metros.
Scorpius no pudo evitar reír y mirar a la pelirroja que volaba con sus alborotados cabellos al viento. Definitivamente, ya no era la hermana pequeña de su mejor amigo, ya no era una "hermanita" para él. Desde aquella mañana ya no lo era. Ahora era Lily, a secas, una mujer que valía la pena, y que con solo mirarla lo hacía sonreír de una manera un poco idiota, como lo estaba haciendo en ese instante.
Ella le devolvió la mirada, y tampoco pudo evitar sonreír, porque, como buena mujer que era, se había dado cuenta de que las cosas habían empezado a cambiar entre ellos, el por fin se había dado cuenta de que ya no tenía diez años, ya había crecido.
-¿Vas a subir o te vas a quedar mirandome como un idiota Scorpius?- le gritó, sonriendole.
Él se dio cuenta de que ya todos estaban volando. Suspiró y ensanchó su sonrisa. Esa pelirroja lo estaba empezando a volver loco, y lo peor de todo, era que ella lo sabia y se divertía a costa de eso.
Continuará...
