Hola aquí otra vez presentando otr e mis más rraros fics de Bleach, bueno espero que sea de su agrado...ehm...disfruten!

Disclamier: bleach le pertenece a Tite kubo, y si me perteneciera, no estaria perdiendo el tiempo haciendo historias Ichiruki ya que haría la serie de ellos dos nada más...XD!


-Prologo-

Ichigo Kurosaki y Kaien Kurosaki, dos hermanos gemelos que se llevaban de la patada, ambos se odiaban. Siempre uno tenía que ser mejor que el otro en algo, como el deporte, clases, pero… ¿el amor? Ambos eran un par de Don Juan, expertos en rompe corazones, pero que pasaría, si algún día ambos hermanos se enamoraran de una chica…una enana…

-Bienvenidos a Karakura-

Rukia Kuchiki, una estudiante ejemplar que era admirada por la mayoría de las chicas por su forma de ser y actuar e inclusive era un tanto popular entre los chicos, pero eso a ella no le importaba del todo, solo quería seguir viviendo su vida sin preocupaciones. Era un lunes como otro cual quiera, el primer día de la semana, un nuevo año de preparatoria en el instituto de Karakura.

Rukia ya se encontraba sentada en su pupitre, puntual como siempre, "la mejor estudiante." Todo era por su apellido, "Kuchiki", solo por eso. Era el nombre de la familia más importante de todo Karakura, pertenecía a la sociedad de la nobleza la cual ella detestaba del todo, su vida era miserable por eso, pero tampoco quitaba el hecho de que ella apreciara a su hermano, Byuakuya Kuchiki. Su "Nii-sama" era su admiración, pero eso decidió ser mejor cada vez más, pero tampoco tan fría o sombría como su hermano.

La campana escolar había sonado. Todos los alumnos que en ese momento se encontraban fuera del aula regresaron a su salón y tomaron asiento. Pocos segundos después entro la maestra con varios papeles en la mano, como si quisiera hacer algún examen de bienvenida o algo por el estilo. Se puso tras su escritorio y dejo caer sus manos junto con los papeles en la mesa. Todo el mundo guardo silencio.

-Mis queridos alumnos- comenzó la maestra. –Me da mucha felicidad volverlos a ver este año, y aparte les tengo una sorpresa- sonrió. Ante esa sonrisa todos los alumnos sintieron un escalofrío recorrer su cuerpo, a excepción de Rukia, ella estaba sin prestarle atención en lo más mínimo, volteando hacia la ventana como si nada estuviera pasando, bueno…nada importante para ella.

-Oigan, que pasa con esa expresión, si es lo que yo estaba pensando (examen sorpresa) están muy equivocados- menciono. Todos los alumnos soltaron un suspiro en alivio.

-Lo que pasa es que desearía presentarles a dos nuevos estudiantes de transferencia- miro hacia la puerta. Las miradas de los demás siguieron a la maestra, la chica Kuchiki seguía mirando el panorama que le brindaba la ventana.

-Pasen por favor.

Hubo silencio, solo puedo haberse escuchado la puerta abrir y algunos pasos que se adentraban al aula. Cinco segundos de silencio…1…2…3…4…5

-Ahhhhhhhhhhh!!- gritaron todas las chicas con corazones en los ojos. Todos los chicos al igual que Rukia se asustaron ante ello y se taparon los oídos porque sus gritos aturdían.

Dos chicos se encontraban frente a todo el salón. Ambos eran altos, se parecían mucho, aunque el pelo de uno era negro y el otro era mucho más raro, naranja. A las chicas no les importo eso, solo se fijaron en su rostro, y en su pecho. Aunque tuviesen una camiseta encima más el uniforme se los podía ver algo resaltado unos pectorales, cuales a las chicas les fascino.

-Bueno, chicas…- seguían gritando y hacían que la maestra se desesperara. –Chicas…- no paraban.

-Chicas!!- grito esta vez. Todas guardaron silencio. –Preséntense por favor…- dijo la maestra recuperando su postura.

-Kaien Kurosaki…

-Ichigo Kurosaki…

-Ahhhhhhhhhhhh!!- gritaron otra vez, pero esta vez fue más fuerte que la anterior. Su forma de hablar se le hizo tan sexy y tan genial que se les hacían bien guapos ambos chicos.

-Bueno…ehmmm…- la maestra trataba de concentrase ya que los gritos de las chicas no la dejaban pensar con claridad. –Bueno, veamos ahora donde se sentara…- miraba para todos lados, no encontraba un lugar fijo hasta que…

-Allí- apunto la maestra con el dedo. Todos voltearon a ver ese lugar.

Rukia volteo a ver a la maestra que estaba apuntando hacia ella pero a la vez…se percato de que había dos chicos nuevos a un costado de la maestra. Sintió un escalofrío al igual que varias auras asesinas a su alrededor. Trato de ignorarlas pero daban miedo.

-Ven esos dos lugares, cerca de Kuchiki-chan- la maestra siguió apuntándola. Ambos chicos asintieron sin emoción. –Tomen uno de esos asientos, ustedes deciden donde- sonrió la maestra al ver que las chicas acosaban con miradas de odio a la chica Kuchiki.

Los chicos no dijeron nada y se fueron a su lugar tal y como la maestra le había dicho. Uno del lado derecho y otro del izquierdo, quedando la pobre chica en el medio. Los miro de reojo, un tanto discreta. Eran nuevos en la ciudad, nunca los había visto por los alrededores, pero tampoco estaba segura ya que su nii-sama no la dejaba salir muy seguido.

Regreso su mirada al frente tratando de poner atención a la clase y tratando de ignorar los murmullos de las chicas que iban a sentir rencor eterno hacia ella.

La campana del almuerzo había sonado, por fin podría descansar de tan acosadoras miradas. Rukia se quedo en su lugar esperando a que todos los demás salieran para que no se le hiciera difícil salir por la puerta ya que todos se aventaban para salir. Mientras tanto se dedicaba a poner todas sus cosas en su mochila cual contenía algunos llaveros de su personaje favorito o más bien conejo favorito, Chappy.

La mayoría del salón había salido a excepción de ella y los dos hermanos Kurosaki, ambos mirando para diferentes lados. La cica se paro y tomo su mochila para por fin poder salir del lugar y relajarse un rato en la rama de un árbol, si…eso la haría sentirse mejor, pero…

Cuando la chica iba a seguir su camino sintió como si algo la sujetara muy bruscamente impidiendo su caminata, bajo la mirada hacía su muñeca…se sorprendió, el chico de pelo negro la había detenido. El chico levanto la mirada y le dio una sonrisa. La chica se le quedo viendo al igual que su hermano, el de pelo naranja.

-Oi, ¿podrías hacernos un favor?- pregunto el de pelo negro un tanto inocente. La chica lo miro en confusión pero asintió con un leve movimiento de cabeza. El de pelo negro la soltó y se paró de su asiento.

-Antes de lo que quería decirte, mucho gusto, mi nombre es Kaien Kurosaki- se presento formal mente. La chica lo miro en asombro.

-Mucho gusto, mi nombre es Rukia Kuchiki- también se presento. El chico de pelo naranja seguía viendo a su hermano con el ceño fruncido.

-Por cierto, como sabes que somos nuevos, y eres la única chica la cual no estuvo gritando como loca cuando llegamos, ¿podrías mostrarnos la escuela?- sonrió. Rukia seguía sin entender, pero ya que ella era la mejor alumna y una persona un tanto amable con la gente nueva, no tuvo otra opción más que aceptar.

-De…acuerdo.

El peli naranja se paró de su lugar y jalo por un momento a su hermano, seguían en el salón pero lo alejo un poco de la chica que se quedo allí parada como si nada.

-¿Qué diablos haces, Kaien?- cuestiono Ichigo. Kaien lo miro en seriedad.

-Pidiéndole un favor a esa "linda" chica.

-¿Linda? No vez que es una maldita "enana"…- eso fue malo.

Su distancia no era tanta de la chica, así que logró escuchar que el peli naranja la había llamado "enana". Lo miro en odio, una mirada asesina cual nunca creyó mostrar ante un nuevo estudiante, y en el primer día de clases.

-Vaya vaya, creo que te has metido en un gran lió, Ichigo- se mofó Kaien. Ichigo le dio una mirada asesina.

-Si no hay otra cosa que debas decirme, vámonos, Ichigo- la última palabra no sonó tan agradable que se digiera, fue un poco más fría.

-Perdón por hacerte perder el tiempo Kuchiki, pero gracias aún así- sonrió Kaien. La misma sonrisa de siempre. No hay problema, pero…- hizo una pausa mirando al peli naranja.

-Ni se te ocurra volver a llamarme "enana".

Ichigo frunció más el ceño y la miro también en odio. –Entonces como quieres que te llame, ¿Nadadora?- se burlo.

-¿N…nadadora?, pero si…ni siquiera estamos en el agua- estaba confundida ante la palabra del chico. Kaien se acercó a su oído y le susurro:

-Nada por delante y nada por detrás.

A Rukia se le hizo un tanto difícil captar lo que eso significaba, pero después de cierto tiempo varias venitas de enojo aparecieron en su frente.

-Maldito imbécil. Le grito en ira.

-Bueno, mejor vámonos antes de que comiencen una pelea…- dijo Kaien con una gotita de sudor en la frente y sosteniendo a Rukia de los brazos para que no se fuera a pelear con su estúpido hermano, ya que no quería tener problemas en esos momentos.

-Está bien, y por cierto…Bienvenidos a Karakura…


Bien este es el fina, hahaha, bueno, gracias por leer y ya saben, sil es gusto favor de comentar!