Hola chicas esta historia es una TRANSCRIPCION de la original de Yurika Cullen que muy amablemente ME PERMITIÓ ADAPTAR sus historias a los personajes de Candy Candy, y así compartir con ustedes su talento….espero le agrade tanto como las otras historias que su inspiración nos ha permitido disfrutas…
DIFÍCIL DE AMAR
By Yurika Cullen
Capitulo Uno
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Una vez más me levante demasiado temprano para mi gusto, y no me disgustaría tanto si no fuera porque son gritos los que me levantan cada mañana, gritos insoportables y ensordecedores, cada mañana es la misma historia desde hace años, y aunque me disguste estar tan temprano en pie, prefiero miles de veces madrugar al instituto que quedarme en esta casa aguantando una vez más tantos momentos insufribles. En un lugar en el que gracias a las constantes discusiones no se puede vivir más en paz, ahora ni siquiera dormir era placentero, pues siempre era interrumpida por las discusiones.
Mis padres en los últimos años cada vez se llevaban más mal, y cualquier tema sin importar lo insignificante que fuera era punto de discusión, todo era un motivo valido para poder enfrentarse y pelear, mi hermano Albert y yo al comienzo tratábamos de calmarlos, pero después nos dimos cuenta que era inútil, al parecer su único deseo en la vida era discutir, tanto así que llegaron al punto de descuidarnos afectuosamente, ni mi hermano ni yo les importamos mas, solo somos importantes cuando pueden usarnos como un motivo para discutir, por lo demás, somos ignorados.
Yo he tratado de hacerme cargo de Albert durante este tiempo, he tratado de estar pendiente de él, de sus estudios y de su vida personal, de que él vea que me interesa su vida, él aun es un niño y me da muchísimo miedo que la falta de atención de parte de mis padres creen algún trauma en él o lleguen a hacerlo un niño rebelde y problemático, aunque cada vez es más difícil saber qué piensa, pues mientras más mayor se hace Albert más indiferente se hace a los problemas y aunque sé que en el fondo es una fachada y todo lo hace para que yo no me preocupe por él, sé que en verdad todo le afecta. Aunque en vez de un chico problema se ha hecho lo contrario, siempre sobre sale en el colegio por sus notas altas, por su buena conducta, y demás cosas. Todo eso lo hace con el fin de llamar la atención en casa, con la idea de que nuestros padres se sientan orgullosos de él y de que yo no me preocupe tanto, pero es en vano, para ellos, nosotros no existimos.
Baje al comedor y como siempre mis padres discutían y se gritaban tan fuerte como podían, ni siquiera preste atención en cual era el tema de discusión, no tenía caso, Albert terminaba de desayunar en silencio mientras leía algún libro de su interés para distraerse, cuando me vio, me sonrió y dándome los buenos días se marcho a su escuela, me gire a ver a mis padres y el apetito se me esfumo en menos de un segundo, así que como siempre hoy no desayunaría, tome el almuerzo que había empacado ya mi madre, mas por obligación que por otra cosa y el cual alguna vez también había llegado a ser tema de discusión para ellos, lo guarde en mi mochila y salí hacia el instituto.
Cuando por fin estuve fuera solté todo el aire que tenía guardado en mis pulmones y me masajeé un poco los hombros pues la tensión de mi casa me ponía realmente nerviosa y estresada, no veía la maldita hora de terminar el instituto, cumplir la mayoría de edad y buscar una universidad lo más alejada de mi casa y mudarme a un departamento yo sola, aunque pensar en dejar solo a Albert me retenía bastante, sería horrible para él quedarse solo con ellos y aguantar tantas discusiones todos los días, de todos modos aun faltaba mucho para que yo cumpliera la mayoría de edad y me graduara, así que tal vez para ese momento ya hubiera pensando en algo, por el momento tendría que seguir aguantando los problemas y tratando de evitarlos lo más posible, era eso lo que hacía que cada día estuviera menos en casa, salía más temprano y llegaba más tarde, y lo peor de todo es que nadie parecía notarlo, nadie nunca me hizo un reclamo o nada parecido, y era de esperarse, a ninguno de ellos dos le importaba.
Seguí caminando distraída y ahora más tranquila, mientras más lejos estaba de mi casa, me sentía cada vez mejor, iba demasiado temprano así que no tenía apuro en llegar, el silencio y la calma era algo de lo que no gozaba todo el tiempo, así que me encantaba disfrutarlo cuando podía.
— Hoy de nuevo llegas temprano pecosa— dijo una voz jocosa en mi oído, inmediatamente me tense y me puse nerviosa, como auto reflejo di un paso hacia atrás para alejarme de él, pero era demasiado tarde, me había tomado de la barbilla y me había dado un beso fugaz en los labios, antes de que pudiera darle una cachetada, él ya se había alejado
— ¡Te odio!— le grite con todas mis fuerzas— ¿Por qué demonios no entiendes que no te soporto? ¡Tienes que dejar de hacer esto todos los malditos días!— estaba realmente furiosa, él me miro con esa maldita sonrisa de triunfador y me guiño un ojo
— Sabes que nunca lo hare Candy, tienes que dejar de resistirte y rendirte de una vez, simplemente acepta ser mi novia—
— ¡Ni muerta!— exclame furiosa— ni aunque fueras el último hombre sobre la faz de la tierra Terry Grandchester— escuche su fuerte carcajada y tome un par de respiraciones para calmarme, este hombre sacaba lo peor de mi
— Yo siendo tu pecosa, no me atrevería a asegurar nada, tal vez un día de estos tengas que tragarte tus palabras— yo fruncí el ceño
— ¡Púdrete!— dije pasando por su lado y empezando a caminar, el muy imbécil me siguió— ¡Deja de seguirme!... No entiendo por qué demonios tengo que ser yo a quien molestes, tienes al noventa y nueve por ciento de las mujeres de este instituto a tus pies ¡Oh gran soberano rey Grandchester! ¿Y tengo que ser justo yo a quien molestes así?— dije con sarcasmo y frustración
— El noventa y nueve por cierto de las mujeres de este instituto no me interesan en lo más mínimo, ya lo deberías saber de sobra Candy, solo me importas tu, así que desgraciadamente para ti, seguiré insistiendo hasta que muera— y volvió a guiñarme un ojo
— ¿Qué hice para merecer esto?— exclame más para mí, que para él, el muy estúpido rió
— Simplemente ser tu, eso hiciste— dijo mirándome serio
— ¿Qué?— pregunte frunciendo el ceño
— Esa personalidad tuya, eso es lo que más me gusta de ti, aparte de lo obviamente hermosa que eres, pero tu forma de ser es lo que más me gusta pecosa, nunca te andas ofreciendo a nadie— y me toco la mejilla suavemente, de un manotazo la retire
— Estupendo, mañana mismo buscare un buen profesional que me haga un cambio extremo y me reforme completamente tanto la apariencia, como mi personalidad— comente con disgusto. Él volvió a reír
— Demasiado tarde, no importa lo que hagas, no te libraras de mi— yo lo fulmine con la mirada— bueno, será mejor que me vaya, tengo practica de futbol, nos vemos luego— y guiñándome un ojo se marcho
Yo me quede revolcándome en mi propia furia y enojo mientras caminaba a mi salón, definitivamente mi vida era una completa mierda, no bastaba con los problemas de mi casa, sino que también estaba el imbécil de Terry.
Terry Grandchester, el hombre más insoportable, arrogante, pedante y problemático del universo entero, para mi propia desgracia era mi compañero de clase, ambos estábamos en el mismo instituto y en el mismo salón, era el chico más popular del instituto, uno de los más problemáticos, pero a su vez de los más inteligentes, tenía las mejores notas en todas sus materias, pero su conducta era un desastre, siempre se metían en problemas, siempre estaba de pelea en pelea, la mitad de los hombres lo admiraban y lo seguían como si fuera un líder pero la otra mitad lo aborrecían a muerte, le tenían envidia, especialmente porque tenía a todas las mujeres a sus pies, todas babeaban por él, y por eso se había ganado muchos enemigos tanto como amigos.
Desde que había ingresado en el instituto se había convertido en mi tormento, al principio me ponía apodos, me molestaba siempre que me cruzaba, se reía de mí, en fin, un montón de momentos incómodos me había hecho pasar desde que ingreso al colegio y sin aparente motivo alguno, hasta que un día en medio del patio del instituto, rodeados de todos los estudiantes, él me había gritado de forma bastante particular que estaba enamorado de mí y que quería ser mi novio, desde ese momento su actitud cambio, ya no se reía de mi, ni me decía cosas desagradables, pero me seguía molestando terriblemente, siempre que nos cruzábamos terminábamos discutiendo.
Especialmente porque él se había atrevido a robarme un beso, mi primer beso, el muy desgraciado se había atrevido a hacerlo, y lo seguía haciendo todos los malditos días, de una forma u otra se las arreglaba para besarme todos los días, aunque solo eran roces, besos fugaces y rápidos. Pero el primero no lo había sido, él primero había sido un beso de verdad. Ese día había llegado demasiado temprano al instituto por culpa de las discusiones en casa, iba caminando realmente distraída por los pasillos cuando me lo cruce a unos metros del salón, él muy imbécil sin darme tiempo de nada y sin motivo aparente alguno simplemente se acerco, me arrincono contra la pared y me beso.
Me beso por mucho tiempo y de manera tan suave que no me negué, no me moví, eso fue lo peor, que no lo aleje, apartando la sorpresa que sentía por su repentina acción, sus labios se habían sentido tan bien que no había podido pensar mucho y por reflejo había soltado mi mochila y me había agarrado de él poniendo mis manos en su pecho. Le había correspondido, solo había sido esa vez, pero lo había hecho al fin de cuentas, y hasta el día de hoy todavía recuerdo cada sensación y cada movimiento de sus labios y eso era algo que no me podía perdonar, porque de una manera u otra había caído igual que las demás, me había cegado su encanto, había permitido que él hiciera conmigo lo que quiso en ese momento, pero después jure que nunca más lo dejaría de nuevo. Y aunque se las había arreglado para robarme besos, solo eran simples roces, pues nunca más había permitido que profundizara ninguno y no lo permitiría en el futuro.
Pero gracias a su abierta confesión y a esos besos que él muy maldito me daba incluso en público, yo también llegue a tener mis "enemigas", especialmente porque después de que me había confesado que estaba enamorado de mi, había dejado muy claro al resto de estudiantes que no quería a ninguno rodándome, o de lo contrario tendrían problemas con él y como era tan bueno en artes marciales la mayoría le temía. Y desde ahí habían pasado dos cosas importantes, la primera, nunca más se me acerco un chico a hablarme para algo que no fuera estrictamente necesario, pues todos temían que Terry les hiciera algo malo y la segunda y la más molesta de todas, había cultivado un grupo de enemigas personales y solo dedicadas a mí sufrimiento. Eran las chicas más populares del instituto y las que más perseguían a Terry, me habían declarado su odio y rencor particular cada vez que les fue posible. Desde entonces no me dejaban en paz, eran ellas las que me hacían bromas, me gritaban cosas y me hacían pasar los momentos más incómodos y vergonzosos.
Era realmente desagradable tener que soportarlas todos los días, y aunque gracias a Dios tenia a mis amigas conmigo para ayudarme a aguantar tantos problemas, realmente algún día iba colapsar de tantos momentos desagradables que vivía.
Cuando por fin ingrese en el salón solté un suspiro de alivio, trate de relajarme un poco y logre conseguirlo cuando mis amigas llegaron y se sentaron a mi lado, no les conté mi pequeña discusión con Terry en la mañana, pues pasaba tan a menudo que ya no era ninguna novedad, al igual que las peleas de mis padres, así que por el contrario trate de disfrutar de la conversación lo mas que podía, solo en los momentos que estaba con ellas podía ser yo misma y estar en paz, luego tendría que volver al infierno que era mi casa, así que no tenia porque amargar las únicas oportunidades en las que podía estar tranquila.
La última clase había llegado, el profesor Leonard que era el encargado de nuestro salón y a su vez el profesor de literatura, había anunciando hace un par de días que para el próximo festival del instituto nuestro grupo debía hacer una obra de teatro, la historia que interpretaríamos seria original, él había hecho un concurso de cuentos hacia un par de meses y se le ocurrió usar la historia ganadora de esa vez, y había sido nada más y nada menos que la escrita por Annie, todos estuvieron de acuerdo, era realmente una historia muy entretenida, trataba de amores imposibles y reinos en guerra, todo un cuento de hadas y del príncipe azul. El día de hoy debíamos quedarnos más tarde de lo normal pues empezaríamos con los preparativos de la obra.
— Bien, aclarado el tema de la historia quería proponerles y espero que todos estén de acuerdo— hablo el profesor— pues ya que la señorita Britter fue la creadora de la historia, considero que ella debería ser quien interprete a la protagonista del cuento— mi amiga se sonrojo fuertemente, aunque era una chica muy inteligente, relacionarse con las personas y hablar en público era uno de sus puntos débiles, le daba muchísima vergüenza; de nuevo todos estuvieron de acuerdo con la idea del profesor— ¿Qué dice usted señorita Britter?— le pregunto
— Bueno… si nadie tiene inconveniente, me gustaría mucho ser la protagonista— dijo bastante apenada, yo sabía que ese cuento era especial para ella así que lo más lógico es que estuviera encantada de hacer el papel principal, pero era tan tímida que le daba vergüenza aceptarlo abiertamente
— Estupendo, para el resto de los papeles y ya que no todos podrán participar en la obra, para hacerlo justamente y repartir las tareas que tendrán cada uno en la obra y en la instalación de esta, he anotado el nombre de todos y lo hare por medio de un sorteo—
El profesor saco una bolsa negra la cual contenía los nombres de todos en ella, poco a poco fue sacando nombre por nombre y repartiendo los papeles de la obra, Sandra, Paty y yo miramos a Annie cuando el profesor dijo que el príncipe de la historia seria Archie, nuestra amiga estaba más roja que nunca, pues siempre había estado enamorada del chico, y al parecer a Archie no le había disgustado nada el papel pues había sonreído abiertamente al enterarse.
— Bien, los encargados de dirigir la obra, y preparar el escenario serán— metió la mano en la bolsa y saco dos papeles— la señorita Andry y el joven Grandchester— hubo silencio por un rato en el salón, todos nos miraron atentamente, luego el profesor como si nada siguió repartiendo deberes y la atención de todos se disipo un poco
Yo maldije mi desgracia y mire hacia mi derecha en la parte de atrás del salón, sonriendo con naturalidad y guiñándome un ojo estaba el maldito arrogante de Terry, ¿Era posible que mi vida realmente estaba destinada a cruzarse siempre con ese idiota? Definitivamente los siguientes días serian un total infierno.
Sé que aún está pendiente la historia se labios del pecado pero Miko la autora no la actualizado por lo que todas estamos en la misma situación que paso con la pareja, espero que ella pronto logre actualizar y poder seguir deleitándonos con su relato.
