Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad original del autor Masashi Kishimoto
Aviso Importante: Los personajes de Sayuri y Tsubaki son personajes creados por mi, posiblemente en capítulos siguientes se tendrá una personalidad un poco OCC por parte de los personajes pero serán escasas esas apariciones OCC. las frases que se pondrán son fragmentos de canciones así que siempre cuando utilice una diré la canción y cantante o banda a la que pertenece. El siguiente fragmento de canción de de Vamps ¨Vampire's love¨
Eternos
La deslumbrante sonrisa. Estaba sólo más allá de mi alcance, cuán dulce e inocente eras.
Si pudiera cruzar mi noche en el sol…
Hagoromo comenzó a comprender que el camino hacia la paz llevaría más tiempo del que disponía en este mundo. Por eso, decidió impartir su sabiduría por el mundo con sus viajes con ello también impartió el Ninshū su más grande creación ya que eran los conjuntos de enseñanzas que el profesaba para que los humanos se entendieran los unos a otros y compartir sentimientos mutuos, en unos de sus tantos viajes Hagoromo procreo dos hijos, Indra y Ashura. Su hijo mayor, Indra, quien heredó los poderosos ojos fue considerado un genio, haciendo que su camino fuera muy solitario y llegando a la conclusión que el poder era la verdadera clave para la paz. Su hijo menor, Ashura, quien heredó el cuerpo, era todo lo contrario al hermano mayor. Ashura nunca hacia nada bien, pero con gran esfuerzo, entrenamiento y hacer amigos en el camino se volvió tan fuerte como su hermano, comprendiendo que el amor es la verdadera clave para la paz.
Hagoromo al ver la práctica y la perseverancia de su hijo menor antes de morir eligió un sucesor para que profesara el Ninshū, el cual Indra creía que estaba por hecho que su padre lo elegiría a el puesto que era el mejor en todo pero, en el lecho de muerte de Hagoromo el dio su dictamen y el sucesor era Asura su hijo menor por que el realmente había comprendido el significado del Ninshū mientras que Indra no lo entendía, eso provoco que en Indra brotaran sentimientos de odio y venganza contra su hermano menor.
Al tener esos sentimientos el hermano de su padre Zetsu Nagro, lo ínsito a que luchara con su hermano para que recuperará lo que le correspondía por derecho de legitimidad al ser el primer descendiente eh hijo genio de su padre lo que causo que Indra tomara en cuenta y enfrentara a su hermano.
—Por Favor Indra no compliques las cosas— dijo Asura intentando solucionar las cosas por medio de las palabras.
—Tú, me quitaste todo lo que me pertenecía— respondió Indra con odio y firmeza.
—Indra yo no te quite nada— menciono llevando la contraria a la respuesta de su hermano mayor. — Por favor, hermano podemos hacer todo junto no es necesario que luchemos.
El escuchar eso Indra se sintió incrédulo y dio un salto hacia atrás lanzado kunais de esa forma comenzando su batalla contra Ashura.
Dos grandes poderes se enfrentaban, dos diferentes ideales se enfrentaban al igual que diferentes sentimientos se enfrentaban, todo en ellos dos era diferente no había nada en que compararlos uno se enfrentaba a la vida con soledad mientras que otro se enfrentaba a la vida acompañado de gente que lo respetaba y admiraba, su sentido de vida era descomunalmente contrario, uno era regido por la luna, la soledad y la oscuridad en cambio el otro era regido por el sol, el acompañamiento y la luz.
Era tanto su poder que en un ataque desesperado de los dos hermanos colisionaron magnitudes de poder colosal que los encerró en una esfera obscura que en unos tantos segundos estallo haciendo que Ashura tanto como Indra fueran lanzados a grandes kilómetros de distancia.
Indra fue lanzado al lado derecho en donde se encontraban grandes hectáreas de bosques y riachuelos que desembocaban a lagos con aguas caudalosas, Zetsu al tomar en cuenta hacia la dirección a la que iba Indra se movió rápidamente para aquella dirección en el cual Indra caería inconsciente con insuficiente chakra en su cuerpo. Indra antes de caer al suelo inconsciente Zetsu subió del subsuelo e hizo una masa con su cuerpo para amortiguar la caída de Indra, al caer Indra directamente hacia él se hizo un pequeño cráter el cual hizo que Zetsu regresara al subsuelo y dejo a Indra en el bosque inconsciente y con poco chakra.
Al amanecer cerca del riachuelo se encontraba en muchacha quien estaba pescando o eso era lo que parecía al terminar de pescar, ella camino unos pequeños kilómetros adentrándose un poco más al bosque para conseguir algunas plantas y hierbas guardando todo en una pequeña canasta que tenía un lazo para poder llevarla de forma cruzada apoyada en su pequeño hombro, cada vez que se adentraba al bosque podía ver que una parte había algunos árboles caídos y un cráter al ver eso ella corrió hacia ese lugar y encontró a un hombre dentro del cráter y a su vez del suelo salía masa negra que estaba tomando forma.
— ¿Quién eres tú? — pregunto Zetsu en forma amenazadora. —Tu cara demuestra miedo y sorpresa.
—Eh… yo— intento responder la muchacha intentando acercarse a Indra. —Él está herido podría ayudarle.
—No es tan necesario— Zetsu se acercó rápidamente al cuerpo de Indra. —Él es alguien extremadamente fuerte no podrá morir.
— ¿Qué?, de verdad usted está hablando en serio— replico y se acercó sin importarle que Zetsu estuviera enfrente de Indra. —No me importa quién sea usted, el merece que lo ayude.
Cuando la muchacha estaba a punto de tomar el brazo de Indra para ponerlo de pie Zetsu se lo impido tomando su brazo y apretándolo para que no se acercara más a Indra de lo que era debido, ella al notar ese apretón le dio una mirada feroz que sostenía con la cara más honesta al querer solo ayudarlo eso hizo que Zetsu lo notara y que por un momento se preguntó ¿Qué podría hacer esta chiquilla insignificante con Indra? Ella era alguien del cual no podría preocuparse si le hiciera algo a Indria no es alguien que podría interponerse entre los asuntos de ellos así que soltó lentamente el brazo de la muchacha y dejo que levantara a Indra.
—Yo podría ayudarte, no eres alguien con una buena resistencia eres demasiado pequeña— recalco burlonamente Zetsu. —Indra es alguien que podría moverse en el trascurso del camino y podría caer y golpearse.
—Indra— susurro al tenerlo completamente de pie enfrente de ella. —No te preocupes a pesar de ser pequeña como tú lo dices realmente tengo una buena resistencia —finalizo con una dulce sonrisa. —Solo necesito que cuides mi canasta.
Se quitó la canasta donde llevaba todas esas cosas las cuales eran esenciales en su vida diaria y se la entregó a Zetsu, el solo la miro con molestia mientras que ella acomodaba a Indra para llevarlo a cuestas a su casa, cuando iban caminando en un parpadeo Zetsu desapareció y ella se quedó solo en la bosque con un hombre el cual solo sabía su nombre.
—Conque te llamas Indra— dijo algo cansada. —Mi nombre es Sayuri, disculpa por no haberte dicho mi nombre antes de llevarte de esta forma— Sayuri se rio un poco ya que sabía que Indra no podía escucharla. —Indra, ¿Por qué viajas con alguien tan malhumorado como ese compañero tuyo? — Cuestiono a Indra quien estaba en estado inconsciente. — ¿Cuál será su nombre?
—Su… nombre es Zetsu— Indra hablo pausadamente por lo cansado que estaba. —Tu voz es algo molesta.
— ¡Eh! — Sayuri paro en seco al escuchar la voz de Indra. — ¿Me has estado escuchando todo este tiempo?
—Todo este tiempo tu voz ha sido fastidiosa— respondió. —Quiero que me bajes.
—No puedo, no eres capaz de moverte—movió sus brazos para sostener mejor a Indra. —No te preocupes, pronto llegaremos a casa.
—Hmmm
Pasaron varios minutos desde que Sayuri pudo hablar con Indra, ya que él se quedó un poco dormido. Cuando estaban a punto de llegar a la puerta Zetsu apareció de repente haciendo que Sayuri se asustara y gritara un poco.
—No haga eso, por favor—pido como favor un poco asustada. — ¿Podría abrir la puerta?
—Claro—respondió cortante y abrió la puerta. —Espero no volver a asustarte.
—No lo…—respondió volteando en donde estaba Zetsu. — ¡No esta!, diablos como hace eso—dijo sorprendida con sus brazos cansados. —Tengo que dejarte en un lugar.
Su casa no era tan grande pero tampoco era tan pequeña, era de un tamaño intermedio. Ella vivía sola y no tenía con quien compartir su casa fue por eso que remplazo algunos muebles con estantes donde se encontraban plantas y frascos. También con pocos libros ya que no le alcanzaba para comprar todos esos libros que ella ansiaba con tanto fervor. Intento abrir la puerta de su cuarto, batallo un poco pero si pudo lograr, bajo a Indra con mucho cuidado y lo recostó en su cama. Lo miraba intensamente y tomo un mecho de su cabello era negro pero no un negro normal si no un negro intenso como la noche pero brillante como como las estrellas en el firmamento, al mirarlo se encontraba con cada facción de su cara eran finas pero masculinas, tenía una piel blanca que le quedaba tan bien, era un hombre guapo muy atractivo tanto que aria que mujeres de muchos lugares del mundo vinieran a su casa para solo admirarlo.
—Tengo que curarte—dijo posando su mano en su frente para tomar la temperatura. —Posiblemente tengas fiebres—retiro su mano y lo volvió a mirar. —Preparare algo, espero que lo tomes.
Salió del cuarto y volvió a la sala en donde estaban todos esos estantes con plantas, ella tomo unas de esos estantes, con la mirada busco su canasta y si allí estaba en su mesita comino hacia allá y saco otras plantas. Las puso en agua para hacer un té, mientras hacía eso iba a otros estantes y saco una botellita de miel para endulzar el té ya que era muy amargo y con eso también saco una cera de abeja eh hizo un bálsamo para curar esas heridas superficiales y si llegaba a tener unas internas tendría que hacer todo lo posible para tratar de curarlas.
—Voy a pasar— dijo pero no recibió respuesta o respingón por parte de él. —Indra…—su nombre para ella era imponente con tan solo decirlo sentía que se lo decía a un dios. —Por favor, despierta.
Se acercó y volvió a poner su mano en la frente de aquel hombre quien estaba estallando de calentura, algo la sorprendió e hizo que diera unos pasos hacia atrás, Indra le había tomado la muñeca y abrió los ojos mirándola sin cólera y sin agrado, sin ningún sentimiento que leer en esos ojos, unos ojos grandes y encantadores, tan negros como el carbón y tan relucientes y brillantes como diamantes, esos ojos negros que se posaban ante Sayuri eran un mar de encanto, eran tan enigmáticos que Sayuri sintió una gran posesión hacia ellos, no deseaba que nadie más los mirara.
