Disclaimer: Todo a Ishida Usui.
Nota: Tabla Básica- 30vicios. [LiveJournal]
Tema: #01 – Inicio.
Género: Drama/Terror.
La Tragedia
Prologo:
Nightmare.
Todo parece tan irreal, es que no se siente como si fuera él. No puede ser que esto le suceda a él, no es posible, no es racional.
Nunca ha hecho nada malo, siempre ha tratado de vivir por sí mismo sin molestar a nadie, e incluso ha seguido el ejemplo de aquella persona. No se merece eso, no es justo pensar que algo tan terrible le pueda pasar a una persona como él.
No es lógico, es impensable e imposible ¿Cómo pudo suceder algo como eso? Pensaba haber escuchado, u oído, que algo como eso era absurdo. Como alguna clase de chiste, claro, ¡una broma asesina! ¿De eso se trataba? Un tipo de broma pesada en la que ha caído por ingenuo.
Entonces ríe eufórico, y escucha su risa rebotar por las paredes vacías de la casa. Alguien allá arriba debía estar pasándosela bien, observándolo como se sume en su locura.
En realidad no tenía gracia. No quería reír, más bien quería llorar. Y así como comenzó a reírse, un torrente de lágrimas enfurecidas se escurrió por sus ojos, se dejó caer en el piso para abrazarse en busca de un poco de consuelo. Reía y lloraba al mismo tiempo, no tenía el control de sus emociones (, no es como si tampoco intentara recobrarlo).
Y cada que la manecilla del reloj hacía "tic" sentía como el mundo, su mundo, y la realidad se escocía de a poco, como una vela consumida por el fuego. Y cada que la manecilla hacía "tac", todo perdía sentido y se sumía bajo un monstruo. Un ojo negro y de pupila escarlata.
Lo observaba, aquello lo observaba con su infinita mirada gélida, impávida y carente de emociones. Y podía ver cómo el no-viento (, porque no podía sentir la brisa fresca,) hacía que los cabello blancos, de apariencia casi muerta, se revuelvan y se ericen en un ciclo reiterativo. Y negaba, reprobando sus actos, como decepcionado.
¿A caso era él la deidad que le había gastado la broma? Entonces ¿por qué le miraba de esa manera tan despectiva? ¿A caso esperaba otra reacción por parte de él?
La ira le hacía hervir las venas y apretar los dientes hasta que duela. Porque si eso se creía capaz de mirarlo así, al menos que tenga un poco de clemencia y muestre su cara. No lo podía ver, tenía una clase de mascara y el resto de sus facciones cubiertas por algo, no sabía cómo definirlo.
¿Quién se creía para especular alguna reacción, para mirarlo de esa manera, para hacerle pasar por eso?
Entonces esa fue la gota que derramó el vaso, se lanzó hacia él con una velocidad y fuerza que no reconoció como propias. Y cuando estuvo a punto de destrozarlo con… con sus garras se esfumó, y cayó de bruces al cemento. Ya no estaba en casa, en algún momento había salido a la ciudad… Sin embargo, aquello… se desvaneció, como una ilusión, como un sueño…
¡Un sueño!
De pronto todo comenzó a esclarecer, el sentido comenzó a tomar forma. Se sentía estúpido, ¿cómo no lo había pensado? Ahí estaba lo gracioso.
Se trataba no de una broma, si no de un sueño —o una pesadilla, en su opinión. ¡Claro que nada tenía sentido!, ninguno de sus sueños lo tenía. Ahora tenía que despertar, luego… alguien se reiría con él y de él.
Empero, como un colmo, no pudo despertar. Por más que abriera y cerrara los ojos, por más que se pellizcara, golpeara, pataleara, desgarrara… No despertaba.
Y como una cascada de agua congelada, que de repente caía sobre su cálido cuerpo, la realidad le cayó encima. No se trataba de una broma, no se trataba de un sueño, y ni si quiera de una pesadilla. Esto era real.
Y pronto recordó el gusto repulsivo de la comida, como el pan sabía a esponja vieja, seca y pastosa, o las verduras sabían como un ponzoño nauseabundo, o incluso las tan amadas hamburguesas, la carne sabía podrida y gomosa. No podía pensar en algo más desagradable que la textura de la carne.
[GOLUP, GOLUP]
Su estómago se revolvió como una fiera dentro de él. Gritaba, no, aullaba de hambre. Casi podía sentir como si algo iba a salir expulsado de su interior, a posar sus manos en sus labios y abrir su boca para finalmente salir al exterior.
Sin embargo en todo lo que podía pensar era en saciar el hambre. Tenía tanta hambre como nunca había tenido en años. Lo estaba carcomiendo, no podía dejar de buscar algo de comida.
¿Pero en el medio de las calles? ¿Por qué él…
Un ruido captó su atención completamente, pudo distinguir dos figuras. Una más grande, robusta, llena de grasa (algo en su interior le dijo que buscara otra opción) parecía estar en una clase de conversación, una discusión tal vez, con otra figura más pequeña. Delgada, contoneada, con la grasa justa (y deliciosa).
Si, deliciosa, su piernas torneadas y blancas descubiertas como una invitación a saborearlas. Una cintura fina y suave, con el interior relleno de órganos sanos. La delgadez justa de sus brazos, manos y dedos tan finos como largos, y el rostro de una muñeca, redondo y de facciones delicadas. A ella si, a ella.
No se percató hasta cuando la otra figura, el viejo con grasa demás, intentó apartarlo. Como si estuviese reclamando su propiedad.
— ¡NO ME TOQUES!
— ¡TU OJO ES ASQUEROSO! —chilló con el rostro descompuesto en terror e ira. ¿Ojo? ¿Su ojo? — ¡Monstruo! — ¿Monstruo? Él… era… un monstruo.
A penas pudo caer en cuenta de los hechos cuando un rayo, no, una ráfaga. Y la mitad de la cabeza del viejo salió expelida, y minutos después el resto del cuerpo cayó laxo al suelo.
Hubo unos ojos; como un espejo de los propios, sin embargo paradójicamente eran diferentes. Enormes orbes brillantes, negras y con pupilas escarlata. Eran aterradores, como si con solo mirarte lo atraparan entre ellos, casi hipnóticos. Pensó por un momento que tenía unos ojos bellísimos, que eran como las piezas más preciadas de un rompecabezas único y todas las demás piezas se unían de una forma tal que solo hacía resaltar ese tipo de belleza sombría. Los pequeños y voluptuosos labios cereza, la piel de porcelana fría, las finas venas que rodeaban las orbes…
Daba miedo, un miedo irracional e instintivo, le hacía querer huir, escapar, correr hasta encerrarse en un lugar muy oscuro. Era como si una voz le imperara correr, contrariamente, al mismo tiempo otra voz, casi con la misma fuerza lo ataba a ese lugar… A ese momento.
Él intento, cerrar los ojos, huir, escapar, correr de ese lugar, de ese momento. Sin embargo, como si estuviese atado por una razón que había olvidado, él mismo había vuelto.
Con esos mismos orbes clavados en él, mirándolo con odio (¿odio? ¿O era dolor? ¿O era desesperación? No… ¿qué era eso que escondía?) asesino, era cruel con sus golpes, casi como si no tuviera alma, obligándolo a tragar eso que no quería en su boca. Ella era un monstruo, él no lo era (¿estássegurodeso?).
¿Por qué habría querido volver con ella? ¿Qué era lo que estaba pensando cuando decidió quedarse? ¿Qué era eso que le ataba? ¿Era eso mismo que había visto en sus ojos?... ¿Qué fue lo que había visto en ese par de aterradores ojos de monstruo?
Oh si…
Y ahora que la podía ver bien, con esos orbes azul marino-rojo escarlata, y esa no-lagrima que se evapora por el borde de sus pestañas… Podía ver claramente esa tristeza.
Y abrió los ojos.
N/A: ¿Review?
Miau!~
