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Adevertencias: Los hechos de este fic ocurren años después del suceso de Kid Loki, suponiendo que funcionó.
Disclaimer: Los personajes y películas mencionadas pertenecen a sus respectivos creadores.
Summary: Ambos habían sido diferentes desde el primer momento, jugando roles que los escondían en ese mundo con tal de cumplir su destino, más no siendo su verdadero ser. Cuando el final llega, todo cambia para los mortales e inmortales.
Redemption
Durante años guardo el secreto. Durante casi dos décadas había mantenido en secreto la verdadera procedencia de Draco y Harry. Durante casi dos décadas les hizo jurar que se mantendrían jugando sus papeles sin importar lo que pasará.
Ambos niños lo descubrieron, no, lo recordaron apenas cumplieron once años. Exactamente el día que se vieron por primera vez. Pero siguieron jugando sus roles hasta que se dio la oportunidad de hablar a solas. Habían jugado una travesura que conllevo grandes consecuencias para ellos y un gran número de inocentes. Su castigo fue caer Midgard como un par de niños.
Fue entonces que Narcisa y Lilly los encontraron, ambas se miraron, reconocían las runas en las mantas y en la carta que los acompañaba. Entonces lo decidieron, a sabiendas de que sus maridos habían estado en las filas lo suficiente como para hacerlos creer que ellas habían estado embarazadas. Fue un pacto silencioso sellado en la determinación de sus ojos.
Pero tras la muerte de los Potter y la desaparición del niño, Narcisa se aseguró de enseñarle todo lo necesario a Draco para defenderse, incluso la máscara que debía mostrar frente a los demás. Un día su hijo le preguntó si alguna vez podría dejar de mostrar esa desagradable máscara a los demás. La única respuesta que le dio fue que sabría cuándo.
Ese día Draco supo que con Harry podía ser el mismo. Aun sí sólo podían ser ellos cuando estuvieran a solas.
Esto llevó a otras consecuencias, claro. Habían hecho amistades con sus roles, pero sólo poder ser ellos mismos con el otro los había hecho formar un vínculo muy estrecho. Al cabo de los años estaban saliendo, nadie lo sospechaba, sus poderes asgardianos les permitían esconderse cada vez que querían, y si sumaban la capa de invisibilidad todo era como miel sobre hojuelas.
Quizás el vínculo había sido demasiado profundo. Narcisa aun no entendía porque su niño se había puesto tan mal con la partida de Harry, su salud sin duda había decaído drásticamente. Las ojeras y su cada vez más pálido semblante. Tuvo que pedirle que dejara la escuela, pero tan pronto estuvo libre de ese lugar, Voldemort lo reclutó como un Death Eater.
Pero ahora que Draco yacía tendido en la cama, se preguntaba si había sido una buena idea esconder la verdad durante tanto tiempo. Si no hubiera sido mejor que se uniera al niño que vivió en su última travesía. Pero aquí estaban, soportando a Bellatrix. Y no fue hasta el momento en que Draco ayudo a los prisioneros a escapar que lo notó, el verdadero motivo de que su hijo estaba tan enfermo.
El dolor en el rostro de su pequeño era suficiente. Corrió hacia él antes de que Bellatrix pudiera notar algo, lo guio hasta un pasillo oculto y lo transportó a una de sus casas de campo. Se vio obligada a invocar encantamientos silenciadores para que los cazadores no escucharan los gritos de Draco.
Poco después de aquello Draco volvió a Hogwarts, ayudando a Harry a obtener el último horrocrux, por poco queda atrapado en el fuego, pero el castaño volvió a él justo a tiempo. Sus miradas se perdieron en la del otro, pero unos improperios de Ron fueron suficientes para recordarles su actuación. Después de todo, la redención de su castigo aun no llegaba.
La lucha entre el señor oscuro y el resto del mundo mágico habían llegado a su culmine. El chico yacía muerto a sus pies, al menos a simple vista. Pretendió tomarle el pulso mientras tenían una conversación a susurros. Draco seguía en el castillo. No temía por su vida, sabía que los dos niños asgardianos no morirían por mera magia mortal, pero habían muchas otras vidas en juego.-Los pondré a salvo.-le aseguro antes de decláralo muerto.
En momento en que el señor tenebroso llamo voluntarios, Draco fue el primero en caminar hacia ellos. Las lágrimas asomándose en sus ojos, su rostro colorado en impotencia. Al pasar junto a ellos se detuvo ese hombre le decía algo. Pero él sólo pudo escuchar la voz de Harry en su mente.
No se inmutó, siguió su camino hasta Narcisa, bajo la atónita mirada de Lucius. Caminaron tras las filas tomados de la mano y con movimiento de la mano de su madre se desvanecieron.
Sabía que el revuelo se formaría poco después de su desaparición. Después de todo Harry estaba vivo, listo para enfrentar al innombrable, sólo necesitaba un poco de distracción.
Narcisa le tendió un bolso muggle, tenía un hechizo para meter más cosas dentro. Se apresuró a recoger sus cosas, todo lo que fuera necesario para ella. Luego fue a ese cuarto cuidado por los elfos domésticos que habían adquirido y ocultado de su loca prima. El interior era distinto al resto de la mansión, no era oscuro ni deteriorado, era luminoso, limpio, ordenado y acogedor. Era el cuarto de su hija, su pequeña princesa.
Tan pronto algunas mantas y mudas estuvieron listas, puso a su retoño en el canasto de paseo. Narcisa se había acercado diciendo que ya era hora de regresar.
Volvieron a transportarse, y él estaba ahí. Esperándolos. La mirada expectante de todos se detuvo en los dos adolescentes parados en el centro de lo que quedaba de patio delantero.-Ya es hora.-le dijo el rubio levantando a la pequeña entre sus brazos, mientras el castaño se encargaba de la mochila.-Así es.-respondió acariciando el rostro del rubio.
La respiración contenida de sus compañeros y profesores les hizo notar que sus cuerpos volvían a ser los que tan sólo conocían por sus recuerdos, cada uno poseía una armadura, Harry una negra con un manto sujeto a su izquierda y Draco una blanca con una capa a su derecha.-Parece que el padre de todos nos ha perdonado.-agregó sintiendo como Draco colocaba su mano sobre la suya.
-Deben haberlo hecho.-respondió viendo una aurora boreal se formaba sobre Hogwarts.-Gracias Narcisa, por todo lo que hiciste por nosotros.
Los ojos llorosos de la mujer y su sonrisa quebrada mostraba que aun así no quería dejarlos ir. Pero tenía que permitirlo, después de todo, los niños que una vez ella y Lilly recogieron debían volver a su lugar de origen.
-Lokison.-habló Potter al tiempo un haz de luz caía sobre ellos.
-Thorson.-continuó Malfoy mientras el arcoíris emperezaba a danzar a su alrededor.
Al volver a mirar a su alrededor, un mundo dorado se mostraba frente a sus ojos. Draco sostuvo con firmeza a su pequeña hija mientras Harry tomaba su mano, guiándolo por el Bifrost hasta las puertas del palacio, donde sus padres los esperaban sonriendo con orgullo al mirar a los dos hijos de Asgard cuyo castigo había transformado su arrogancia en humilde sacrificio.
Gracias por leer, este fue el primer crossover que he escrito de Harry Potter y Thor.
Espero haya sido de su agrado. Nos leemos.
