Nota Aclaratoria:
Está historia está basada en una realidad alternativa de The 100 escrita por Cyberpuf y CarolinaLeal848.
¡Ambas deseamos que os guste!
—No puedo creerlo —murmuró la joven rubia sin apartar la vista del móvil que tenía entre sus manos.
Alycia que servía algo de café a un par de chicos en la mesa contigua volvió la cabeza nada más oírla quedándosela mirando con el ceño un poco fruncido.
—Disculpa, ¿está frío? —preguntó ella llevando la mano a la cafetera para comprobar la temperatura notándola aún caliente acercándose a la taza de ella para tocarla también.
Eliza que ni siquiera se había dado cuenta de que lo había dicho en voz alta elevó la mirada al escuchar a aquella chica ni siquiera siendo consciente de que la había oído.
—¿Qué?
La camarera morena se la quedo mirando unos instantes con unos ojos tan hermosos y verdes que la rubia olvidó incluso cómo hablar.
—Has dicho que no podías creerlo —señalo suavemente la rubia con cautela—. ¿Es por el café? ¿está frío?
Eliza que se dio cuenta de a que se refería reaccionó y negó súbitamente escondiendo su móvil algo avergonzada bajo la servilleta.
—Oh no, no... —murmuró ella con un gesto cogiendo inmediatamente la taza para beber un poco y demostrarle que seguía la taza caliente—. Era... no era por el café... está bueno, tranquila...
Alycia que frunció ligeramente el ceño medio sonrió al ver lo que hacía no pasándole desapercibida el gesto del teléfono móvil. Le resultó gracioso que lo ocultase de ella porque ni siquiera la conocía.
—Ah ya veo —murmuró ella con media sonrisa rellenándole un poco más la taza—. ¿Una lectura interesante?
—No —contestó Eliza casi de inmediato un tanto ruborizada, la morena se la quedo viendo unos instantes con expectante gesto—. Si... si, bueno... no... no es importante, solo algo con lo que distraerme...
Alycia que apoyó la cafetera de la mesa se medio sonrió con un gesto.
—Fuese lo que fuese parecía tener toda tu atención, ¿lo leías también ayer?
—¿Estabas aquí ayer? —preguntó Eliza desconcertada fijándose en ella.
—Estaba dentro, estudiando —señaló la morena hacia la cocina con un gesto—. Pero me fije en que pasaste toda la tarde sentada ahí con la vista clavada en el móvil.
Eliza que se sonrojó ligeramente hizo un gesto bajando la mirada a la taza, realmente había escogido el sitio porque era pequeño, tenía wifi gratis y era tranquilo y barato teniendo en cuenta que se hospedaba en el hostal de al lado.
—Eres la chica de la documentación, ¿verdad? —preguntó Alycia con un breve gesto viendo como cambiaba su cara ella pillada en falta—. Tranquila no te estoy espiando, es que mi madre es quien regenta el hostal y me dijo que la nueva huésped era una chica joven, rubia que no encontraba la documentación.
Eliza intentó salir del paso rápidamente como pudo abrumada un poco por tanta información.
—Oh es que... es... debí de dejarla en alguna parte pero en cuanto la encuentre dile que se la daré.
Alycia que se la quedo mirando unos instantes viendo en ella señales inequívocas de que estaba mintiendo hizo un gesto.
—Aún no tienes los dieciocho, ¿verdad?
Eliza supo que se había delatado en el momento en que la escuchó y apartó la mirada haciendo por levantarse para recoger sus cosas e irse pero Alycia la paró por el brazo.
—Tranquila, no voy a decirle nada —le dijo a ella con un suave gesto tranquilizador—. Es agradable tener a alguien menor de cuarenta por aquí con quien poder conversar.
Su sonrisa hizo que Eliza se relajase un poco pero aún se sentía inquieta por la situación. No estaba acostumbrada a un trato tan amable por parte de desconocidas.
—Le diré que me la has entregado a mi y que la he comprobado, ¿vale?
—Vale —musitó Eliza quedamente sentándose algo queda en la silla.
Alycia que se sonrió un poco fue a decir algo pero de pronto la llamaron e hizo un gesto hacia el mostrador pidiéndole a otra camarera nueva que llevase ella el pedido.
—No serás ninguna delincuente peligrosa ni nada así, ¿no? —preguntó ella medio en broma por si acaso fuese el caso y destrozase la habitación—. Porque mi madre no tomaría muy bien que la engañase...
Eliza que se la quedo viendo terminó negando débilmente un tanto queda.
Alycia que se dio cuenta de que estaba tomándolo muy en serio le sonrió aún más.
—Solo era una broma —aclaró ella con una suave risita sonriéndole después—. No pareces la clase de chica conflictiva que se hospedaría aquí —bromeo de nuevo ella fijándose en como instintivamente llevaba la mano a su móvil—. ¿Qué leías?...
—Solo una historia... —murmuró ella suavizando un poco el gesto aún en tensión—. Algo para pasar el rato nada más...
—Oh, ¿te gustan las historias? —medio sonrió Alycia contemplándola con interés—. Yo escribo, igual cuando termines esa te apetezca leer otras cosas.
Aquello despertó la curiosidad de Clarke.
—¿Tú escribes?
—Pues si... —se sonrió la morena bajando la mirada a la cafetera—. ¿Tanto te sorprende?
Vale que era una ciudad pequeña pero de ahí a que no pudiese aspirar a nada más casi la ofendía.
—Pues si... —contestó Eliza casi sin pensar dándose cuenta de cómo aquello había sonado.
Alycia frunció el ceño arqueando después una ceja y Eliza supo que había metido la pata.
—No, no... no me sorprende que escribas porque estoy segura de que sabes leer y que...
La cara de Alycia paso de la reserva, a la ofensa y a la consternación a medida que las palabras escapaban nerviosamente de su boca.
—Vale, no lo estoy arreglando, ¿verdad? —dijo Eliza poniendo una cara al escucharse llevándose la mano a la cara avergonzada.
—Pues no, la verdad —repuso Alycia con un paciente gesto.
—Lo siento, yo... —¿pero qué diablos le pasaba?, pensó Eliza con un gesto—. Seguro que escribes muy bien, soy yo la torpe con las palabras, perdona.
—Quizás tanto café no sea bueno para ti —dijo Alycia retirándole la taza teniendo que medio sonreírse ya que parecía sobrepasada—. Te dejaré para que sigas leyendo.
Alycia que se dispuso a darse la vuelta para irse sintió la mano de Eliza sobre su brazo.
—Discúlpame, ¿vale?... estoy muy cansada y... me llamo Eliza, por cierto —se presentó ella.
—Lo sé, lo vi en tu registro —se presentó la chica suavemente sonriéndose un poco—. Yo soy Alycia, encantada de conocerte a pesar de que creas que no se leer ni escribir... —bromeo ella para ponerla de nuevo en un aprieto viéndola sonrojarse teniendo que reír un poco—. Tengo trabajo que hacer aquí, ya nos veremos...
Eliza que vio como se alejaba entre las mesas volvió a sentarse, tomando su móvil para abrir la aplicación y poder seguir leyendo la historia.
—Está tía está muy mal —murmuró ella apoyando la cabeza de su mano dejando caer a un lado su rubia cabellera—. ¿Cómo le hace eso a Abby?... —se sentía indignada y expectante—. Clarke cuando vuelva en si no lo va a soportar...
Suspiró y se dispuso a enviar un comentario apremiante deseosa de saber cuando la autora volvería a actualizar, completamente sumergida en la historia.
Continuara...
