Autor: LaraNess

Clasificación: R.

Género: Drama, romance

Parejas: Edward/Bella

Disclaimer: Los maravillosos personajes mencionados aquí pertenecen al magico mundo creado por Sthepenie Meyer, yo solo hago uso de sus nombres y personalidades para crear este posible mundo alterno. Totalmente ficción.

Especificaciones: En este mundo, Edward es un trabajador sexual, por decirlo de algúna manera, da placer a cambio de unos billetes y es no es precisamente por ello por lo que Bella, una chica con el corazón y alma destrozadas decide contactarlo...


Antes de Partir~

Quita tu honor desgastado
cada pequeña frustración del pasado
Toma todos tus supuestos problemas
Mejor ponlos entre comillas

Di lo que necesites decir

Caminando como un ejército de un solo hombre
Peleando con las sombras de tu cabeza
Reviviendo el mismo viejo momento
Sabiendo que en cambio sería mejor
sin tan sólo pudieras

decir lo que necesitas decir

No tengas miedo de ceder
No tengas miedo de envejecer
Será mejor que sepas que al final es mejor decir mucho
que nunca poder decir otra vez lo que necesitas decir

Aún si tus manos están temblando
y tu fe se ha quebrado
aún mientras los ojos se están cerrando
hazlo con el corazón bien abierto
¿Por qué?

Di lo que necesites decir


Capitulo 01. Cerrando el trato.

(Introducción.)

El aroma del café le recordaba que no debía desmayarse… aún. Sus manos estaban frías y sus labios le ardían después de haber estado mordiéndoselos con insistencia. Eran ya las 9:45 y él estaba retrasado. El pequeño café estaba abarrotado de gente que buscaba un poco de calor, intentando escapar del frío ambiente decembrino. Solo esperaría cinco minutos más, y si él no llegaba, podría darse el lujo de volver a su ritmo cardiaco normal.

-Buenas noches. –Saludó una hermosa voz aterciopelada. Ella se estremeció, pero no levantó la mirada que yacía fija en su rebanada de pastel -¿Eres tú Isabella Swan?

-Bella –Levantó la vista de manera instantánea para encararlo, como siempre lo hacía cuando la llamaban por su nombre completo. Jadeo de sorpresa cuando sus ojos chocaron con esas hermosas esmeraldas que parecían taladrarle el alma. –So… solo dime Bella.

-Lamento el retraso, trabajo, ya sabes – Sonrió de lado, arrancando un suspiro de la joven Bella, él rió. –Lo siento, que descortés eh sido, soy Edward Cullen.

Él extendió su mano y ella le miró sin saber qué hacer, Edward volvió a reírse y ella salió de su ensoñación, tomo su mano con torpeza y antes de que pudiera reaccionar, él se inclino y le besó el dorso, como todo un caballero. Bella soltó una risita tonta una vez que recupero su mano.

Ambos tomaron asiento en completo silencio, ella mirando sus manos entrelazadas sobre su regazo, él sonriendo y mirándola fijamente, esperando con paciencia a que dijera algo. Bella carraspeo y se removió incomoda en su asiento sin saber cómo empezar, había ensayado su discurso varias veces, pero ahora lo había olvidado y el hecho de que aquel hombre tan apuesto la estuviera observando no ayudaba mucho en su triste intento de recordar siquiera el respirar. Edward se inclino hacía ella.

-Veo que no tienes experiencia en esto –Ella negó con la cabeza – Permíteme entonces ayudarte un poco. Generalmente, los encuentros se realizan en la casa del cliente o en algún motel, dependiendo de la decisión del mismo cliente, después… bueno –Sonrió de nuevo –Pasa lo que tú quieras que pase – Bella se encogió y suspiro, levanto la mirada con timidez y volvió a sumergirse en el bello océano de los ojos de su acompañante.

-No es por… eso por lo que te llame –dijo bajito –Es por otra cosa.

-¿Qué? ¿Entonces el servicio es para alguna de tus amigas?

-No.

-¿Entonces qué es lo que quieres? Te advierto que si solo quieres hacerme perder el tiempo, no me importa si eres mujer o esposa del presidente, a mi me pagas igual. –Edward estaba tranquilo, pero el tono siniestro y amenazante de su voz era palpable.

-Quiero hacer un trato contigo. Quiero contratar tus servicios, pero… no precisamente… sexuales –susurro, tomo su bolso y sacó un sobre amarillo que le extendió a Edward. – Toma – Edward la miró sin comprender, tomo el sobre y miro dentro.

-Esto es mucho dinero

-Es todo el dinero que pude reunir, prácticamente son los ahorros de toda mi vida. Edward… quiero que finjas durante un mes que me amas.

-¡¿Qué?!

-Quiero que durante un mes, finjas que estas enamorado de mi. Quiero que me llames, que salgas conmigo, que me abraces, tal vez, si quieres, que me beses, en pocas palabras quiero que me hagas la mujer más feliz del mundo en un mes.

Su cara estaba roja y mordía sus labios con desesperación. ¿Cómo demonios fue capaz de decir tal cosa? ¿Por qué había llegado a tomar esa decisión? ¿Tan patética era? ¿Qué tan estúpida se vería? ¿Por qué el dios griego sentado frente a ella en ese ruidoso café no decía nada?

-Disculpa… ¿Qué has dicho? – Susurró con toda la calma que pudo reunir -¿Cómo…?

-Tal vez no debería decirte esto, pero… Voy a morir, Edward, y… -Un sollozo le impidió continuar – No quiero irme de este mundo sin haber experimentado lo que es ser querida por alguien, no me importa que sea una mentira, no importa, solo… -suspiro y limpio una traviesa lagrima que bailoteaba en su mejilla – Por favor, Por favor, acepta hacer esto.

-Yo…no-no sé qué decir, esto es muy raro, tal vez…

-Por favor –Rogó de nuevo la chica –Por favor, Edward, regálame solo un poquito de ti unos días, después me iré y podrás olvidar que algún día me cruce en tu camino, por favor.

Edward no sabía qué hacer, la hermosa chica sentada frente a él le estaba rogando por que aceptara ser partícipe de una locura, ¿Por qué él? ¿Por qué le tenía que pasar justo a él?, La compasión se apodero de su alma cuando vio sus ojos color chocolate húmedos, ¿Qué cosas tan terribles pueden orillar a una persona a comprar el amor de un desconocido? Él que solo se dedicaba a dar placer a las mujeres y luego desaparecer entre la multitud, ahora tendría que involucrarse con una de sus "clientas" en una aventura más parecida a una novela que a la realidad. La cabeza le daba vueltas mientras intentaba comprender del todo la situación.

-Por favor, sé que no es fácil escuchar algo como esto, mucho menos aceptar, pero…

-No, no puedo, es demasiado cruel lo que intentas hacer, deberías valorarte un poco más, eres hermosa, puedes conseguir alguien que te quiera de verdad, no me sorprendería que ya lo tuvieras.

-¿Qué importa lo cruel que sea? Dentro de poco no significara nada, yo misma seré nada y si estoy haciendo esto es porqué no tengo nada ni nadie que se interese un mínimo por mí y no tengo el tiempo ni la energía suficiente para esperar a mi príncipe azul – Bella suspiro – Solo quiero que estés conmigo, es más, no tienes que tocarme si tanto asco te doy, solo quiero que me acompañes… solo eso.

Y ahí va otro latigazo de compasión para Edward, el corazón se le estrujo al verla llorar con más energía, sus sollozos eran más audibles, a pesar de tener sus manos sobre su rostro en un vano intento por acallar su llanto, Edward se exaspero, jamás, ni en sus sueños más locos se imagino algo así. Bien podría decir "no" e irse, con algo de suerte olvidaría aquel incidente y seguiría tranquilamente con su vida, pero un pequeño malestar en el pecho le sobrevino al imaginarse a Bella pasando los últimos días de su existencia sola, o peor aún, terminando ella misma con todo, él no la conocía, no sabía realmente quien era ella, pero no era justo que nadie tuviera un final así.

Edward tomo una de las manos de Bella y la acaricio, un sentimiento extraño le vino al leer en sus ojitos cafés el ruego desesperado de que la ayudara. Edward suspiro y negó con la cabeza.

-No sé quién de los dos esté más loco, tú por proponerlo o yo por aceptarlo. Bella… acepto…


Si, bueno. Heme aquí de nuevo con esta nueva historia, que espero sea de su agrado. Comntarios, preguntas o lo que sea que quieran decir ¡Bienvenidos sean! Les aseguro que les gustará este fic.

Un beso.

Lara.